LLEGANDO AL PERSONAJE
El 8 de julio de 2016, falleció un vecino quilmeño de La Colonia que supo encontrar la poesía en las cosas simples, Plácido Donato.
Cuando tenía 9 ó 10
años, esperando el tranvía en San Luis y Andrés Baranda, en la esquina de los
Bottaro, solía ver a un muchacho de corta estatura, uniformado, a veces
acompañado por otros muchachos del barrio, "del otro lado del 22", como llamábamos los de “Andrés Baranda al este” a los de “las vías del tranvía al oeste”; eran
tiempos donde los objetos, los pocos comercios, algunas casonas importantes, un
zanjón o ciertos personaje pintorescos servían de locativo.
En una oportunidad,
en esa misma esquina, aguardaba con mi abuela y el “policía” descendió del 22
(el tranvía) Ella vio la curiosidad en mi cara y me dijo que era el hijo de
doña Lucía. Mi abuela conocía a la señora del almacén de don Pepito donde hacía
las compras hasta que los Babbicola abrieron otra muy bien provista sobre San
Luis, a media cuadra de mi casa.
Volví a verlo en dos
o tres oportunidades en el Club Alberdi, sobre todo cuando había algún
encuentro futbolero entre ese club y el 21 de Julio, con el que mi padre
colaboraba desde que era una Sociedad de Fomento, la que supo traer a ese
rincón de La Colonia: gas natural, cloacas y un buen día ¡el asfalto!.
Un día escuchando
“Jaque a la policía” en Radio Nacional, como solíamos hacer mi hermano y yo en
el aparato que él tenía en su habitación - privilegio que le había dado su
enfermedad -, me detuve a escuchar - algo que no hacía nunca - el detalle del
reparto que daba el locutor al cerrar cada día el programa y por último dijo: “Guión Plácido Donato”. ¡Ese nombre y ese
apellido no eran nada comunes, sólo podía ser de nuestro vecino! Y era. Pensé
que teníamos otro famoso (precisamente no era esa la palabra tan gastada hoy)
en el barrio, además de Nelly Omar que había tenido una quinta importante en
las cercanías o Vicente Zito “la
bordeadora”, el bandoneonista Francisco Abbatantuono, a pocas cuadras
En 1974, cuando
Jorge Padula Perkins y otros muchachos del barrio fundamos el “Grupo de Arte Joven” en la calle Larrea
lo consultamos un par de veces por esas cosas de las Letras. Luego el tiempo y
la similitud de tareas nos reconocieron en otros encuentros.
Cuando la escuela Nº
17 cumplió 90 años, yo era vice y se organizó un festejo extraordinario donde fueron
invitados algunos de sus ex alumnos notables como Aldo Severi, Ludovico Pérez,
Luis Vidal y Plácido Donato.
En 1991, comencé a
escribir “La Colonia de Valerga” e
hice una semblanza de su vida – aún no figuraba en Wilkipedia – entre la de
otros caracterizados vecinos del barrio La Colonia. El libro se publicó en 2010.
Recientemente nos
reencontramos en los 75 años del Club Alberdi y en el 56º aniversario de la Biblioteca Popular Pedro Goyena, vecina del Club.
Ambos, Plácido y quien suscribe, seguimos vinculados con el
barrio. Él conservó su casa natal y yo, como él, las calles, las veredas, los
vecinos, algún viejo plátano carcomido, los que están y los que no, las
anécdotas - quizá adornadas por la buena benigna memoria – y el amor por las
cosas simples. (Chalo Agnelli)
UNA BIOGRAFÍA PARA EL ÉXITO
Hijo único de una familia humilde, nació el 5 de julio de
1934, en la misma casa donde vivió hasta no hace mucho, en la calle San Luis
entre Torcuato de Alvear y Larrea, frente a la familia De Armas.
Ese año era, como casi todos los años en la historia de la
humanidad, un año crucial. Para mal del mundo Hitler era proclamado canciller
de Alemania; Paraguay y Bolivia dirimían un enfrentamiento absurdo en el Chaco
Boreal; le entregaban el Premio Nobel a Luigi Pirandello; los porteños veían
pasar el Graff Zeppelín… el fútbol, el cine y el radioteatro conquistaban toda
la adhesión popular.
