EL 28 de marzo
de 1838
quedaron rotas las relaciones diplomáticas entre la Confederación Argentina y
el gobierno de Francia. El hecho, que marcó la iniciación de una serie de
graves consecuencias para el país, sirvió para probar que no impunemente podía
atentarse contra la soberanía de la entonces incipiente nación argentina.
UNA
consecuencia inmediata del mismo fue la asociación de los esfuerzos,
a todas luces imperialistas, de la escuadra francesa con los que realizaban
los unitarios, desde la emigración, en la Banda Oriental, en pro de la caída
del gobierno de Rosas.
Manuel
Larravide (1871-1910) - Enciclopedia
Historia Argentina
LUEGO de un
tiempo,
en el que tuvieron lugar varios actos de guerra, el 29 de octubre de 1840 se
firmó la llamada “Convención Mackau”, entre el gobierno argentino y el
almirante francés de aquel nombre. Con ello se puso fin al bloqueo ejercido
sobre el comercio y las costas argentinas por la escuadra francesa, en nombre
de su soberano Luis Felipe, “el rey guardachanchos”, como lo llamaban los
papeles federales de entonces.
EL cese del bloqueo determinó
graves consecuencias para los emigrados que luchaban desde el extranjero. El
gobierno oriental del general Rivera,[1] de filiación unitaria, así
como el general Lavalle - en operaciones contra Rosas en territorio argentino -,
perdieron el apoyo de la escuadra francesa y el dominio ejercido por ella en el
Río de la Plata. Militarmente, la pérdida del poder naval con que contaba el
partido unitario trajo el fracaso de las operaciones terrestres en ésta banda;
en el aspecto económico la consecuencia fue también muy grave, desde que
determinó serios perjuicios financieros, por la disminución del comercio de la
Banda Oriental.
DURANTE el
tiempo
en que se ejerció el bloqueo, la corriente marítima a las costas argentinas
debió desviarse necesariamente al puerto más próximo libre de las acciones
militares, el de Montevideo, cuyo comercio aumentó grandemente sobre el que
desarrollaba en épocas de normalidad. Concertada la paz con Francia y libres
las aguas del Plata, el ficticio movimiento comercial del puerto oriental
volvió a su cauce normal, al par que aumentó grandemente el comercio del puerto
de Buenos Aires, que pasó a contar en su rada, "no menos de 200 fragatas y
bergantines mercantes, sin contar infinidad de barcos de cabotaje” [2] alcanzando, en ese año de
1842, a un total de 662 buques de carga. [3]
LA libertad
de las aguas del Plata determinó, así, un brusco aumento en el
movimiento comercial de las costas argentinas, con todas sus proyecciones en
la importación, exportación y rentas aduaneras; simultáneamente, disminuyeron
las rentas y el comercio oriental. Económicamente, el enemigo de la
Confederación sufrió un desastre, que gravitó enormemente sobre sus operaciones
militares inmediatas.
LIBRE el
gobierno de Rosas de la acción bloqueadora, tomó a su vez la ofensiva
contra Rivera y decretó el cierre de los ríos Paraná y Uruguay a los buques
extranjeros y orientales, para cortar las comunicaciones fluviales entre
Montevideo y las provincias del litoral, y determinar la ruina del comercio que
desde aquel puerto se ejercía por tales vías; sobre todo en los saladeros de la
costa del Río Uruguay. A su vez, Rivera decretó la guerra de corso contra los
buques argentinos, a quienes había impuesto la obligación de pasar por el
puerto oriental de Higueritas [4] para su visación;
TANTO
para el gobierno de Rosas como para el de Rivera, era necesario
disponer del control de las aguas del Río de la Plata, vía de comunicación con
el exterior, por la cual saldrían muchos productos, en su mayor parte
ganaderos, y por donde debían llegar los recursos para continuar la guerra,
vencer y entrar de lleno en la senda del progreso. Para ello era condición
primordial disponer de una encuadra.
