ELENA HEATHFIELD WILDE DE CARLSEN - PRECURSORA DE LA ENSEÑANZA DE LA LENGUA INGLESA

 Chalo Agnelli

Elena Heathfield Wilde era hija de Eliza Leonora Wilde (hermana del Dr. José Antonio Wilde) y de Frederic Heathfield. Nació el 22 de abril de 1815, o sea que tenía un año de diferencia con su tío José Antonio y, de este dato la confusión en que incurren algunos historiadores que afirman que eran hermanos. El prohombre quilmeño José Antonio Wilde, médico, periodista y educador, era el menor de los 9 hijos de James Wild (o Santiago Wilde), inglés, y de Eleonor Lefebvre, francesa de Rouan, y el único nacido en el territorio de las Provincias Unidas del Río de La Plata (Argentina)

Su madre Eliza Leonora Wilde tuvo escuela desde 1843, en la Capital Federal: calle Belgrano 196, luego Rivadavia 51 y en su casa propia Perú 111. También escribió un libro de texto para la enseñanza de la lengua inglesa. Quizá de ella se inspiró su hermano menor José Antonio Wilde para su "Silabario Argentino", libro escolar casi contemporáneo al de su hermana.

El 14 de abril de 1845, Elena se casó con Rudolf Julius Carlsen, pintor dinamarqués nacido en Copenhague (n. 1812; + 1892) quien había llegado a la Argentina en 1831. Instalados en Quilmes, Carlsen llegó a ser municipal (1861-1862) y ella, dotada del ejemplo materno, abrió en 1860, una escuela particular en su domicilio, donde daba cursos de inglés. La escuela estaba en el mismo lugar donde hoy se encuentra el Círculo Universitario, Paz 871 y fueron sus alumnos entre otros (11 varones y 2 niñas): Francisco Soto, Roberto Clark y Julio Costa. Este último en un escrito aparecido en La Prensa en 1923, da una hermosa pintura que trasunta la admiración imperecedera de un niño por su maestra. Texto que representa, de alguna manera, ese vínculo que fue y es tan transformador en la vida infantil; dice de Misia Elenita: “tomaba la pluma según la clásica manera inglesa; la manejaba con tres dedos; los otros dos y la llave de la mano sólo los utilizaba como punto con igual resultado. Apretaba el papel con la palma de la mano izquierda, se echaba para atrás más bien que para delante y le resultaba una letra inglesa de leve inclinación uniforme hacia la derecha en la parte superior”.
Puede el lector imaginar la carita del niño, boquiabierto, con la cabeza apoyada sobre una mano y el codo sobre la mesa de trabajo admirando, en toda la extensión de la palabra, a su Maestra. Elena Federica H. W. de Carlsen, como todas las Wilde era una hermosa mujer, rubia de ojos azules y suaves maneras. Habitó con su esposo en la localidad en la época que la vida aún era bastante dura, por las inclemencias geográficas, la falta de caminos y de medios de comunicación con la Ciudad, de todos modos amaba a aquel pueblo en ciernes. No llegó a vivir el “Quilmes de antaño” que cobró forma al llegar el ferrocarril. Fue la precursora de la enseñanza de la lengua inglesa en Quilmes.
Elena Hearhfield murió en 1862, probablemente por secuelas del cólera. Tuvo un hijo llamado Baldomero que luego partió definitivamente con su padre a Dinamarca. Pinturas de Rudolf Julius Carlsen (1812-1892) se hallan en el Museo Nacional de Bellas Artes.
 Vista de la ribera de Buenos Aires desde la actual esquina de las avenidas Leandro N. Alem y Corrientes. En el actual terreno del Edificio Comega se ve una plazoleta y la residencia de Francisco Madero, luego transformada en Gran Hotel Nacional (1847 - Wilkipedia)
Otras pinturas de Carlsen
FUENTE
Agnelli, H. Ch. “José Antonio Wilde- médico, periodista y educador quilmeño."  // 1814-1885”. Ed. Jarmat. Bernal. 2008.Pp 150 – ISBN 978 – 987 – 23399-9-9 (Biografía. Historia Argentina) 
Chalo Agnelli

RELEVAMIENTO DE LAS CONSTRUCCIONES DEL CASCO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE QUILMES

Lic. Zunilda O. Quatrin

Municipalidad de Quilmes

Centro de Arqueología Urbana, UBA

 

INTRODUCCIÓN

La preservación del Patrimonio Cultural esta en dependencia directa con la cosmovisión que la sociedad tiene, es decir con la imagen que un grupo humano que convive con pautas culturales comunes, tiene del medio en que habita y de si mismo.

