sábado, 6 de marzo de 2021

“EL VOTO DE LA MUJER” POR ADELA GARCÍA SALABERRY - 1949

En el segundo libro “El Momento” de Adela García Salaberry, editado por los Talleres Gráficos L. J. Rosso en 1949, cuyos ejemplares fueron numerados y firmados por la autora -  el que posee la Biblioteca Popular Pedro Goyena, donación de la artista teatral Carmen Lamas es el número 15 – uno de los capítulos está dedicado a la  historia del voto femenino; larga lucha que venía emprendiendo Adela con mujeres sufragistas, algunas del partido socialista y anarquistas, otras pocas radicales y varias independientes. Finalmente el 23 de septiembre de 1947, fue promulgada la denominada  Ley de Enrolamiento Femenino N°13.010, que se puso en práctica en las elecciones del 11 de noviembre de 1951. El proyecto de ley había sido presentado el 1 de mayo de 1946, con la vuelta a la democracia y el 21 de agosto de ese mismo año, el Senado de la Nación le dio media sanción a la ley sobre los Derechos Políticos de la Mujer. Recién el 9 de septiembre de 1947, la Cámara de Diputados la ratificó. Eva Duarte de Perón había hecho una fuerte campaña a favor de esta ley, por esta lucha fue ella quien por cadena nacional dio un discurso oficial, promulgando la ley del sufragio femenino en la República Argentina. 
El siguiente artículo publicado primero en el periódico ‘Renovación’, del que Adela fue directora marca un momento de la historia argentina donde la mujer cobró un protagonismo del que habla sido relegada hasta esa época.
También Adela hace visible el viraje partidario que se produjo en su ideario al comprobar que se estaban concretando varios de los causales de lucha que ella enarbolaba desde el socialismo, pero que recién a partir de 1945, por falta de apoyo popular al PS, comienzan a hacerse efectivos. (Chalo Agnelli, 8 de marzo de 2018, Día de la Mujer)

“EL VOTO DE LA MUJER”

Seis preguntas sobre el futuro femenino a las mujeres de América. La dirección de Noticias Gráficas ha dirigido a unas cuantas mujeres representativas de América, las seis preguntas siguientes, cuyo objeto es ir buscando una orientación en un problema tan importante como el de la misión social y profesional femenina, des­pués de la actual guerra (Segunda Guerra Mundial), que no es guerra de ejércitos no más, sino de pueblos también, sufrida igualmente por hombres por mujeres y hasta por niños.
El 12 de junio de 1945, contesta Adela García Salaberry que se distingue por el armonioso equilibrio de una personalidad que, preocupada por todos los problemas de su tiempo, no se sustrae, sin embargo, a la seducción del ensueño y se complace en la pura emoción de la poesía lírica: Momentos Sentimentales’, ‘Bruma-Hiedra,  Rithme Serein’, etc., reúnen poemas en castellano y en francés, pero posee, además, la virtud de una prosa pulcra y elegante. Y nos ha dado, así, libros tan sugestivos como ‘Vidas’ (tres series), ‘Luz y Sombra’ y El Momento’, este último escrito bajo la advocación del nombre de Emile Verhaeren - el poeta belga can­tor de las grandes epopeyas del esfuerzo humano – y destinado a sustentar apasionadamente los derechos de la mujer a su emancipa­ción civil y política.
(La siguiente es la entrevista que 'Renovación' le hace a Adela)
"Adela García Salaberry es, por otra parte, periodista activa y ha colaborado en diarios y revistas de nuestro país y de distintos países de América."