LA
escuadra
- en general y como manifestación del poder marítimo - cuyo formidable valor en
potencia palpamos en la guerra actual, debía ser improvisada, creada de la nada
por ambos gobiernos. De la nada en cuanto a material, que debía ser adquirido;
en cuanto a hombres, muchos de los gloriosos veteranos de las campaban navales
de 1814 y de la guerra con el Brasil tendrían otra oportunidad de participar,
desgraciadamente, en una lucha fratricida.
EL
material flotante que dotado de armamento conveniente formaría luego la
marina militar destinada a sostener la libertad comercial del estuario del estuario
del Plata, abundaba con la llegada a la rada de Buenos Aires de los buques
mercantes que reanudaban el comercio. Así, en junio del mismo año, la encuadra
estaba formada por los siguientes barcos: ‘‘25 de Mayo”, “Belgrano”, "San
Martin”, ''Vigilante”, “Echagüe’’, “9 de Julio”, “Libertad" y "Entrerriana”
además de otros menores. Nos referimos, como se comprende, a la marina de de guerra de la Confederación Argentina.
AL
frente de ella, el gobierno de Rosas puso a una de las figuras más
grandes y más pura de nuestro pasado histórico, el Almirante Brown comandante
en jefe las fuerzas navales en las campañas de 1814 y de la guerra con el
Brasil, supo inspirar a Rosas la confianza necesaria, pese a su condición de
gobernador interino de Lavalle, en 1829. Varias circunstancias, en la campaña
naval que se inicié en 1841, prueban suficientemente que el viejo luchador de
las aguan del Plata permanecía fiel a la Nación, sin desconocer el valor de aquellos
compañeros de lucha en años anteriores, enemigos del gobierno de Rosas en ésta
oportunidad; por lo demás, los episodios de estas luchas no fueron anotados por
el glorioso almirante en las memorias que escribió en los últimos años de su
vida, a pedido de Bartolomé
Mitre. Considerar de otro modo la
aceptación del mando de la escuadra federal “Sería desconocer una de las virtudes fundamentales de la servidumbre militar;
la lealtad a las autoridades constituida”, dice el capitán de fragata e historiador de Brown, H. R. Ratto y
agrega: “En última instancia, serán sus
actos posteriores, de prescindencia partidista - tan ensalzados por el
mismo general Paz -, los que aclararán
hasta dónde llegó el apoyo de Brown a la política de Rosas”. [5]
EL
armamento y tripulación, así como el mantenimiento de la escuadra
creada, resultaban dificultades por la escasez del erario, que databa del
bloqueo francés y se dejaba sentir con mayor fuerza a medida que aumentaban los
gastos de la guerra civil en la República. [6] Ignoramos
la causa que lo determinó, pero, a comienzos del año 1841, el pueblo de
Quilmes, en un gesto sencillo y elocuente, decidió contribuir al mantenimiento
de los gastos que demandaba la escuadra. Nos ocuparemos de la suscripción
levantada en Febrero de ese año. [7]
A
mediados del mes indicado se reúnen, juntamente con el Juez de Paz
suplente. D. Manuel Gervasio López, “un
considerable número de vecinos patriotas, decididos federales, inflamados del
más fervoroso deseo por la terminación de la guerra fratricida con que provocaron
a la República los
inmundos Salvajes
Unitarios, apoyados por el Coloso inmoral pardejón [8]Fructuoso Rivera”, y acuerdan
levantar una suscripción voluntaria para ayudar en parte a los gastos que
demanda la escuadra. [9]
LA
suscripción,
cuya colecta se hizo efectiva por el alcalde y dos vecinos de cada uno de, los
cuarteles en que se dividía el partido de Quilmes, produjo la suma de catorce
mil ciento cincuenta y siete pesos. Con fecha 25 del mismo mes de febrero,
López dirigió una nota al gobernador Rosas, poniendo en su conocimiento la
suscripción realizada, la suma colectada y la lista nominal de los donantes,
pidiendo se sirviese disponer del dinero producido por la misma, suma
depositada en el Juzgado de Paz. Comunicaba, además, que el vecino D. Eugenio
Otero había donado, para el mismo fin: “una
cuadra de monte de durazno en pie y pedía instrucciones al respecto.”
CON
fecha 2 de marzo, al pié y margen de la nota de López, un secretario de
Rosas anota: “Contéstese al Juez de Paz
de Quilines, manifieste a los ciudadanos donantes comprendidos en la adjunta
relación las más expresivas gracias a nombre de la Confederación por su
generosa Patriótica federal donación, entregándose los catorce mil ciento
cincuenta y siete pesos con la presente Nota al Tesoro General, para que dándose
entrada, sea aplicada al objeto de la donación, y publíquese”. La
resolución lleva al pié la rúbrica típica de Rosas.[10]
CON
la misma fecha sale para Quilmes copia del decreto de Rosas, en la
que se indica, además, que se haga cortar la leña del monte de duraznos para
tenerla a disposición del ejército.[11]
LA
escuadra así creada, en cuyo origen participó Quilmes del modo señalado, fue,
a juicio del British Packet, la mejor que tuvo Brown a sus órdenes. Y “una mañana, la del 30 de Marzo, la flamante
escuadrilla de la Confederación, con la insignia de Brown flameando al tope del
palo mayor de| bergantín ‘Belgrano’, convertía en bloqueado al puerto de
Montevideo, que hasta pocos días antes enviaba sus naves a operar sobre Buenos
Aires. En esa memorable mañana, el vencedor del Buceo izaba, en el mástil más
elevado de su capitana de escuadra, una bandera uruguaya de primer tamaño, que
las restantes naves saludaron con veintiún cañonazos, reveladores, ahora, de un
gesto caballeresco del ya anciano almirante, quien, en la emergencia,
proclamaba que la escuadra de su mande no iba a combatir con nación enemiga
alguna, sino a luchar con una fracción política de la misma. Noble muestra de
las muchas que alentó al genio tutelar de nuestras aguas y que constituye, a
buen seguro, el episodio medular de esta efemérides”.[12]
APÉNDICE DOCUMENTAL (textual)
- I -
¡VIVA LA FEDERACION!
El Juez de Paz y
Comisario de este Partido de Quilmes, Febrero 25 de 1841, Año 32 de la Livert,
26 de la Yndepend.a y 12 de la Confederación Argent.a
Mzo 2. de 1841 c fho.
Avisa haverse
levantado en este Vecindario una Subscripción Voluntaria para ayudar en parte
al sostén de la Escuadra armada contra el Coloso Infame pardejón Fructuoso
Rivera; acompaña la Lista nominal, y tiene a disposición de V. E. su producido.
Al Exelentisimo
Señor Gobernador y Capitán general de la Provincia Nuestro Ylustre Restaurador
de las Leyes Brigadier D. Juan Manuel de Rosas
Exmo. Señor
El infrascrito Juez
de Paz y Comisario, se complase al poner en el Superior conocimiento de V. E.,
que reunido en este Pueblo con un considerable número de Vecinos Patriotas decididos
Federales, inflamados del mas ferboroso deseo por la terminación de la guerra
fratricida con que probocaron a la República los inmundos Salvajes Unitarios,
apoyados por el Coloso inmoral pardejón Fructuoso Rivera, Acordamos se abriese
una subscripción voluntaria para ayudar en parte a los gastos que demanda la
Escuadra armada por V. E. como encargado de las Relaciones exteriores de la
República Argentina.
El infrascrito
penetrado del ardoroso entusiasmo patriótico federal, acordó se abriese la
subcripción, y que su colectación se hisiese por el Alcalde y dos vecinos de
sus respectibos cuarteles.
