En la primera nota sobre la historia de la primera escuela oficial que tuvo Quilmes (Ver: http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/02/escuela-n-1-150-anos-de-historia-1-nota.html y publicado por el periódico Perspectiva Sur el 4 de marzo próximo pasado) se dieron los antecedentes que fueron desarrollándose en nuestra historia educativa hasta llegar al 25 de mayo de 1863, con muchas frustraciones, aciertos, avances y retrocesos, fecha de la fundación del primer edificio que encabeza esta segunda nota.
HISTORIA SOCIAL, EDILICIA E INSTITUCIONAL DE LA PRIMERA
ESCUELA OFICIAL DEL PARTIDO DE QUILMES
LA ESCUELA PRIMARIA Nº1 “BERNARDINO RIVADAVIA” 1863 - 2013 - SEGUNDA NOTA
Prof. Ch. Agnelli
de "Maestros y Escuelas de Quilmes" Ed. Jarmat, 2004
CONTROVERSIA La historia de la Escuela Nº1 está indefectiblemente ligada
a la evolución de la organización educativa de todo el distrito, por eso no podemos, con el afán de ser rigurosos
dejar de lado antecedentes que determinan su fundación. Y no digo creación pues
los antecedentes son muchos desde 1822.
Los ditirambos especulativos de algunos historiadores y/o
afectos a la historia local consideran fecha de fundación de la Escuela Nº1 el
31 de diciembre de 1822, cuando el Rector de la Universidad, de quien dependían
las escuelas urbanas y rurales, don Antonio Sáenz, designó a José López,
preceptor en Quilmes (hacía 10 años que la Reducción había sido extinguida).
Cargo que nunca ejerció el mencionado maestro y su nombramiento quedó sin
efecto por nota del 7 de junio de 1823 y López pasó a la escuela de La Ensenada
de Barragán.
Las escuelas las fundan alumnos y docentes, de modo que sin
tales no hay escuela por más que se llenen cuartillas fundacionales por parte
de las autoridades correspondientes y la fútil burocracia.
CENTENARIO
En 1963, cuando la Escuela Nº1 celebró su Centenario hubo
otros historiadores, docentes y vecinos viejos de Quilmes que opusieron los
festejos blandiendo la fecha del 29 de noviembre de 1824, cuando el Rector
Sáenz designó a José Rosende maestro en la aldea que era Quilmes por esos años
y aunque Rosende no comenzó a dar clases hasta el 14 de
mayo de 1827, algún razonamiento había en los que refutaban el centésimo
aniversario, ya que este fue el primer maestro que ejerció como tal en Quilmes,
pero esta última también podría ser considerado fecha fundacional. O sea que ya tenemos cuatro fechas posibles de fundación: el
31 de diciembre de 1822; el 29 de noviembre de 1824 y la definitiva, 25 de mayo
de 1863, cuando se inauguró el primer edificio.
REORGANIZACIÓN
Rosende se desempeñó en el magisterio local hasta mayo de
1830 y en 1831 fue reemplazado por Rafael Venavente que renunció sin asumir el
4 de enero de 1833, y lo sustituyó Justino Rodríguez, que tampoco vio alumnos
algunos hasta el 16 de octubre de 1834 en que cedió el cargo a Felipe Secondo de
Vallona, sucedido, a su vez, en 1835 por Félix Meals, el segundo maestro
quilmeño que logró infundir las primeras letras a los niños del villorrio.
Durante esos casi 10 años, el dictado de clases fue
sumamente irregular y deficitario. Meals, a pesar de varios contratiempos, permaneció en el cargo efectivo durante
discontinuos 28 años.
En agosto de 1853, el Departamento de Escuelas (reorganizado
después de la caída de Rosas en Caseros en 1851 y con una nueva Constitución
Nacional) promovió la apertura oficial
de los establecimientos educativos. En Quilmes don Andrés
Baranda Juez de Paz del nuevo Partido escindido de Barracas al Sur en 1852, dispuso la
concreción de la medida no sin dificultades varias.
La escuela funcionó en la esquina NE de Hipólito Yrigoyen y
Humberto Primo, luego pasó a la esquina SE de Sarmiento y Alsina a cargo del
maestro interino Saturnino Echeverría, fundando una de las varias dinastías de
familias educadoras que se destacaron en la localidad hasta la fecha. Era un
local inapropiado por la que la municipalidad abonaba $ 300.