LAS RESPUESTAS-REFLEXIONES DE ADELA GARCÍA SALABERRY
1ᵃ.-  Sobre el supuesto de que las democracias triunfaran en la actual guerra mundial ¿qué papel social y profesional cree usted que estará reservado en la postguerra a la mujer como conse­cuencia de la contienda? 
- El papel social que tiene reservado la mujer en la postguerra emana de un principio ideológico y de una modalidad sentimental en el orden de las relaciones sociales y de los privilegios naturales de la especie. 
Debe ser de colaboración justa en todos los órdenes de la vida y más útil a la sociedad en que forma el ineludible complemento de la vida.
Sus atributos la han proclamado digna aliada del hombre y destinada a arrostrar en el mismo plano los embates y las alegrías de la existencia. 
2ᵃ.- ¿Se verá obligada la mujer a ser más hogareña según el con­cepto tradicional o tendrá mayor actuación fuera de su casa?
- El mundo entero ha comenzado a vivir las horas caóticas pre­cursoras de los alumbramientos en las renovaciones periódicas de la historia.
De la vida hogareña racional en que la mujer debe ser centro de luz orientadora, surgirá toda la responsabilidad moral que entraña para los seres que derivan de ella por su naturaleza física y espiritual, sin ser esclava y basta participar en las acciones elevadas de la lucha por la vida. 
3ᵃ.- ¿Cree usted que aparte de la maternidad, hay ocupaciones específicas femeninas y que la mujer que limitarse a ellas?
- La maternidad es la función específica de la mujer, luego por defecto de educación, por vicio orgánico, no se le prepara con gran eficacia para la lucha en todas las actividades, donde deberla triunfar. 
4ᵃ.- ¿Reemplazará la mujer al hombre o se equiparará a él en el ejercicio de profesiones y oficios que la guerra le ha obligado a asumir?
- No es cuestión de reemplazar al hombre atribuyéndole a ese concepto alcances desorbitados o ridículos. Es afirmar que en profe­siones y oficios en que tenga que actuar sería un oprobio para la mujer no considerarla igual que al hombre. 
5ᵃ.- ¿Aumentará o disminuirá la intervención femenina en la política y, en general, en la dirección de la sociedad?
- Deberá reconocerse sin reparos los nobles privilegios de la justi­cia que le son debidos que tiene asegurados todos los respetos a que es acreedora y allanadas todas las dificultades que le hacen más amar­gas y peligrosas que al hombre las sendas de la existencia, creándole una injusta situación subalterna y de dependencia general. 
6ᵃ.- Sea dentro de sus funciones habituales, sea en una nueva misión, ¿podrá la mujer contribuir eficazmente a la construcción de un mundo mejor?
- Sí, podrá la mujer contribuir eficazmente a la construcción de un mundo mejor. La intuición y abnegación heroica femenina es el cimiento positivo y de elevación en todos los factores del vivir para que con decidida valentía contribuya a la formación de una era mejor.

Al transcribir estas preguntas y respuestas, es para confirmar las respuestas dadas en 1945. La evolución esta operada y las fuerzas nuevas ocupan el lugar de las fuerzas viejas. La liberación se ha realizado. El pueblo argentino ha comprendido la necesidad de una evo­lución sociológica-política, impulsada por necesidades y exigencias económicas; el pueblo argentino, lo ha comprendido con su intuición soberana ¡Ha querido fuerzas nuevas, anhelos de fe y de esperanzas constructivas! En el sentido histórico, ha sido una gran jornada de redención de las clases oprimidas que encarna el respeto a los derechos ciuda­danos de la República Argentina.
El 4 de junio de 1946, [1] será considerado como histórico por nuestra Nación.
Comicios limpios, reconocidos por todos los partidos políticos.
Comicios de enorme significado para la patria: el advenimiento de las nuevas fuerzas.
Hombres y mujeres, sentíanse invadidos de Dios, y fueron ca­paces de mirar la vida como un registro de los pensamientos y aspiraciones de renovación.