La Subcripción ha
producido la cantidad de catorce mil ciento cincuenta y siete p.s que esperamos
se sirva V. E. aceptar como una prueba de la desición de este Vecindario por la
Santa Causa de la Federación, con la protesta q. hacemos de no reserbar
nuestras personas, intereses y vida por el Sostén de la guerra que con tanta
dignidad, Onor y gloria sostiene V. E.
Acompaña la Lista
nominal, y pide Se sirva V. S. disponer dela indicada cantidad que queda en
este Juzgado.
Al mismo objeto ha donado
D. Eugenio Otero, una Cuadra de monte de durazno en pie que también espero me
ordene V. E. si la he de conserbar asi, si hade cortar o vender en este estado.
Dios gue. a V. E.
m.s a.s
Exmo Señor
(TEXTUAL)
(firmado) Manuel
Gerbasio López
Al pie y margen de la nota fue escrito el siguietne decreto (textual)
Marzo 2 de 1841.
Contéstese al Juez
de Paz de Quilmes manifieste a los Ciudadanos donantes comprendidos en la
adjunta relación, las más espresibas gracias a nombre de la Confederación por
sus generosa Patriótica federal donación; entregandose los catorce mil ciento
cincuenta y siete pesos con la presente Nota al Tesorero General para que dándole
entrada, sea aplicada al Objeto de la donacion, y publiquese.
( Rública de don Juan Manuel de Rosas)
La nota al pie tiene las casacterísticas de la gráfica de Pedro R. Rodríguez.
- II –
El Juez de
Paz y Comisario de este Partido de Quilmes, haviendo nota de la buena
disposición de muchos Vecinos para ayudar a| Exmo Señor Governador de la
Provincia Nuestro Yustre Restaurador delas Leyes Brigadier Dn. Juan Manuel de
Rosas a sostener la guerra contra el infame Salvaje pardejón Fructuoso Rivera,
y que no lo hacen por no tener cada uno una cantidad suficiente para llenar su
deseo particularmente hemos acordado abrir una suscripción voluntaria, para que
los amantes al bien general, tranquilidad, y orden, coadyubemos con la cuota
que cada uno quiera, por el conducto del Alcalde y dos vecinos de sus
respectivos cuarteles representando la persona del indicado Juez de Paz al que
sus ocupaciones no le permiten hacerlo en persona:
¡VIVA LA FEDERACION!
Manuel
Gervasio López
|
300
|
Marcelo
Aspitia
|
250
|
Ángel
Borda
|
20
|
Ysidro
Montes
|
50
|
Miguel
Vilches
|
50
|
Jacinto
Chueco
|
50
|
Pedro
Juan Videla
|
|
Mariano
Grigera
|
300
|
Juan
Antonio Bayo
|
10
|
Pedro
Lafón
|
5
|
Laureano
Ramírez
|
50
|
Estevan
Masías
|
100
|
Eusebio
Almirón
|
50
|
Marcelino
Hurtas
|
10
|
Una
Pobre Vieja
|
4
|
Pedro
Nolsaco Núñez
|
10
|
Alajandro
Mc Jane
|
10
|
Juan
Felipe Felipín
|
10
|
Miguel
Krebs
|
10
|
Pilar
Sidones
|
1
|
José
León Moncadas
|
10
|
Juana
Manuela Salgue
|
10
|
Pablo
Serrudo
|
10
|
Paula
Ybarra
|
5
|
Santiago
Molina
|
15
|
José
Acosta
|
20
|
Francisco
Rincón
|
50
|
Miguel
Obligado
|
20
|
Pastor
Obligado
|
10
|
Pablo
Ferreyra
|
1
|
Pedro
Rincón
|
10
|
Nil
Black
|
10
|
Rafael
Constancio Portela
|
30
|
Francisco
Correa
|
50
|
Roque
Esteves Correa
|
100
|
Henry K. Bell
|
20
|
Jorge Sonta
|
10
|
Jacinto Obligado
|
20
|
Juan Gregorio Barreyro
|
20
|
Pedro La Rosa
|
100
|
Con firma de los donantes
Es la única lista que conocemso, probablemente corresponde al acta de la reunión,
desde que en ella aparecen vecinos de diferentes
cuarteles.
