Prof. Chalo Agnelli
El
F.C. Oeste de Buenos Aires llegó en el año 1857 y a la estación se la denominó “Floresta”.
En 1888 cambió su nombre por el de “Vélez
Sársfield”. La estación cabecera de este ferrocarril estaba en el lugar
que hoy ocupa el Teatro Colón. En el barrio de Floresta nació la primera línea
de colectivos que recorría las calles Rivadavia y Lacarra hasta Primera Junta.[1] Don
Manuel Rosendo Pazos [2] fue
el promotor de este servicio, tan característico de la Capital Federal.
Mientras el Superior Gobierno repone
en plena Capital Federal a "Floresta” su viejo nombre y modifica el de
otra estación a su correcta expresión "Dalmasio Vélez Sársfield”; mientras
una naciente colonia del Chaco, sin más gloria su suelo que la fecundidad que
promete, recibe el honor de recordar el autor de nuestra canción nacional,
"Blas Parera"; mientras en esos casos se aplica en su elevado rigor
el contenido histórico-cultural de las disposiciones que los orientan, en el de
esta promisora villa de la línea La Plata-Avellaneda del F.C. Provincial, se
asigna una trivial denominación envuelta en disputas vecinales, que suplanta
así el toponímico investigado por el Archivo Histórico de la Provincia, uno de
los más antiguos del país, pues fue el mismo Don Juan de Garay (1580) quién
dividió estas tierras en las "suertes" primitivas.
PAGO
NUESTRO
El lugar de referencia se inició
por un loteo de fines de 1938, en la intersección del Camino a Mar del Plata y
las vías del F. C. Provincial; Partido de Quilmes, y ha dado origen a una cuestión por su
nombre que lleva a generalizar su sugerente caso.
Divididos los actuantes en dos
grupos, por las cuestiones lugareñas de tantos pueblos chicos, proponían
también nombres distintos: la Sociedad de Fomento de "Pago Nuestro" mantenía su designación, y una agrupación
disidente le oponía "Los
Campitos".
LOS
CAMPITOS
Llegado el momento de inaugurarse
la Parada ferroviaria, la parte que había intervenido en las gestiones más
recientes obtuvo que se colocaran unos carteles con "Los Campitos". Claro que inmediatamente reaccionó su
antagónica, pero, en vez de anteponer su nombre, consideró finalmente resolver
el pleito como legalmente correspondía, y en tal demanda se dirigió al Señor
Gobernador de la Provincia. Y los prematuros carteles fueron retirados por
orden superior.
ARROYO
DEL PATO
Así las cosas, el Consejo de
Obras Publicas Provincial pidió el informe técnico del Archivo Histórico de la
Provincia, que dirigía el Dr. Ricardo Levene, el cual dictaminó "Arroyo del Pato", toponímico
contemporáneo a la fundación definitiva de Buenos Aires (Expediente
P/53/43-M.O.P.), cuando
don Juan de Garay entregó a Antonio Higueras de Santana la suerte de estancia
conocida como la Laguna del Pato. [3]
De tal manera, los dos nombres en
pugna, Pago Nuestro y Los Campitos, a los que solo podían amparar razones sentimentales
ya que carecen de todo fundamento regional, debían olvidarse por la más autorizada
tercería que puede sustituirlos.
BASES
LEGALES
Es muy interesante conocer, a
través de sendos considerandos, las terminantes bases legales que rigen la
cuestión:
Decreto del Gobierno de la
Nación, del 3 de septiembre de 1934: "Que
en todo el territorio de la República se han producido y se siguen produciendo
cambios de nombres con relación a lugares cuyas
denominaciones las recibieron de los fundadores o descubridores,
así como de sitios que fueron teatro de episodios históricos en olvido de las
consagraciones de la leyenda o la tradición y dando lugar a
infundadas sustituciones y a injustos olvidos".
Decretos Provinciales del 10 de agosto de 1934 y 21 de agosto de 1942: "Que
es preciso, antes de que la acción de intereses privados frente a la inercia,
termine con respetables recuerdos del pasado y con sanas tradiciones
nacionalistas, las que son necesarias como fuerzas morales que vinculan el espíritu
del pasado con el por venir, tomar medidas que tiendan no sólo a la
conservación de aquello que no debe perderse, sino a una menor justicia distributiva
en materia de recuerdos y homenajes".
Ley N° 3487-Art. 5°: "El nombre de los centros de
población los fijará a propuesta del interesado el Poder Ejecutivo, debiendo preferirse
para ello el de la región geográfica o antecedentes históricos, naturales,
geológicos y topográficos, algún hecho o antecedente memorable, etc.”