El padre, José Donato, había nacido en la esquina de las
calles Aristóbulo Del Valle e Iberlucea, [[1]] pleno barrio de la Boca; era un gráfico
anarquista, trabajaba en “La
Antorcha”, pero luego devino en socialista "de
Palacios”; tendencia que Plácido Rosario Donato comparte, considerándose el único policía
socialista del país. La madre, Lucía, había nacido en Barracas.
Sus cuatro abuelos eran sicilianos. El abuelo materno, en su
tierra, había sido pescador, era amante de la ópera y fue él quien con sus
historias y anécdotas estimuló en Plácido la imaginación; y fue la literatura
el medio para despegarla de sí y crecer en ella.
Era pequeño aún cuando sin la autorización de sus padres se
escabullía a la estación de Quilmes a lustrar zapatos para reunir unas monedas
para sus más preciados gastos, revistas de historietas.
Alrededor de 1949, fue “cronista
volante” del diario El Sol bajo la dirección de los Blanco; con trece
años salía con Alcibíades Rodríguez a hacer notas sociales.
CLUB ALBERDI
Vio nacer de un encuentro de fútbol que se hizo en al esquina
de San Luis y Andrés Baranda a los dos clubes del barrio el Alberdi y el 21 de
Julio. Liderado el primero por don Juan, el almacenero de Larrea y Oliveri y el
segundo por don Juan Borgoño, el electricista. Como para el fútbol no daba,
jugó 6 años al rugby.
Estudió en la
Escuela Nº 17 donde su maestra de 2º grado, la señorita Esperanza
descubrió su veta literaria.
Fue con una composición sobre “El significado de
la poesía”, lo que no sólo sorprendido a la maestra, sino también a sus
compañeros y a sus propios padres.
Terminó la primaria e ingresó en el Nacional de Quilmes.
Allí creó dos revistas estudiantiles: “Tiralalira”
y “La Rata”, con un ligero tono de protesta que le
valió no pocos disgustos con los profesores Orengo y Craviotto (este último resultaba
un tanto duro con los “del otro lado de
las vías”)
Por problemas de salud debió dejar la carrera de Derecho en
2º año y a instancias de su madre y sus parientes los Anacondia, ingresó en la
policía en 1953; donde, según sus palabras, encontró, “un mundo alucinante, nada presagiado, definitorio, en relación con los
demás y la literatura”. Llegó a ocupar el cargo de Comisario Jefe de la
división difusión de la Policía Federal.
PRIMERAS LETRAS
Era inevitable que de un hogar de contraposiciones y
pasiones sicilianas, que entre el barítono Galiffi, Simón Boccanegra, [[2]] las reivindicaciones sociales, los
cuentos del abuelo, el barro, la pelota en el potrero y mucha, mucha lectura,
brotara su inclinación por la poesía, para luego volcarse a la narrativa.
A los
18 años ya escribía fotonovelas y cuentos “para
mujeres” en las revistas “Vosotras”,
“Para Ti” Integró con otros autores: “Veinte
cuentos policiales argentinos” (1976) y “Veinticuatro cuentos policiales argentinos” (1977) de Editorial
Plus Ultra. Escribió los textos para la historieta del dibujante Torino “El conventillo de don Nicola”, “Pocholo, Pichuco y yo”, “Tritqui Traque”, “Paturuzú” e “Isidorito”
con Quinterno y los libretos para radioteatros en varias emisoras radiales como
“América”, “Nacional”, con el elenco
de “Las dos carátulas”; con temas de problemática
social que ilustraban el submundo del crimen desde el punto de vista
preventivo, contemplando las circunstancias sociales que conducen al individuo
al delito.
“JAQUE AL DELITO”
Entre sus innumerables cuentos fue muy difundido “El Aljibe”, publicado en Paraguay, EEUU
y en Alemania en la revista “Burda”
Relato circundado de una sorprendente anécdota del autor, donde se mezcla la
ficción con una experiencia esotérica y onírica.
Su actuación como policía le facilitó la acción autoral, con
ciclos como "Jaque a la
policía" que durante más de una década se difundió por Radio Nacional.