EL VOTO DE LA MUJER

La declaración del propósito de otorgar el voto a la mujer, dentro de poco tiempo, nos trae el recuerdo del ‘Ensayo de Sufragio Feme­nino’ realizado en el año 1920. 
Fue en primer lugar una Asamblea extraordinaria convocada por el dia­rio ‘Tribuna Libre’ a todas las instituciones femeninas del país.
En la redacción del diario: Maipú 73, acudieron delegaciones del Consejo Nacional de Mujeres; de la Asociación Pro-Derechos de la Mujer; Unión y Labor; de la Unión Feminista Nacional; del Centro Socialista Femenino; de Mujeres Radicales; del Partido Feminista Argentino; etc.
Era la primera vez que concurríamos a una reunión de mujeres que aspiraban a su emancipación y que debatían sus problemas y sus anhelos de progreso. Abundaban las estudiantes y obreras. 
Allí conocimos a: Doctora Elvira Rawson de Dellepiane; Docto­ra Alicia. Moreau; Profesora María Teresa de Basaldúa; escritora Adelia Di Carlo; a la Presidenta del Consejo Nacional de Mujeres, doña Belén Tezanos de Oliver; a la secretaria de la misma institución, se­ñorita María Mercedes Moreno; doctora Julieta Lanteri; profesora Emma Day de Oliva; pintora Blanca C. de Hume; Doctora Petrona  Eyle; profesoras Alicia. B. de Guillot y Justa Gallardo de Zalazar Pringles; ingenieras Elisa B. y Elena Bachofen; escritora Juana María Begino; doctoras Ángela Costa y Brunilda Wien (esta última fue delegada argentina al VIII° Congreso Internacional de la Alianza de Mujeres en Ginebra); escritora Julia García Games; profesoras Berta W. de Gerchunoff y María Mercedes de la Vega; publicistas María Josefa Varela y Clarisa C. de Diego Arbó; profesoras Ada Gandolfi y María Luisa Abrogado; poeta Lola S. de Bourguet; señora Josefina L. de Mantecón; señorita Elvira Sáenz Hayes; doctoras Sara Justo y Amalia Antinori Silva, etc. Entre todas, estaba la poeta Alfonsina Storni.

De esa Asamblea surgió el “Comité Pro-Sufragio Fe­menino”. Y, elegida la Junta Central, por las diferentes delega­ciones: doctora Alicia Moreau, señoritas Elvira Sáenz Hayes y Adela García Salaberry. Esta Junta, dio el siguiente Manifiesto dirigido a las mujeres de la Capital de la República Argentina:

“El 7 de marzo de 1920, por primera vez en nuestro país, todas las mujeres sin distinción, de creencias o tendencias políticas, podrán expresar en forma colectiva, sus anhelos de emancipación, podrán afirmar sus deseos de una pronta modificación de nuestras leyes que les permita entrar en forma activa en la acción política, fundamental para los pueblos.
Invitamos a todas las mujeres a concurrir a las urnas especiales, cuya ubicación se ha hecho pública. Invitamos a todas, porque cual­quiera sea su condición social, tienen todas intereses que defender y de­rechos que afirmar.
Como madres sus anhelos están concentrados en el mejoramiento de las condiciones de vida de los suyos; mejores viviendas, mejores alimentos, mejores vestidos, mejor educación para sus hijos.
Como maestra, sus aspiraciones están en el perfeccionamiento de la escuela y de su mecanismo directivo, en el cual debe tener una ma­yor intervención.
Como obrera y empleada aspirar al mejoramiento de las condiciones del trabajo; mayor higiene, mayor salario y afirmar ante todo el principio ‘a igual trabajo igual remuneración’. Para llegar a la realización de estas aspiraciones, madres, maestras, obreras, mujeres todas, concurrid al ensayo de votación. Su éxito apresurará la conquis­ta de nuestros derechos políticos, sin las cuales nuestras aspiraciones serán desconocidas, aún durante largo tiempo, derechos reconocidos hoy por los primeros países del mundo.
Concurrid al ensayo del voto, por él afirmaréis vuestros anhelos tan justos, tan legítimos que no pueden ser hoy negados por los hom­bres de buena voluntad.
Concurrid al ensayo del voto, en la seguridad de que trabajaréis por el advenimiento de una reforma necesaria, justa y útil para nosotras como mujeres y miembros de una sociedad que progresa.”('La Nación', marzo 6 de 1920)

