Como ya es habitual el historiador quilmero
Alejandro Gibaut de “Bernal, su historia, su gente” nos
brinda sabrosas notas novedosas y esclarecedoras que alguna vez “allá lejos y
hace tiempo”, se arrumbaron en viejos diarios y confusos recuerdos. Es
inagotable el acervo histórico y cultural que Quilmes, en toda su extensión
actual y más vasta aún en siglos pasados, nos ofrece. Y los investigadores
incansables como Gibaut o los demás integrantes de la Asociación Los Quilmeros
y otros que recorremos nuestro pasado, no damos abasto, pero persistiremos en
nuestro cometido pues estamos movidos por una pasión. (Chalo Agnelli)
REGINA
PACINI EN BERNAL
Por Alejandro Gibaut *
La actual zona de Villa Cramer había
sido parte de la estancia de don Juan Antonio de Santa Coloma. A su
fallecimiento primero y el de su esposa Ana Lezica después, esa porción quedó
en manos de cuatro hijas de don Juan Antonio: Irene, Rosa, Manuela y Juana
Paula. Solteras las cuatro, legaron a su fallecimiento esa fracción a su sobrina
preferida, Gerónima Lezica, hija de Gerónima Santa Coloma y Ciriaco Lezica
(que, para agregar un chisme a la historia, era tío de su esposa), se casó con
el abogado Julio Cramer; valga esta introducción familiar al menos para conocer
el por qué del nombre del barrio y de su calle principal. Sea como sea, la
vieja casona de don Juan Antonio pasó en 1899 a poder de su nieta.
ORATORIO
FESTIVO
Gerónima Lezica de Cramer pronto
comenzó el loteo del importante terreno, pero no deseaba que la vieja casa
familiar se perdiera. Por eso en 1908 la donó al Instituto de las Hijas de
María Auxiliadora, instalado en Bernal desde fines del siglo anterior, para que
las hermanas levantaran allí un colegio. El intento se hizo, pero la obra
resultó demasiado grande para la congregación y la barriada por lo que en marzo
de 1914 se inauguró un Oratorio Festivo instruido por las hermanas y también el
Centro de ExAlumnas. Pero la casona, que ya estaba en muy malas condiciones,
fue deteriorándose cada vez más hasta entrar en peligro de derrumbe. Surgió
entonces la necesidad de preservarla e instalar en ella, aunque no fuera el
colegio originalmente pensado, al menos un salón-aula para la instrucción de
las niñas del Oratorio. Y allí comenzaron entonces los pedidos de donaciones
para juntar la gran suma de $3800 que costarían las refacciones. En el listado
de donantes aparecen empresas de la zona como la fábrica de hierros de José
Thenée, la Cervecería Quilmes, la Cía. General de Fósforos (dueña por entonces
de la Papelera), lógicamente la Municipalidad de Quilmes, y también importantes
vecinos de Bernal como María Solari de Pedemonte, viuda de don Agustín, o la
señora de Urquizú o doña Petrona Pira de Badaracco. Los ex alumnos del Colegio
Salesiano también contribuyeron una más que importante suma. El proyecto
finalmente pudo llevarse a cabo y la inauguración fue preparada para el 16 de
noviembre de 1923.
LA
PRIMERA DAMA
Gobernaba el país en esos años don
Marcelo Torcuato de Alvear, radical de rancia estirpe que había provocado un
revuelo general en el patriciado criollo al casarse con la soprano portuguesa
Regina Pacini: el mundo del teatro, así sea lírico, no era bien visto por la
aristocracia de comienzos del siglo XX. A pesar de ese inicial rechazo "social", la pareja se consolidó y
Regina abandonó el canto y se dedicó a la beneficencia, más aún cuando se
convirtió en Primera Dama. Hete aquí que, a través de la presidenta del Centro
de ExAlumnas de María Auxiliadora, doña Emilia Weber de Bó, se le cursó
invitación para que concurriera a apadrinar la inauguración del salón-aula en
la vieja Santa Coloma. Y la Primera Dama aceptó. Así, ese viernes 16 de
noviembre de 1923 visitó por primera vez Bernal, en función oficial, la esposa
de un presidente argentino.
EMILIA
WEBER DE BÓ
¿Y cómo fue la visita? A eso de las 3
de la tarde doña Regina llegó al colegio, ubicado desde siempre en Avellaneda
(entonces aún llamada Espora) y Belgrano, acompañada por la comisión de las
Cooperadoras Salesianas. Fue allí recibida por doña Emilia Weber de Bó y por la
Inspectora General de los Colegios de María Auxiliadora y la Directora del
establecimiento, las Hermanas Magdalena Promis y Rosa Flanagan respectivamente.
Luego de recorrer el colegio se le ofreció un "modesto lunch", durante el cual las Ex Alumnas le agradecieron
su presencia a través de un discurso brindado por la secretaria de la
institución. A las 4 y media la comitiva se trasladó, seguramente atravesando
los campos bernalenses, hasta la "villa Santa Coloma" donde
comenzaron los actos formales: formadas las alumnas del colegio y las escuadras
gimnásticas, se le entregó a la Primera Dama un arreglo floral y, acto seguido,
se dieron algunos discursos de rigor por representantes de las ex alumnas y de
las alumnas de entonces. Este último, ofrecido por la niña Santina Bianchi, fue
muy festejado por doña Regina. La banda del Colegio Salesiano interpretó el
Himno del Instituto y tuvieron lugar entonces las demostraciones gimnásticas "con toda corrección y exactitud".
Finalmente fueron bendecidas las nuevas instalaciones y la Primera Dama, luego
de agradecer a las organizadoras "por
la obra progresista y desinteresada a favor del pueblo", se retiró
mientras sonaban "los acordes de una marcha triunfal". Y triunfal fue
ese día para todo Bernal: un día como hoy, 16 de noviembre, de hace 95 años.
“Bernal, su historia, su gente”, noviembre de 2018
* Alejandro Gibaut, miembro de la Asociación de
Historiadores Los Quilmeros y Coordinador Adjunto de la Junta de Estudios
Históricos de Quilmes (período 2019/2020)
No hay comentarios:
Publicar un comentario