El 17 de octubre de 2011,
un día caro a la liturgia del Partido Justicialista, los voluntarios, bajo la
coordinación de la Prof. Raquel Gail, fuimos - como es habitual los lunes - a
trabajar en el Proyecto de Recuperación del Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes, hoy I,S.F.D. N° 104. "Almirante Guillermo Brown".
Algunas colaboradoras estaban revisando legajos de personal para retirar los broches y ganchitos metálicos con que suelen encontrarse unidos los folios, reacondicionándolos para su mejor conservación, listando los nombres, en fin, nada novedoso para nuestra rutina de trabajo.
De pronto, la Sra. Raquel Bilbao despierta nuestra atención con un hallazgo oportuno: en el legajo del profesor Yol Gutiérrez García, Ingeniero Civil e Hidráulico a cargo de cátedras de Matemáticas y Ciencias Biológicas, aparece el original de un discurso conmemorativo del 17 de Octubre, "Día de la Lealtad Popular", sin fecha ni firma. Nos detuvimos en su lectura y en la documentación que lo acompaña.
El profesor Gutiérrez - quien lo había sido, justamente, de la Sra. Raquel Bilbao - nació en 1917, estaba enrolado en Quilmes y era profesor desde 1943 en el Colegio Nacional de Quilmes, y desde 1947 en la Escuela Normal.En la misma carpeta se encuentra la carta por la cual el Delegado Interventor de la escuela tras el golpe de estado cívico-militar-eclesiástica del 16 de septiembre de 1955, lo declara en disponibilidad el 18 de abril de 1956. Veamos los documentos
Discurso conmemorativo del 17 de Octubre, "Día de la Lealtad Popular" del Ing. Yol Gutiérrez (1948 circa) |
FELICES DE LOS PUEBLOS que pueden reunirse para celebrar un acontecimiento del magno significado espiritual del Día de la Lealtad, cuyo aleccionador propósito se orienta a rendirle homenaje al mismo pueblo que lo realiza y se ufana de salir a la calle sin escuchar otro halago que la voz de su propia conciencia que lo impulsa a seguir las rutas de la Justicia y a satisfacer su gran anhelo de ser leal al Hombre que habla caído en la lucha por él.
La Lealtad es el vínculo social sin el cual no existen verdaderas fuerzas de solidaridad ni de unión ni de equidad en ningún escenario de la Vida que es la que nos enseña que la principal cualidad en la relaciones de los hombres es la de la más absoluta lealtad, y que la más abominable de las actitudes humanas es la de la doblez, el uso de dos caras o, más concretamente, la deslealtad.
No hay nada que hiera mas en le vida que descubrir felonía el trato de nuestros semejantes. Ningún desengaño es más cruel que el de ver que quienes más nos halagaban en la prosperidad, nos abandonan en las horas del infortunio. Todo se perdona y se olvida en la vida, pero nada cuesta tanto como el olvido y el perdón de la deslealtad.
¡17 de Octubre! ¡Día de la Lealtad! Día que recuerda el movimiento multitudinario de más profundo significado y raigambre popular, en el cual el pueblo, ese mismo pueblo que fue autor principalísimo de las luchas de la Independencia cubrió las arterias ciudadanas con la fuerza irresistible de las grandes rebeldías y la plena conciencia de su gravitación en nuestro destino, para reclamar, exigir perentoriamente, el regreso a su seno del hombre que había surgido por el pueblo y para el pueblo, y que las oscuros fuerzas de los intereses foráneos y de los falsos apóstoles de la libertad y de la democracia hablan creído poder aniquilar impunemente.
Ese 17 de Octubre de 1945, el pueblo supo demostrar su lealtad, lealtad colectiva, no irreflexiva o de ciega adhesión, sino consciente y de corazón, espontánea y avasalladora como son siempre lao causas justas, dejando estampado en el libro de oro de nuestra Historia el título glorioso de la grandeza futura de nuestra Nación: la lealtad de su pueblo.
No corresponde en este lugar, por razones obvias, entrar a analizar los antecedentes o derivaciones políticas del hecho recordado que evocamos por la magna amplitud de su significado moral.
EI delicado sentido del honor y de la dignidad que distingue a nuestro pueblo está patentizado en los memorables episodios del Día de la Lealtad, que con como flores de civilización, embellecedoras de los jardines de la vida después de sus inevitables tempestades, en cuanto ella se normaliza y busca nuevamente la serenas rutas del arte, de la paz y del trabajo, bajo el firmamento poblado de las mismas brillantes estrellas que desde el principio de la sociedad humana han guiado a los hombreo hacia el portal de Belén.
Por lealtad hacia la patria, por lealtad hacia su pueblo y por lealtad hacia si mismos, fue que los trabajadores acudieran a levantar al hombre que había caído en la lucha por defender al pueblo. Por eso les correspondía a todos hacer lo que hicieron. Y se levantó el hombre considerado por su pueblo con sobrada justicia su guía, su abanderado y su esperanza. Él habla reclamado en favor de todos los galardones do la Justicia Social y habla luchado por la concepción práctica de lo que ya nos dicen los Libros Santos: “El Señor exaltará a los humildes y derribará la casa de los soberbios” De esos soberbios del dinero, de la sabiduría y de la fuerza que han olvidado o no quieren recordar que el dinero, la sabiduría y la fuerza nada son ante la majestad de Dios.
