miércoles, 9 de marzo de 2022

DON LAURENTINO ARANDA, GAUCHO DE CHIRIPÁ Y CALZONCILLO CRIBADO

Por Chalo Agnelli

Según decir de don Pedro Etchevertz y corroborado por su yerno don Luis Eduardo Otamendi, fue don Laurentino Aranda el último vecino de Quilmes que usaba diariamente el traje nacional, vale decir chiripá y calzoncillo cribado, sombrero aludo, rastra a la cintura y rebenque labrado; montaba una yegua pinta de gran porte que aguantaba sin mosquearse el peso de su voluminoso jinete. Así se llegaba al pueblo desde su chacra, cuatro manzanas comprendidas entre las calles Allison Bell, Ceballos, Brandsen y Olavarría; donde se levantaba una casona de anchas galerías llena de macetones y tinajas, donde daban muchos cuartos sombreados por glicinas y parrales que formaban paseos techados de sarmientos. En otras dependencias se guardaban las herramientas de trabajo, los establecimientos del personal que trabajaba en la chacra, molino que proveían el agua para uso doméstico y para el riego; una tahona, caballeriza y cochera que guardaba un carro fabricado para él especialmente por Hasperué, un sulky y un breack, carruaje de cuatro ruedas con asiento delantero para dos plazas y dos asientos laterales posteriores y sus estribos correspondientes, para cuatro plazas por lo menos y puerta trasera, un lujo en el pequeño pueblo donde eran pocos los carruajes existentes. Cuando sus vecinos de la quinta “La Atalaya”, los Cambaceres, recibían visitantes a pasar los fines de semana, don Laurentino ponía a su disposición este breack, con su cochero, para traerlos de la estación.

En su libro “Quilmes fin de siglo” (1966) cuenta don Manuel Ales: “Los ombúes crecían por todas partes y, en especial, en la ‘cresta de la barranca[...] Quizá el más viejo y grande de todos los de la época, fue el de la chacra [...] de don Laurentino Aranda [...], cerca de la esquina NO de 25 de Mayo y Uriburu, que tenía en su base un hueco tan espacioso como para que, según Roberto Rumi, se reunieran allí dentro en una ‘guitarreada’ veinte personas.”

Narciso Laurentino Aranda nació en Quilmes el 17 de agosto de 1838, fue bautizado por el cura párroco Juan Bautista Comagli, en la parroquia de la Inmaculada Concepción del pueblo el 26 de septiembre siguiente, era hijo de Francisco y de Juana María Fuentes; casó en la misma parroquia el 19 de mayo de 1879, con su cuñada Delfina Serantes, viuda de su hermano, hija de Eugenio y Marta Romero; fueron testigos de esa boda don Manuel Tobal y su esposa doña Zoila Nadal, todos argentinos y domiciliados en el partido de Quilmes. Fueron sus hijos: Francisco, Rufina, Juana y Enriqueta Celsa (luego de Armesto).

Era hombre sin escuela, pero de muy buen caletre, afable y solidario sin aspavientos. Desde esa galería sentado en un amplio sillón de mimbre permanentemente con el mate en la mano y ojo avizor controlaba toda su hacienda: tres o cuatro caballos de silla, algunas vacas lecheras, cabras, un amplio gallinero, huerto, árboles frutales de todo tipo, sobre todo duraznos, que se daban con fruición en la zona. Nada quedaba fuera de su control.

En las fiestas patrias organizaba multitudinarias festejos con asado y guitarreadas, a la que asistían familiares, parientes, amigos y vecinos, entre los que estaban: los Orezzio, los Serantes, don Pedro Conio, Bossi Casares, don Mariano Vázquez, Manuel Farmiñán, Clodomiro Acuña, Viviano Sánchez, los tres, pescadores,  Cándido Leiva que era cazador y colaboraba con productos de sus cacerías, también asistían los ingleses Peterson y Harmon, el Dr. Fermín Rodríguez, Fortunato Sosa, Luis Zanoti y su hermano Pedro, don Joaquín de La Serna, etc. Don Laurentino se lucía pues era un avezado payador y no faltaba el tambor del negro Roldan, que había sido sargento del ejército y era muy requerido en los carnavales.

Fue su nieta María Elena Eulalia Orezzio de Estevarena, renombra y querida maestra,[1] hija de Rufina Aranda y de Eduardo Orezzio. María Elena nació en esa quinta el 13 de febrero de 1897 en una casa que se padre levantó casi en el centro de la misma propiedad hacia la calle Olavarría. Fue una de las primeras egresadas de la recientemente fundada Escuela Normal Mixta de Quilmes en 1916.

El benemérito don Laurentino Aranda falleció en junio de 1914, tenía 76 años, así lo anunció el periódico "El Tribuno" (2) del sábado 9 del siguiente mes.

LAURENTINO ARANDA

Víctima de una cruel enfermedad dejó de existir el jueves próximo pasado nuestro estimado convecino, cuyo nombre nos sirve de epígrafe.

El Sr. Aranda con su fallecimiento ha dejado un vacío difícil de llenar y con su muerte se extingue la radiante luz de un espíritu dotado de finos y amables sentimientos que cautivaron el corazón de cuantos lo trataron.

La tradición argentina con esta desaparición pierde uno de sus más fieles exponentes, a su atribulada familia nuestro más sentido pésame. 

En 1917 la propiedad se comenzó a lotear y el domingo 19 de abril de 1942, la firma Fiorito, Chiesa & Grillo remató 18 lotes, 3 casas y se abrieron las calles intermedias.


 Investigación Prof. Chalo Agnelli

Colaboraciones Alicia Otamendi Etchevertz y Carlos

FUENTES

Ales, Manuel (1966) “Quilmes fin de siglo” Ed. de autor. Quilmes

Family Search

NOTA


[1] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 19 de diciembre de 2012 María Elena Eulalia Orezzio de Estevarena – Egresada del Normal en 1916.

(2) Pedro Félix Rotelo fundó en su misma casa de la calle Brandsen 219, el periódico radical  “El Tribuno", en junio de 1913; un periódico con tres tiradas los días 5; 15 y 25 de cada mes.

 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Don Laurentino Aranda!! Era muy amigo del padre de mi tatara abuela, Don Bernardo Lagouarde. También de mi tatara abuelo Francisco Arrieta.
Francisco y Laurentino se visitaban bastante, más cuando había asados de por medio jaja
Es más, la familia Aranda mandó a construir la bóveda familiar frente al panteón de mi familia. Adjunto fotos de la bóveda actualmente, arriba de todo apenas se lee: "Familia de L. Aranda desde 1914" y en los vidrios de las puertas están talladas las iniciales "L.A." MAURO MURILLO

Anónimo dijo...

Sonia Ericadel Valle Pocoví
25 de Mayo y Uriburu. Uriburu aún de tierra en mi niñez. Voy a preguntar x este gaucho.

Bueno, bueno. Ahi vi el mapa del loteo. El lote 8 de mis abuelos. Bartolomé Pocoví-Josefina Salvaggio. (Ambos fallecidos), tenían una pizzería en Quilmes en su momento muy conocida.
Para Chalo Agnelli, o reenviarle esto:
"Lindo. La loteadal. Lolo compro de palabra el lote a los Rumi. Rumi y Armesto eran familiares. Nunca tuvieron la doc. De la compra x q estaba en sucesión. Tuvieron los vecinos q reunirse y hacer x abogado el tit de prop. Los pibes Armesto iban conmigo a la escuela.
Yo le hice el trajecito de casamiento a una de las Rumi

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