Quilmes fue una de los pueblos propuestos en 1881, para asentar sobre su extensión la Capital de la provincia de Buenos Aires. Como escribió Craviotto, [1] para ello se formo una comisión de vecinos presidida por el Dr. Doroteo Benavente (importante terrateniente en el partido), Felipe Amoedo, [2] Fermín Rodríguez, José A. Echeverría, Laureano Godoy, Eduardo Casares, José Antonio Wilde y Ramón F. de Udaeta (yerno del Dr. Fabián Cueli), quien oficiaba de juez de paz y presidente de la municipalidad ese año y los municipales (concejales) eran: Felipe Amoedo, José Berazategui (propietario de las tierras donde hoy se levanta la estación y el casco urbano del partido al que le dio nombre), Juan Ithuralde, Alejandro Lassalle, Pedro Risso (yerno de don Andrés Baranda), Mariano Solla y secretario don José Andrés López. [3]
La Comisión de vecinos fue la encargada de remitir al Dr. Aristóbulo del Valle, presidente de la Comisión Gubernamental nombrada “para designar el punto más adecuado para Capital de la Provincia” el ‘folleto’ “Quilmes Capital Futura de la Provincia”, realizado por el jurisconsulto Luis Vicente Varela, describiendo las: consideraciones sobre la cuestión capital futura de la Provincia y ventajas que ofrece Quilmes. Vejetación (sic) e hijiene (sic) de dicho partido. Plano y estudio del terreno donde podría fundarse una gran ciudad”.
Pero veamos cuáles son los antecedentes nacionales y provinciales que culminaron con esta mención del pueblo y partido de Quilmes, el segundo en antigüedad en la Provincia (en ese entonces habían pasado 215 años desde su fundación)
ANTECEDENTES
En 1879, el presidente Avellaneda nombra como su sucesor al general Roca, enaltecido por la clase dirigente por su cruenta y genocida conquista de las tierras del sur argentino. Esto desagrada al gobernador de la provincia de Buenos Aires Carlos Tejedor (1817-1903), autonomista a ultranza y una de las más intransigentes personalidades del centralismo porteño, quien desde tiempo atrás se creía firme candidato a la primera magistratura. Durante meses se suceden cabildeos, artilugios y zancadillas. El argumento de Tejedor era su oposición a los gobiernos electoralistas y por supuesto que en bambalinas le pasaba letra don Bartolo Mitre siempre intrigando para que resulte la suya ya que todavía aguijoneaba su derrota de 1874 cuando a su pesar fue electo presidente Avellaneda y luego, y como todavía la democracia era una entelequia, se levantó en armas y fue derrotado en la batalla de La Verde el 26 de noviembre de ese año.
El hecho de ser Roca un provinciano es usado por los tejedoristas para despertar la prepotencia y el orgullo de los porteños. La proclamación de ambas candidaturas es casi una declaración de guerra .Los dos sectores se preparan para más que una contienda electoral.
Entre 1863 y 1880, las autoridades federales y las de la provincia de Buenos Aires cohabitaban en la ciudad porteña, pero la relación entre los porteños y los bonaerenses era hostil.
Tejedor ordenó movilizaciones militares y la formación de milicias para adiestrar a los ciudadanos en el manejo de las armas. Avellaneda, alarmado, dispuso el retiro del gobierno federal al pueblo de Belgrano, como sede transitoria de gobierno.
El Ejercito Nacional al mando de Roca sitió Buenos Aires y comenzó un enfrentamiento cruento, produciéndose cerca de tres mil muertos.
Finalmente las tropas de Tejedor fueron derrotadas. Y Mitre, que siempre intentaba (literalmente) caer parado, aunque había prestado apoyo a los insurrectos, ofició como mediador, y obtuvo la firma de un acuerdo disponiendo el desarme de la milicia provincial y la renuncia de Tejedor.
El 24 de agosto de 1880, Avellaneda presentó un proyecto de ley por el cual se declaraba a Buenos Aires capital de la República y se la ponía bajo control directo federal, y el 21 de septiembre, la ley resultaba definitivamente aprobada, y el 6 de diciembre de ese mismo año era promulgada por su sucesor, el Presidente Julio A. Roca.
Ante estos hechos tomemos las conclusión metonímica de Juan Bautista Alberdi: “El uno [Buenos Aires] gobierna, el otro [la República] obedece; el uno goza del tesoro, el otro lo produce; el uno es feliz, el otro miserable; el uno tiene su renta y su gasto garantido, el otro no tiene seguro el pan.”
QUILMES CAPITAL DE LA PROVINCIA
Tras los hechos precedentes, había que buscarle capital a la Provincia y se pensó en varios pueblos progresistas. Las primeras zonas consideradas fueron, en orden correlativo: Quilmes, Barracas al Sud, Olivos, San Fernando, Zarate, Chascomús, Dolores, Mercedes, San Nicolás de los Arroyos, Belgrano, Flores; Campana, Chivilcoy, Zárate y Lomas de la Ensenada.
Como Dardo Rocha promovió al Partido de La Ensenada, el Partido de Quilmes tuvo en el Luis V. Varela un patrocinador fiel. Varela tenía vínculos estrechos con muchos quilmeños sobre todo con el Dr. Wilde.
En siguientes notas se transcribirá íntegramente el libro – ‘folleto’ - sobre “QUILMES CAPITAL DE LA PROVINCIA” de Varela.
(VER BIOGRAFÍA DE L. V. VARELA A CONTINUACIÓN DE ESTA NOTA)
Craviotto, José A. (1966) “Quilmes a través de los años” Ed. Municipal. Pp. 241 y 242
Gallo, E. y Cortés Conde, R. La República Conservadora. Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
Pigna, Felipe. “El Historiador”. https://www.elhistoriador.com.ar
Peña, M. Historia del pueblo argentino. Buenos Aires, Emecé, 2012.
Ruiz Moreno, I. J. La federalización de Buenos Aires. Buenos Aires, Hyspamérica, 1986. http://elarcondelahistoria.com
Sors de Tricerri, Guillermina. (2003) “El Puerto de la Ensenada de Barragán, 1727 – 1810”. Publicación el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. “Dr. Ricardo Levene”. Contribución a la historia de los pueblos de la provincia de Buenos Aires. La Plata.
Wilkipedia
NOTAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario