Por Chalo
Agnelli
Las siguientes notas
son de “El Quilmero”, periódico de Pedro Giménez. [1] El medio
de prensa que, después del reducido período de existencia de “El Progreso” del
Dr. Wilde fundador del periodismo local, brindo la más importante colaboración
para la promoción de la aldehuela en pueblo, durante las primeras décadas de la
Tercera Fundación.
Ya el cólera (1858) y la fiebre
amarilla (1871) habían atacado a Quilmes, no con la gravedad que en la ciudad
de Buenos Aires, pero esas epidemias se cobró vidas. [2]
Estos informes periodísticos muestran el accionar de las autoridades y las actitudes de la población, así como el uso de los poquísimos
recursos con que se contaba; se siente en su lectura que, después de casi 140
años, mucho se ha progresado, pero también existía y existe, aún hoy, la misma desidia e irresponsabilidad
de unos pocos, la que hoy es más graves, pues en aquel entonces la ignorancia y
las supersticiones con respecto a las enfermedades y las pestes era inmensa.
CONTEXTUALIZACIÓN
En 1883 se instala la Municipalidad
como institución independiente del juzgado de paz. El primer presidente de la
Municipalidad don Eduardo Casares.
El 18 de febrero, se dicta la ordenanza Nº 1, del nuevo registro; se
designan con nombres y números las calles comprendidas entre las actuales calles
Conesa hasta Brandsen y entre W. A. Bell y Av. Uriburu; incluida la avenida
Mitre hasta Berazategui; la propuesta de los nombres la realizó el concejal
Fermín Rodríguez, dueño en 1880 del periódico "La Verdad".
Subsisten todos los nombres, a excepción de la calle Nicolás Videla, que
reemplazó así su nombre de Buenos Aires; la calle Tres de Febrero por L. N.
Alem; la calle Progreso por Humberto Primo; Río Santa Cruz por W. A. Bell y Once
de Setiembre (ex Real) por Centenario, luego Uriburu y en la actualidad avenida
Hipólito Yrigoyen.
En la esquina de las calles Brown y
Garibaldi, la empresa de Juan Giussani & Cía.
instala la primera destilería de alcohol, precursora en este rubro. Elaboraba
anís, caña de durazno, vino blanco, vermouth y refrescos de varios.
Se funda la Escuela Primaria N° 3 como común-rural,
ubicada a 24 cuadras del pueblo, en la esquina de las actuales calles Gral.
Acha y Amoedo, hacia el oeste, en la chacra de Antonio Novais con 78 alumnos a
cargo de doña Florinda Fernández de
Catalá y como ayudante su hija Florinda Catalá, precursoras e la
educación en Quilmes.
El 26 de agosto
Jorge L.
Barton (pariente del Dr. Wilde), vicepresidente de la comisión de fomento del
pueblo San Juan, y Alejandro Villabrille, secretario, dirigen a la municipalidad
una nota solicitando el cambio del nombre del pueblo por Florencio Varela.
NOTICIAS
E INFORMES PERIODÍSTICOS DE “EL QUILMERO” SOBRE LA VIRUELA DURANTE 1883
Nota” del domingo
25 de marzo de 1883, seguramente de la pluma de Pedro Giménez, su director.
VACUNA
Y VIRUELA
¿Qué medidas ha adoptado la
Municipalidad para precaver al vecindario de la terrible peste de la viruela
que hace estragos en la Capital y
ha repercutido ya en muchos partidos de la campaña?
Nada hemos oído decir y sin embargo
es urjente (sic) que se trate de organizar el servicio de vacunación de los
niños en la campaña donde la mayoría de ellos carece de ella.
Lo hemos dicho y lo repetimos: del modo que se ofrece la
vacunación en Quilmes, no está al alcance de la mayoría de las gentes de la campaña
del partido cuya ignorancia ó apatía las hace mirar con indiferencia esa
operación.
La vacunación de los niños debe llevarse á domicilio y hacerse
obligatoria, aunque
para
ello sea necesario afrontar algunas erogaciones pecuniarias de la Caja Municipal que seguramente no
carecerá de recursos para ello.
