miércoles, 28 de julio de 2021

LUCHA ENTRE GANADEROS Y AGRICULTORES EN EL QUILMES DEL SIGLO XVIII - LOS SALADEROS POR DR. J.A. CRAVIOTTO

 

Cada capítulo de “Quilmes a través de los años” es una proyección hacia nuevas investigaciones históricas. José Alcides Craviotto[1] dejo a los historiadores e investigadores de Quilmes y toda la región de lo que alguna vez fue el Pago de la Magdalena, un pie, un primer escalón, para luego ascender y entrar en todas las materias de estudio que describen y definen el transcurrir de los habitantes de ese suelo centenario: la biología, la zoología, la botánica, la geología, la demografía, las circunstancias coyunturales de la vida de la poblaciones originaria y colonial, etc. Nada quedó afuera de su amplia visión de la vida “del valioso pasado de Quilmes desde 1580”.

Tomo aquí unas pocas páginas que ilustran lo que fue la evolución de las primeras industrias y su devenir (Cap. V - Pp. 116 a 121)

Divorcio entre el derecho y el hecho – Chacareros – La carne mala - Terrenos de chacras – Los saladeros y la segunda fundación - Santa Coloma - Población y viviendas.

 DIVORCIO ENTRE EL DERECHO Y EL HECHO

Una cadena de causas y efectos determinó, con el correr de los años, el desarrollo de la agricultura en los campos del viejo Quilmes; en predominio cada vez mayor sobre la ganadería a la que debía ser dedicadas sus tierras [según lo establecido por don Juan de Garay para el sur del Riachuelo], culminando ese predomino en la última cuarta parte del siglo XIX. Esa transformación, en lo que corresponde a la época colonial, con sus restricciones legales sobre el empleo y uso de las tierras, se debe, como ha dicho “un autor”, a “un hecho de gran trascendencia, que se acusa con mucho relieve en la historia de la colonización española en América (que) es el divorcio manifestó entre el derecho y el hecho, entre las elevadas normas contenidas en la legislación de Indias y la realidad social de nuestra vida colonial”; sirven de poco las leyes si no se cumplen y ejecutan, se prevenían a un funcionario de aquella administración; por eso ha dicho Martínez Paz,[2]no se ha insistir en el candoroso método de citar textos de leyes incumplidas y caso de excepción, para pintar los dorados tiempos de la conquista”.

Las luchas entre ganaderos y agricultores comenzaron bien pronto, poco después de fundada Buenos Aires [1580], y es una lucha que continúa en forma permanente hasta 1810, al determinarse nuevas zonas de cultivo con relación al territorio de Quilmes, sin que, por ello, hasta el empleo de cercos, dejara de preocupar a unos y a otros. Tuvo diferentes aspectos y no fue poco importante el que se vinculaba con los campos donde se concentraba la hacienda antes de su entrada a Buenos Aires, para su ulterior faenamiento. Aún hoy [1967] se llama Camino de las tropas al que, pasando por San Vicente, llega a La Polvareda [Camino Gral. Belgrano]. Además, las autoridades colaban a gusto las prohibiciones, permitiendo establecimientos ganaderos en zonas agrícolas y viceversa.

CHACAREROS

Entre los precursores de los chacareros, en la zona de estancias de Quilmes, debemos mencionar a los siguientes estancieros que tenían chacras y labranzas en el lejano 1611: Pedro de Izarra [Ezpeleta], Agustín Pérez, Esteban Ordóñez, Diego López, Francisco Muñoz, Gerónimo de Benavídez, Alonso Gómez, Andrés Giménez, Juan Ortiz. Había por entonces 9 chacras, por lo menos en terrenos de estancia; chacras que vendían sus productos y los exportaban; y esos chacareros-estancieros eran por lo general miembros del Cabildo encargados de hacer cumplir las leyes. Así, en 1609, pedían permiso para efectuar arreos de ganados previas captura en campo abierto, los siguientes estancieros quilmeños: Francisco Muñoz, Pedro Gutiérrez y Bartolomé López, que figuran en el detalle anterior o en otros, cuya mención omitimos relativos, también a tareas agrícolas.

LA CARNE MALA

Pero entre las curiosidades ganaderas de aquellos años, hay algunas muy pintorescas. En 1615, Mateo Monserrat, con campos en Don Bosco norte, provee de carne para el abasto de Buenos Aires, y es multado por matar vacas viejas en lugar de hacerlo con novillos. Tres años después lo reemplaza en el abasto Blas de Mora, con campos detrás de Lomas de Zamora, quien no solamente emplea carne de vacas flacas y cansadas, sino que, además, son ajenas.