Así, la interacción de una sociedad con su medio, está regida por valores culturales.

Nuestra sociedad, en gran parte, se caracteriza por poseer un sentimiento de desarraigo, de no pertenencia. Este sentimiento nos lleva, en la practica, a un descuido, destrucción e incluso saqueo del pasado histórico natural y cultural.

Este desarraigo se debe tanto a cuestiones históricas como al desconocimiento del medio y de su historia. Nadie puede hacerse cargo de lo que no conoce. Sin embargo, es posible revertir esa situación, y la vía de acción más efectiva radica en la tarea de concientización de la población.

Esta acción en defensa del patrimonio histórico natural tiene por objeto hacer que su protección y preservación, formen parte de la preocupación colectiva.

La población local, con sus particularidades, debe ser el mejor y natural custodio del medio y de su historia.

En el presente proyecto se propone recuperar, antes de que los picos y el hormigón destruyan, lo que queda de nuestro pasado edilicio, en este fin de siglo y para los próximos siglos. La identidad se construye colectivamente y una forma de construirla es no destruyendo nuestro pasado.

El estudio de cómo viven y prefieren vivir los hombres en un determinado momento histórico, de las estructuras sociales activas y las relaciones de vida que la acompañan, de sus posibilidades técnicas y económicas, es un dato de mucho valor para comenzar a estudiar y analizar las identidades que se van gestando.

También es de suma importancia la consideración del uso social, o sea, algunos aspectos particulares de la vida que se desarrolla en un edificio, y especialmente en la vivienda.

Nuestra ciudad esta inserta en un paisaje cultural rico en valores históricos. Hemos estudiado esos valores los conocemos, es nuestra ciudad, donde hemos nacido y nos hemos formado. Sabemos que esos valores existen como efecto de su historia, y que la historia es un proceso de cambio. No queremos una ciudad inmutable, la ciudade museo es ahistórica, y aquella que se desarrolla en la imitación del pasado niega la creatividad humana. Nuestra propuesta está orientada a valorar los edificios del pasado, salvándolos de la decadencia y la destrucción.

MARCO TEÓRICO

La idea de patrimonio supone el conjunto de bienes heredados de los padres. En un sentido más amplio, el patrimonio cultural de una comunidad, está integrado por el conjunto de valores abstractos y objetos concretos, que se han heredado de las generaciones precedentes y se poseen en común[1]. El factor histórico juega un rol activo en la conformación del patrimonio cultural, no solo porque procede del pasado, sino también porque la relación de una sociedad con el medio natural se desarrolla a lo largo del tiempo, y por consiguiente es historiable. A los fines analíticos e interpretativos, puede afirmarse que la historia es el eje de la cultura. Pero la historia y el patrimonio cultural son intrínsecamente distintos, habida cuenta que la primera abarca los hechos del pasado en su totalidad más amplia, y el segundo solamente incluye los valores vigentes y objetos concretos de existencia real: lo extinguido o inexistente ya no es patrimonio, aunque pueda ser siempre tema y objeto de estudios históricos. la historia es la memoria de la humanidad en sentido completo; el patrimonio está constituido por los elementos perceptibles y vigentes de la memoria colectiva, que son, además, los testimonios sensibles de la identidad de un grupo social determinado y, a veces, también de la raigambre de una comunidad en el medio de su radicación[2].

La destrucción del patrimonio cultural puede no afectar el conocimiento histórico, pero implica siempre una pérdida y hasta un aniquilamiento de la memoria social efectiva. Por el contrario, su preservación contribuye al arraigo, pertenencia y cohesión del grupo humano, y aún puede aportar pautas orientadoras para la acción de las generaciones siguientes[3].

Estas últimas décadas, inmersas en la cultura de la posmodernidad y caracterizadas por la globalidad y la homogeneización, el consumo masivo, la calidad superficial y la segmentación, han dado como resultado una fuerte cultura de masas, que debilita nuestras identidades nacionales y regionales[4].