ARROYO
DEL PATO
Pese a lo evidente, el 27 de enero de 1944, se decretó “Los
Campitos” como denominación de la Parada Km. 28,595 del F.C Provincial de
Buenos Aires. Tal decisión suplantaba el nombre original y aún recordado por
viejos pobladores, anulando la contribución de un Instituto Oficial solicitada
por otro Organismo Provincial, el Consejo de Obras Públicas, que elevó al Poder
Ejecutivo bonaerense una designación gestada como réplica de sector en campana
de preponderancias, de la que comentaba el estudio del Archivo. Cualquiera que
fuese la tradición del nombre “Los Campitos” acerca de lo cual nada
se dice en estas actuaciones nunca superaría a la del toponímico que he
aludido, “Arroyo del Pato” Y el
Archivo Histórico no sabía, claro está, que lo que no se dice en las
actuaciones es que tal designación era una de las banderas de los grupos
querellantes, y que da la casualidad que un miembro de esos sectores tiene en
el lugar una residencia llamada “El Campito”.
VULNERACIÓN
DE PRESTIGIOS
Consagración de tal naturaleza,
que dio razón a un bando no contra otro, sino contrariando mismo una Institución
Oficial, transformó el caso en vulneración de prestigios institucionales y de
reivindicación de las disposiciones que rigen la materia, previendo precisamente
estas cuestiones. Para ello exclusivamente se constituyó esta Comisión, que
solo guarda en su apelativo un homenaje para la Sociedad que declinó el
proselitismo de su nombre para conciliarse en el que superaba toda pretensión.
ANDRÉS
BARANDA
Solicitada el 2 de febrero de
1944 la reconsideración del Decreto, se le ha dado curso por el Ministerio de
Obras Públicas, en demanda de una resolución que repare la actual inversión de
valores. En base a una consulta de la Sociedad de Pago Nuestro a la Junta de Estudios Históricos de Quilmes,
esta aportó un extenso informe por el cual se comprueba que sobre las tierras
que hoy litigan por nombrarse, un activo hombre público del pasado quilmeño, Don Andrés Baranda, actuó como
ganadero y las trabajó con nuevos métodos en la zona, desde 1840 a su
fallecimiento en el 1880.
Abocada la Municipalidad de
Quilmes a una plausible campaña de recordación de los propulsores del
Distrito, aceptó la idea de la Junta para proponer en la reconsideración, al
par del toponímico y significando simplemente posibilidad de elección por
distintos pero igualmente elevados criterios, el nombre de Andrés Baranda viejo
poblador y brillante edil. La intervención Municipal tiene también la virtud de
conciliar en uno solo el nombre del pueblo y su parada, evitándose una futura
dualidad oficial designativa, motivo de confusiones en los lugares que la
tienen. (Expediente
48/Sdad/44-Municipalidad de Quilmes)
La Junta de Estudios Históricos
ha comunicado esos antecedentes a esta Comisión Tradicionalista, que le ha
dado traslado a su gestión ante el Ministerio. (Expediente M/293/44-M.O.P.)
Ambas proposiciones originadas en
Institutos de reconocida capacidad y por
ende al margen de valoraciones interesadas, encuadran en las prescripciones
legales y orientan la cuestión hacia el plano ético que le corresponde,
proporcionando a las autoridades que decidan, elementos con la jerarquía de su
delicada función.