Este ensayo de Sufragio Femenino Argentino, fue apoyado por todos los Partidos Políticos y concurrieron: Doctor Tamborini, presidente del Partido Radical; doctor Juan José Díaz Arana, dirigente del Partido Demócrata Progresista; doctor Antonio Di Tomaso, secretario general del Partido Socialista; mandaron sus represen­tantes los partidos: Reformista, Unitario, Feminista y Socialista Argentino.
Recordamos los textos de algunos volantes de propaganda:
“Las mujeres deben votar”
“¿El gobierno del pueblo, es realmente del pueblo y para el pueblo? No. Porque las mujeres forman parte del pueblo y ellas no han elegido representantes”
“¿Nuestro país es una democracia? No. Porque si concede a todos los hombres iguales derechos polí­ticos, sin perjuicio de clase, los niega a la mujer por prejuicio de sexo.”
“¿Pueden las leyes nacionales ser aplicadas con justicia a las mujeres? No. Porque ellas no delegaron poder a quienes las sancionaron.” 
“La mujer debe votar: 
Ø  Porque soporta tanto como el hombre las consecuencias de los buenos o malos gobiernos. 
Ø  Porque soporta tanto como el hombre las leyes del país. Debe te­ner el derecho de designar a los que las sancionan. 
Ø  Porque contribuye con su trabajo a la creación de la grandeza nacional, debe elegir a los que sancionan el presupuesto. 
Ø  Porque paga impuestos debe designar a quienes los impone y gastan el producto de los mismos”. 
Este Comité Pro-Sufragio Femenino fue de ab­soluta libertad de ideas y, durante la campaña electoral, se invitaba a todas las mujeres argentinas y extranjeras naturalizadas a volar por los candidatos de todos los partidos políticos. 
Toda mujer - se afirmaba - será libre de votar de acuerdo con sus convicciones, por el partido cuya plataforma le parezca mejor, más inte­ligente, más útil. Invitamos por lo tanto a las mujeres a estudiar detenidamente esas plataformas para votar con conciencia. Todas las mujeres deben unirse para la conquista de sus dere­chos políticos. Las primeras naciones del mundo lo han concedido. 
¡DE TODO ESTO HAN PASADO 27 AÑOS! 
Sin embargo, a partir de la creación de la Comisión Interamericana de Mujeres, instituida por la VIᵃ Conferencia Interamericana de La Habana de 1928, confirmada por la VIIᵃ Conferencia Interamericana de Montevideo, y consagrada sobre bases permanentes en Lima en 1958, no han sido pocos los países americanos que han acordado los dere­chos políticos a la mujer: Ecuador en 1929; Brasil en 1952; Uruguay en el mismo año; Cuba en 1954; El Salvador en 1939; la República Dominicana en 1942; y, últimamente, Panamá, Guatemala y Colombia.
En el 1920, en el Ensayo de Sufragio Femenino Argentino, votaron 4.000 mujeres. 
‘La Unión’ de fecha 8 de marzo de 1920, anunciaba en sus páginas: “Esta tarde se constituyó solemnemente la junta. Escrutadora: Doctora Elvira Rawson de Dellepiane, presidenta; Jo­sefina L. Mantecón, vice-presidenta; y las señoritas Adela García Salaberry y Elvira Sáenz Hayes, como se­cretarias. Tales fueron las personalidades políticas femeninas que to­maron a su cargo la grave tarea de escrutar los sufragios del electorado feminista que actuó ayer en 20 mesas ubicadas en todos los barrios.” 
¿Cuándo se salvará esta omisión? Tenemos fe, que se cumplirá una orientación histórica de convic­ciones y la mujer se incorporará a la vida cívica argentina como un ele­mento de progreso.

Un núcleo de mujeres luchadoras “Pro Sufragio Femenino”, despidiendo a la Doctora Brunilda Wien (graduada en nuestra facultad de Filoso­fía y Letras) que partía como delegada al VIII° Congreso Internacional de la Alianza de Mujeres en Ginebra. Entre la doctora Alicia Moreau, Adela García Salaberry (la segunda sentada en silla desde la derecha, a su derecha Wein), Elvira Sáenz Hayes, Josefina L. de Mantecón, Elisa y Elvira Bachofen, Julia García Games, Ángela Costa, Juana Casenave, Dorila Mantecón, Ma­rla Consuelo de García, Berta Gerchunoff, Eda Valleggia, Ada Gandolfi, Carmen Fernández, E. García Mellid, etc. (“Golf”, marzo 21 de 1920)