Entendemos por : preservación, poner a cubierto anticipadamente un bien cultural, para evitar su daño, deterioro o destrucción; conservación, conjunto de actividades (identificación, catalogación, protección, vigilancia, restauración) destinadas a salvaguardar, mantener y prolongar la permanencia de los objetos culturales para transmitirlos al futuro; y restauración, como una operación parcial de la conservación, a la actividad que se realiza físicamente sobre el objeto cultural, destinada a salvaguardarlo, mantenerlo y prolongar su permanencia para trasladarlo al futuro[5].

Creemos que el objetivo de la preservación de la memoria y de sus referentes culturales debe plantearse en función de servir el enriquecimiento espiritual del hombre. Un bien cultural será bueno y útil a la comunidad en tanto referente auténtico de la memoria colectiva[6].

UN POCO DE HISTORIA

A partir de la extinción de la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Quilmes, el 14 de agosto de 1812, se resuelve la división de su terreno. En marzo de 1818, el piloto agrimensor Francisco Mesura, entrega el plano e interviene en el sorteo de los 554 solares, 12 quintas y 72 suerte de chacras que constituían el antiguo terreno de la reducción.

Los primeros edificios fueron, en su casi totalidad, ranchos de barro a dos aguas con piso de tierra.

En la época de Rosas, se hacen muchas casas con techo de azotea, con tirantes de madera dura o troncos de palmeras; las construidas en esquina no tienen ochava.

En la década de 1860 toma gran impulso la edificación y se realizan casas más grandes, con techos de azotea. En 1869 había 1156 edificaciones en todo el partido de Quilmes, de las cuales 783 eran tipo rancho, 10 casas de azotea de 3 cuerpos, 24 casas de azotea de 2 cuerpos, 256 de un cuerpo y 76 casas de madera.

Entre esa época y el 1900, la población de origen italiano y español, en su gran mayoría, adopta para sus casas los estilos de su país de origen. No faltan las casas de estilo inglés.

Hasta el año 1885, la casi totalidad de la edificación del pueblo estaba comprendida entre las calles Brandsen, Alberdi, Centenario (hoy Irigoyen) y la parte alta de la barranca. No obstante, existían importantes edificaciones en las afueras, llamada La Colonia, como “El Dorado”, entre otras.

Por esta época la población era estable, pero las familias más pudientes tenían casas para su residencia aquí y en la Capital Federal. Los malos caminos y los primitivos medios de transporte contribuían para que residiesen en Quilmes en verano, y en la ciudad en invierno. Nuestra ciudad se transforma así, en pueblo de veraneo, por lo que se edifican numerosas casas quintas, de tres cuerpos, en forma de H. Pocas de estas casas están todavía en pie.

El pasado suele ser factor de incomodidad para el argentino en general. Tan difícil resulta asumir el pasado, que se lo ignora, o se lo conoce parcialmente, en forma anecdótica; y cuando resulta posible, se lo anula, se lo modifica o se lo destruye. El siglo XIX, se encargó prolijamente de borrar todo lo que quedaba del siglo XVIII y casi todo lo que fuese colonial; el siglo XX se está encargando de destruir sistemáticamente todo nuestro riquísimo patrimonio arquitectónico y urbano del siglo XIX, presumiblemente en nombre del “progreso”, sin caer en cuenta de que, con la misma tesitura, las generaciones del siglo XXI también se encargaran de borrar prolijamente las obras de nuestro presente[7].

Nuestra ciudad está viva, pero no goza de buena salud. Está sujeta a las contingencias del deterioro, desnaturalización y destrucción gratuita de nuestro patrimonio cultural.

La ceguera no es exclusiva del ciudadano común: entes oficiales y organismos profesionales permanecen impávidos ante la demolición del patrimonio.

NUESTRA PROPUESTA

Como resultado de la investigación bibliográfica y de las caminatas de prospección realizadas por nuestro equipo de trabajo, durante los años 1992 y 1993, observamos que existen en nuestra ciudad numerosas casas antiguas. Una de ellas, de tipo rancho, ubicada en las calles Olavarría y Belgrano, existía en 1993, hoy ya no está.

Surge entonces (como algo a realizar en un futuro no muy lejano y como una extensión de nuestro actual trabajo) la necesidad de construir un archivo que permita inventariar el conjunto de edificios que componen el casco histórico.