Pero de este insólito
caso pueden aprovecharse enseñanzas que impidan su repetición en cualquier
lugar y en circunstancias aún más trascendentes. Por lo pronto es necesario
recalcar el respeto que la Ley debe merecer en sus más aparentemente simples aplicaciones,
y la secuela perturbadora, enconos, escándalo vecinal, suspicacia pública,
etc., que legitiman estas arbitrariedades. Ampliar esas disposiciones para
crear una conciencia de genuina tradición nacional, buscando en cada pedazo de
suelo patrio que levante hogares argentinos un recuerdo de su ayer. Evitar así
que la lógica comercial de un rematador, la petulancia de un señor de muchas
tierras o la trivialidad de un grupo "week-endista", llamen solares
que resuman historia con ocurrencias raras o "bonitas", pero vacías
para antiguos pobladores o espíritus cultivados y respetuosos,
A los artificiales: "Los
Ranchitos", "Las Tejas”, "Los Troncos”, "Los
Aromos", "Los Eucaliptus" y toda la flora que olvidó, sin
embargo, los "25 Ombúes" de Hudson; un "San Sebastián" en
el Matanzas, cualquier "Las Casitas” por allí, nuestro "Los
Campitos" por aquí; las fechas políticas y consagraciones de sector con
"Fulanos de Tal" por simples donaciones o cosas por el estilo, etc.,
etc., a todo eso, anteponer un recóndito toponímico o el homenaje al olvidado
fundador o la figura patricia pospuesta. Y junto a los tableros de las
estaciones, indicadores de lugares, etc., resumir sus antecedentes, expresar su
símbolo; curiosidad para el "turista", revelación, (que lo será
tantas veces) para el poblador. Cultura, en fin,
sembrada por sus tierras, sus caminos, sus rieles, sus pueblos. Y donde un
nombre encubriera inconfesables valoraciones personales o de camarilla, tendría
la sanción de su desnudez significativa; pues ninguna falsa justificación, por
declamatoria que sea, ha de prevalecer en comunidades dignas. Ese es el
camino, que al modesto sentir de esta Comisión, debe conducirnos a la
recuperación de valores telúricos y humanos que al rebrotar por nosotros, nos
haga sentir la savia vivificante que se ilumina en las hojas más altas, pero
nutridas por la honda y vieja raíz.
A tal empresa aportamos, por no
atrevernos a decir iniciamos, la dignificación epónima de nuestro pago. Lo que
puedan hacer otros más capaces para su realización integral, será en bien del
gran pago que es la Patria.
Firman: Francisco
Alsina, presidente y José García Fernández, secretario.
Marzo de
1944
ALGUNAS
EXPRESIONES PERIODÍSTICAS SOBRE EL EXTRAÑO CRITERIO CON QUE SE DENOMINÓ LA
PARADA KM. 28,593
DEL F. C. PROVINCIAL
“EL DÍA” (La Plata), en
el resumen de su editorial “La Tradición
Toponímica", del 2 de febrero de 1944, dice: "Dentro de su aparente
intrascendencia, el pleito originado entre los vecinos de un nuevo centro de
población constituido sobre la línea del F. C. Provincial, ofrece una saludable
enseñanza. Una de las tendencias en que se dividía la opinión lugareña respecto
a la denominación del paraje ha sido satisfecha por la resolución del Poder
Ejecutivo. Pero en realidad no correspondía lo uno ni lo otro, sino estarse a
lo indicando por el Archivo Histórico de la Provincia de acuerdo con los antecedentes
toponímicos más antiguos de la zona. El gobierno debe rectificar su error, pues
es norma ajustar la nomenclatura geográfica a elementos de la tradición.”
“LA NACION” (Buenos Aires),
del 30 de marzo de 1944: “Una parte del
vecindario propuso el nombre de Pago Nuestro, que era el de la Sociedad de
Fomento, y la otra el de Los Campitos, obedeciendo este último a que hay allí
una residencia que tiene la misma denominación, en singular. Sin embargo,
recientemente se dio un decreto que dispone darle la denominación de Los
Campitos, hecho que motivó un movimiento de opinión favorable a la tesis
sustentada por el Archivo Histórico, en el sentido que los antecedentes son
favorables a la adjudicación del nombre de Arroyo del Pato, a lo que se agrega
que esta designación se ajusta al decreto del gobierno nacional del 3 de
septiembre de 1934, que dispone que los lugares lleven nombres adecuados a la
leyenda o la tradición.”
“LA
RAZÓN”
(Bs. As.), del 31 de enero de 1944: "...sobre
las preferencias localistas debía prevalecer la norma legal, de acuerdo con el
decreto del Poder
Ejecutivo que establece que en la denominación de nuestros pueblos debe
aplicarse la de la región geográfico o la que indiquen los antecedentes
históricos, naturales y topográficos…”
“NOTICIAS
GRÁFICAS”
(Bs. As.), 30 de marzo de 1944: "...Al
fundarse un pueblo cerca de Montaraz [4] en la intersección del camino a Mar del Plata
se le llamó provisoriamente parada Km. 28,593. Una información obtenida del
Archivo Histórico de la Provincia, recordó un viejo nombre del lugar, Arroyo
del Pato, que data de 1580, nada menos. A pesar de ellos la designación oficial
recientemente impuesta, dejo de lado ese nombre varias veces secular..."
