sábado, 4 de noviembre de 2017

BIBLIOTECA POPULAR "BERNARDINO RIVADAVIA" DE BERNAL



Por Chalo Agnelli
Un núcleo de jóvenes de Bernal, inmigrantes e hijos de inmigrantes, de ideas progresistas, alarmados por el avance
mundial y local del fascismo, se congregaron a partir del 3 de setiembre de 1932, para cimentar las bases de un centro cultural y biblioteca en una zona extensamente poblada, donde era una necesidad perentoria la creación de una entidad con esos fines. 
El 12 de octubre de ese mismo año, lograron abrir, en una propiedad de la calle Alem 205, el Centro Cultural y Biblioteca “Bernardino Rivadavia”. Pocos meses después que la Biblioteca Mariano Moreno, fundada el 21 de agosto de ese mismo año. 
En 1916, Francisco Cúneo, quien fue el primer diputado obrero, [1] había establecido en el Barrio Los Hornos (hoy Bernal Oeste) la
F. Cuneo
Biblioteca “Agustín Álvarez” que perduró hasta 1970, con varias clausuras durante las sucesivas dictaduras cívico-militares. Cúneo, en 1909, había fundado en Quilmes el periódico El Ariete”  y en 1914, había asumido como diputado nacional por el Partido Socialista.
 
Siguió a la Biblioteca Rivadavia, en 1937, la Biblioteca Popular Manuel Estrada de orientación católica.
TRAYECTORIA 
Las actividades de la Bernardino Rivadavia fueron muchas y va­riadas: con­ferencias, obras teatrales, festivales, etc. Las conferencias de divulgación científico estuvieron a cargo del Dr. Julio K. Deniselle y el matemático Juan Carlos Boló, la profesora, periodista y escritora Adela García Salaberry, entre otros muchos. 
En una oportunidad una comisión directiva consiguió que el Teatro del Pue­blo, que dirige el escritor Leónidas Barletta [2] pusiera en es­cena en el local de la Biblioteca: “Bastidores del alma" de Nicolás Evreinov y “Pelo de zanahoria" del escritor francés Jules Renard (1864-1910) A su vez un grupo de socios de la Biblioteca, crearon un electo local que dirigían los señores Ernesto Conigliaro y Eduardo Osimani, quie­nes se distinguieron en la representación de la pieza “Como los robles”. 
CRECIMIENTO 
A los dos años de su inauguración la dedicación de las distintas comisiones directivas alcanzaron un ca­pital social de $ 3500 (que para la época era una suma extraordinaria para una institución de ese tipo) Contaba con 89 socios activos, 223 socios bibliotecarios y 10 cooperadores. El caudal bibliográfico era de 2300 volúmenes de valor científico y literario. Mensualmente se retiraban entre 200 a 300 libros. 
En 1934, se daban clases de corte y confección dicta­das por la profesora Rosa Olivero, con una inscripción de 25 alumnas distribuidas en dos turnos, con el siguiente hora­rio: de 15 a 17 y de 17 a 19 ho­ras, los días lunes, miércoles y viernes. Otra de las obras que dan la pau­ta del celo de sus dirigentes fue la construcción de un amplio salón de actos con capacidad para doscien­tas cincuentas personas, con un adecuado escenario donde se des­arrollaban los actos culturales orga­nizados por la institución.
Integraban la Comisión Directiva elegida por la asamblea efectuada el 16 de diciem­bre de 1934: presidente, Roberto Kienast; vicepresidente, Eduardo Siffredi; secretario general, Américo Bissio; secretario, Luis Ciotti; secretario de actas, Enrique Moggio; tesorero, Guillermo Dunne; protesorero, Arturo Torres; vocales: Manuel Rouco, Luciano Falzoni, Rafael De Stéfano, Francisco Giusti y Salvador Conigliaro; vocales suplentes: Carlos Curranino y Armando Falzoni; revisores de cuentas: Plinio Luis Costa y Francisco Cabeda.
Diploma que certifica la condición de BIBLIOTECA POPULAR a la "Bernardino Rivadavia" de Bernal (El original se halla en el Museo Bibliográfico Documental de la Biblioteca Popular Pedro Goyena, donación de la Flia. Siffredi)
El 23 de setiembre de 1936, la Comisión Protectora de las Bibliotecas Populares, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación la declaró “Popular”, acordándole los beneficios de la Ley 419, más conocida como Ley Sarmiento. [3] Resolución ratificada el 3 de marzo de 1954 (Se adjunta el diploma que le confiere esa designación) 
En 1957, debió abandonar el viejo local y pasó a la calle Chacabuco 573, ya sin los recursos que habían gestado, con mucho compromiso social por los libros y la educación actuando directamente en las escuelas públicas de la zona, a lo largo de 25 años, en los que desarrolló una acción fecunda, que lo coloca en­tre las paradigmáticas instituciones que fraguaron la identidad y carácter del pueblo bernalense. 
El periódico “Crónica” de la familia Salaberry, [4] fundado en 1923, fue a través de sus páginas, un constante propulsor de la creación de instituciones culturales, con hala­güeño resultados. Mostrando el desarrollo de sus actividades en el Anuario de las bibliotecas de Bernal: Álvarez, Moreno y Rivadavia. 
La Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, después de un par de clausuras y confiscaciones, sufridas por las varias interrupciones democráticas que se sucedieron desde el año 1955 hasta 1966, debió cerrar sus puertas.
Investigación Chalo Agnelli 
Colaboración Alejandro Gibaut y Flia. Siffredi
FUENTES 
Periódico “Crónica” de Bernal, 1932 
Anuario del “Crónica” de Bernal de 1934. 
Anuario del diario “El Sol”, 1947 
NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 22 de mayo de 2014, FRANCISCO CÚNEO - PRIMER DIPUTADO OBRERO – FUNDADOR DE “EL ARIETE” 

[2] (Bs. As. n.30/8/1902 – m.15/3/1975) En 1930, abrió sus puertas el Teatro del Pueblo fue el primer teatro independiente del país. Barletta fue su director desde el 20 de marzo de 1931, hasta su muerte. En esta sala Roberto Arlt estrenó casi todas sus obras teatrales. Desde 1930, ocupó varios locales hasta que en 1943, se ubicó en el sótano de Diagonal Norte 943. Dejó de funcionar en 1976, con la instalación de la dictadura cívico-militar. Desde 1987, tras su apertura ocupa el mismo espacio. Se creé según las bases teóricas del teatro postuladas por Romain Rolland, cuyo “referente era el obrero, el hombre del pueblo, que vivía una realidad diversa al burgués y a quien urgía un teatro que respondiera a las necesidades de un público estrictamente popular.”  

[3] El 23 de Septiembre de 1870, se promulga la Ley Nº 419, conocida como Ley Sarmiento, donde se creó la Comisión Protectora de Bibliotecas Populares, con el propósito de fomentar la creación y el desarrollo de estas instituciones, constituidas por asociaciones de particulares, con la finalidad de difundir el libro y la cultura en todo el país. Ver en EL QUILMERO del lunes, 23 de septiembre de 2013, “Historia de las Bibliotecas Populares en la República Argentina”

http://bibliogoyena.blogspot.com.ar 

[4] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 5 de junio de 2013, “Máximo Salaberry Y El Diario "Crónica" De Bernal - 7 De Junio Día Del Periodista” http://bibliogoyena.blogspot.com.ar

 


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