Como parte de los festejos por Tricentenario
del nacimiento de Quilmes y las fiestas Patronales de Nuestra Señora de la
Guardia, el sábado 27 de agosto de 1966, la Biblioteca Popular José Manuel
Estrada organizó, en su local social sito (en aquellos años) en la esquina de
las calles 25 de Mayo y Belgrano de Bernal, un acto en el que disertó el Sr. José Abel Goldar [1] sobe “Quilmes
de ayer, en el Quilmes de hoy”, donde se explayó sobre los residuos de
pasado que aún se preservaban en aquel Quilmes de los ’60, a poco que “se acabara el pueblo”, [2] vestigios
de un ayer que se escapó entre los vericuetos de la modernidad y el “progreso”.
Provechosos los más, lamentables los menos, pero dolorosa la pérdida de mucho
patrimonio; pérdida que nunca se detuvo a lo largo de las décadas siguientes y
hasta hoy sigue diluyéndose desde el olvido algún patrimonio, tradición,
costumbre.
La charla se vio rodeada de una muestra
de fotos de Alcibíades Rodríguez “Historia
de Quilmes a través de la fotografía” y una muestra de obras del
historiador José Craviotto y otros historiadores quilmeños.
El presentador decía en la ocasión:
Juan Agustín
Isetto[3]
“Solíamos
reunimos para comer en la Cantina del Griego o en El Moderno.[4]
Comer era la excusa. Otra necesidad, no precisamente gastronómica, nos llevaba
allí: la de estar juntos para conversar de historia, de nuestra historia. Entre
los puntuales concurrentes estaban Craviotto, Antonio Iglesias, don Ricardo
Piccirilli, Kelsey — a quien, por una ocurrencia de Craviotto, apodábamos el
General Paz —, Rosa Bucich y (su marido) Von
Schoultz, (Mario) Scigliano, Mirita Bollo, (el juez) Tomás y Luis Otamendi,
Lomban, (José Abel) Goldar y tantos otros amigos que en este momento se me
escapan de la memoria. Por supuesto — y este "por supuesto" lo
subrayo — también estaba firme don Pancho Romay. Sí, don Pancho, como le
decimos respetuosamente al distinguido historiador don Francisco Luis Romay,
nosotros, los que tanto lo queremos. En aquellas noches para la historia de la
historia, Craviotto, Piccirilli, Antonio Iglesias y don Pancho ejercían la
enorme fuerza centrípeta de su personalidad. Los más pollos callábamos
discretamente. Goldar no es de los de mucho hablar, tiene la virtud de los que
saben escuchar. Pero por allí, un dato retenido en algún vericueto de la
memoria o la existencia de un hecho desconocido, reclamaba la urgente intervención
de un atento asistente, portador de la información precisa. Entonces, nuestras
miradas convergían hacia Goldar, porque todos estábamos seguros que este
extraordinario sabedor de cosas, conocía hasta el más insignificante detalle de
cuanto se hablaba. Y él, con esa modestia que es lujo de pocos y la sonrisa que
le brota espontánea a flor de labios, no se hacía esperar con su comentario
ponderado y riguroso.
Antonio
Iglesias marchó antes que ninguno y seguro que andará por el cielo enseñando
historia argentina a los bienaventurados. Kelsey y Craviotto le siguieron
después y casi al mismo tiempo. ¡Ay, el profesor de química que sabía más
historia, no pensó cuán solos nos quedábamos! Y dejamos de reunimos, acaso para
no sentirnos aplastados por la presencia de tantas sillas vacías. Pero hoy,
algo, algo que viene de más allá y de más arriba, me dice que volvemos a estar
juntos todos, otra vez, para escuchar a este consagrado periodista, a este
maestro, enjundioso y vital, que es Goldar, quien nos va a hablar de un Quilmes
que vive alborozado el jubileo de su tercera centuria.
¡Cuánto bueno,
Goldar! Volver a reunirnos como en aquellas noches, cuando el pretexto de
comer, nos encontrábamos en la Cantina del Griego o en El Moderno.” Juan Agustín Isetto
Goldar como presidente de la Soc. de Bomberos Voluntarios de Quilmes entregando condecoraciones a bomberos destacados.
Algunas obras históricas del José Abel Goldar
Compilación
Prof. Chalo Agnelli
FUENTE EN EL
Museo Bibliográfico Documental “Bibliotecario
Carlos Córdoba” de la Biblioteca Popular Pedro Goyena.
NOTAS
[2] Ver en EL
QUILMERO del sábado, 14 de enero de 2012,
“Cuando se acabó el pueblo” - Miscelánea quilmeña - 1963[1]
[3] Presidente de
la Comisión de Cultura.
[4] El Moderno era un hotel en la esquina NO de
San Martín y Alem. Tenía un restaurante donde se brindaban comidas tanto a los
huéspedes como a cualquier vecino que lo deseara. Se solían reunir en él grupos
para festejos y reuniones sociales y fue sede original de varias instituciones
que iniciaron allí sus trayectorias.