miércoles, 9 de abril de 2014

EL DECESO DEL DR JOSÉ ANTONIO WILDE, 14 DE ENERO DE 1885

El 6 de marzo de 2014 se iniciaron los homenajes por el bicentenario del nacimiento del ilustre Dr. José Antonio Wilde en la Casa de la Cultura con una conferencia biográfica a cargo del Prof. Agnelli.
La misma estuvo seguida de un acto institucional realizado el viernes 4 de abril en la Escuela Nº 10, que lleva su nombre.
La señora Raquel Grassi Wilde, bisnieta del Dr. Wilde, dirigiendo la palabra al público en el acto de la Escuela N° 10 "Dr. José Antonio Wilde".
El miércoles 9 del mismo mes, en la plaza Dr. José Antonio Wilde, circundada por las calles Paz, Humberto Primo, Pringles y Olavarría, se reunieron miembros de la comunidad, descendientes del prócer, alumnos y docentes de las Escuela N° 10 y de la E.Técnica "Reino de España", representantes de la Biblioteca Popular Pedro Goyena, de la Asociación de Historiadores Los Quilmeros, organizadores del evento, y se descubrió una placa que realizaron estas últimas instituciones con la concejala Susi del Valle Paz y se tributaron coronas de laureles.
Los actos de homenaje a este prócer local se cerraron en el atrio de la Catedral donde yacen sus restos el viernes 11 de abril a las 10 hs. Evento nos retrotrajo a los últimos momentos de la existencia de este benemérito quilmeño que tanto dio con su vida y su obra a nuestro a toda esta región del gransurbonaerense.

El texto que sigue pertenece al libro biográfico realizado por el Prof. Agnelli:  
"Dr José Antonio Wilde, médico, periodista y educador quilmeño 1814 - 1885"
“Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad.” Manuel Belgrano


 SU DECESO 
Faltan dos años para que concluyera el período presidencial de Julio Argentino Roca. El pueblo está desengañado de su liderazgo. Con la vertiginosa inmigración el país llegó a los tres millones de habitantes. Los fines de semana los porteños y los quilmeños toman el tren a la Ensenada a fin de conocer la novísima capital de la provincia, La Plata, que ya cuenta con cerca de 1000 casas y poco más de 10.500 pobladores. Se sanciona la ley 1420 de educación común, laica, gratuita y obligatoria y por la ley 1565 se establecen los registros civiles en la Capital Federal (dos logros en los que tuvo papel protagónico el Dr. Eduardo Wilde, sobrino de José Antonio).
El teniente coronel Pablo Belisle derrota al cacique Namuncurá, definitivamente. Se siguen inaugurando líneas ferroviarias, ahora entre Saladillo y Lobos y la línea telegráfica entre Buenos Aires y Asunción del Paraguay. El gobierno rompe relaciones diplomáticas con el Vaticano expulsando del país al nuncio apostólico que se opone a la ley de matrimonio civil. Aparecen tres obras básicas de la literatura argentina. Juan Moreira, Juvenilia y La Gran Aldea. Y el estadounidense Waterman inventa la pluma estilográfica.
Es flamante presidente de la Municipalidad de Quilmas Alberto Oteiza y municipales: Julio Daubas, Fermín Rodríguez, Luis Rodríguez, Alejandro Villabrile y Roque Villa, secretario. Es titular de la parroquia el polémico Pbro. Rafael Fanego.
Promovida por Wilde, a través de la acción constante y directa de las señoras Juana Gauna y Federica Dorman de Quijarro, comienza a fraguarse  insistentemente la imperiosa idea de abrir un hospital en el pueblo. Se establece que la construcción de la cloaca máxima, dentro del ejido urbano, se haga bajo tierra. Se funda en el pueblo un nuevo periódico llamado La Provincia. 
Con estos acontecimientos terminó el año 1884 y a poco de nacer el nuevo año, en su casona de Quilmas, fallece el Dr. José Antonio Wilde, era el 14 de Enero de 1885, tenía 72 años. [1] 
Dice Groussac:“Su muerte fue tan sinceramente sentida como había sido respetada la existencia de ese hombre de bien, que, además de un educacionista ilustrado, era un escritor lleno de soltura y amenidad. “ [2] 
Casona "La Victoria" residencia del Dr. Wilde, en la calle 25 de Mayo e/Paz y Pringles, Quilmes. Ilustración del Arq. Daniel Hurrell.
No dejó fortuna, salvo la chacra donde, en parte, hoy se levanta la Cervecería Argentina Quilmes y la manzana donde se hallaba la casona familiar, donde se fundó la Escuela Primaria N° 19. 
A manera de testamento escrito pocos días antes de morir, como si previera su desenlace, escribió: “Dejo a mis hijos esta pluma, con ella escribí desde la primera a la última palabra de mi libro Buenos Aires, setenta años atrás”.
 La vida pública y privada de mujeres y hombres nunca va por igual camino, si bien hay una ética y una moral intrínseca que prevalecen en todo momento y ante todas las circunstancias. Por la dedicación y entrega absoluta a una idea, una obra, una lucha indefectiblemente se descuidan los aspectos privados y esto redunda en perjuicios para los afectos próximos.
Quizá la vida pública del Dr Wilde, el tiempo y el esfuerzo que le demandaba su obra humana, intelectual, su ideología, no le permitieron vislumbrar, cuando su salud comenzó a deteriorarse temprana e irremediablemente, en la indefensión en que quedarían sus hijos después de su muerte.
Estos aún eran pequeños cuando fallece el matrimonio Wilde en poco lapso de tiempo. Les sucede lo mismo que a Victoria con sus padres. El mayor José Antonio Reynaldo tenía 17 años y el menor apenas 12, las muchachas entre 13 y 16 años. Si bien su tíos Jaime, Alfredo y Enrique, sobre todo el primero, los ayudaron en su crecimiento, no era fácil sustituir la hondura intelectual y la presencia de ánimo del Dr Wilde ni la fuerza de carácter de Victoria. La contundencia del desamparo, que los golpeó en breve tiempo – menos de 6 meses -  debe haber sido desequilibrante. Esto suscitó problemas tanto en el manejo de la fortuna - que si bien no era cuantiosa era más que suficiente como para que los cinco huérfanos inicien una vida provechosa y activa - como en el desarrollo de la voluntad, la conducta y en el manejo oportuno y apropiado de las diversas situaciones de la vida. 
NOTICIAS DEL PERIÓDICO EL QUILMERO