El trabajo propuesto, puede entenderse según 2 etapas:

- Una referida específicamente a la investigación.

- Otra referida al establecimiento de un archivo.

Ambas comparten la necesidad de definir un modo de tratamiento y registro de los datos en cuestión. De ahí, que la solución sistemática esté dada por la aplicación del análisis descriptivo documental.

La forma y empleo de dicho análisis consta de tres partes:

1- Trabajos de campo: que permiten inventariar en forma sumaria una muestra de los edificios según diferentes tipos de registros (fotografías, diseños, planos, mapas, textos, etc.,) en forma de catálogos temáticos.

2- La construcción de un código analítico: el cual se acompaña de un comentario, en el que se explican el conjunto de reglas, vocabulario y tipo de razonamiento adoptado para la descripción de cada uno de los edificios.

3- Un sistema de documentación por análisis combinatorio: que permite correlacionar las partes codificadas, según conjuntos de rasgos, que, por ser semejantes o diferentes, dan una idea clara de lo que sería una “tipología” de los edificios del casco histórico. (Definimos el casco histórico de acuerdo al plano realizado por Mesura en 1818)

Es indudable que estas tres partes son indisolubles una de otra, y, que a lo largo del trabajo serán desarrolladas con diferente grado de profundidad.

METODOLOGÍA

Partiendo del análisis de un grupo de calles del casco, se registrarán los componentes materiales de cada uno de ellos, según secuencias fotográficas y planos que permitirán adoptar definiciones y criterios para acceder, en una segunda mirada, a una orientación, segmentación y diferenciación de lo que llamaremos “unidad de referencia analítica”. Para este primer ensayo se construirán “hojas experimentales” para la toma de información de todos los elementos (rasgos) que componen la unidad de referencia.

La metodología a utilizar se puede resumir en los cuatro pasos siguientes:

IDENTIFICACIÓN

Como primer punto, es necesaria la identificación del objeto cultural, esto comprende una investigación histórica:

Recopilación de datos y fuentes documentales

*planos

*fotografías

*diarios

*archivos públicos y privados

*otras publicaciones realizadas

-Relevamiento físico de la unidad de referencia

*plantas

*cortes

*fachadas

-Relevamiento arqueológico

*investigación in situ de las posibles transformaciones

*investigación de lo existente

*análisis e interpretación de la cultura material mediante grupos funcionales

- Relevamiento de deterioros y/o de grados

- Análisis y/o informe crítico de la investigación histórica y de la recopilación de datos de los distintos relevamientos

- Conclusiones

- Catalogación

-Inventario y fichaje de la unidad de referencia

-Inventario y fichaje de los distintos deterioros y/o degrados

 

PROTECCIÓN LEGAL Y VIGILANCIA

Luego de la identificación y posterior catalogación, se tendrán distintos datos y argumentos para proceder a una Declaratoria de Interés Histórico Municipal.

RESTAURACIÓN

Implica: liberación, consolidación, reintegración e integración.

Luego de esta primera recolección de información, se intentará definir convencionalmente la “unidad de referencia y sus límites”, en otras palabras, ver si el referente empírico (edificio) podrá ser registrado como totalidad y en partes, que luego deberán ser codificadas.

Dada la complejidad del tema, el tiempo necesario para realizarlo, y la cantidad de personal indispensable, se considera como punto de partida importante para elaborar un banco de datos el tener en cuenta:

-que se trata de un conjunto: el casco   histórico.

-que este puede ser descompuesto en partes: los edificios que lo componen.

-que la toma de información deberá no sólo registrar e inventariar lo antes dicho, sino también establecer por una combinatoria única la forma de recomposición de lo que convencionalmente segmentáramos, a modo de lista de términos, fotos y diseños recogidos en la tarea de campo, como “parte” codificable.

Luego se construirán “hojas experimentales” en las que daremos las indicaciones necesarias para la identificación de cada “unidad de referencia”.

En un paso más adelante, los edificios registrados pueden ser tratados según distintos artificios mecánicos o electrónicos que solo hacen accesibles mediante la normalización del lenguaje coloquial o natural, por otro descriptivo que finalmente será programado en un lenguaje máquina, que hará posible en poco tiempo, resolver un conjunto de preguntas respecto de la temática buscada.