Seguramente, Meals debía estar con licencia pues en julio de
1857, hay documentos referentes a los festejos por el Día de la Independencia
donde figuran como maestros Félix Meals y Demetria Rivero de Echeverría
(designada por la Sociedad de Beneficencia desde el 16 de marzo de 1852) Se lo
vuelve a nombrar cuando el 9 de agosto de 1857, llega a la escuela el busto de
Bernardino Rivadavia, que luego dará nombre a la escuela, enviado por el Jefe
del Departamento de Escuelas don Domingo Faustino Sarmiento. El 25 de Mayo de
1858, los alumnos de las dos únicas escuelas quilmeñas, la de varones y la de
niñas, participaron del acto patrio luciendo delantales blancos mandados a
hacer por don Andrés Baranda. Ese día, tremolaban en la descuidada plaza Mayor
pequeñas banderas, confeccionadas por doña Melchora Giles de Baranda y otras
señoras del pueblo.
En octubre de ese mismo año, a pedido del Dr. José Antonio Wilde
fueron vacunados los escolares: 42 varones y 76 niñas. En 1860, Andrés Baranda dispuso la gratuidad y obligatoriedad de la asistencia
a la escuela de todos los niños y niñas en edad escolar.
Estos datos permiten argüir que el año de fundación de la Nº1 junto con la Nº2 de niñas (aún no se había generalizado la enseñanza mixta),
sería 1853, o sea que la primera institución de enseñanza primaria del distrito
tendría hoy más de 150 años.
A mediados de 1861 Sarmiento solicitó al Juez de Paz que
destine un terreno para levantar la escuela de varones. Tomás Flores, que había
sido el primer juez de paz y presidente de la municipalidad del nuevo partido
separado de Barracas la Sur (Avellaneda), asigna un lote ubicando entre el
juzgado de paz y la iglesia parroquial, destinado a
escuela según decreto de 1822 del ministro de gobierno de la provincia de
Buenos Aires, doctor Bernardino Rivadavia.
Acompañaban a Flores como
municipales (Concejales) el Dr. José A. Wilde, Rodolfo Carlsen, Pedro Costa, Benito Risso, Mariano
Solla y secretario Robustiano Pérez.
ARBITRIO
Como se resolvió
establecer la fecha de fundación de Quilmes ensamblando fechas, todas estas
lucubraciones de posibles fechas de fundación de la Escuela Nº1 de Quilmes, se
solucionan mediante una, a partir de la cual ya no hubo interrupciones en el
dictado de clases, a partir de la cual se contó con un edificio oficial,
destinado únicamente a funciones educativas y con docentes designados por autoridades
competentes, el 25 de mayo de 1863.
ROBUSTIANO PÉREZ, MAESTRO FUNDADOR
El 13 de abril de 1861, se hizo cargo de la escuela en reemplazo de Saturnino Echeverría uno de los maestros de mayor fervor comunitario y educativo que tuvo Quilmes en esos años, Robustiano Pérez, que venía actuando como secretario
de la municipalidad desde marzo de 1856. Según dice el Prof. Juan Carlos Lombán:
''...verdadero arquetipo de educador poseído por una fervorosa pasión
civilizadora y de bien público. "
Robustiano Pérez había nacido en 1822, supuestamente en
Buenos Aires. Era un hombre parco, reservado y de costumbres modestas. Por su
grafía y sintaxis se advierte que recibió una educación esmerada. Si bien su
desempeño docente fue breve, pues el 27 de octubre de 1863, entregó el cargo al
preceptor Julio Basset y Mansilla, la calidad de su paso por la escuela que
funcionaba en su propiedad Mitre entre Rivadavia y Alsina, fue relevante.
Había adquirido este solar en 1839, allí construyó su
vivienda y escuela. Luego edificó en el linde de la vereda, frente a la plaza,
una sala que funcionó como juzgado de paz, frente al cual, afirma Manuel Ales,
fue fusilado el juez de paz don Paulino Barreiro y no en la esquina SE de la
plaza como aseguran otros historiadores.
Robustiano Pérez vendió esa propiedad a Juan Manuel García
que murió en 1873 y la heredó su sobrino Antonio Silva; pasando luego a su hijo
Aníbal Silva y Giráldez, donde instaló un almacén, “El Positivo”.
A su lado estaba la casa de Santiago Laurnaga y en la
esquina de Mitre y Alsina había ombúes que albergaban las diligencias de Acuña
y Córdoba que hacían el servicio a la Capital, Ensenada, Magdalena y Chascomús.
Robustiano Pérez Aún desde afuera de las aulas, Robustiano
Pérez, siguió bregando por la educación en el partido. Como municipal, cargo
que desempeñó hasta agosto de 1866 en que se retiró de la vida pública, procuró
que la primera escuela tuviera edificio propio, tuvo significativa influencia
en la ordenanza de 1860, mencionada anteriormente y, en 1864, con el Dr. Wilde
se unieron con la iniciativa de crear la Comisión Municipal
Inspectora de las Escuelas.
En 1862, siendo juez de paz y
presidente municipal Francisco Lozano, se reiniciaron las gestiones para
levantar el edificio de la Escuela Pública (el demolido en 1909, del cual subsiste la escuela para
niñas, edificada en 1882, sobre la calle Alem, actual Jardín 921) El edificio
fue modelo de otros construidos con posterioridad.
