En
el periódico La Lealtad del martes 31 de octubre de 1967 (Pág. 7 y 8) el
profesor historiador don Manuel Ales publicó una investigación histórica del
origen de la Biblioteca Pública Municipal Domingo Faustino Sarmiento. Trabajo
que completa el presentado por don José Andrés López en su “Quilmes de antaño” (Pp. 209 a 239)
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Juzgado de Paz, 1860. Primera sede de la Biblioteca Pública. |
LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL
Texto del Prof. Manuel Ales.
La
primera noticia que hallé respecto de la creación de una biblioteca pública es
la del 3 de diciembre de 1860 en
que, a raíz de un proyecto del gobierno respecto de la formación de bibliotecas
en los pueblos de campaña, se le responde que: “La municipalidad cuenta hoy con una casa, costeada con sus fondos, compuesta
de tres piezas de material y dos de tabla, destinadas, una de ellas para las
secciones (sic) municipales; la otra
para juzgado de paz; las dos de tablas sirven de cuartel, pudiéndose destinar
la otra para la biblioteca, por tener ésta un armario con llave, que puede
contener cien volúmenes”. [1]
Parese
ser que esto no debe haber pasado de proyecto, pues nada he hallado al respecto
hasta el 13 de marzo de 1872, en
que el presidente de la municipalidad, don
Agustín Armesto, propone la creación de una biblioteca, cosa que se llevó a
cabo, pues el 5 de agosto siguiente, se resuelve que la municipalidad pagará el sueldo al bibliotecario
por sólo seis meses, debiendo hacerlo luego la comisión de la biblioteca, con
los fondos que pueda obtener.
(según el Dr. Craviotto integraron la comision directiva. Mariano Otamendi como presidente, y Dr. José Antonio Wilde, Juan Ithuralde, Jose Agustín Matienzo y Mariano Vega) Los
armarios y mesas fueron encargados a Jorge Strube, quien pide se le pague algo
más de lo presupuestado, pues sólo en madera invirtió más de 10 mil pesos,
resultando con ello perjudicado. Se tiene en cuenta su reclamo y el 4 de noviembre de 1872 se resuelve
abonarle mil pesos más de lo contratado. (Según otros historiadores fue inaugurada el 8 de diciembre de 1872 y abrió sus puertas un mes después, el 8 de enero de
1873)
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Foto de A.Baranda en la Biblioteca
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El 16 de junio de 1873 el doctor Wilde
pide a la municipalidad que continúen abonando los 800 pesos mensuales (moneda
antigua) al bibliotecario, pues la comisión de la biblioteca no tiene recursos
para hacerlo. [2]
El 29 de abril de 1874, la municipalidad
resuelve se hagan dos escudos con las inscripciones: "Secretaría Municipal" y "Biblioteca Popular".
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A.Baranda |
Dada
la humedad del local en que se instaló la biblioteca y por ser perjudicial para
los libros, el 22 de mayo de 1875 el doctor Wilde pide que ella sea traslade a
la pieza de la secretaría, ésta a la sala municipal, "donde se colocará una buena estufa", la cual fue presupuestada
por don Santiago Laurnaga por 2.400 pesos, el 5 de junio. A
causa de dicho traslado, el 5 de febrero de 1876 Jorge Strube reclama 3.887
pesos, abonándosele 3.500 el 22 de marzo.
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Dr. J.A.Wilde |
Debido
a la falta de recursos, el presidente de la biblioteca, D. Fernando Otamendi,
pide se abonen dos meses más los sueldos al bibliotecario accediéndose a ello.
Finalmente, el 23 de junio se resuelve que dadas las condiciones financieras en
que se halla la comuna, desde el 1º de ese mes sólo se podrá pagar al
bibliotecario 250 pesos por mes. En
una u otra forma se continúa hasta que
el 9 de noviembre de 1879, el bibliotecario renuncia al cargo porque no se le
abonan los 400 pesos por mes que se le habían prometido. A raíz de tal
situación, José A. López en “El Eco de
Quilmes”, Pedro Giménez en “El
Quilmero” y “varios
vecinos respetables", piden se trate este asunto de preferencia.
