La actividad aérea en Quilmes cumple 100 años de existencia
formal, un hecho poco conocido en la región y que merece ser rescatado del baúl
del olvido. Quilmes registra y celebra el Centenario de la actividad
aeronáutica en la zona.
El lunes, 9 febrero 2015, el periódico Perspectiva Sur de Quilmes
publicó una excelente nota histórica del cronista de la aviación en Quilmes, técnico
electrónico y docente Lic. Juan Carlos Benavente [1] que integra el personal
técnico de la Fuerza Aérea y la Sala Histórica del Área de Material Quilmes,
recientemente llegado de una comprometida misión oficial en una base de nuestra
Antártida Argentina en la Campaña 2013/14. A su nota, además de las publicadas años
anteriores en EL QUILMERO, colaboraciones algunas de ellas del Dr. Carlos M. Eusebi,
[2] sumamos
este breve aporte de 1946,
presentado en el Número Extraordinario de el diario El Sol de noviembre de ese
año
INAUGURACIÓN DE LA FÁBRICA DE
AVIACIÓN IMPA
El coronel Juan
Domingo Perón arriba a I.M.P.A. (INDUSTRIA METALÚRGICA Y PLÁSTICA ARGENTINA), recibido por el ingeniero José María
Sueyro, el Dr. Héctor Etchegaray, el comodoro Bartolomé de La Colina y otros
jefes del ejército, de la armada y directores de la fábrica.
Un momento de la
fabricación de aviones.
Prototipo construido
por I.M.P.A.
Sección destinada a
comprobar la seguridad de los materiales a utilizar. Abajo aeromotores IMPA dispuestos
para realizar vuelos en conjunto para entrenamiento de pilotos en formación.
El Ing. Alfredo Lo Bianco, director del establecimiento (caricatura de Luis Jorge Barton, 1946)
Pero vayamos con el trabajo del Lic. Juan Carlos Benavente a
los orígenes.
AERÓDROMO-ESCUELA Y
FÁBRICA DE AVIONES
En 1915, el constructor chileno Edmundo
Marichal, en el entonces bañado de Quilmes, inaugura un aeródromo-escuela y
fábrica de aviones, de los primeros y mejor equipados del país que si bien tuvo
una existencia breve, pero suficiente para movilizar la actividad y sentar las
bases de lo que sucederá después.
En la zona de lo que hoy es el partido de Quilmes y sus alrededores, desde el siglo XIX se sucedieron acciones eventuales, legendarias y algunas formales y registradas, que permiten ir componiendo una historia de la aviación local.
En la zona de lo que hoy es el partido de Quilmes y sus alrededores, desde el siglo XIX se sucedieron acciones eventuales, legendarias y algunas formales y registradas, que permiten ir componiendo una historia de la aviación local.
FÁBRICA Y ESCUELA
Algunos autores indican que en 1913 una escuadrilla de tres aviones
provenientes de la Capital Federal sobrevolaron y aterrizaron en el entonces
bañado de Quilmes, constituyendo este hecho (no corroborado por este autor) la
primera acción de aviones en la zona.
Hacia fines de 1914, Edmundo Marichal, un reconocido constructor de aviones, se traslada a Quilmes para fundar un aeródromo escuela con aviones de su factura, inaugurándolo en febrero de 1915.
Marichal se educó en Francia, y vivió el entusiasmo generalizado por la naciente aviación. Ingresó a trabajar a la empresa Farman Fréres como aprendiz constructor de aviones; regresa al país en 1910, comisionado por la Farman para entregar aviones con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo.
Hacia fines de 1914, Edmundo Marichal, un reconocido constructor de aviones, se traslada a Quilmes para fundar un aeródromo escuela con aviones de su factura, inaugurándolo en febrero de 1915.
Marichal se educó en Francia, y vivió el entusiasmo generalizado por la naciente aviación. Ingresó a trabajar a la empresa Farman Fréres como aprendiz constructor de aviones; regresa al país en 1910, comisionado por la Farman para entregar aviones con motivo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo.
Dos años después, Marichal vuelve decidido a fabricar
aviones, avizorando un mercado en expansión. Comienza su actividad en Capital
Federal, pero en 1914 adquiere terrenos en Quilmes para montar fábrica de
aviones y escuela de pilotos en el mismo predio. Aun no tenía brevet de piloto
(lo obtuvo en su escuela en 1917) pero era piloto de hecho, habiendo probado en
vuelo a sus propias máquinas.
Al montar la escuela en Quilmes, actuaron como instructores el destacado piloto Francisco Sánchez (1886-1952), Pedro A. Garré y Celestino Corvellini.
En un boletín de la época, emitido por el Aéreo Club Argentino, se lee que "la escuela contará además de su Director Técnico, con un Jefe de Pilotos y un Ayudante como instructores. El material de enseñanza está formado por dos biplanos (Farman - Marichal) y un monoplano (Bleriot XI); la escuela cuenta con un excelente campo de aviación cerca del río, amplios hangares, habitaciones para los alumnos, bar y comedor"
Al montar la escuela en Quilmes, actuaron como instructores el destacado piloto Francisco Sánchez (1886-1952), Pedro A. Garré y Celestino Corvellini.
En un boletín de la época, emitido por el Aéreo Club Argentino, se lee que "la escuela contará además de su Director Técnico, con un Jefe de Pilotos y un Ayudante como instructores. El material de enseñanza está formado por dos biplanos (Farman - Marichal) y un monoplano (Bleriot XI); la escuela cuenta con un excelente campo de aviación cerca del río, amplios hangares, habitaciones para los alumnos, bar y comedor"
[...]
Los aviones de Marichal fueron
máquinas sumamente confiables y dé excelente terminación - Marichal era un
fino carpintero -, y quedan pocas dudas de la existencia de cierta competencia
con el otro gran constructor de aviones de la época, Pablo Castaibert. A pesar de la
promisoria producción de aviones, la inversión hecha por Marichal el buen
material aéreo e instalaciones edilicias y los excelentes instructores que
tenía la escuela, los problemas económicos no tardaron en aparecer.
Estos problemas generados por las restricciones de materiales
producto de IGM, la falta de inversiones tradicionales y la falta de pago de
algunos alumnos, hicieron que las finanzas; fueran poniéndose en rojo en la
empresa quilmeña: “Aquello era vivir del
aire” recordará Garré años más tarde; “mucha
gente concurría, pero pocos pagaban”.
En 1917, la empresa de Marichal cerró definitivamente en
Quilmes. Su fundador vendió talleres y aeródromo y se marchó a Francia, a
prestar servicios para ese país durante los últimos tiempos de la guerra.
Sánchez hará otro tanto, actuando como piloto de pruebas de aviones regresando
a la Argentina en 1923, y radicándose en Bahía Blanca.
Aunque breve, fue muy importante
la actividad realizada en el aeródromo-escuela de Marichal. ¡Fue uno de los primeros
campos de aviación organizados en el país que brindaban instrucción y contaban
con material de vuelo propio y completas instalaciones edilicias; los aviones
utilizados eran construidos por su fundador y numerosos aeródromos nacionales
y del Uruguay adoptaron las máquinas. Además, se realizaron vuelos nocturnos en
varias ocasiones, modalidad poco común y sumamente osada para esos tiempos dado
lo precario de la actividad.
En 1915, el mencionado Sánchez – muy popular por los vuelos
nocturnos que realizó en Buenos Aires – fue invitado a realizar en octubre de
ese año una demostración aérea en Trelew, Chubut. El 12 de ese mes, en un brevísimo
y accidentado vuelo al mando de un avión Farman – Marichal llevado desde
Quilmes, Sánchez se convierte en el primer aviador que levantó vuelo desde la
Patagonia.
Garré, durante su estadía como instructor en la escuela de Marichal
también realizó vuelos nocturnos y fue él quien, además, transportó al primer
pasajero de la aviación local, Marcos G. Vidal.
Una oscura madrugada perdida en el tiempo, con latas de
combustible en mano, Garré y Vidal tomaron en la Capital el primer tranvía hacia
el sur, con destino a Quilmes. Luego de bajar en la estación homónima, camina
unos kilómetros entre árboles y zanjones en dirección al río. Con las primeras
luces del alba llegan al campo de aviación y preparan la máquina para volar.
Un capítulo se cierra con el alejamiento de Marichal del bañado
de Quilmes, pero con mucho fervor, la aviación se afincará años más tarde en la
zona, durante la década de 1930, e irá evolucionando hasta el actual Área de
Material Quilmes (A.M.Q.) o un organismo de la Fuerza Aérea en el que se
realizan tareas de mantenimiento de aviaciones y helicópteros. El A.M.Q. se
asienta en el predio de aquellas historias en el cual también funciona la
destacada Escuela de Educación Técnica Nº 7. Todo el lugar es conocido como “IMPA”. El la próxima nota, se avanzará
sobre los protagonistas y las historias de la escuela - fábrica de Edmundo Marichal.
Por Juan C. Benavente para Perspectiva Sur
Lunes 9 de febrero, 2015
Compaginación, compilación y crónica Chalo Agnelli
REFERENCIAS[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 26 de diciembre de 2013, JUAN CARLOS BENAVENTE UN QUILMEÑO EN LA ANTÁRTIDA (COLABORACIÓN)
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/12/juan-carlos-benavente-un-quilmeno-en-la.html/
[2] Ver en EL QUILMERO (Etiqueta: INSTITUCIONES) del jueves, 8 de abril de
2010, LA AVIACIÓN EN QUILMES – 1º parte (colaboraciones del Dr. Carlos Eusebi)
del viernes, 9 de
abril de 2010, AVIACIÓN EN QUILMES - 2º parte (colaboraciones del Dr. Carlos
Eusebi)
del sábado, 10 de
abril de 2010, AVIACIÓN EN QUILMES - EL ÁREA MATERIAL QUILMES - PERÍODOS - Última
parte (colaboraciones del Dr. Carlos Eusebi)
CREACIÓN DEL ÁREA DE MATERIAL
QUILMES
del jueves, 30 de
octubre de 2014, EL ÁREA MATERIAL QUILMES – IMPA