Si hubo una figura relevante de los últimos tiempos en esta pasión nacional que es el fútbol en La Colonia es precisamente José Manuel Ramos Delgado. Y digo en los últimos años pues Vicente Zito le precedió, por supuesto que sin la proyección internacional de Ramos Delgado pues les tocaron épocas distintas en la evolución futbolera.
Fue un deportista de fuste en la comunidad quilmeña. El mejor defensor de la historia del fútbol argentino era hijo de cervecero, se crió en La Colonia.
Faustino, su padre, fue traído de pequeño por un capitán de un barco mercante, de Cabo Verde, África. Su familia le pidió que lo llevara para salvaguardarlo de las guerras violentas que esas colonias portuguesas estaban viviendo en esos años.
El marino lo dejó en Quilmes bajo la protección de una arraigada familia del barrio, los Feo. Aquí se casó con una siciliana. Vivían próximos al cruce de calles que dio tantas figuras notables a Quilmes, Andrés Baranda y Pellegrini, la curva de Lemos, un hito tanto en el arte como en la cultura y el deporte. Era vecino del futbolista Vicente Zito, admirado por toda la vecindad al punto que muchos se hacían de Racing, como el padre de José, por el encumbramiento que Zito le había dado a ese equipo.
José Ramos Delgado nació el 26 de agosto de 1935 en Quilmes. Cursó la primaria en la escuela Nº 17. Luego ingresó al colegio Mosconi. Su primer trabajo fue de empleado como ayudante de José Jove en el Sindicato de Obreros Cerveceros de la Cervecería Quilmes, que estaba en 3 de Febrero y Gran Canaria, donde su padre militaba.
Comenzó a jugar fútbol a los 6 años con otros chicos del barrio cuyos padres se reunían en el Sindicato. Jugaban en la calle y formaron un equipo que se llamó Botafogo, el equipo del Club Alsina, luego iban al Parque de Cervecería donde incluso jugaba con los adultos, también en el recreo que el Sindicato tenía en la Ribera detrás del club Náutico.
José ingresó en el equipo de Azpiolea y no lo dejó hasta que se profesionalizó. Con este equipo, cuando recién comenzaba tuvo la oportunidad de jugar contra el grande Vicente Zito que jugaba para los Veteranos de la AFA y de él aprendió una gambeta que utilizó durante casi toda su carrera.
Pero el básquet era su verdadera pasión, jugaba en el Club Alsina, cuando en Quilmes este deporte había alcanzado un apogeo extraordinario. Llegó a jugar en primera división, en la época que aún era un deporte amateur. Mientras jugó fútbol en las divisiones inferiores practicó los dos deportes, pero como no se podían hacer las dos carreras simultáneamente tuvo que decidir entre el básquet y el fútbol porque la Asociación del Básquetbol lo inhabilitó en el momento que comenzó como futbolista profesional en primera. Fueron sus compañeros en este deporte, entre otros Otero, Reale, José Giaimo que también jugó con Azpiolea y luego estuvo en River con José.
Luego los hermanos Jove lo llevan a Lanús recomendándolo insistentemente a un corrector de zapatos que estaba vinculado al Club y lograron que lo llamaran para probarlo. Cuando había que caminar de Baranda y Pellegrini hasta la estación luego el tren hasta Avellaneda, allí la combinación a Lanús y otra vez caminando a la cancha. Toda una peripecia para un adolescente de 15 años de esa época, de modo que llegó tarde a la primera entrevista. El técnico era el Sr. Giancristoforo, que en un primer momento estuvo reacio a recibirlo por la demora, pero que luego comprendió pues los atenuantes de José eran atendibles. Le dio una pelota la paró con el pecho, la cambió de frente con zurda, vino otra, la tiró al arquero, la marcó con la punta del pie, jugo sólo 10 minutos, Su desempeño fue aprobado, de todos modos, con un amigo, quiso probarse en Bánfield donde también le fue bien, pero resolvió quedarse en Lanús por el afecto y la confianza que le habían demostrado Alberto y José Jove.