Por
lo dicho se verá que la pobre biblioteca andaba a los tumbos y así fue que el
22 de junio de 1881, Amoedo [3] manifiesta
que "dados los sacrificios hechos
por la municipalidad para formar y sostener la biblioteca que se halla en
abandono, se solicite a la comisión administradora que la entregue a la
municipalidad".
Con
fecha 20 de julio, la comisión directiva de la biblioteca contesta la nota de
la municipalidad, la cual es tratada en la sesión del 23, resolviéndose devolverla,
testados los términos, considerados ofensivos.
A
continuación, también se resuelve llamar para el 31 del corriente a una
asamblea de vecinos y de suscriptores de la biblioteca, para tratar su anexión
a la municipalidad.
El
27 de septiembre se convoca de nuevo al vecindario para elegir al inspector de
la biblioteca, de acuerdo con los estatutos recién aprobados, resultando
electo don Mariano Solla.
Solla
propone el 5 de noviembre que el inspector de la biblioteca sea también el
administrador de ella y de sus recursos, debiendo rendir cuentas
semestralmente.
A1
ir adquiriendo mayor importancia la actividad municipal, el 16 de enero de 1886 se autoriza al
presidente de la municipalidad a utilizar el local de la biblioteca para
oficina de la presidencia, haciéndole colocar piso de tabla, cielo raso de
yeso, pintarla y "comprar los
muebles necesarios para establecer una oficina en debida forma y
decencia".
En
la sesión del 11 de julio se resuelve que la biblioteca dependerá del H.C.D., del
que será parte integrante, atendida por un empleado a las órdenes del secretario
del Concejo.
El
presidente, don José A. López, en la sesión del 25 de julio presenta el
"Proyecto de reglamento y
organización de la biblioteca"
Artículo
1 - El C. D. al votar su presupuesto anual, asignará una suma destinada a la
conservación y fomento de la Biblioteca Pública.
Art.
2 - Votará asimismo el sueldo que ha de gozar el empleado bibliotecario.
Art.
3 - Además de la suma del presupuesto se declararán rentas propias de la
biblioteca, la suscripción anual de los abonados y las donaciones que de
cualquier manera se hagan.
Art
4 - Estas rentas sólo podrán ser empleadas en beneficio de la biblioteca y su
percepción se hará por el recaudador de las rentas generales del municipio,
anotándose en un libro especial que se abrirá al efecto.
Art.
5 - El intendente establecerá la forma en que se ha de llevar la contabilidad
de la biblioteca y el cobro de sus rentas.
Art.
6 - El abono de la biblioteca será voluntaria, estableciéndose para las
suscripciones el mínimo de $ 0,20 mensuales.
Art.
7 - La biblioteca estará a cargo de un empleado nombrado por la C.D.
dependiente del secretario del mismo Concejo, con la denominación de bibliotecario.
Art.
8 - El sueldo de este empleado será el que deje asigne en el presupuesten, de
acuerdo con el artículo 2.
Art.
9 - El bibliotecario llevará un libro denominado "de préstamos", con
fecha, número de la obra y término del préstamo, así como el da de su devolución.
Art.
10 - Inciso 1: Esta anotación será firmada por el solicitante de acuerdo con
el artículo 17, si concurre personalmente; pero en caso de hacerlo por medio
de recibo, éste deberá guardarse cuidadosamente en la carpeta que se llevará al
efecto, para entregarse al interesado al ser devuelta la obra.
Inciso
2: Llevará asimismo un libro de donaciones y un padrón de abonados; éste último
como duplicado del que tendrá el recaudador de rentas.
Art.
11 - La biblioteca estará abierta al servicio del público todos los días
habites, desde las 11.30 hasta las 4 de la tarde, y los feriados desde las 12
hasta las 2 p. m.
Art.
12 - Durante esas horas todas las personas vecinas o transeúntes tendrán libre
acceso a ella y el derecho de leer y consultar todas sus obras.
Art.
13 - Nadie podrá sacar libro alguno de los estantes y sí pedirlo al bibliotecario,
quien entregará la obra o volumen que se le pida.