A partir de todo lo anterior será posible tener un registro exhaustivo de todos los edificios del casco histórico de Quilmes, para, en un segundo paso declararlos Patrimonio Histórico del Municipio de Quilmes, para que puedan ser preservados, restaurados y excavados arqueológicamente para reconstruir su historia material y cultural.

La municipalidad deberá arbitrar los medios para que los propietarios de dichos edificios compartan esta preocupación.

El municipio de Quilmes se convertiría, de este modo, en pionero de la conservación de su historia cultural dentro de la Provincia de Buenos Aires.

TIEMPO ESTIMADO DE REALIZACIÓN

Para una primera etapa, que incluirá:

- Identificación

- Catalogación

- Protección legal

Sería factible de realizar, con un equipo de 15 personas, en un lapso no mayor de tres años.

Arqueóloga Zunilda Quatrín

Directora del Proyecto Arqueológico Quilmes

BIBLIOGRAFÍA

- Carta de Brasilia, Brasilia, 8 de diciembre de 1995.

- de Paula, A. 1996

- Cuando la Autenticidad es sinónimo de Identidad Cultural. Noticias del ICOMOS, 1, 1996.

- Díaz Berrío, S. 1974

- Terminología general en materia de conservación del Patrimonio Cultural. Congreso Internacional de Americanistas, México, 1974.

- Jesse Alexander, R. 1986

- Calidad ambiental y degradación urbana. en Seminario de actualización profesional sobre la preservación del Patrimonio Arquitectónico Bancario. Ediciones BPBA, serie Histórica.

- Lafitte, H.B. 1980

- Método para el análisis y registro de la Arquitectura Histórica: una teoría general de los códigos. Ediciones del Octógono, Arg.

- Moreno, C. 1996

- Reflexiones sobre Patrimonio y Autenticidad. Noticias del ICOMOS, 1, 1996.

- Morse, R.M. 1976

- Ciudades latinoamericanas: aspectos de su función y estructura. en

“Urbanización, desarrollo y modernización”, Germani G. compilador, Paidós.

- Vanni, E. 1986

- Una posible metodología para la restauración y reutilización de Edificios Históricos. Ediciones del BPBA, serie Histórica.

 

HOJA EXPERIMENTAL

Ubicación: calle............................................. número...........

entre............................................... y .......................................

cuadrante................................ sector...................................

Casco antiguo: si / no

Area histórica: si / no

Fecha estimada de construcción: .................................

Remodelada y/o reciclada en: ......................................

Destino actual:                                               Destinos anteriores:

Vivienda ..................................

comercio ..................................

oficina     ..................................

desocupada ..................................

abandonada ..................................

escuela ..................................

edificio público ..................................

Estado de conservación: bueno....... malo....... regular.......

 

Tipo de construcción: ............................................................................................

............................................................................................

con ochava....... sin ochava.......

Características:

con parque....... sin parque.......

Fachada:

puerta simple....... doble....... madera....... chapa....... original.......

portón simple....... doble....... madera....... chapa....... original....... ventanas

rejas

balcón

molduras

Techo: exterior: teja                    interior: ladrillo

cerámica                                                      madera

chapa                                                            yeso

otros                                                              otros

Paredes: adobe                  ligamento: barro                       revoque: bosta ladrillo                                    cal y arena                              cal

otros                                       cemento                                  cemento 

 

Desagüe pluvial: interior....... exterior.......

Cantidad de plantas: 1....... 2........ 3........ mas.........

Cantidad de habitaciones: 1....... 2........ 3....... 4........ mas.........

Cocina: interna........ externa........

Baños: internos........ externos....... 1...... 2....... 3....... mas........

Habitaciones de servicio: interna....... externa........ 1........ 2......... 3.......

Galpón: si / no Caballeriza: si / no Sótano: si / no Aljibe: si / no    

Otros:....................................................

Patios: 1........ 2......... 3......... mas.........

Galerías: cerrada........ abierta........ interior....... exterior.......

Dibujo fachada                                                      Plano planta

NOTAS


[1]de Paula, A. 1996

[2]Ibid

[3]Ibid

[4]Carta de Brasilia

[5]Diaz Berrío, C. 1974

[6]Moreno, C. 1996

[7]Jesse Alexander, R. 1986 

compilación Chalo Agnelli