Comenzó a jugar en la quinta, después a tercera y luego directamente a primera. Tenía 20 años, estaba en la colimba. El debut fue con Estudiantes de La Plata, en la cancha de Lanús donde ganaros 2 a 0. En esta oportunidad el lucimiento de Ramos Delgado le valió la tapa del Gráfico. Luego pasó a la Selección Argentina convocado por Guillermo Stabile y viaja la mundial del 58 y cuando vuelve ya River había comprado su pase. En esa época no había apoderados ni representante, sólo tenía con consejos de José Nacionale, Néstor Rossi, Labruna, Guidi, Pérez, Vairo y su padre que le hizo siempre poner los pies sobre la tierra, que le repetía: “no te la creas, no te creas que sos un fenómeno, acordate que todos los domingos estás dando examen.”
Con River viaja a Suecia en el equipo donde compartió la cancha Sanfilipo, Musimesi, Alfredo Rojas, Pedro del Acha, Amadeo Carrizo, etc. En el 64 integra el equipo que ganó la Copa de las Naciones ganándole a Brasil 3 a 0 a Inglaterra 1 a 0 y a Portugal 2 a 0; copa que se disputó en Brasil. En el 66 se lesiona 48 horas antes de embarcarse y no pudo viajar al tercer mundial. Luego de River pasa a Bánfield.
Su estilo de juego llamó la atención de los dirigentes del Santos de Brasil y en julio 1967 lo contrataron. Allá viajó con su mujer y su primera hija. Permaneció en Brasil hasta el 78 en que volvió, integró otros equipos como Chaco For Ever y otra vez recibió ofertas de Brasil donde estuvo 9 años más. En una oportunidad que vinieron a la Argentina Ramos Delgado trajo al Santos a entrenar en el Parque de la Cervecería y en el 82 estuvo Pelé en su casa.
Hizo el curso de periodismo deportivo y fue comentarista de la FM 103.9 siguiendo la campaña de Quilmes y luego la del equipo de Lanús. Hoy se siente muy defraudado con el fútbol que se ve desde la primera A hasta los de abajo. Sin desmerecer la figura inconmensurable de Maradona - y aunque la comparación pareciera imposible pues son estilos distintos - considera que Pelé fue una figura imponente en el fútbol mundial, tenía un físico fuerte, un elasticidad de subida asombrosa. Dicen los hinchas ecuánimes que si en el barrio se quiere ganar se elige a Pelé, si se quiere divertir se opta por Maradona, pues daba alegría su trabajo con la pelota, hacía unas gambetas increíbles.
Resumiendo su carrera deportiva fue: Lanús, 1956 – 1958; River Plate, 1959 – 1965; Banfield, 1966 – 1967; Santos FC., 1968 – 1972; y estuvo en la Selección Argentina entre 1958 y 1964.
Tuvo tres hijas Marisa, argentina e Ivana y Vanesa, brasileñas. Marisa es inspectora de Educación Física en el distrito de Quilmes. Algunos de sus grandes amigos seguirán siendo siempre: Cacho Valle integrante de los Quilla Huasi, Amadeo Carrizo, Pelé y muchísimos otros.
Siempre reconoció que gracias a Oscar Azpiolea logró hacer la carrera que le dio tantas satisfacciones personales y a la gente de Quilmes que le permitió llegar alto en el fútbol, gente que le enseñó, lo corrigió, le dio casi todo lo que luego le permitió triunfar.
Formidable defensor desarrolló una carrera deportiva, en la que se destacó por sus grandes aptitudes técnicas y un elevado espíritu de caballerosidad deportiva. Fue un futbolista atildado, pulido y pulcro; un técnico, disciplinado en todo, en la cancha y en la vida.
Víctima de una cruel enfermedad, el ex defensa argentino José Manuel Ramos Delgado, figura en los sesenta y setenta del River Plate y el Santos de Brasil, murió el viernes 3 de diciembre pasado a los 75 años.
En el hito que alguna vez se levantará en la “Curva de Lemos”, donde vivieron y nacieron tantas figuras de la cultura, la educación y el deporte quilmeño, no faltará su nombre.
2 comentarios:
Un gran deportista, una excelente persona. Lo conoci, lo vi jugar al basquet y al futbol, lo quise y lo quiero mucho.
SUsana
excelente informe
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