Art.
14 - Los concurrentes a la biblioteca deberán conservar la moderación y
composturas debidas.
Art.
15 - Es prohibido interrumpir a los lectores de ninguna manera, no debiendo
conversar en alta voz, ni aun para pedir los libros.
Art.
16 - Todas las personas residentes en el pueblo o partido, tienen derecho al
préstamo de libros, bajo las condiciones y restricciones que se determinarán
en seguida:
1:
Ninguna persona podrá llevar más de un tomo de la obra que solicita, si ella
constase de varios, teniendo que devolver el anterior para llevarse el
siguiente.
2:
Los abonados a la biblioteca tendrán derecho a llevar, observando las prescripciones
del artículo precedente, más de una obra a la vez; pero el que no sea abonado
solo tendrá derecho a llevar otra, una vez devuelta la anterior.
Art.
17 - Las obras debe pedirse por escrito, bajo la firma del solicitante, o bien
por este en persona firmando, en el último caso, recibo en el libro correspondiente,
que el bibliotecario le presentará.
Art.
18 - Los menores de 18 años no podrán, solicitar prestamos de libros sino bajo
la garantía o responsabilidad del jefe de la casa en que residan o de un
abonado, en su defecto.
Art.
19 - El bibliotecario fijará razonablemente el término del préstamo, anotándolo
en libro respectivo. Vencido ese término, el libro deberá ser devuelto a la
biblioteca y solo podrá sacarse nuevamente el mismo, si otro no lo hubiere
solicitado. Esto sólo hasta tres veces.
Art.
20 - El término mayor para los préstamos será de quince días, tratándose de
novelas o literatura, y de veinticinco si los libros fueren de ciencia, historia
o arte.
Art.
21 - El bibliotecario dará cuenta al secretario del Concejo y éste, a su vez,
al presidente, de todo libro que no haya sido devuelto o renovado el préstamo
a su vencimiento, a fin de que se apremie su devolución al detentor.
Art.
22 — Comunicará asimismo al secretario de toda obra que sea devuelta destruida,
mutilada o con manchas, a fin de que exija el pago de la multa en que se haya
incurrido, así como las que sean devueltas destruidas, mutiladas o con manchas
a fine que se exija el pago de la multa en que se haya incurrido así como las
que sean devueltas después de vencidos el término del préstamo, todo para el
expresado fin.
Art.
23 - Las multas a que se refiere el artículo anterior, serán satisfechas en la
siguiente forma:
1:
Ocho centavos por cada día que exceda del préstamo la devolución.
2:
El valor de la obra consignada en el catálogo o reposición de la misma, si
ésta fuere destruida, extraviada o manchada de tal manera que fuera imposible
la lectura de alguna de su páginas.
3:
El valor de la encuadernación si el deterioro consistiere en ella, siempre
que no sea por simple uso.
Art.
24 - Pasado doble tiempo del fijado para
la devolución del libro, sin que aquélla se efectúe, el detentor (sic) será
compelido a su devolución o al pago de la obra y multas, así como a los (gastes
que se originen por su resistencia.
Art.
25 - Toda persona que se haga acreedora a multas, no podrá llevar libro alguno
hasta tanto no hayan sido satisfechas.
Art.
26 - No podrán sacarse de la biblioteca: los diccionarios, códigos, mapas,
documentos oficiales y otros libros que el Concejo, determine.
Art.
27 - El .bibliotecario entregará a los abonados y lectores de libros en su
domicilio, un ejemplar de este reglamento y un catálogo de las obras, a fin de
que tomen conocimiento de las obligaciones que contraen al sacar un libro.
Art.
28 - Un ejemplar de este reglamento
se fijará en la biblioteca, en un paraje visible.
LA PROPIEDAD
La
Sociedad Estímulo de las Bellas Artes, es la administradora de la biblioteca
pública y el 19 de enero de 1896 solicita le sea facilitado "el
pequeño terreno de propiedad municipal, situado en la esquina de Mitre y Tres de
Febrero (Alem) para construir un salón para la
biblioteca".