“LA
PRENSA”
(Bs. As.), del 4 de abril de 1944: "...dicha
entidad (Pago Nuestro) ha formulado aclaraciones en el sentido de que la disposición
ha sido adoptada contrariando lo solicitado por la misma, que consistía en dar
a la citada parada el antiquísimo toponímico Arroyo del Pato, que se menciona
desde la época de Juan de Garay y queden la consulta formulada al Archivo
Histórico de la Provincia fue el que se aconsejó se adoptara…"
“EL
ARGENTINO”
(La Plata), en su nota “La denominación de los lugares”, del 30 de marzo de
1944: ..."El propósito que inspira a
los recurrentes es legítimo e inobjetable. Hace ya largo tiempo que la anarquía
en la denominación de los lugares suscitó el comentario desfavorable de la
opinión pública, porque los nombres revisten un valor histórico y tradicional
que no puede desconocerse. La arbitrariedad en el uso de los mismos conduce
evidentemente a desnaturalizar el acervo del pasado... La medida dispuesta con
motivo de la disparidad de criterio producida entre los vecinos de la zona de
la nueva parada del ferrocarril Provincial se aparta, sin embargo autorizado pronunciamiento
del Archivo Histórico para inclinarse hacia una de las opiniones en pugna, sin
que la decisión aparezca fundada en razones convincentes. Convendrá, pues, ratificarla,
atendiendo al petitorio formulado por el núcleo vecinal”.
ADENDA
Hoy en día esta zona que fue tan conflictiva,
se la conoce en Berazategui por “El Pato”, o “Centro Agrícola El Pato”. Se encuentra sobre la Ruta
Provincial 36 y el empalme de la Ruta 2. Limita: al norte con “Ing. Allan”,
del partido de Florencio Varela; al sur con “El Peligro” y “Arturo Seguí”, partido
de La Plata; al este con el Parque Pereyra; y al oeste con “La Capilla” también
de F. Varela.
Cuenta
con uno de los nombres más antiguos de la Provincia, pues fue impuesto por los
hombres de Juan de Garay, en 1580.
Aunque parezca mentira es una zona de sismicidad, pues la región
responde a la “subfalla del río Paraná” y a la “subfalla del río de la Plata”.
La primera expresión que se registra fue el 5 de junio de 1888 (132 años),
a las 3.20 A.M. con una magnitud probable, de 5,0 en la escala de Richter. La última expresión se produjo el 30 de noviembre
de 2018, a las 10:27 AM, con una magnitud de 3.8 en la escala de Richter. Según
el último censo, hay 6.854
habitantes y 116 habitantes en el
área rural. Wilkipedia
Compilación Prof. Chalo Agnelli
Documento del Archivo Prof. Juan Carlos Lombán
Como secretario de la Junta de Estudios Históricos 1ᵃ
época
BIBLIOGRAFÍA
Archivo “Prof.
Juan Carlos Lombán” en la Biblioteca Popular Pedro Goyena.
Archivo Cooperativa "Tres Límites Lda."
(El Pato)
Greco, Juan. Historia de
Berazategui. Editorial del autor, 1988.
Leyes, Prof. Raúl Alberto. Blog de la Asociación
Orígenes de Berazategui del viernes, 16 de enero de 2015 “Parada ferroviaria
Centro Agrícola El Pato”
Rodríguez Avellón, Eduardo.
Crónica de mi pago. Asociación Orígenes Berazategui, 1997.
NOTAS
[1] http://elarcondelahistoria.com
[3]
Parada ferroviaria Centro Agrícola El Pato en el Blog de la Asociación Orígenes
de Berazategui viernes, del 16 de enero de 2015, por el Prof. Raúl Alberto
Leyes.
[4]
La Municipalidad de
La Plata, mediante la Ordenanza Nº 1111 impone a la calle 71 el nombre Ingeniero Juan Allan, en homenaje a
quien fuera el primer maquinista en la historia de los Ferrocarriles
Argentinos. Conductor de la locomotora "La Porteña" que en el año
1857 realizó el primer viaje ferroviario entre la estación del Parque (hoy
Plaza Lavalle) y Floresta en la Ciudad de Buenos Aires. También condujo 14 años
más tarde, en 1871, durante la epidemia de fiebre amarilla en la ciudad de
Buenos Aires, el tren que trasladaba los ataúdes al primitivo cementerio de la
Chacharita, y falleció víctima de la epidemia a la edad de 36 años.
Existía hasta hace algún tiempo, una placa de homenaje
frente a la Estación Meridiano V, en la esquina de 71 y 17, pero fue retirada
para su preservación, y según datos que pude recopilar, se encontraría guardada
en el Museo Dardo Rocha.
Primer loteo realizado en El Pato el 13 de noviembre
de 1938 (pintado en negro) se observa la inexistencia de la parada ferroviaria
C.A. El Pato y el primer nombre de la estación Ing. Allan (Montaraz)
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