Realizó la asesoría policial en programas televisivos como “Jaque al delito”, que se inició en 1968, en radio “El Pueblo” y donde actuaron
entre otros María Aurelia Bisutti, Leonor Di Benedetto, Pepe Novoa, etc.;
trabajó como libretista en el clan de “Cosa
Juzgada” con Víctor Pronzato (Víctor Proncet) y Genée y en “División
Homicidios”, con libretos de su autoría, junto con
escritores como Marco
Denevi y María Angélica Bosco. Este último programa fue dirigido por Martín
Clutet y contó con la actuación de Olga Zubarry y José Slavin. Experiencia de
la que guarda el más cálido de los recuerdos. De esta serie salió la película “Contragolpe”, de Loria, donde volvió a
compartir guión con el escritor y dramaturgo Marco Denevi y María Angélica
Bosco.
“MEMORIAS DE UN
COMISARIO”
En 1971, publicó un ensayo titulado: “Las drogas, un viaje a la muerte blanca”, bajo el seudónimo
Eduardo Santillán Menéndez o Peter Donald o Titus. Una de sus obras teatrales “El sello azul” fue representada en el
teatro “Tango Bar”, con gran éxito.
Presentó espectáculos de
Ciencia Ficción, realizó recitales con Claudia Durán,
dirigido por Ricardo Lanís en la Capital Federal y el Interior durante el Mundial
78.
El mostrador de la policía fue el trampolín de unión entre
las tragedias de todos los días y la literatura, metiéndose en la profundidad
de los personajes que allí llegaban con sus circunstancias y miseria y haciéndose
carne con ellos. Se transformó en un generador de clímax. En su vida policial
reunió una considerable cantidad de anécdotas; desde los comienzos en Defraudaciones
y Estafas, luego, como cadete, fue guardaespaldas del Gral. Perón – para
indignación de su padre – e integró las custodias de muchas personalidades de
la historia del
siglo XX que visitaron el país: el Che Guevara (agosto de
1961), Robert Kennedy (18/11/65), el Sha de Persia y Fara Diba (1965), el
vicepresidente Richard Nixon (1968), etc., historias que relata en “Confesiones de un Comisario”.
Ejerció el periodismo y fue director de las revistas “El
Círculo” y Mundo Policial” por la que recibió en 1986, el “Premio Resero” otorgado por la
Secretaría de Cultura de la CABA. Fue un activo integrante de Argentores -
Sociedad Argentina de Autores - durante seis años fue tesorero, también vicepresidente
y actualmente preside la Junta Fiscalizadora.
Sus obras teatrales son: “Fantasmas en los leños”, “El
Sello Azul” y “Un sabueso sin olfato”; le pertenece el poemario “De
intemperies y poesía” y el libro autorreferencial “Memorias de un
comisario”.
En las "Dos Carátulas" de Radio Nacional con la dirección
de Nora Massi se difundieron "Crimen
en la casa de las piedras", "El
cementerio olvidado", "Crimen
en el circo", "El
Cuadro", "El Saxo", "Una flor sangra en la colina",
"El misterio de Jeannete" y "El Aljibe", entre otras obras de su autoría.
DIVISION HOMICIDIOS
Como se mencionó anteriormente, en 1976, junto con Marco
Denevi, Plácido R. Donato comenzó a escribir los libretos para un ciclo de
televisión de género policial que se transmitía por el Canal 9, “División homicidas”. La acción
transcurría en la década del ’30 y el protagonista era el Inspector
Baigorri
representado por el actor José Slavin, que fallece a fines de 1977 y fue
reemplazado por Ignacio Quirós. Los episodios duraban una hora y media, planteaban
y resolvían un enigma policial. Donato suministraba el material, la sustancia y
Denevi escribía los libretos. El ritmo televisivo era arduo y tras dieciséis
episodios Denevi se retiró fue reemplazado por la escritora María Angélica
Bosco, quien acompañó a Donato en el trabajo. Subrepticiamente colaboraron
algunos dramaturgos prohibidos por la dictadura procesista, como: Osvaldo
Dragún, Ricardo Halac, Roberto Cossa. El programa se emitió entre julio de 1976, y octubre de 1978. Por este trabajo Donato recibió el premio San Gabriel y la Cruz
de Plata Esquiú.
