En 1906, la fábrica se instaló en la naciente localidad de Berazategui, en el sur del Gran Buenos Aires, en el predio que aún ocupa en la actualidad. La relocalización de la fábrica se debió a los acuerdos productivos con la Brasserie Argentine, más tarde Cervecería y Maltería Quilmes. En la conformación de la sociedad anónima Cristalerías Rigolleau, participaron importantes industriales y banqueros vinculados a Francia, entre ellos Gastón Fourvel Rigolleau, E. Tornquist, O. Bemberg y C. Hileret.
La zona pasó en pocos años de ser una localidad semirural a la sede de varias industrias, favorecida por el desarrollo del ferrocarril.
¡HUELGA!
Hacia octubre de 1913, comenzó una lucha de varios meses entre los trabajadores de Rigolleau y la patronal. El pliego de reclamos conquistado, da una idea de las terribles condiciones de trabajo:
2° Expulsión de los capataces Mauver y Sabaté;
3° El cinco por ciento de aumento en la botella;
4° El seguro obrero sobre accidentes de trabajo;
5° Pago de todas las botellas que salgan malas por culpa de las máquinas y derecho de revisación de éstas;
6° Jornal de 3 pesos para los relevos de sacadores;
7° Al sacador que trabaje con dos aprendices, jornal de pesos 5,50;
8° Al prensista que trabaje con un sacador, 4,50;
9° Cuando pare un horno, el personal será empleado en otro trabajo y en todo caso el horno no deberá parar más de dos meses;
10° Expulsión de todo el personal adventicio (extraño);
11° Inclusión en el reglamento interno de las modificaciones so- licitadas para los gasistas, enformadores (tallistas con formón),
portadores de botellas al archa (horno de recocido) y peones”.
El conflicto duró varios meses, en el transcurso de los cuales hubo numerosas detenciones de obreros. La FORA anarquista, que dirigía la huelga en Rigolleau, planteó la solidaridad, con una huelga general por 48 horas, a la que, según la FORA, adhirieron 32 sindicatos de la Capital Federal, La Plata y Rosario. Durante la huelga, falleció trágicamente, arrollado por un tren, el secretario de la FORA y redactor de La Protesta, Costanzo Panizza.
La insuperable propaganda oficial hizo de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo un acontecimiento extraordinario, pero recién a partir de la década del '70 hubo historiadores e investigadores que revelaron que esos festejos se realizaron en 'estado de sitio'. El pueblo llano no participó del derrame del 'cuerno de la abundancia' que se pretendió mostrar al mundo; un país rico donde la riqueza era propiedad de 60 familias y su 'clientela de medio pelo' en ciernes, quienes con el correr de las décadas se fortalecieron hasta adquirir el perfil de 'clase media', robustecida - mayormente e irónicamente - por los gobiernos 'populistas' de los que renegaban, que con los liberales y entreguistas que se sucedieron.
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