El 1 de abril fue aceptado, con algunas modificaciones el
contrato presentado por el arquitecto Pedro Petrochi y el constructor Donad por
un costo de $ 131.000. Lo firmaron además del nombrado arquitecto, Robustiano
Pérez y Francisco Lozano.
El decreto fue recuperado por don Andrés Baranda, “El árbol
de la buena sombra”, 37 años después de su vigencia y
permitió la construcción del antiguo edificio de la N°1 donde jurídicamente le
correspondía.
Los trabajos se
iniciaron el 1 de abril de 1862. El último pago de 31.000 pesos fue abonado en
donación por el tesorero municipal don Mariano Solla, pues la municipalidad no
había podido reunir ese dinero. Otra demostración del espíritu de comunidad que
existía en esos hombres abocados a la construcción de un país.
La municipalidad
contaba con un presupuesto anual de $186.746. Destinaba a las escuelas y
fomento de la enseñanza $ 100.000, es decir, un 53,5 %.
De esta manera la municipalidad que desde 1854 pagaba una
suma de $ 300 pesos por una propiedad totalmente inadecuada a los fines
educativos tendría un establecimiento propio y apropiado a sus fines.
Robustiano Pérez, el 30 de abril de 1863, promovió una
colecta entre los municipales para construir el templo de la parroquia de la Inmaculada. Luego
logra que se designe una comisión municipal inspectora de las obras que
integra. Si bien en 1864 renuncia porque sus ocupaciones no le permiten
realizar una supervisión exhaustiva el 10 de setiembre de ese mismo año denuncia irregularidades y logra que no se usen ladrillos viejos en los
cimientos.
El primer nombre que tuvo la actual plaza San Martín, que
fue 25 de Mayo, fue propuesto por Robustiano Pérez en 1859 desplazando el
nombre de Mayor o Principal, que conservaba desde la época colonial.
A su retiro de la vida pública en 1866 Pérez tenía 44 años,
era soltero de modo que no tuvo descendientes ni ninguna otra familia en
Quilmes, que se conozca. Se ignora su destino aunque se supone que murió pocos
años después de 1867 porque nada más se habla de él en los documentos
existentes ni en el anecdotario popular.
La escuela Nº50 de San Francisco Solano, en la calle 826 entre la 897 y 898, lleva el nombre de aquel señero educador.
LA FUNDACIÓN DEL PRIMER
EDIFICIO ESCOLAR DE QUILMES
Finalmente, el 25 de mayo de 1863 se inaugura
el edificio de las dos escuelas. Cerrando un proceso que se había iniciado tres
años antes: la N°1
para varones y la escuela N°2 para niñas (hoy el mismo edificio del Jardín
921)
El mobiliario y los bancos, además de los
adquiridos en 1853 por Baranda, fueron traídos de Estados Unidos y Canadá a
comienzos de 1863 y destinados a esta flamante escuela; según la que fuera
directora largos años de la escuela N°1 y su historiadora, la señora Lila
Giordano de Campelo, aún existían cerca de 130 en perfectas condiciones de uso
en 1970.
INAUGURACIÓN DE LA ESCUELA
Esto es una
muestra de cuanto significaba la educación como logro de progreso para un
humilde pueblo naciente, pero orgulloso de su significación en lo que fuera el
Pago de la Magdalena.
El 27 de octubre
de ese mismo año se llevó a cabo el inventario de las dos escuelas contando
con: 6 mesas con 12 bancos anexos; 1 escritorio; 12 pizarrones grandes y uno
mediano, 1 vitrina, 25 tinteros, 70 pizarras usadas, 1 geografía de Smith, un
busto de Rivadavia, 13 mapas, 10 pupitres con sus asientos, etc.
En 1866, Quilmes
ya contaba con 2 escuelas particulares, la de Elena Hartfield Wilde de Carlsen (sobrina del Dr. Wilde) y la de las
hermanas Santos; y dos públicas. La concurrencia efectiva era de 39 niños y 42
niñas, si bien la inscripción era mucho mayor.
Prof. Chalo Agnelli
"Maestros y Escuelas de Quilmes" Cap. III
1 comentario:
MARGARITA SCHUH DICE: Hola Chalo! Le comento, en el 1948 y 1949 concurrí a la Nº 1, 1º inferior y 1º superior, la Srta. Teresita fue mi maestra, turno mañana, como faltaban bancos, había muchos chicos que no tenían lugar y que por lo tanto se sentaban en el piso. Mis padres al ver la situación me retiraron de la misma enviándome a una escuela religiosa pues consideraban que pudiendo costearme la enseñanza privada, no era justo que yo ocupara el lugar de un niño que necesitaba la comodidad mi vacante. En el 50 pasé al San José y allí terminé mi formación, no por otra cosa. Saludos Margarita Schuh
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