viernes, 12 de noviembre de 2021

ORIGEN DE LA PLAZA DE LA ESTACIÓN “FESTEJOS POR LA LLEGADA DEL TREN” POR J. A. CRAVIOTTO Y A. BARRERA NICHOLSON - 18 DE ABRIL DE 1872

"Los quilmeños de hoy conoceríamos la historia local fragmentaria y precariamente, con muy serias deficiencias, y seríamos casi extranjeros en nuestra propia ciudad, si no tuviéramos el privilegio de poder beneficiarnos con los frutos de la ingente y valiosísima labor historiográfica del Dr. Alcides Craviotto.

Juan Carlos Lombán* 

Próximamente, se supone que es diciembre, se inaugurará el nuevo monolito al ingeniero William Wheelwright, después de años y años de pedir su restauración, que desafortunadamente concluyó en destrucción total y la actual administración escuchó a la Junta de Estudios Históricos para su reconstitución y emplazamiento en la misma plaza que alguna vez llevó su nombre, la actual plaza Hipólito Yrigoyen (1958), o llamada por el común, "plaza de la estación". 

El año próximo, 2022, la estación de Quilmes cumplirá 150 años; Quilmes cumplirá 150 años viajando en ferrocarril y bien vale unas palabras para recordar aquel año en que la primera formación ferroviaria llegó al pueblo de Quilmes. 

Locomotora que quizá haya sido similar a la primera que llegó a Quilmes el 18 de abril de 1872, inaugurando la línea Buenos Aires-Ensenada.

EL CABALLERO WHEELWRIGHT [1]

Los festejos oficiales que tuvimos en el viejo Quilmes el 18 de abril de 1872 con motivo de la llegada del primer tren, conducido por el empresario Guillermo Wheelwright, en el cual viajaban el Gobernador de Buenos Aires, Don Emilio Castro,[2] sus ministros, el Obispo Aneiros [3] y una comitiva de 60º personas, han sido descriptos en parte por Don José A. López, en su "Quilmes de Antaño"[4]. Nos ocuparemos pues, de algunos aspectos que juzgamos desconocidos, o poco conocidos hasta la fecha, obtenidos de documentación en gran parte original y en su mayoría inédita. Tienen la garantía que otorga la seriedad de la fuente originaria, pero, en cambio, carecen de la frescura del estilo; de la condición inigualable, que caracteriza al autor nombrado, de haber sido espectador de los sucesos narrados en su obra, imprescindible para -interiorizarse en detalle de la vida del viejo Quilmes.

Una rígida sucesión de documentos, nos hace saber que los festejos oficiales insumieron los gastos siguientes: $ 890 por alquiler de sillas a Jaime Romagosa (proveedor, además, de cajones fúnebres para los pobres de solemnidad); $ 3495 a Félix Amábile, por embanderar la calle Municipal (Rivadavia) y por globos, cohetes y bombas; $ 9.355 por 302 ½ varas de tripe [5]para alfombrar el templo, pagados a Elías Romero; $ 350 a Lorenzo Espinosa por tocar el piano y $ 100 a José A. Medina por afinarlo; Apolinario Dáez, limpió el corralón dela casa municipal, empleando dos días con su carro y cobrando en total $ 120; Domingo Cerecher cobró $30 por “coser una alfombra” (¿algún concurrente al baile con nazarenas[6] arrastradas?); Luis Cohard, alquilador de sillas, cobró $502; Don Juan Ithuralde proveyó artículos varios por valor de $ 916; el patio de la casa municipal fue adornado por Luciano Lira que cobró por ello $700; y finalmente, Antonio Rivolta, proveyó dos banderas de $575.[7]  

Vieja Casa Municipal, ubicada donde hoy se halla la Casa de la Cultura, en la esquina de Rivadavia y Sarmiento, parte de la manzana histórica.