En el mencionado Congreso, concurrieron delegadas de: Gran Bretaña, Alemania, Checoeslovaquia, Estonia, Francia, Grecia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Mecklemburgo,[2] Sterlitz, Norue­ga. Polonia, Suecia, Serbia, Turquía, Uruguay, Estados Unidos, Wurtemburgo, [3] Bulgaria, Hungría, Irlanda, Rumania, Sudáfrica, Australia, Italia, Argentina, India, China, Japón, etc. 
Se impusieron a 10 principios después de agitados debates:

El derecho al voto;
la independencia personal y económica en el matrimonio;
supresión de la autoridad;
derecho de conservar su naciona­lidad;
acceso libre a toda función e instrucción científica y profesional;
trabajo igual, salario igual;
igualdad de principios en la legislación del trabajo, pero protección excepcional acordada a la mujer;
reconocimien­to del valor social y económico de la maternidad;
protección a la madre no casada;
moral única para ambos sexos.


Reproducirnos a continuación, el texto del proyecto sancionado definitivamente por la Cámara de Diputados, que lo convirtió en ley, por el cual se acuerdan los derechos políticos a la mujer:
Artículo 1°.- Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan a los varones argentinos.
Art. 2°.- Las mujeres extranjeras residentes en el país, tendrán, los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o les imponen las leyes a los varones extranjeros, en caso que éstos tuvieren, tales derechos políticos.
Art. 3°.-  Para la mujer regirá la misma ley electoral que para el hombre, debiéndosele dar su libreta cívica correspondiente como un do­cumento de identidad indispensable para todos los actos civiles y electorales.
Art. 4°.- El Poder Ejecutivo, dentro de los dieciocho meses de la promulgación de la presente ley, procederá a empadronar, confeccionar e imprimir el padrón electoral femenino de la Nación, en la misma for­ma en que se ha hecho el padrón de varones. El Poder Ejecutivo podrá ampliar este plazo en seis meses más.
Art. 5°.- No se aplicarán a las mujeres las disposiciones ni las sanciones de carácter militar contenidas en la ley 11.586. La mujer que no cumpla con la obligación de enrolarse en los plazos establecidos, estará sujeta a una multa, de cincuenta pesos moneda nacional o la pena de quince días de arresto en su domicilio, sin perjuicio de su inscrip­ción en el respectivo registro.
Art. 6°.- El gasto que ocasione el cumplimiento de la presente, ley, se hará de rentas generales, con imputación a la misma.
Art. 7°.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
[…]

UNA EVOCACIÓN...

“La Razón”, Buenos Aires, 25 de agosto de 1919. “En la muy pacífica ciudad de La Plata, se ha presentado, al distrito militar de la sección, la señorita Adela García Salaberry, so­licitando su enrolamiento. No tuvo éxito, pero ha sentado un preceden­te que habla bien alto en pro del entusiasmo reinante en las falanges feministas, ya movilizadas, en marcha hacia la conquista de sus derechos políticos. La señorita García Salaberry es un elemento destacado del Par­tido Feminista Argentino, siendo actualmente Secretaria General del Comité de La Plata.
Pertenece al Banco de La Nación Argentina, excepción en el Reglamento del Personal, única mujer por voto unánime del Directorio y es, además, una poeta de mérito, cuyas producciones fueron juzgadas favorablemente por la crítica”.

Hace de esto 30 años. Hoy Adela  García  Salaberry tiene su libreta cívica matrícula N° 5.145.856


Compilación y compaginación Chalo Agnelli
Quilmes, 8 de marzo de 2018, Día de la Mujer

FUENTE
Biblioteca Popular Pedro Goyena
FOTOS
EL Momento II
Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires
Archivo General de la Nación
NOTAS

[1] El 24 de mayo la Asamblea Legislativa designó presidente y vicepresidente de la Nación para el período que comenzaba el 4 de junio de 1946 a la fórmula triunfadora integrada por Juan Domingo Perón y J. Hortensio Quijano.
[2] Mecklemburgo (en alemán: Mecklenburg) es una región del norte de Alemania que comprende la parte occidental y la mayor parte del estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.
[3] Wurtemberg(en alemán: Württemberg), antiguamente Wirtemberg, es un territorio histórico y un antiguo Estado de Alemania. Se trata de una región ubicada en Suabia, en el suroeste del país germano. Su capital tradicional era Stuttgart, pero durante cortos períodos lo fueron Luisburgo y Urach.

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