No meditemos sobre estos hechos nada más que en su aspecto que testimonia la espontánea lealtad que los provocara, no nos dejemos cegar por los fuegos fatuos de las pasiones políticas que oscurecen la razón y embotan la inteligencia hasta el extremo de separar a los hombres a veces no solamente por las ideas, sino hasta por las palabras y pensemos que un pueblo que así sabe actuar es un pueblo consciente de sus responsabilidades y obligaciones es un pueblo con fe y confianza en sí mismo, es un pueblo capaz de forjar en progresivo perfeccionamiento los destinos de la patria.
El pueblo del 17 de Octubre es la gloriosa realidad de los tiempos actuales. Su obra lo presenta como un pueblo generoso, creyente y virtuoso. Su lealtad hacia su leader (sic) es la comprobación de sus aptitudes para captar el sentido generoso de la justicia y la prueba de que si era un pueblo mudo, era por la falta de un ser superior que le hablara el lenguaje conmovido de la verdad y de la sinceridad, como lo hizo el General Perón, despertando a los grandes valores morales de la gente humilde y levantando la lápida de la noche espiritual en que se lo mantenía.
Alumnos: Vosotros en las aulas de la Escuela habéis ido aprendiendo los hechos salientes de la historia de los pueblos en general y del nuestro en particular. A ellos debéis agregar el que mañana evocaremos, singular como ninguno y magnífico como el que más cosa que han de penetrar en su justo límite las generaciones del futuro, apreciando el valor demostrado por el pueblo, y por el leader (sic), para enfrentar las situaciones planteados. La palabra valor y su sentido abarcan infinitos aspectos, porque valor no es solo saber luchar, sino también saber abdicar. Todos en realidad somos guerreros anónimos que luchamos para despejar escollos y para vencer los obstáculos de nuestro propio destino pues posiblemente ninguna pugna es más implacable ni mas incesante que la que mantiene el hombre consigo mismo para aniquilar sus pasiones, para acabar con sus prejuicios y para conquistar, lenta y afanosamente el cetro del espíritu.
Informe del interventor de la Escuela Nacional Normal Alte. Brown de Quilmes, designado por la dictadura cívico-militar-eclesiástica, declarando en disponibilidad al Ing. Yol Gutiérrez (1956) Archivo de la Escuela "Silvia Manuela Goleri".
Publicado por Raquel Gailen, lunes 17 de octubre de 2011 // 17/10/15
Nuestra nota del 17/10/2011 alude a un profesor de la Escuela Normal de Quilmes, Yol Gutiérrez, que participó de diversas maneras en la vida cívica y política de la ciudad.
Era ingeniero civil, nacido en 1917, y se desempeñaba en Quilmes como docente, como mencionamos anteriormente, desde 1943 en el Colegio Nacional y desde 1947 en nuestro establecimiento. Para esa época se domiciliaba en la calle Moreno 433 de esta localidad. En su legajo consta que el Delegado Interventor lo declara en disponibilidad el 18 de abril de 1956, seguramente - como a tantos otros - a causa de su filiación política, devenida impropia.
Agustín Monguillot, por ejemplo, lo recuerda como un joven pionero del Círculo Universitario de Quilmes, fundado en 1938. En el proyecto lo acompañaban varios caballeros algunos de los cuales fueron - como él - profesores en la más prestigiosa escuela de la zona: Hiram Lauers (primer presidente), Nicolás Traverso, Roberto Peruzzotti, Julio Osella, Héctor Julio Vega, Amadeo Boero, Rene Traverso, Juan Augusto Elesgaray, Mario Traverso, Norberto Traverso, Rafael Piacentini, Guillermo Margni, Estela Margni, Nélida Mejías de Traverso, Ignacio Mauri, Julio Alberto de Bodt, Rodolfo Alberto López, Luis Alberto Luchelli, José Orengo, Walter Cichero, Orlando Cella y Alberto Iacobucci. En sus primeros años de vida, el Círculo Universitario de Quilmes -tal y como su nombre lo indica- nucleaba a universitarios e intelectuales, siendo las actividades académicas y sociales sus características más salientes. Por los pasillos de la primera sede social, emplazada, en Garibaldi al 481, desfilaron célebres quilmeños que luego serían parte de las distintas comisiones directivas y la vida del club.
Además, a lo largo de su historia, el Círculo albergó en su sede de la calle Paz, a distintas casas profesionales, como los Colegios de Abogados, Odontólogos, Ingenieros y el de Médicos, además de contar con la presencia del Club de Leones.
En noviembre de 1944, el periódico “El Sol” informa que el Ing. Yol Gutiérrez presentó un proyecto para un paso bajo nivel en la calle Santa Fe – Conesa (hoy Rodolfo López-Conesa) para acabar con el “anticuado sistema de barreras que conspira con el desarrollo de La Colonia", comenta nuestro historiador local Chalo Agnelli, al referirse al tema de los pasos bajo nivel proyectados y nunca realizados.
Raquel Gailsábado, octubre 17, 2015
FUENTES:
Deportes en Quilmes. “Cumpleaños del CUQ” - Festejo de diamante 3 de septiembre de 2013 http://www.deportesenquilmes.com.ar
Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes "Silvia Manuela Gorleri"
EL QUILMERO del domingo, 2 de junio de 2013 “Cinco nuevos bajo vías y un olvido centenario"
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