Por Alejandro Gibaut
Don Manuel
Badaracco fue un viejo vecino bernalense. Nacido en 1883, su padre Agustín
tenía su quinta y casa en Chacabuco y Ramella (hoy Leandro Alem) desde 1886,
junto a los Giacchino, casa y quinta que la familia siguió ocupando comenzado
el siglo XX. En 1918, el doctor De la Vega, del Hospital Rivadavia de Buenos
Aires, le obsequió a don Manuel dos jóvenes ejemplares de "palo
borracho" provenientes del vivero que el hospital poseía. Don Manuel
Badaracco los plantó en su quinta y unos años
después, ya en la década del 20, donó uno de ellos a la Municipalidad, la que
lo ubicó sobre la plazoleta de la avenida San Martín frente a la cortada
Ipiranga.
En esas épocas
la avenida San Martín tenía una gran plazoleta central, con el tráfico de
tranvías del lado este de la misma y el de automóviles del oeste, y en ella se
mantuvo el palo borracho durante más de 20 años. Pero hacia 1947, llegó el
progreso: la San Martín estaba quedando angosta para tanto tráfico y debía
ampliarse. El proyecto implicaba mover las vías del tranvía hacia la plazoleta
para liberar el carril este de la avenida al tráfico vehicular. Y por supuesto,
no contemplaba ningún desvío para salvar el querido palo borracho, que parecía
estar condenado a la desaparición. Pero hete aquí que en esos años el delegado
municipal en Bernal era don Héctor Badaracco, hijo de don Manuel. Con
diligencia y cariño de hijo hacia la obra de su padre, don Héctor movió cielo y
tierra en Quilmes y logró que en octubre de ese año se acercaran a Bernal dos
ingenieros, un camión con personal municipal, cuatro peones y una zorra del
tranvía para sacar, trasladar y colocar al palo borracho de cinco toneladas de
peso en su nueva ubicación: la plazoleta que existía junto a la vía en
Avellaneda y San Martin...
Y allí estuvo
durante más de 60 años el palo borracho donado por don Manuel Badaracco,
cubriendo con su sombra en verano a los autos que debían esperar la apertura de
la barrera y al quiosco de diarios que allí se instaló.
Lamentablemente
las obras del bajo vías lo hicieron desaparecer y junto con él se fueron casi
100 años de una pequeña parte de la historia bernalense.
FOTO
1 Ubicación original del palo borracho, marcado en verde. Detalle de una foto
aérea de 1937. Se ve claramente como era la avenida San Martin en su diseño
original: la plazoleta central ancha, del lado este las vías del tranvía
(contra las del ferrocarril), del lado oeste la calzada para el tráfico. Todo
lo que se ve a la izquierda es el actual Barrio Parque, con sus primeras casas
y las viejas quintas. A la derecha, de arriba hacia
abajo, vemos Zapiola, se distinguen la vieja residencia de Sebastián Badaracco
(el actual Tara Club), luego la de la familia Calderoni (el ex geriátrico 'La
Casona'), la cortada Ipiranga, la "María Segunda" (en esa época de la
familia Avalle) y "La Polcevera" de los Pedemonte, la calle Don
Bosco, el primer edificio de la Escuela 6 (casa de los Fresone) y el viejo
almacén de Angeletti en San Martín y Castro Barros Foto: Archivo General de la Nación
FOTO 2 El palo borracho en la
plazoleta antes de su traslado, 1946. A la izquierda el tendido del tranvía, a
la derecha se divisan los cercos de la casa de las familia Badaracco (actual
Tara Club) y Calderoni (ex La Casona), entre Zapiola e Ipiranga. Foto:
semanario "Crónica"
Última ubicación del centenario palo
borracho, en la plazoleta de San Martín y Avellaneda, señalado con la flecha
verde. Esta foto fue aportada por el grupo “Bernal, su historia y su gente”. Pareciera ser de la época en que
se inauguró la ampliación de San Martín, 1949-1950.
Alejandro
Gibaut
Miembro
de la Asociación de Historiadores Los Quilmeros
Coautor de. "Quilmes, 350 años, un Bicentenario y un Centenario -
14 autores para 3 homenajes"-"Las plazas que no fueron" Pág. 137
FUENTE
FACEBOOK:
Alejandro Gibaut – Bernal, su historia y su gente