“Del Sportivo Alsina a la cúspide
del fútbol”, podría titularse la historia de Vicente Zito, el notable “entreala”, argentino y vecino de La Colonia. “... Cómo
quisiera gritar / la gambeta sobradora / de Zito ¡la bordadora! / de Arrillaga
y Sandoval”; escribió Juan Arrestía, “el poeta nochero”.[1]
Nació
el 25 de noviembre de 1912 en Quilmes. Los primeros tapones que se calzó se los
regaló su amigo del alma Bernardo Colavitta. Inventó el “ñoqui” un sistema de ‘bordado’ con los pies; de allí
que lo apodaran “la bordadora”. El entrenamiento lo hizo en los baldíos donde hoy
se levanta hoy la Escuela Primaria Nº 17 y en el pelado potrero de la curva de
Lemos. Sus primeros pasos fueron en el Sportivo Alsina la primera institución deportiva de La Colonia, para
incorporarse a los 16 años a las filas del Quilmes Atlético Club por su
destreza poco común. Sus condiciones que movieron al Racing Club de Avellaneda
a contratarlo. Cuando el Quilmes A.C. concretó la transferencia, los socios y
simpatizantes se movilizaron en una marcha contrariados por la calle Rivadavia.
Su debut en Racing, el 23 de abril de 1933, fue frente a Huracán: a pocos minutos
de comenzar el juego entró en acción, llegó a sus pies la pelota, salió un
rival que quedó en el camino y luego otro y tras cartón un tercero,
prácticamente encimándolo; entonces empleando el “ñoqui”, pasando la pelota por
sobre el rival fue a los pies de Natalio Pertineti, libre de adversarios “¡Y el
delirio en la tribuna albiceleste!” fue una categórica victoria académica de 4 a 0. Desde ese momento se cubría el vacío
dejado por Pedro Ochoa, otro grande del fútbol.
Zito, en
Racing, fue una estrella de primera magnitud. El “pibe” del Sportivo
Alsina fue transferido luego a Atlanta continuando los éxitos. Viajo con la
selección nacional por el Continente y por Europa. De Atlanta pasó a Argentino
de Quilmes. Muchas tardes integró la delineación del vecino Azpiolea quien con
su 'escuelita' hizo del fútbol un motivo de recreación, fiesta y culto de la
amistad como en los tiempos de oro.
Le
marcó a Independiente en tres clásicos consecutivos: el 19 de diciembre de
1937, el 19 de junio de 1938 y el 31 de octubre del mismo año. También estuvo
presente con principal protagonismo en aquella racha inigualada de tres
encuentros con demoledoras goleadas: 8 a 2 a Platense y a Estudiantes de La
Plata y 8 a 1 a Lanús.
Fue
el tercer quilmeño que hizo eco en Racing sus antecesores fueron Francisco “Tute”
Solazar y José Botazzo. Vicente Zito motivaba al aficionado futbolero y a quienes
no lo eran a que fueran tan solo a verlo a él.
En
“La Academia” concretó 208 encuentros y convirtió 73 goles. En 1944
pasó a Atlanta y se retiró en Argentino de Quilmes.
En
1945, hubo un declive en su actuación debido a una dolencia que obligó a la
extirpación de los meniscos.
Los
últimos tiempos se aburrió de las nuevas expresiones que estaba adquiriendo el
fútbol y prefirió los partidos de bochas o un truco entre amigos en el Alsina o
en el Tucumán.
Vivía
sobre la Av. Andrés Baranda, frente a la ex Clínica San Ramón. Allí lo veíamos
los jóvenes con admirativa unción, por las tardes, sentado a la puerta de su
casa, cuando bajaba el sol, hasta que el 26 de julio de 1989 a los 78 años de
edad, jugó con la muerte el último partido.
Investigación y compilación Prof. Chalo Agnelli
FUENTES
Hemeroteca del diario El
Sol de Quilmes.
Archivo de la Biblioteca
Popular Pedro Goyena.
NOTAS
[1]
Arrestía, Juan. “Por las
calles de Quilmes”. (En homenaje a los 310 años de nuestra ciudad) Ed. de autor
con auspicios comerciales. Quilmes, 1976.
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