Durante la recepción en la vieja casa municipal, que por esos días lucía su flamante revoque exterior, pronunció un discurso el gobernador de la provincia.[8] Dijo, el mismo que: “cuando la compañía (del ferrocarril) necesito tierra, la compró o la obtuvo sin auxilio algunos del Estado”, refiriéndose a que: “De muchas líneas de ferrocarril que se habían construido en la Provincia de Buenos Aires, era esta la primera que lo había sido sin subvención u otra clase de ayuda del Gobierno", continuando: "Lo que mostraba el espíritu de progreso que diariamente se desenvolvía y el cual tenía su más grande representante en la persona de su amigo el Sr. Guillermo. Wheelwright". Agradeció éste, haciendo a los presentes, una interesante revelación, dijo que: “Hacía cuarenta años naufragué en la costa de Quilmes, llegando a este pueblo desnudo, descalzo y hambriento; todos los vecinos se disputaron a porfía el favorecerme. me vistieron, cuidaron y alimentaron. Desde ese momento decidí en mi interior, recompensar aquella humana recepción. Pasaron los años, pero no olvidé jamás mi promesa, y cuando la ocasión llegó, le me grato proyectar y construir el camino de hierro que hoy liga aquel pueblo con la Capital". [9]

Ing. William Wheelwright (n. Merrimac Massacusetts EEUU 18/3/1789 - + Londres 26/9/1873)
Muchos años después, Don Juan Ithuralde, precisamente uno de los miembros de la corporación municipal de 1872, y único sobreviviente a la fecha, de este recuerdo narraba a un cronista el mismo episodio. [10] Debió haber ocurrido el naufragio en alguna de las anteriores estadías de Wheelwright en el Río de La Plata, pues consta que: “la conveniencia de centralizar el comercio rioplatense en la Ensenada, con la ayuda de un ferrocarril hasta la Capital, encontró efectividad por obra del gran empresario Guillermo Wheelwright, que conocía el puerto desde la época del ministerio de Rivadavia, durante el gobierno de Martín Rodríguez en 1821-1824, agregamos”. [11]-[12]

Bien pronto se manifestó otra forma de la exteriorización de los sentimientos de Wheelwright hacia el viejo Quilmes. Pocos días después de inaugurado el ferrocarril, el 23 de abril, la corporación municipal se reunió en sesión extraordinaria: “a las 7 de la noche”, con asistencia de su presidente y juez de paz don Agustín Armesto y los municipales doctores José Antonio Wilde, Don Juan Ithuralde, Don Juan López, Don Manuel Doroteo Soto y el secretario Don Tomás Flores “y se dio lectura a una carta del señor Wheelwright en la que manda veinticinco mil pesos m/c con destino a que sean distribuidos por esta corporación entre los pobres menesterosos del Partido."[13]

Inmediatamente, la corporación resolvió dirigirse al donante expresando su agradecimiento. Se convino en formar una plaza, frente a la estación, que llevaría el nombre del señor Wheelwright que, en ella "se erigiese una columna donde se inscriba el nombre del señor Wheelwright", confiándose al Dr. Wilde la realización de las gestiones de compra del terreno necesario ante el señor Martín Cristoforetti, antiguo preceptor de la escuela de varones y propietario de la chacra situada en el extremo de la calle Municipal. (lib. cit. p. 67/68). Omitimos detalles referentes a las sesiones del 30 de abril, 6 y 14 de mayo, y nos referimos a la que fue celebrada el 27 del mismo mes, en donde se concretó definitivamente, luego de aprobada la escritura de compra del terreno, la formación de la plaza y su denominación, tal como se había propuesto en la sesión del 23 de abril. El 3 de junio, en sesión ordinaria, se resolvió cercar el perímetro de la nueva plaza y su adorno con árboles, "debiéndose colocar dos líneas su circunferencia".