Hacia 1784, las estancias grandes han disminuido de número en la antigua jurisdicción quilmeña, por haberse alejado algunas de ellas de la parte más cercana al Riachuelo; subsisten, en cambio entre el arroyo Conchitas uy el del Gato, así como también en campos hacia el sud y sudeste, Aumentan las chacras en terrenos arrendados o, también ocupados sin otros trámites, con todos los inconvenientes ulteriores sobre derechos de ocupación, falta de cercos y sus consecuencias.

La situación en el partido de Quilmes se había agravado a tales extremos, que en 1806, poco antes de la primera invasión británica, se inició un expediente “sobre si deben ser o no, absolutamente terrenos de estancia todos lo de los Quilmes”, Se determinó que fueran “de quinta lo que estuvieran a orillas del Riachuelo” (comienzo de la población estable en el Puente de Gálvez y posteriormente Barracas al Sud y Avellaneda) “y de pan llevar, es decir de chacras, aquellas situadas hasta ¼ de legua de dicho puente” (aproximadamente 15 cuadras). El 6 de abril de 1810, un pedido del doctor Juan José Castelli se refiere a la prohibición de tener en terrenos de labranza otros animales que lo estrictamente necesarios, y esto solamente a corral, en que insiste la Primera Junta en septiembre de ese año, vale decir, que en terrenos de chacras no se permitan animales sueltos.

TERRENOS DE CHACRAS

A mediados del siglo pasado, se consideraban terrenos de chacras aquellos comprendidos entre el Riachuelo y el arroyo Conchitas, de acuerdo con la resolución oficial que llevaba el límite de esos terrenos de pan llevar hasta 7 leguas del puente, desde 8 de agosto de 1816. 

Hay otros aspectos de esos años, que marca, dentro de las preocupaciones agrícola-ganaderas, ciertas características típicas del ganado; es sabido que la vaca al comer corta el paso a cierta altura del suelo, empleando la lengua para realizar la operación, en cambio la oveja muerde cortando y arrancando hasta las raíces, de esta manera se empobrece el campo.  

En agosto de 1780, se determinó que en tiempos de sementaras se recogiese de noche el ganado, llevando las ovejas a corral, y de días se mantuvieran a pastoreo, por el daño que “de lo contrario se experimenta en los sembrados, al tiempo que van brotando las semillas, tanto por lo que comen, como por lo que pisa”. En el capítulo V de “Alla lejos y hace tiempo”,[3] el quilmeño Guillermo Enrique Hudson describe con claridad el modo de comer de ovejas, yeguarizos y bovinos. Y Sarmiento, en 1882, comenta: “la irreflexiva costumbre de dejar a los ganados roer hasta los tallos subterráneos de las gramíneas”.

En esos años se entreveía el futuro, tal como se repetirá en Quilmes a mediados del siglo pasado, y casi con palabras semejantes. En 1795 los hacendados pidieron el establecimiento de nuevas poblaciones en la campaña, que para la zona el pago de la Magdalena eran solamente Quilmes, San Vicente, Ensenada y el poco antes formado pueblo de Magdalena. El funcionario que atendió el pedido se expidió favorablemente y dijo así: “No se debe fijar en el futuro más remoto, a graduarse un caso metafísico, el tiempo en que nosotros podamos hacer el comercio con nuestra Metrópoli no sólo en cueros al pelo, sino también en otros frutos que la tierra produce, y una tierra que parece que el cielo le ha dado la preferencia o destinado para sementeras y colección de granos, y en este evento, poseyendo nosotros tan grandes campañas, habrá comodidades y lugar para criar los ganados y para cultivar y recoger frutos sin que se estorben y perjudiquen una labor a la otra. Ya que vivimos en un país donde no pueden tener fábricas, que junto con la agricultura y las artes lo hagan feliz, sin entrar en la duda de cual será más apto para llevar a ese grado, a saber, si el pueblo fabricante o el pueblo labrador, nosotros cuto suelo es tan aparente para criar ganado y para cogen frutos, debemos consultar a su aumento y prosperidad”.  Las palabras semejantes a la anterior las escribió el juez de paz Laurentino González en 1853, al estimular la agricultura: “Visto el abatido estado de este ramo causado en su mayor parte por el crecido número de haciendas; y siendo la esperanza de este pueblo el producto de sus adyacencias destinadas a labranza”.

LOS SALADEROS y LA SEGUNDA FUNDACIÓN

Muy pronto, a comienzos del siglo XVIII, como consecuencia de varios factores, se instalaron en Quilmes algunos saladeros, precursores de la moderna industrialización de la carne, forma nueva que no supuso el funcionario de 1795 ni advirtió la importancia que adquiriría luego, el juez de paz Laurentino González en 1853.

Se estaba preparando las causas que determinaron un gran cambio en las tierras quilmeñas; a esas causas, en parte mencionadas, así como a los liberales principios de la Revolución de Mayo, obedece el cambio aludido, que, por de pronto determinó un visible aumento en la población del partido y del pueblo de Quilmes, todavía Reducción india.

SANTA COLOMA

Ese cambio también se llevó a cabo en las construcciones de los edificios en las propiedades de la campaña; el campo del alcalde de hermandad Prudencio Cárdenas, de 1793, con edificios utilizados luego por Roberto Taylos y sus sucesores Eduardo y Juan Clark, en su campo La Materna (Av. Dardo Rocha y Triunvirato aproximadamente); los edificios de la Orden de Santo Domingo en la loma de Don Bosco; los de la misma Órden en el campo cerca del arroyo Conchitas, posteriormente de Davidson, todavía en pie; los Rowdon, posteriormente en Bernal, sobre la barranca; la Casa de Teja, [4] desde antes de 1810, que dio su nombre al lugar, posteriormente San Juan hoy Florencio Varela, pero ninguno alcanzó la importancia de los edificios de la chacra de Santa Coloma, en la barranca de Bernal, declarados monumento histórico por la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, en dictamen del 8 de agosto de 1944, a pedido de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes “por razones de índole histórico y arquitectónico” (nota del 14 de febrero de 1944 al autor de este extracto); a su vez, el P.E. de la Nación, por decreto N°30.838 del 10 de diciembre de 1945, declaró Monumento Histórico a dichos edificios, “porque sus características arquitectónicas determinan su conservación, como exponente de las construcciones del siglo XVIII y principios del XIX.”

POBLACIÓN Y VIVIENDAS

En el territorio de la Reducción, en cambio, y pese al aparente amparo de las leyes de la colonia española”, “en un pueblo tan antiguo en su fundación no hay más que una sola casa de teja, y esta, de un vecino español” dice un documento del 30 de agosto de 1810, transcripto por Guillermina Sors.[5] El resto, y toda la población quilmeña, por otra parte, estaba formado por casas y ranchos con techos de paja, si bien, para sus paredes, algunas tenían ya adobes cocidos. Entre tanto, en el ambiente colonial, se entreveían ideas de emancipación.

La real Audiencia de Buenos Aires, en carta a Su Majestad del 21 de enero de 1809, hacía referencias a la “diversidad de opiniones de los vasallos de estas provincias, fascinados unos de las máximas corruptoras de la Revolución fatal de Francia; inclinados otros a una delirante y desatina independencia, influidos por los ingleses”.[6] En esas tareas precursoras se hallaban Saturnino y Nicolás Rodríguez Peña, Vieytes, Castelli, Belgrano, Passo, Donado, Terrada, Chiclana, Darragueira, Irigoyen, etc.

Dr. José A. Craviotto

En la IIIa Jornada de Historia Regional "El Antiguo Pago de la Magdalena" organizada por la Junta de Estudios Históricos de Quilmes, que se realizará el 18 de septiembre de 2021 (de manera virtual) se homenajeará, además de a Guillermina Sors, a historiador Dr. José A. Craviotto y en su memoria se presentará el libro "Dr. José Alcides Craviotto - Máximo historiador de Quilmes y el Antiguo Pago de La Magdalena con 10 trabajos de investigación publicados en diversos medios gráficos desde 1940 a 1960." Compilados por quien suscribe director de este Blog y editado por Editorial Jarmat.

Compilación, notas y bibliografía Prof. Chalo Agnelli

[Las acotaciones entre corchetes y los subtítulos son del compilador]

FUENTES

Craviotto, José A. (febrero de 1969) “Quilmes a través de los años”. Municipalidad de Quilmes 2ª Ed. Cap. V Pp. 116 a 121

Craviotto, José A. (1967) “Historia de Quilmes desde sus orígenes hasta 1941” Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires Dr. Ricardo Levene. La Plata. Pp. 65 y 69

NOTAS


[1] Ver en el Blog EL QUILMERO del domingo, 24 de noviembre de 2013 “Dr. José Alcides Craviotto - Las puertas de nuestra (8/7/1900 - 15/6/1965)”

[2] Enrique Martínez Paz (1882-1952) historiador, filósofo, jurista y sociólogo nacido en Córdoba. Apoyó a los estudiantes que, en junio de 1918, durante la huelga general universitaria, exigían una reforma en la educación

[3] Ver en el Blog EL QUILMERO del martes 20 de julio de 2021 “lunes, 19 de julio de 2021

“Aspectos de la pampa próxima a Quilmes” de Guillermo E. Hudson

[4] Ver en el Blog EL QUILMERO del martes, 20 de enero de 2015 “Simple y mínima...” Era La Casa De Teja – Florencio Varela

[5] Ver en el Blog EL QUILMERO del jueves, 2 de julio de 2020 “Guillermina Sors – “Quilmes Colonial” – 1937”

[6] Nota del autor: Facultad de Filosofía y Letras. Documentos Antecedentes Independencia, Buenos Aires, 1912, Pág. 66



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