jueves, 4 de julio de 2019

"QUILMES CAPITAL DE LA PROVINCIA" (X) VEJETACIÓN, HIGIENE Y OROGRAFÍA


Quilmes, Capital futura de la Provincia” de Luis V. Varela (1881), dividido en 10 notas consecutivas. La primera es una transcripción de “Quilmes a través de los años” del Dr. Craviotto. Las dos siguientes, corresponden a “los antecedentes”, la biografía de Varela, seguidas por 6 que presentan los 12 capítulos, la última con la carta sobre la vegetación y la higiene del Dr. Carlos D. Spegazzini y el plano y estudio del terreno por don José Benites. A continuación se desarrolla la SEPTIMA PARTE con la carta de Spegazzini y el plano de Benites (Chalo Agnelli)

CARTA SOBRE VEJETACIÓN E HIJIENE (sic)
DEL DR. D. CARLOS SPEGAZZINI [1] 
Estimado Dr. Benavente
 Muy señor mío: 
Habiéndome usted demostrado deseo de tener algunas noticias sobre la flora del risueño pueblo de Quilmes, con muchísimo gusto voy á satisfacerle espresándole (sic) así mismo mi sentimiento por haber todavía estudiado muy poco aquella localidad, y por haberla visitado simplemente en la estación de invierno, muy poco favorable á tales investigaciones; sin embargo acepte lo poco que le puedo ofrecer, corno anuncio de un trabajo más vasto sobre este punto tan interesante de la Provincia Bonae­rense. 
En general la flora de los alrededores de Buenos Aires es muy pobre y de una monotonía desagradable para el botánico, perteneciendo toda al tipo de la región pampanea, es decir predominio de unas cuantas gramináceas á las cuales se pueden adjuntar algunas compuestas, va­riando y enriqueciéndose algo en los lugares paludosos (palúdicos) y en las cercanías del río, notándose siempre la falla de esencia arbórea, solo representada por el sauce colorado (Salix Humboldtiana) por el ceibo (Erythrina Cristagalli), por unos raros talas (Celtis tala), la esencia arbus­tiva tiene por base el añapindá (ñapindá) (Acacia bonaerensis), la Mata negra (Cassia corymbosa), el palo lechero (Excaecaria biglandulosa), y el Lantana Camara. 
Desde el tiempo que vivo en Buenos Aires hasta aho­ra solo había encontrado un lugar que presentara una vejetacion (sic) algo diferente, y fue la localidad llamada Las Conchas, cerca de San Fernando, donde como árbol se encuentra la Excaecaria biglandulosa y corno arbustos el clarandí (Cepalanthus Sarandí), el espinillo (Acacia cavenia), la multa (Eugenia uniflora), el Chenopodium Tiveedii, á las cuales se deben adjuntar varias enreda­deras de los géneros Mossenia, Metastelma, Durvillea, Cardiospermum, un Smilax y entre las herbáceas dos Cleomes. 
Es este invierno encontré otro punto dotado de una flora muy rica y absolutamente diferente de las de Bue­nos Aires y de las Conchas y que en verdad casi se acerca á la de las Provincias al Norte del Paraná y del Uruguay. Este punto dichoso fue el hermoso pueblo de Quil­mes. 
Ya varias veces había pasado á lo largo de su territo­rio pero para detenerme solamente pocos minutos y mí atención había quedado particularmente impresionada por la presencia bastante notable, á lo largo del ferro­carril, de algunas plantas raras en otras partes, como la Turnera hispida, la Wilbrandia sailttifolia, el Evolvalus sericeus. No obstante juzgaba que allí hu­biera una flora de mucho interés, sin embargo determi­né hacer una excursión, y la efectué en el día que tuve el honor de hacer su amable conocimiento. 
No le puedo esplicar (sic) mi sorpresa y placer cuando en dicho día poco después de haber empezado, mis investi­gaciones en el terreno cuaternario de las lomas altas, mas ó menos 14 metros sobre el nivel del agua, encon­tré parásita en un añapindá una diga-liga (Lovauthus cuneifolius), planta hasta ahora solo encontrada en las provincias más al norte de Buenos Aires. 
A este descubrimiento tuve muy pronto que adjuntar otros varios no menos importantes, entre los que no son de olvidar un sesurium, y el Mieranthemum orbiculatum (géneros nuevos para la República Argentina) y estoy cierto que muchos tesoros aun me han quedado escondi­dos por la mala estación, cosa que me hace esperar con gran deseo a la vecina primavera para poderlos re­velar todos. Pero esto era nada en comparación á lo que me espe­raba; en efecto, bajando de las lomas y llegado al terreno aluvional moderno, que forma la orilla del Rio, en lugar de encontrar como creía la vejetación (sic) de Palermo ó de la Boca, me encontré transportado á las cercanías de Concordia ó fácilmente más arriba todavía. 
Los sauces ordinarios habían casi, por completo, desa­parecido para dar lugar á majetuosos (sic) Coronillos blan­cos (Strychnodaphne Spc), los ceibos á los Laureles (Nectandra Spc), los talas á los hermosos Mata ojos (Lúcuma mercifolia) á los Coronillos colorados (Sentia Buxifolia) y a numerosas especies de Myrtaceas (ocho especies más ó menos) que son conocidas bajo el solo nombre general de Charchal, á la sombra de estas plantas vejetaba vigorosamente la Monodora interifoglia, y la verdadera Rosa centifolia, mientras numerosas enredaderas verdadera enredaderas como el Cordios permum velutinum (nuevo para la República Argentina), dos Smilas, varias asclepiades una bignoniácea, la Maneatis Hilarii, colgaban de todas las ramas entrecruzándose.  
Tal es el pequeño bosquejo que le puedo ofrecer sobre la vejetación (sic) del bello Pueblo de Quilmes, y  aquí  podría estenderme (sic) en consideraciones muy largas á su favor, pero creo que será bastante decir que el estudio de la vejetación (sic) es el mejor método para determinar las condiciones hijiénicas (sic), meteorolójicas y geolójicas de un país siendo que á la constitución de su carácter especial concurren particularmente y muchas veces casi únicamente la temperatura constante, la igroscopicidad de la atmósfera y las condiciones del suelo. 
Siento mucho que por el momento no le pueda dar un cuadro más estenso (sic), pero no es mía la culpa y fiando en su suma bondad espero que usted querrá siempre considerarme. 
Saluda á V. atentamente. 
Carlos Spegazzini 
Buenos Aires, 28 de Julio de 1881
PLANO Y ESTUDIO DEL TERRENO POR 
DON JOSÉ BENITES 
Buenos Aires, Julio de 1881 
Al señor Presidente de la Comisión que trabaja para llevar la Capital de la Provincia á Quilmes. 
Dr. D. Doroteo Benavente
 Señor: 
La Comisión que tan dignamente preside Vd. me en­comendó el relevamiento de un plano, en el partido de QUILMES, el cual sirviera para ilustrarla cuestión de Ca­pital que se ajita (sic) en ese mismo centro.
 Cumpliendo con la Comisión que se me confiara, tengo el honor de acompañar el plano adjunto, el cual ha sido levantado, no solo de las barrancas que limitan el pueblo QUILMES en su frente al Río de la Plata, sino también de aquel terreno que he creído, más apropiado para la fundación de una gran ciudad.
Por este plano verá el señor Presidente que se ha me­dido una superficie de terreno, compuesta de cinco mil setecientos veinte y ocho hectáreas, once áreas y cinco centiáreas, superficie que se encuentra determinada por las líneas HM., MO., OP., PQ. y QH. y que á mi juicio es más que suficiente, para poder en ella proyectar el tra­zado de cualquier ciudad, en las  mejores condiciones que para estos casos exijen (sic) los adelantos modernos y que cualesquiera que sean sus exijencias (sic) de desenvolvimiento futuro, siempre tendrá ancho espacio donde desarrollarse con facilidad.
Se comprenderá más fácilmente la verdad de esta aserción, si se tiene en cuenta, que nuestra gran metrópoli sólo cuenta, a pesar de esos años transcurridos desde su fundación, solo cuenta decía, alrededor de dos mil qui­nientas hectáreas de población, que puede llamarse densa y que pasará aun mucho tiempo para que una edificación continua abarque la zona que se ha medido en QUILMES. 
El terreno comprendido entre las barrancas y las di­ferentes líneas medidas en los costados Sud Este, Sud Oeste y Nord-Oeste del plano, es terreno alto, sumamente ondulado, llegando en algunos parajes estas ondulaciones, á causar una diferencia de nivel de 12 y 15 %.
No escapará á la penetración del señor Presidente la inmensa ventaja que estas diferencias de nivel ofrecen, pues en un terreno de estas condiciones las obras higié­nicas y de salubridad que demanda imperiosamente una ciudad, son fácilmente practicables, no sucediendo esto en Barracas al Sud, donde la normal de las diferencias del nivel solo alcanza á un 3%, punto mínimum y aun discutible que se necesita para la construcción de cloa­cas, etc., etc.
Estas ondulaciones ó colinas, obedecen todas ellas á un arrumbamiento especial y según constantemente paralelas el trazado del pueblo de QUILMES á medios rumbos, ofreciendo por este hecho una gran ventaja sobre el trazado de pueblo antiguo, en que por regla general ese trazado ha sido verificado de Norte á Sur y de Este á Oeste.
Sabido es, y son conocidas de todas las influencias benéficas que entre nosotros ejerce el viento del Sud-Oeste (pampero) y una ciudad trazada siguiendo las ondula­ciones que rodean el pueblo de QUILMES, gozaría amplia­mente de estas buenas condiciones, constituyéndola este hecho en una ciudad bien aireada y seca. 
El agua del sub-suelo se encuentra á igual distancia que en Buenos Aires 13 metros por regla general, y es sumamente potable, no ofreciendo su composición química diferencia, con la de Buenos Aires. 
Quilmes, como todos los pueblos ribereños tienen un terreno que arrancando las barrancas llega hasta el Río de la Plata, terreno conocido con el nombre de bañado.
