Chalo Agnelli
En ese impenitente redundar por el pasado con el profesor Alfredo Améndola, dador de historias
curiosas sobre nuestra Escuela Normal, - tan querida para él a pesar de que
enredos burocráticos no le permitieron cursar el magisterio en sus aulas - nos
contaba sobre el salón de actos que tuvo la Escuela y se quemó
íntegramente
para nunca más contar con uno.
Era una construcción de madera, amplia, confortable, con
escenario, telones, bambalinas, 150 butacas y un piano. Estaba ubicado hacia la
esquina de las calles Sarmiento y Conesa, en parte del terreno que hoy ocupa el
Colegio Nacional.
Desconocedores de la existencia de tal salón y de su
malogrado fin, recurrimos a la fuente indiscutible de la profesora Raquel Gail,
albacea de la Escuela en la custodia y coordinación de su Archivo, y nos puso
al tanto que hubo en ese establecimiento dos incendios: el primero el 27 de
setiembre de 1950 y el segundo el 8 de diciembre de 1968.
PRIMER INCENDIO
Fue en el primero que se quemó ese gran salón que restó a la
Escuela de un ámbito donde desarrollar actos escolares y todo tipo de
acontecimiento cultural; en cambio tuvimos que soportar los actos patrios en el
frío y, la llovizna a veces en el amplio patio.
Dice El diario “El Sol” del jueves 28 de
setiembre de 1950 (“AÑO DEL LIBERTADOR GENERAL SAN MARTIN” como se debía
inicializar todos los documentos públicos por ley), [1]que el día anterior un incendio se había “registrado en el más importante establecimiento
educacional de nuestro medio. En efecto, por causas que aún no han sido
establecidas, estalló un violento incendio en el salón de actor de la Escuela
Normal Mixta de esta ciudad,
que lo destruyó totalmente, Según lo declarado por el cuidador del
establecimiento, a la hora indicada (¿?) oyó ruidos extraños que provenían de
aquel local y al acudir, comprobó que ya estaba envuelto en llamas. Requeridos
los, servicios de los bomberos, se hicieron presentes 4 dotaciones
del cuerpo local y posteriormente los de Bernal, cuyos integrantes lograron
extinguir el fuego al cabo de dos horas de intensa labor, impidiendo que
propagara a otras dependencias. A pesar de los esfuerzos realizados no se pudo
evitar la destrucción total del local en cuyo interior había 150 butacas, un
piano, carpetas, documentos y libros, todo lo cual también quedó reducido a
cenizas.”
SEGUNDO INCENDIO
Fatalmente, pero con menos consecuencias, 18 años después se
produjo el segundo incendio. Fue el 8 de
diciembre de 1968, día de la Patrona de Quilmes y el mismo que tenía a toda
la comunidad cristiana ocupada armando el árbol navideño. El país, con un
general de opereta como primer mandatario, estaba bastante quemado, por cierto,
sobre todo por las primeras chispas que se avizoraban en Córdoba y
recrudecieron con el ventarrón el Cordobazo del 29 de mayo del año siguiente.
Dice el diario “El Sol”
del 9 de diciembre de 1968, bajo el
título: “INCENDIO EN UNA ESCUELA” Un
incendio cuyo origen se investiga, causó la destrucción de muebles y documentos
de alumnos y profesores en la Escuela Normal de Quilmes.
El siniestro se inició
a la 1:10 en una secretaría de 5 por 4 metros del edificio, sito en Mitre y
Conesa, propagándose rápidamente a un anexo de igual medida. Las llamas crecieron
rápidamente, ya que entraron en combustión muebles, documentos, libros y papeles
amenazando propagarse por el cielorraso a otras dependencias. De inmediato se
hicieron presentes tres dotaciones de Bomberos Voluntarios de Quilmes al mando
del jefe interino Juan Varela, los que luego de tres horas de agotadores
esfuerzos lograron dominar el siniestro sin que se produjeran lesiones y
evitando daños mayores. Con todo, presúmese que es importante la cantidad de
documentos pertenecientes a alumnos y profesores que han sido destruidos por el
fuego, como así muebles y otros efectos que no han sido valuados.”
CONCLUSIÓN
La casona que albergaba en tres turnos instituciones
educativas no era apropiada para ese fin. Había sido una residencia familiar,
de las más suntuosas de Quilmes de aquellos años de 1850, con una exuberante
vegetación en torno, Con el correr de los años, al edificio se le hicieron
numerosas refacciones, modificaciones, ampliaciones, se instaló la electricidad,
que originalmente no existía, y seguramente no fue con personal idóneo.
De todas maneras el “incendio”
más grande ya tiene 36 años. Como en una época decían los jóvenes, expresión
que se quedó en el tiempo: ¡es un “quemo” que a lo largo de tantos años
la Escuela Normal no se haya terminado de construir!
Investigación Chalo Agnelli
Colaboración profesores Alfredo Améndola y Raquel Gail
FUENTE
Diario “El Sol” de
Quilmes.
REFERENCIAS
[1] El 6
octubre de1949, por Ley 13.661 se declara "Año del Libertador General San
Martín" al año 1950, en conmemoración del primer centenario de su
fallecimiento.
2 comentarios:
Dice Ana María de Mena, desde Neuquén: Fui la esposa de Felipe Santiago Achinelly durante los últimos años de su vida. Cuando falleció apelé a la psicología para sobrellevar el dolor de su pérdida. Un día el profesional que me atendía, me contó que cada vez que él pasaba por la Escuela Normal y veía las palmeras, se acordaba de Achinelly porque sabía cuánto había luchado para que no las sacaran cuando construyeron el nuevo edificio. Entonces recordé las veces que Felipe me contaba que tenía que comprar bombones para llevarle a una funcionaria que estaba en el área de construcciones del Ministerio de Educación de la Nación, para ponerla de buen humor
y lograr que accediera a cambiar los planos-tipo que manejaban en ese organismo, para salvar las palmeras. Parece que era una gordita golosa y él trataba de disponer su ánimo favorablemente llevándole masas o bombones...Transitó pasillos, dedicó tiempo, fue a reuniones, hasta que logró el cambio de planos y salvó las palmeras. El continuó integrando la Asoc. Cooperadora cuando sus cuatro hijos ya habían egresado del Normal, porque deseaba ver el edificio terminado. De esa época son los comentarios anteriores. No recuerdo bien pero creo que la inauguración fue después de fallecido Felipe, el 3 de junio de 1992. La nota que me enviaste y las fotos me trajeron estas cosas que quise compartir, porque muchas veces las anécdotas pequeñas se pierden si quien las conoce no las cuenta. También porque me trae un recuerdo grato de quien fue un querido compañero y un luchador por Quilmes desde donde le tocara actuar. Un abrazo. Ana María de Mena, periodista, historiadora y docente.
Qué hermoso poder leer todo lo escrito en esta página. Recuerdos maravillosos.
Gracias Ana por tus bellas y dulces palabras hacia mi querido papá Felipe Achinelly
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