EL QUILMERO - Jueves 15 de enero de 1885.
DR. JOSÉ ANTONIO WILDE.- Ayer a las 6 de la mañana falleció el que fue el Dr. Don José A. Wilde, víctima de una violenta enfermedad que lo postró en cuatro días. Una congestión cerebral lo ha llevado a la tumba siendo impotentes los esfuerzos de la ciencia y los cuidados de su familia para sustraerlos al desenlace fatal. El Dr. Wilde era un vecino muy estimado y respetado por toda la sociedad quilmeña que deplora su muerte con sinceridad. Entre las gentes pobres particularmente sobresalían sus sentimientos filantrópicos y nunca se llamó a su caridad sin obtener el óvolo de su mano tan largo como las circunstancias se lo permitían. Como médico y como vecino gozaba de la más elevada estimación  y su muerte es sentida por todos. Paz en la tumba del que fue el Dr. Wilde y que la resignación mitigue el dolor de sus deudos.


EL QUILMERO Año X - N° 252 domingo 18 de enero de 1885.
ENTIERRO DEL DR. WILDE.- Tuvo lugar el jueves a las 9 de la mañana el entierro del Dr. don José Antonio Wilde. La caja mortuoria conteniendo el cadáver fue conducida a pulso desde su casa hasta la iglesia en cuyo atrio debió ser sepultado. Se colocó en el local que se le había preparado estando la iglesia toda enlutada y se celebró la misa de difuntos. Después fue sacado de la iglesia y conducido a la sepultura que se había cavado allí. Antes de depositarlo el Dr. Varela [3] pronunció algunas palabras encomiando los méritos y virtudes del finado y la gran manifestación del vecindario de Quilmes allí presente que demostraba el dolor sincero que le causara la muerte de aquel vecino tan querido. Le siguió el Dr. Cantilo [4] que se expresó en términos conmovedores, recordando las bondades del Dr. Wilde, su bello carácter y las prendas que le distinguían como un ciudadano digno, padre cariñoso y buen amigo. A más de las muchas personas que concurrieron desde la Capital con el Dr. Eduardo Wilde [5], Ministro de Cultura e Instrucción Pública y sobrino del finado, se hallaron presentes todos los vecinos de Quilmes y la mayoría de las familias vecinas de la localidad.