UNA FRONDOSA CARRERA
Otros ciclos de su autoría que
alcanzaron notable éxito - en aquella televisión de alta calidad que comenzó a
extinguirse durante la
década del ‘90 – fueron: “Jaque al delito” con
María Aurelia Bisuti, Leonor Benedetto, Leonor Manso, Alberto Argibay, Claudio
Levrino, Pepe Novoa y Osvaldo Terranova.
En 1978, tuvo dos
éxitos: “Irina, la muerte y el mar” y “Crimen en la casa de las piedras”. Ambos transmitidos
por el Canal 7 y dirigidos por Heredia; la primera con la actuación de Olga
Zubarry, José M. Gutiérrez, etc.; y en la segunda los mismos actores más
Fernando Labat y Ana María Picchio.
En 1979, se presentaron dos ciclos: “Muerte de un Policía”
en el mismo Canal estatal, dirigido por Heredia; con la actuación de Pepe
Novia, Laura Bove y Miguel Ángel Sola, y “Esta puede ser su
historia”
por Canal 13, con Luis Medina Castro, Elcira Olivera Garcés, Emilio Conte,
Eduardo Rudy, Ricardo Darín, etc., ciclo unitario cuya emisión duró todo el
año.
En 1980, fue:
“Vivir es maravilloso” una tira diaria e humor que se transmitía por
el Canal 13; con Fernando Siro, Miguel Ángel Solá, Silvia Montanari, Rita
Terranova, Julia Sandoval, etc.
También entre 1879/1980, Plácido Donato realizó en el Canal 7,
un programa espectacular de carácter histórico musical con motivo de los 400
años de la Ciudad de Buenos Aires, se llamó Buenos Aires... Mi ciudad…”,
actuaron: Virginia Luque, Enrique Fava, Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero,
Horacio Ferrer, Alberto Marino y elenco.
Este fue el año de su retiro de la Policía, pero siguió
escribiendo pues esa fue siempre la esencia de su vida. Hasta esa fecha no debe
haber sido fácil conciliar su trabajo policial con la literatura y el mundo
artístico con sus requerimientos sociales.
SIGUIERON
En 1982, “El
Francotirador” por Canal 11, con Enrique Liporace y Germán Krause y
elenco, bajo la dirección de Francisco Guerrero.
En 1986, “Libertad
condicionada”, una tira diaria que escribió hasta el capítulo 30,
transmitida por Canal 9, con la actuación de Susana Campos y Juan Carlos Dual.
En 1987, realizó “¿Quién es el asesino?”, por Canal
11, que llegó a ser un extraordinario éxito; con Alfonso De Grazia y Luisa
Kuliok y dirigido por Francisco Guerrero.
En 1989, “Veredicto
final” por Canal 11 de Puerto Rico, dirigido por Martín Clutet.
En 1992, la
investigación histórica “Departamento
de Policía” por América TV, con la conducción: Carlos Juvenal.
Y en 2000, fue intérprete del cortometraje, “Radioteatro,
una pasión de multitudes”
En 2001, concretó la
serie “¿Quién es el asesino?”que se trasmitió por el Canal
14 de Santo Domingo, con la dirección de Martín Clutet.
En el 2004, participó
en la asesoría literaria de “Ciclo 5º Mandamiento” para. América
TV y redacto el libreto de “La Casa de Mármol” para dicho Ciclo. Y este mismo año 2004, en el “Théâtre Royal de la Monnaie” de
Bruselas, Bélgica se estreno su cuento “El Saxo”, adaptado para danza por la notoria coreógrafa
Gilda Navarra del ballet de Brujas.
CINEMATOGRAFÍA
Fueron guiones
cinematográficos de su autoría: “Contragolpe” (1979), el
cortometraje “Alerta en azul” (1980), “Las esclavas” (1987), “Comisario
Ferro” (1998) Un comisario que vive inmerso en
un submundo sórdido en el que se impone la justicia
por mano propia. El protagonista vive, al mismo
tiempo que los vaivenes de su profesión, un
conflicto interior en el que se inserta su esposa,
que guarda un secreto de su infancia. Entre los
hechos delictivos y un hogar al borde del colapso,
Ferro se halla siempre a un paso de la cornisa
emocional.Fue dirigida por Juan Rad.