Es urjente (sic) que se adopten
medidas preventivas para la tranquilidad del vecindario alarmado con justicia, y para no cargar con la responsabilidad de la incuria como culpa de que en Quilmes se desarrolle esa peste.
Nota del mismo periódico “El
Quilmero” del domingo 1 de julio de 1883, también de la pluma de Pedro Giménez.
VIRUELA
Se dice que existen algunos atacados
de viruela en este pueblo. No lo sabemos con seguridad; pero si ello es verdad,
cómo es posible, la Municipalidad ha debido adoptar algunas medidas tendientes
a prevenir las consecuencias del desarrollo de esta terrible peste.
No es esto incitarla a hacer lo que
sus recursos y las condiciones del Municipio no le permiten; pero siendo notorio
que las condiciones hijíenicas (sic) y
los recursos influyen mucho a favor del paciente, creemos que no se debería
esperar más para promover los medios de arbitrar recursos con que asistir
debidamente á las persones de la viruela.
Si la Corporación piensa dejarse
estar mano sobre mano, hasta
que se le autorice para gastar el dinero necesario en ese objeto, el vecindario
puede ser diezmado por la peste, si desgraciadamente se desarrollara antes que
los recursos lleguen.
Hágase venir un Médico siquiera, que
pueda atender a los enfermos con la actividad requerida, para que no tengamos
que oír lamentos de padres desgraciado que sobre perder sus hijos se les agrega
el dolor de no haberles podido asistir a tiempo por falta de Médico, como dicen
que sucedió con Ventura Marrero.
Sin el ánimo de hacer cargo, que no
haremos, a los Médicos de Quilmes que no les es posible acudir, á la vez, a
cuantas partes se les llama, repetimos que es urjente (sic) que la
Municipalidad traiga a Quilmes uno activo y que a cualquier hora pueda acudir
al lecho del paciente, cosa que no siempre
le es posible al que paga con las rentas del Municipio.
“El Quilmero” jueves 5 de julio de 1883
LA VIRUELA
Solamente en Quilmes vemos que se piensa ahuyentar esa
terrible peste por medio de notas para clausurar las Escuelas. Indudablemente
que la tranquilidad de este Municipio no será alterada por tan poca cosa.
Mientras tanto en el colega de Bahía Blanca, que
tenemos a la vista, encontramos el relato del primer caso de viruela ocurrido
allí y las medidas tomadas para evitar su propagación.
En un Hotel se enfermó un pasajero de esa enfermedad
terrible y el dueño no dio cuenta á las autoridades.
El enfermo fué trasladado, y el dueño del Hotel alojó
en la misma habitación a otras tres personas que ignoraban este antecedente,
cayendo enfermas las tres.
Recién entonces la Municipalidad tuvo noticias del
hecho e inmediatamente tomó las siguientes medidas.
Aislar a los enfermos en una casa alejada del centro de
la población, costeándoles esmerada asistencia.
Hacer desalojar el Hotel donde se alojaron aquellos.
Invitar al vecindario a blanquear por dentro las
habitaciones y ejecutar otras medidas de higiene privada.
Aplicar una mulla de cinco mil pesos al dueño del Hotel
desalojado por haber ocultado los casos de viruela, siendo la causa de su
propagación en aquel vecindario.
Se dirá que tales medidas son Más fuertes que eso de pasar notas y dejar que
cada vecino convierta su casa en un foco de infección.
¿¡Pero es que hay notas capaces de detener la
propagación de la viruela!?
Viernes 6 de agosto de 1883
LA VIRUELA
Según noticias que tenemos, ha vuelto a recrudecer la
viruela, siendo varios los atacados de esa terrible enfermedad. Como lo hemos
dicho antes, la Municipalidad local debe arbitrar medidas preventivas para
que los atacados de viruela no caigan víctimas de ella, como ha sucedido en la
mayoría de los casos.
Acúdase en socorro de las familias donde hay enfermos
de esa peste, proporcionándoles asistencia y recursos, si carecen de ellos,
como es en general, pues son gentes de las más pobres las que forman la
mayoría de los atacados.