-
III -
VIVA LA FEDERACION (textual)
El Coronel Edecán
de S. E.
Santos Lug.s de
Rosas Marzo 21 [1841, Año 32 de la Libertad 26 de la Independ.a y 12 de la
Confed.n Argentina.
Al Juez de Paz de Quilmes.
El Insfrascripto ha
recibide orden del Exmo Sor Gobernador de la Probincia Nuestro Ilustre Restaurador
de las Leyes, Brigadier D. Juan Manuel de Rosas para abisar a V. el recibo de
su nota fecha fha 25 del pp.de Febrero cuya suma es poner en el Sup.r
conocimiento de S. E. aviso de haberse levantado en ese vecindario una
subscripción voluntaria para ayudar en parte al sosten dela Escuadra armada
contra el coloso infame Pardejón Fructuoso Rivera, acompañando la lista
nominal, y tiene a disposición de S. E. su producido; agregando que D. Eugenio
Otero ha donado una cuadra de Monte de Durazno en pie, y que también espera le
ordene S. E. si la hade conservar asi, si ha de cortar o vender en el Estado
con todo lo demás que V. expresa en su referida nota.
Y a decirle que en
ella ha recaído el Decreto Siguiente.
"Contestese al
Juez de Paz de Quilmes manifieste a los ciudadanos comprendidos en la adjunta
relación, las mas expresivas gracias a nombre dela Confoderac.n p.r su generosa
Patriótica federal donacion entregándose los 14.157 p.3 con la presente nota al
Tesorero general, para que dándole entrada sean aplicados al objeto dela donacion
y publíquese”.
Respecto dela
cuadra del Monte dice S. E. que manifieste V. el mismo reconocimiento al
ciudadano donante, y que lo haga V. cortar, y la tenga a disposición de S. E.
para este Egercito.
Dios que a V.
muchos años. (TEXTUAL)
(firmado) Pedro
Ramos
(una
rúbrica)
Compilación, tipeado y notas Prof. Chalo
Agnelli,
director del Blog EL QUILMERO, 2011/2020
FUENTE
Periódico “La Verdad” del 24 de mayo de
1941. Año XXXI N° 5001
NOTAS
[1] José Fructuoso Rivera (Paysandú, 1784 -
Melo, 1854) Militar y político uruguayo considerado una de las principales
figuras de la emancipación de su país, así como de los primeros años de
historia del Uruguay independiente. Fue el primer presidente constitucional de
la República (1830-1834), a cuya presidencia accedió de nuevo en dos ocasiones
(1838-1839 y 1839-1843).
[2] Caillet-Bois T. “Los marinos durante la
dictadura”. B. Aires 1935 pp. 13|14|15.
[4] La Dársena Higueritas se ubica junto al
Río Uruguay (Km 2) en la ciudad de Nueva Palmira.
[5] H. R. Ratto, “A un siglo de la incorporación de Brown a la
escuadra federal”. “La Prensa’’, Marzo de 1941. Sección segunda.
[6] A. Saldías. “Historia de la Confederación
Argentina”. B .Aires 1911. Tomo 3; p. 231.
[7] A mediados del año 1841 fue levantada otra
suscripción con el mismo fin.
[9] En las transcripciones conservamos
estrictamente la ortografía de los documentos originales.
[10] Original en el archivo del Dr. Craviotto.
[12] H. R. Ratto. “A un siglo... etc., ya citado. Además:
Héctor R. Ratto. “Historia de Brown’’. Buenos Aires, 1939. T. Caillet-Bois.
“Ensayo de historia naval argentina”. Bs. Aires 1929.