martes, 9 de mayo de 2017

LA HISTORIA DE UN ÁRBOL AMBULANTE (COLABORACIÓN)



Por Alejandro Gibaut
Don Manuel Badaracco fue un viejo vecino bernalense. Nacido en 1883, su padre Agustín tenía su quinta y casa en Chacabuco y Ramella (hoy Leandro Alem) desde 1886, junto a los Giacchino, casa y quinta que la familia siguió ocupando comenzado el siglo XX. En 1918, el doctor De la Vega, del Hospital Rivadavia de Buenos Aires, le obsequió a don Manuel dos jóvenes ejemplares de "palo borracho" provenientes del vivero que el hospital poseía. Don Manuel Badaracco los plantó en su quinta y unos años después, ya en la década del 20, donó uno de ellos a la Municipalidad, la que lo ubicó sobre la plazoleta de la avenida San Martín frente a la cortada Ipiranga.
En esas épocas la avenida San Martín tenía una gran plazoleta central, con el tráfico de tranvías del lado este de la misma y el de automóviles del oeste, y en ella se mantuvo el palo borracho durante más de 20 años. Pero hacia 1947, llegó el progreso: la San Martín estaba quedando angosta para tanto tráfico y debía ampliarse. El proyecto implicaba mover las vías del tranvía hacia la plazoleta para liberar el carril este de la avenida al tráfico vehicular. Y por supuesto, no contemplaba ningún desvío para salvar el querido palo borracho, que parecía estar condenado a la desaparición. Pero hete aquí que en esos años el delegado municipal en Bernal era don Héctor Badaracco, hijo de don Manuel. Con diligencia y cariño de hijo hacia la obra de su padre, don Héctor movió cielo y tierra en Quilmes y logró que en octubre de ese año se acercaran a Bernal dos ingenieros, un camión con personal municipal, cuatro peones y una zorra del tranvía para sacar, trasladar y colocar al palo borracho de cinco toneladas de peso en su nueva ubicación: la plazoleta que existía junto a la vía en Avellaneda y San Martin...
Y allí estuvo durante más de 60 años el palo borracho donado por don Manuel Badaracco, cubriendo con su sombra en verano a los autos que debían esperar la apertura de la barrera y al quiosco de diarios que allí se instaló.
Lamentablemente las obras del bajo vías lo hicieron desaparecer y junto con él se fueron casi 100 años de una pequeña parte de la historia bernalense.

FOTO 1 Ubicación original del palo borracho, marcado en verde. Detalle de una foto aérea de 1937. Se ve claramente como era la avenida San Martin en su diseño original: la plazoleta central ancha, del lado este las vías del tranvía (contra las del ferrocarril), del lado oeste la calzada para el tráfico. Todo lo que se ve a la izquierda es el actual Barrio Parque, con sus primeras casas y las viejas quintas. A la derecha, de arriba hacia abajo, vemos Zapiola, se distinguen la vieja residencia de Sebastián Badaracco (el actual Tara Club), luego la de la familia Calderoni (el ex geriátrico 'La Casona'), la cortada Ipiranga, la "María Segunda" (en esa época de la familia Avalle) y "La Polcevera" de los Pedemonte, la calle Don Bosco, el primer edificio de la Escuela 6 (casa de los Fresone) y el viejo almacén de Angeletti en San Martín y Castro Barros Foto: Archivo General de la Nación

FOTO 2 El palo borracho en la plazoleta antes de su traslado, 1946. A la izquierda el tendido del tranvía, a la derecha se divisan los cercos de la casa de las familia Badaracco (actual Tara Club) y Calderoni (ex La Casona), entre Zapiola e Ipiranga. Foto: semanario "Crónica"

Última ubicación del centenario palo borracho, en la plazoleta de San Martín y Avellaneda, señalado con la flecha verde. Esta foto fue aportada por el grupo Bernal, su historia y su gente”. Pareciera ser de la época en que se inauguró la ampliación de San Martín, 1949-1950.
Alejandro Gibaut
Miembro de la Asociación de Historiadores Los Quilmeros
Coautor de. "Quilmes, 350 años, un Bicentenario y un Centenario -
14 autores para 3 homenajes"-"Las plazas que no fueron" Pág. 137
FUENTE
FACEBOOK: Alejandro Gibaut – Bernal, su historia y su gente

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