Detrás y entorno de de todas estas
puestas televisivas, trato con directores, actores, funcionarios de los
canales, debieron haber cientos o miles de circunstancias de todo tipo que
abarcarían, seguramente, varios volúmenes; y que Plácido Donato, por su trato afable,
abierto y su buen humor, habrá sabido manejar con final positivo.
JUICIO DE SU OBRA
En el 2008, presentó en la Biblioteca Mariano
Moreno de Bernal, un libro de narraciones y poemas que resume los últimos años
de su obra y de su vida, “De intemperies
y poesía”.
En “24 cuentos
policiales argentinos” dicen de su estilo: “Donato utiliza el cuento para expresar su peculiar sentido de la
fatalidad y los hilos cambiantes que mueven el camino de un hombre frente a
situaciones límites, como el delito, la muerte y la esperanza… Donato centra sus
baterías para demostrar que el policía es un entomólogo, un paciente buscador
de miserias y limitaciones.” [3]
DISTINCIONES
Entre otras distinciones fue finalista al premio 'Honda de
España' (1971); premio del Ministerio de Educación (1973); obtuvo el premio
Argentores (1976), Cruz de Plata Esquiú (1977), premio de la revista “La Radio” (1977)
Por el guión de “Buenos
Aires… Mi ciudad” (1979), el espectacular de tango con glosas de Horacio Ferrer,
transmitido por ATC donde se vio por primera vez a Carlos Gardel en colores, obtuvo
el gran Premio de Honor de la revista Audiencia, que luego se transformó en el Premio Martín Fierro.
A pesar de lo mencionado por algunos periodistas quienes le
escapan a las fuentes, aunque lo merece sobremanera, Plácido Donato nunca fue
nombrado ciudadano ilustre de Quilmes; sí, Personalidad Relevante de la Cultura
por el Multimedio “El Sol” en el 2009.
En cambio, sin vivir nunca allí,
fue designado “Ciudadano Ilustre de San
Telmo"; barrio porteño del que escribió su historia.
Este mismo año 2009, recibió otro apetecible premio el “Alberto Olmedo”, de la Confederación de
Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social de la Argentina
(COSITMECOS) Un premio a la trayectoria que se otorga a los distintos rubros en
los que se encuadran trabajadores del medio televisivo al cumplirse seis
décadas de la primera trasmisión.
El 30 de octubre de 2014, fue nuevamente galardonado con el
premio “Alberto Olmedo”, por parte de
la Confederación de Sindical de Trabajadores de los Medios de Comunicación
Social de la Argentina (COSITMECOS).
Trabajos suyos se exhibieron en Puerto Rico y Miami. Su
libro “Confesiones de un Comisario” alcanzó
los 145.000 ejemplares que recorrieron todo el país y gran parte del mundo de
lengua hispana.
En el diario “Página 12” en una crónica de su libro dice. “... nació
en una bola de cristal barato”; parangonando la humildad de su origen y el
brillo y la transparencia de su obra. Su padre firme en sus convicciones
falleció a los 90 años.
Placido Donato tiene cuatro hijos y tres nietos. Con su
esposa la arquitecta Doris Vacca, recorrió gran parte del mundo presentado su
obra y dando conferencias. Otra de sus pasiones es la ópera.
EL FUTURO AHÍ CERCA
A Tito Donato no lo amilanaban los años, sus proyectos
desbordaban varias carpetas. Uno de ellos era presentar en el teatro Cervantes de
Quilmes su obra “Fantasmas en los leños”,
que ganó el premio del Teatro Independiente Argentino.