Las circunstancias exijen (sic) que la Corporación
(Municipal) dedique su atención preferente á aliviar las condiciones de los enfermos
de viruela, lo que puede influir mucho para combatir el mal.
Jueves 12 de julio de 1883
VACUNACIÓN
OBLIGATORIA
La mayoría
de los periódicos serios de la Provincia levantó y ha venido sosteniendo la propaganda de Hacer obligatoria la vacunación de las gentes.
El Gobierno, inspirado en esa propaganda
ó en las necesidades sentidas de decretarla, ha posado a la Legislatura el
mensaje que se verá en seguida y que publicamos con gusto porque el Quilmero también le cabe el honor de
la propaganda:
El Senada
y Cámara de Diputados, etc.
Art 1°. Desde cuatro meses después
de la promulgación después de la promulgación de la ley es obligatoria en toda
la Provincia la práctica de la vacunación, de acuerdo con las siguientes disposiciones
y con los reglamentos que a consecuencia de esta ley, formule el Poder
Ejecutivo.
Art. 2°. Todo niño nacido en la Provincia,
debe ser vacunado antes de alcanzar la edad de doce meses de quedar sin efecto esa
vacunación será renovada hasta conseguirlo o hasta que el niño sea declarado
refractario a la acción del virus vacuno.
Art. 3°. Todo niño que haya sido vacunado en los
términos del artículo anterior, luego que llegue a los diez años de edad deberá
ser sometido a la
revacunación y en caso de no tener éxito en la segunda operación, se procederá
como en ese artículo se dispone.
[...]
En caso de omisión, será penado con
multa de doscientos pesos a beneficio de las escuelas comunes del distrito.
Art. 6°. Los médicos municipales ó
de Policía de cada partido, estarán
obligados
á vacunar los niños del
partido en las
épocas que
cada Municipalidad determine:
En caso necesario, las Municipalidades
nombraran médicos vacunadores para el cumplimiento de las disposiciones de esta
ley.
Los emolumentos, gratificaciones de los
médicos y gastos de la vacunación, serán determinados por las Municipalidades
con aprobación del P. E. y pagados de las rentas del municipio.
Art. 7°. La vacunación y revacunación será hecha gratuitamente. Los médicos encargados oficialmente de practicaría, que cobren algún honorario
para hacerlo, serán considerados
como estafadores y juagados como tales.
Art. 8°. En las escuelas públicas o particulares
será obligatoria la vacunación o revacunación, debiendo el médico de la
localidad practicarla en la misma escuela,
á todos los niños que según esta ley daban ser sugetados (sic) a
ella.
Art. 9°. El P. E. dispondrá qua sean
vacunados los individuos que no los estén: en los gendarmes de la Provincia; en
los guardias de cárceles; en los detenidos, en los condenados, en los que
asisten en los hospitales de la Provincia, así que su estado lo permita.
Art. 10°. El P. E. reglamentará especialmente esta ley, fundará un servicio
especial de vacunación en la Provincia y tratará en cuanto sea posible que el
servicio se haga en
e! domicilio de los que han de ser vacunados; y en donde esto no sea
posible, procurará que, á lo menos, se haga en cada cuartel, dos veces cada
año.
Art. 11. El P. E. tratará que la
vacunación sea hecha con virus directamente sacado del animal vacuno, á cuyo
efecto fundará un conservatorio de vacuna animal en el establecimiento de Santa
Catalina.[3]
Art. 12. Los gastos que demande esta
ley mientras no sean incorporados en el presupuesto, se imputarán á ella misma
y serán pagados de rentas
generales,
Art. 13. Comuníquese, etc. - D’Amico.
Domingo 12 de
agosto de 1883
VIRUELA (se agrava la situación)
Es sumamente alarmante el desarrollo que ha tomado en
Quilmes esta terrible peste. Son numerosos los atacados que hay por distintos
barrios y en general es en los hogares de gentes pobres de recursos donde
ataca.
Domingo 19 de agosto de 1883
VACUNACIÓN
La
viruela continúa causando víctimas en Quilmes, a pesar de que el vecindario
podría preocuparse si quisiera prevenirse contra la peste por medio de la vacuna
que, si bien no está probada como eficaz antídoto para evitarla, la hace tan
benigna como es cruel actualmente que pocos son los atacados que salvan de la
muerte.
Conocemos la opinión autorizada del
Dr. Fierro [4]
respecto de que no existe el peligro que algunas gentes creen para vacunarse
habiendo peste, y de esa opinión nos ocuparemos en el numero próximo con
demostraciones prácticas.
Toca á las Sociedades de Beneficencia, Cosmopolita
é Italiana promover la vacunación entre las familias de sus
asociados, tratando de destruir el pueril temor que abrigan algunas gentes de
vacunarse durante la peste.
El Dr. Fierro no tendrá
inconveniente de administrar vacuna gratuitamente en su casa siempre que se
acuerden días y horas fijas para el
efecto.
Nos estenderemos
(sic) sobre este tema en el
número próximo, pues su importancia merece llamar
la atención del público á quien
se le ofrece un beneficio.
EVOLUCIÓN
El 7 de octubre de 1884 el Dr. José
Antonio Wilde presentó a la Municipalidad, que a su vez remitió a la Dirección
Nacional de Salubridad un informe sobre las “Condiciones higiénicas del partido, enfermedades esporádicas, endémicas
y epidémicas reinantes”.[5] Y por supuesto su inprescindible y combatido libro "Hijiene (sic) Pública y privada al alcance de todos" tenía absoluta vigencia en toda la región desde el Riachuelo a la reciente ciudad de La Plata (19/11/1882) y en la novísima Capital Federal (20/9/1880)
Tapa de "Hijiene pública y privada al alcance de todo", ejemplar hallado en la Biblioteca del Maestro (Palacio Pizzurno), gentileza de su directora la Lic. Graciela Perrone.
Compilación,
tipiado, notas e investigación en notas Prof. Chalo Agnelli
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del lunes,
8 de junio de 2009 Pedro Giménez , primer
periodista profesional de Quilmes - "El Quilmero"
[2]
Ver en EL QUILMERO del lunes, 6 de julio de 2009
“Epidemias que castigaron a
Quilmes en 1867, 1868 Y 1871”
[3] El Instituto Agrícola Santa
Catalina, también conocido por estancia de Zamora o Del Rey, creado en 1872 en
Llavallol por Eduardo Olivera, considerado el primer ingeniero agrónomo
argentino. El Instituto fue la primera escuela de formación especializada en
agronomía en la Argentina, fue ampliando su formación en estudios superiores
hasta que desde 1883, por un tiempo funcionó también allí la primera formación
universitaria en ingeniería agrónoma, antes de que esta última fuera trasladada
a La Plata. La finca de Santa Catalina había pasado a manos del Estado luego de
la quiebra del dueño a fines de 1860. En 1873, comenzó a funcionar la “Escuela
Práctica de Agricultura”. El establecimiento sirvió, a la vez, de asilo para
los niños que habían quedado huérfanos, producto de los estragos producidos por
la epidemia de fiebre amarilla. La escuela funcionó casi una década, hasta que
en 1879 el senador provincial José Hernández, sugirió elevar el establecimiento
al nivel de escuela superior de agronomía, denominada “Escuela Científica de
Ganadería”. En 1881, el gobernador Dardo Rocha autorizó la creación del
“Instituto Agronómico-Veterinario” en el predio de Santa Catalina. El instituto
contaba con una cabaña, iniciada con animales puros traídos de Europa y un
“Conservatorio de vacuna animal”, el primero de su tipo en Sudamérica.
[4]
Ver en EL QUILMERO del jueves, 18 de febrero de 2010 “Edmundo Florentino Fierro, Médico aventajado, filántropo
convencido"
[5]
Ver en EL QUILMERO del martes, 23 de agosto de 2016 “Salud e Higiene en Quilmes
entre 1868 y 1888 – Informe Sanitario del Dr. Wilde”.
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