El 6 de junio de 1904, se dio lectura de
un mensaje de la intendencia (era intendente José Andrés López), en el que se expone: "Que en el ángulo formado por las calles Mitre y Tres de Febrero,
es la municipalidad dueña de una fracción de terreno que mide 10 metros de
frente a la primera calle por 28 metros al fondo, frente a la segunda. Que es
notorio que la biblioteca pública ocupa en la casa municipal un lugar
inadecuado y deficiente. Que a esta circunstancia atribuye el D. E. que esa
institución desfallezca en una existencia casi ignorada. Que mucho tiempo
hace, el actual intendente preparaba los medios de dar a la Biblioteca un local
propio donde poder instalarla ampliamente y con absoluta independencia del
resto de las oficinas de la administración y para ello contaba, con que el
H.C.D. autorizaría su construcción en el terreno a que aludí antes. A ese fin
ha hecho los estudios técnicos y económicos necesarios y al elevar este
mensaje tiene la seguridad de poder realizar la obra sin tomar suma alguna a los
recursos de la administración. Que acompaña el plano del proyecto del edificio
cuyo costo está calculado en $ 7.000 y solo espera el D.E. la autorización del
H.C.D. para construirlo en el terreno que deja indicado, para licitar su
construcción y aceptar la propuesta más conveniente así en el precio como
condiciones de pago, pues repite que esta obra se realizará sin afectar la
renta de la administración y, por consiguiente, con recursos especiales propios
de la Biblioteca y el concurso particular que se le ha ofrecido.”
A moción
del concejal Soldán, se acordó: “tratar
este asunto sobre tablas, resolviéndose después de un cambio de ideas,
autorizar a la intendencia a sacar a licitación la construcción de un edificio
destinado a Biblioteca pública, cuyo edificio se construirá en el terreno de
propiedad municipal ubicado en las calles Mitre y Tres de Febrero y de acuerdo
con el plano presentado y agregado al expediente respectivo, quedando autorizado
así como para aceptar la propuesta que considere más conveniente así en el
precio como en las condiciones de pago, pasando el expediente a sus efectos a
la intendencia.”
Por ordenanza del 7 de diciembre de 1904,
se incorpora la Biblioteca al patrimonio municipal.
En
el año 1905, era bibliotecario Ramón Faggiano y con fecha 15 de febrero se
autoriza a permutar ese cargo por el que José Eduardo López ejercía en la oficina
de Recaudación de Rentas.
Al
encararse la construcción de un nuevo edificio para la Municipalidad, el 16 de octubre de 1909, el intendente
pide autorización para sacar parte del piso del Salón y algunas puertas del
viejo edifico municipal, para construir unas piezas en la Biblioteca y el
Registro Civil para destinarlas a oficinas provisorias.
El 9 de marzo de 1910, se
dan normas respecto de la administración de la Biblioteca y nombramiento de su
personal.
El
presidente de la Biblioteca presenta el 24 de marzo de 1915, una nueva
reglamentación para la misma.
El 12 de junio de 1918 se dicta una
ordenanza por la cual se cede la Biblioteca Pública al Ateneo Popular y
asignándole una subvención de $ 150 mensuales.
A
partir de esta fecha no hallé más datos hasta el año 1932, en que por ordenanza
556 del 14 de septiembre, “se amplía el número
de miembros de la Comisión Administradora de la Biblioteca Pública”.
En 1935, se resuelve bautizarla “Domingo Faustino Sarmiento”.
Dejo
a otros interesados en el tema para que lo completen, esperando que esta
colaboración contenga una base útil.
Quilmes,
16 de octubre de 1967.
LA BIBLIOTECA HOY
|
C.G.Maier |
La
Biblioteca tuvo su apogeo durante la dirección de Carlos Guillermo Maier, [4]
que le tocó actuar durante la conmemoración de los 300 años de la creación de
la Reducción de los Quilmes y a quien supo dar continuidad don Ricardo J.
Molteni. Período en que se publicaron una notable bibliografía
referente a nuestro partido y hechos históricos que nos vinculan con la
Historia Nacional, acompañado por directores de Cultura de la talla de los
profesores Francisco Míguez y Armando B. González.