Recientemente, como mencionamos, el 8 de agosto de 2015, el barrio contó con su
presencia en el 75º aniversario de la fundación de Club Alberdi, donde fue
homenajeado y el 15 de ese mismo mes asistió al 56º cumpleaños de la vecina
Biblioteca Popular Pedro Goyena, vecina del Club, donando a la misma algunos de sus títulos:
“Confesiones de un comisario” (Vol, 335 – “De intemperies y poesías” (2008); “Pasaje a Picasso” (2010) y “Sueños de miel y chocolate” (2011) Además colaboró con LAS LETRAS DEL QUILMERO, con páginas de tierna nostalgia sobre el barrio y su gente. [4]
COLOFÓN DE VIDA
La vida es la única oportunidad. Cada uno la vive a su
manera, como puede, con los instrumentos que se le dieron en el hogar en que
nació, en la forma en que fue criado, en el entorno de personas que acompañaron
su formación y con ciertas particularidades que le son propias e irrepetibles,
por algunas causas o condiciones que aún los psicólogos ni los genetistas no
han sabido explicar con total precisión. Algunos pasan anónimamente, con
serenidad, sin grandes aspavientos, altibajos ni infortunios; otros sobresalen
porque no se conforman solo con eso de permanecer y transcurrir y desbordan sus
particularidades positivas y enriquecedoras que los hacen sobresalir de la
multitud anónima. Estos son modelos de vida.
Plácido Rosario Donato decía: "lo que
más me satisface de mi vida es haber sido pobre, pues aprendí la poesía del
barrio, su gente humilde y laboriosa, el ingenio para subsistir y la dignidad
de lo poco, pero grande.
Hoy con su humor, su prestancia y don de gentes, con su infatigable creatividad está presente y lo estará en el espíritu de las cosas simples de un Quilmes memorioso y rico en semejantes.
Investigación,
argumentación y entrevistas Chalo Agnelli
miembro de la C.A. de la Biblioteca P. Pedro Goyena,
Pte. de la Agrupación "Los Quilmeros"
NOTAS
[1] Enrique del Valle Iberlucea (1878-1921), pensador,
político argentino. Nació en España. Llegó a Argentina en edad temprana. Se
recibió de abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires, en 1902.
Ejerció la docencia. Se enroló en el socialismo, participando como un político
combativo y de ideas extremas, que exteriorizó en el Congreso Socialista
realizado en la ciudad de Bahía Blanca en enero de 1921. Fue secretario de la Universidad Nacional
de La Plata,
dictó cátedras en el Colegio Nacional Buenos Aires y en la Facultad de Filosofía y
Letras. Periodista en La Prensa
y La Vanguardia.
Publicó varias obras, entre las cuales figuran: La evolución de la sociedad (1904), El
gobierno comunista (1909), La
Iglesia y el comunismo (1909) y El divorcio y la emancipación
civil de la mujer. Murió en la ciudad de Buenos Aires en 1921.
[2] Primer dogo
(dux) genovés, muerto en 1363. Pieza teatral de 1843 de Antonio García
Gutiérrez (1813-1884), en la cual se basó el compositor italiano Giuseppe Verdi
para componer su ópera Simón Boccanegra, representada en 1857 por vez primera
vez.
[3] Editorial Plus Ultra Pág.
54, 2° edición Buenos Aires 1998
Ver en EL QUILMERO del jueves, 10 de septiembre de 2015, FANTASMAS DEL BARRIO LA COLONIA - “UN TAL NISTAL
Y DON MANUEL EL BUFETERO”
http://lasletrasdelquilmero.blogspot.com.ar/2015/09/fantasmas-del-barrio-la-colonia-un-tal.html/
2 comentarios:
Soy un gran admirador de tan notable escritor con sus cuentos, novelas y obras de teatro, que uno se siente agradecido de personalidades con tanto carisma como el señor Plácido Donato. He leído este comentario hecho por Chalo Agnelli de la vida de alguien que es querido por muchos y que nos da una experiencia de vida.
También tuvo su HOMENAJE y RECONOCIMIENTO en la CASA de la CULTURA, uno de esos hermosos jueves en que a razón de dos personalidades por vez, distinguíamos a los grandes quilmeños. Un abrazo colectivo que les brindábamos rememorando trayectoria, evocando historias, con amigos testimoniando. Con la palabra y la emoción a flor de piel. Recuerdo su orgullo de ser quilmeño y su predilección por el Parque de la Cervecería y Villa Argentina, su dolor por su futuro. Encantador, Plácido Donato.
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