Sus restos son inhumados en el atrio de la iglesia parroquial (hoy Catedral) bajo una lápida con la leyenda “A imitación del Divino Maestro, amó a los pobres y a los niños”, frase ideada por Dr. Luis A. Varela.
Dr. Eduardo Wilde
Al momento de su fallecimiento el Dr. Wilde era director de la Biblioteca Nacional, el primero de esta institución recién nacionalizada. Su sobrino Eduardo, también médico e higienista, hijo de su hermano Diego Wellesley Wilde, estuvo presente en las exequias. En ese momento era ministro de justicia, culto e instrucción pública del gobierno del presidente Roca. 
LEGADO DE UNA VIDA
Médico, sanitarista, filántropo, escritor, cronista, pedagogo, periodista, funcionario, político, naturalista... José Antonio Wilde escaló en su vida la cima de prócer del pueblo que adoptó como propio, dándole organización y destino. Hijo de inmigrantes, es ejemplo del valor progresista y transformador que la inmigración dio a la República Argentina. Los prohombres de aldeas, pueblos y ciudades provinciales, raramente ocupan un lugar de relevancia en la historia grande pues serían tantos los volúmenes que llenarían con sus vidas y obras, imposibles de abarcar en el espacio de los Anales Nacionales. Sobre todo en un país donde todo transcurre y debe atravesar la ciudad de Buenos Aires. 

 Comisión de Homenajes por el Bicentenario del nacimiento del Dr. Wilde 
BIBLIOTECA POPULAR PEDRO GOYENA 
ASOCIACIÓN HISTORIADORES LOS QUILMERO

NOTAS

[1] En mucha documentación, libros de autores rigurosos e incluso en la biografía que posee la Biblioteca Nacional de quien fue su primer Director, le dan dos años más de vida. El Quilmero, único diario de la zona, y el mármol sobre sus restos en la Catedral quilmeña señalan la fecha real. 
[2] Historia de la Biblioteca Nacional. Groussac, P. Pág. 47 
[3] Se refiere al hijo de  Florencio Varela,  Luis, periodista e integrante  del círculo de intelectuales al que pertenecía Wilde. Luis Varela en 1881 integró con el Dr. Carlos Spegazzini, la comisión que tuvo a su cargo la elaboración de un informe que justifique las ventajas de establecer la capital de la provincia en Quilmes. Suya es la leyenda que se colocó en la lápida del Dr Wilde. Ver Craviotto J. A. Pág. 241.
Luis A. Varela hijo de Florencio Varela Sanginés y de Justa Cané y Andrade, nació el 27 de mayo de 1845 en Montevideo mientras sus padres se encontraban exilados del régimen rosista. Abogado, político, historiador, desde 1868 se desempeño como abogado a ambas márgenes del Río de la Plata; Fiscal ante las Cámaras de Apelaciones; Diputado en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires –1874/1880-; Convencional Constituyente en 1870/1873 y 1882/1889; Subsecretario de Estado en el Departamento de Interior –1868/1872-, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires –1887/1889-; Ministro de la Corte Suprema de Justicia –1889/1899-. Autor de “Historia Constitucional de la República Argentina” obra que consta de cuatro tomos y que le fue encargada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires para el Centenario. El 18 de agosto de 1868 habría sido iniciado en la Logia Constancia N°7, pese a que había sido propuesto para la Logia N°13, en la que desempeñó diversos puestos. Casó en segundas nupcias con María Josfa Vallet y Mac GUIRRE que era hija de Luis Eusebio Vallet y de Catalina Mac Guirre.
Como Ministro de la CSJN fue el autor de la disidencia formulada en el famoso caso "Cullen v. Llerena" sobre control de constitucionalidad y cuestiones políticas no judiciables, entre otras. 
[4] Se refiere a José María Cantilo (1840-1891) poeta, periodista y abogado. Editor de la revista literaria El correo del domingo (1864-1867) 
[5] Se refiere a Eduardo Wilde, sobrino de don José Antonio, hijo de su hermano el coronel Diego Wellesley Wilde. Eduardo en 1885, era
Ministro de Justicia, Culto e Instrucción, bajo su dirección se dictaron dos leyes decisivas de la organización institucional laica del país con ley de educación laica (inspirada en las recomendaciones de Domingo F. Sarmiento), y ley del matrimonio civil.

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