Hubo dos importantes etapas de reformulación del viejo edificio. La primera etapa de ampliación se realizó en 1978 y
comprendió la Hemeroteca, el Taller de encuadernación y el Departamento
de Técnica.
En 1987 se ejecutó la segunda etapa, con la ampliación de la
sala de lectura y la remodelación de la recepción, la creación del
Archivo y la Biblioteca Histórica, nombrándosela sede de la Junta de
Estudios Históricos de Quilmes y de la Asociación Cultural Sanmartiniana.
Bajo la coordinación de la bibliotecaria Teresita Gigheri, una profesional muy
capaz y con mucha formación la casa tuvo gran lucimiento. Retirada esta permaneció
un tiempo acéfala hasta que asumió la dirección la Lic. Nancy Castagnini, desde
el 2000 hasta el 2003. Luego las administraciones municipales que
siguieron no designaron directores y la Institución hoy está bajo la responsabilidad del Director de Cultura y una jefa, la Sra. Liliana Centioni, quien anteriormente se ocupó de otras
funciones en la Biblioteca, de modo que cuenta con una larga trayectoria en la
misma y su tarea se muestra comprometida y resulta eficaz.
|
Lic. Nancy Castagnini |
Otro
desajuste de los últimos funcionarios es haberla reducido, restándole
dependencias que se emplean con objetivos ajenos a una Institución de estas
características. Del mismo modo, dentro de la Biblioteca Sarmiento se ocupan ambientes
para empleados municipales tampoco ocupados en requerimientos propios del ámbito
bibliográfico.
Así
y todo la Biblioteca Pública Municipal Domingo Faustino Sarmiento tiene hoy 140
años y es la más antigua de la zona sur del Gran Buenos Aires.
Compilación Prof. Chalo Agnelli
Enero de 2013
FUENTES
Periódico La Lealtad del martes 31 de octubre de 1967
Ales, Manuel. "Síntesis Histórica de Quilmes Ed. de la Municipal, Serie Archivos y Fuentes de Información. Nº 3 Quilmes, noviembre de 1968.
Ales, Manuel "Remembranzas Quilmeas. Ed Municipal. Serie Archivos y Fuentes de Información. Nº 4. Quilmes marzo de 1970.
NOTAS
[1]
Era juez de paz don Andrés Baranda.
[2] La moneda
nacional comenzó a circular el 1º de octubre de 1883, y la proporción con la
antigua era de 100 pesos antiguos igual a 4,14 moneda nacional. Nota del
autor
1878; presidente de la Municipalidad en 1888 a 1890 e intendente en Quilmes en 1896 y 1897
[4]
Ver biografía en este blog.
2 comentarios:
Dice Juan Carlos Grassi: Tengo un dato sobre la biblioteca, dado por una de las hijas del escribano Soneyra. Ella dijo: "mi padre fue presidente de la biblioteca D F. Sarmiento por varios años (n.a.: Soneyra vivió en Quilmes entre los años 1909 y 1941) y en la plaza situada frente a la Catedral, se había colocado una placa con los nombres de quienes formaron la comisión. La misma permaneció por muchos años, ignorando en que momento fue retirada, ni por qué" Palabras que en parte se confirman por la foto de Soneyra, dentro de la biblioteca, que obra en mi poder. En la biblioteca ignoran esa placa. Además carecen de datos sobre los miembros de comisión, pese a que en su momento mostré la foto que tengo y que incorporé al libro sobre EL CIVIL Y LA VIDA DE SONEYRA.
Hace ya casi veinte años que habré donado un retrato de mi tatarabuelo, Dr. Fabián Cueli, primer médico de la ciudad, a la Biblioteca. Pero viendo la fotografía de la pared en dónde fue colgado, veo que ya ha no está allí. Supongo que se habrá perdido en algún archivo. En fin, se que también había un cuadro -pintura- de él en el Museo Almirante Brown de Bernal, museo que no he visitado, y espero llegar a conocer. Saludos cordiales, Mario Gutiérrez Cueli.
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