La Municipalidad ha hecho alambrar perfectamente este terreno y lo alquila para el pastoreo, sacando de él una renta. Este hecho demuestra que el bañado se en­cuentra en buenas condicione y que el difiere notable­mente de otros terrenos de la misma especie que cons­tantemente conservan agua, haciéndose por este hecho inesplotables (sic) durante una gran parte del año.
Actualmente funciona un tramway entre el Río y la estación del ferro-carril y recorre una distancia de tres mil doscientos veinte y cinco metros, de los cuales dos mil metros de trocha están construidos en el terreno ba­ñado. Esta construcción según datos que se me han suminis­trado no cuesta ni un solo peso más que lo verificado en el terreno alto, demostrando este hecho qué la capa su­perior del bañado se adapta fácilmente á esta clase de construcciones.
Dato importante es este, si se tiene en cuenta que una gran ciudad fundada en QUILMES necesita un puerto, y que este se encontrará cruzado por infinidad de vías férreas que faciliten las operaciones de su comercio marítimo.
La situación ventajosísima, para la fácil y rápida co­municación con el exterior, interior, y capital de la Na­ción, está demostrada por sí sola y no creo deber insistir sobre este punto, que es un axioma para el que tenga las más ligeras ideas geográficas de nuestro país.
Otra gran necesidad de una ciudad á fundarse, es la fácil previsión de aguas sanas y permanentes en cantidad suficiente para sus necesidades y este punto como el anterior no ofrece tampoco duda de que QUILMES llena la condiciones. Tierra buena para la agricultura, es también otra ne­cesidad.
Y bien, para probar la bondad.de la tierra en QUILMES, bastará tener presente, el hecho altamente significativo de que los chacareros que pueden llamarse los peritos prácticos en la materia, prefieren pagar en QUILMES un 10 y 15 % más de alquiler, por los terrenos, que en cualquiera de los otros partidos limítrofes.
Esto por una parle y por otra el gran desarrollo agrícola que ha tomado QUILMES desde que funciona el ferro-carril demuestran de una manera evidente la singular predilección que los sembradores dan á los terrenos de este partido, donde su tierra es proverbialmente conocida como una de las más fértiles. Se piden también para establecer una ciudad condiciones hijiénicas (sic) buenas.
Y bien, para concluir, lo haré con palabras que he oído del Dr. Wilde: “Hacen veinte años que ejerzo la medicina en QUILMES y estoy pobre”. 
Hay que tener presente que el Dr. Wilde ha tenido toda su vida hábitos ahorrativos. Con lo espuesto (sic) creo dejar concluida mi misión y si ello no satisface á los honorables miembros de esa comisión, cúlpese mi pobre intelijencia (sic) y no la falta de mi buen deseo.
Saludo al señor Presidente con mi mayor aprecio y respeto.
JOSÉ BENITES
       Digitalización, escaneo y configuración Prof. Chalo Agnelli 
Gentileza del Prof. Claudio Schbib
Asociación Historiadores Los Quilmeros
Biblioteca Popular Pedro Goyena
Quilmes, agosto 2016.
BIBLIOGRAFÍA PARA CONSULTAR 
Craviotto, José A. (1966) “Quilmes a través de los años” Ed. Municipal. Pp. 241 y 242
Salmerón, Luis Arturo. “La gran hambruna irlandesa, 1845-1849”. https://relatosehistorias.mx 
Trujillo, Juana. “Breve historia de Antoine Augustin Parmentier y la patata” https://www.directoalpaladar.com 
Varela, Luis V.: (1877) “Debates de la Convención constituyente de Buenos Aires 1870-1873”. Publicación Oficial. Hecha bajo la dirección del convencional Luis V. Varela. Bs. As., La Tribuna, 1877. 2 Tomos 
Ver en EL QUILMERO del lunes, 17 de octubre de 2011, “William Wheelwright y una excursión fluvial por el Rio de La Plata hasta Ensenada” 
NOTAS

[1] Carlos Luis Spegazzini nació en Bairo, Italia, el 20 de abril de 1958. En 1879 desembarcó en nuestro país, después de formarse académicamente en la península y bajo la tutela del renombrado micólogo Pietro Andrea Saccardo. En el verano de 1881-2, Spegazzini visitó Patagonia y Tierra del Fuego como miembro de la expedición del Teniente Bové, en la goleta malograda Golden West. En 1884, al regresar de la expedición, Spegazzini se trasladó a La Plata, y ganó el puesto de Catedrático de Botánica de la Universidad de Buenos Aires.
Spegazzini murió el 1° de Julio de 1927 en La Plata. Durante 45 años, escribió una cantidad enorme de estudios sobre hongos argentinos, moviéndose en áreas inexploradas, describiéndo las espécies una por una. En total, publicó más de 150 monografías, no solamente sobre hongos, sino también sobre plantas florecientes, y le fue otorgado el título de Doctor de Ciencias.

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