Las constancias de pagos efectuados por trabajos llevados a cabo para la formación de la plaza, darán una idea de las mejoras introducidas en el terreno baldío, según lo prueba una fotografía tomada en esos mismos días, que alguna vez tuvimos ante nuestra vista. Son ellas: al agrimensor D. Paulino Silva, se le abonaron $ 300 por la delineación de la plaza; a D. Mariano Otamendi, $ 750 por sesenta medios postes de ñandubay reforzados; a D. Juan San Martín, $ 620 por la escrituración del terreno adquirido. Todo ello en el primer semestre del año. Luego, en el segundo, una curiosa anotación, relacionada indirectamente con el ferrocarril: la de $ 50 por pasajes (los primeros de esa naturaleza) para dos presos y dos vigilantes; $ 70:300 a D. Martín Cristoforetti por el terreno adquirido; nuevamente a D. Mariano Otamendi, $ 16,159, por 132 postes y. cuatro vigas para molinetes (aproximadamente un poste por cada cuatro varas) a D. Pedro Iturriaga, $ 320 por tornear 32 de los dichos postes.[14] (7). Luego, en el primer semestre de 1873 (8), existe designado un "cuidador de las plazas", Carlos Merarda, que gana $ 320 mensuales; se compran 6 quintales de alambre para cercarla, en $ 946, y se abonan $ 2.720 a Juan Chega, para alambrar el perímetro con una línea de alambre y una cadena. Se adquieren 16 molinetes a Juan Churrut, para cuatro plazas.[15]

Esta es la primera estación. No debió estar terminada el 18 de abril de 1872, para recibir a la comitiva oficial que acompañaba a Wheelwright  porque, como cuenta el relato El ferrocarril, una larga travesía a Quilmes un periplo tragicómico 1857 – 1872” de EL QUILMERO no fue rápida la decisión de dónde instalarla. Luego, a principios del siglo XX, se construyó el suntuoso edificio, para su época, que aún persiste en parte, afortunadamente.

* * *

Son estos los antecedentes conocidos sobre la plaza que lleva el nombre de Wheelwright,[16] amigo de los humildes del viejo Quilmes ligado al progreso de la zona cercana a la Ensenada, en particular. A este respecto, juzgamos oportuno consignar varios conceptos: “Al proponer en 1882, el gobernador Dardo Rocha el engrandecimiento del histórico puerto (de La Ensenada) y la fundación de la actual capital de la provincia, en las barrancas inmediatas incluyó con justicia el nombre de Wheelwright en la lista de aquellos que habían gestionado ese engrandecimiento (de la zona), pues debe considerarle como el más tenaz de los defensores de la rada. Alberdi ha estacado en la monografía que escribió con referencias a la vida y trabajos industriales de Wheelwright la conexión entre los grandes problemas de Rivadavia durante su ministerio y presidencia y las empresas del concesionario del ferrocarril a la Ensenada, señalando las coincidencias entre las visiones del estadista en 1822 y la realizadas por Wheelwright años después que culminarían en el ferrocarril trasandino, previsto y propuesto por dicho empresario, en el año 1854".[17]

Investigación, compilación y tipeado Chalo Agnelli


López, José Andrés (1934) "Quilmes de antaño". Ed. de autor. Pág. 56 

* Lombán, Juan Carlos. (2003) "Nueva historia de Quilmes" 3ra Edición. El Monje Editor. Pág. 227

VER EN EL QUILMERO DEL:

*lunes, 26 de septiembre de 2011 “El ferrocarril, una larga travesía a Quilmes un periplo tragicómico 1857 – 1872”

*lunes, 16 de septiembre de 2013 “William Wheelwright y el camino de hierro a Quilmes”

*viernes, 24 de mayo de 2019 “Llegó el ferrocarril a Quilmes, The Standard por Alejandro Gibaut”

 

NOTAS


[1] Con estas palabras fue designado Wheelwright pro la Corporación Municipal de Quilmes del año 1872.

[2] Emilio Castro nace en Buenos Aires, el 21 de diciembre de 1821. Desempeña el cargo de gobernador provisional y dos veces presidente del senado. Entre otros servicios públicos podemos mencionar: presidente del directorio del Ferrocarril del Oeste en diversos períodos. Apoya la extensión de los ferrocarriles, y aprueba que el gobierno provincial se haga cargo de construir líneas no rentables para las empresas privadas. Fallece en Buenos Aires, el 22 de abril de 1899.

[3] Ver en EL QUILMERO del lunes, 5 de julio de 2021 “León Federico Aneiros arzobispo de Quilmes”

[4] López, José Andrés. (1934-2016) Primera edición de autor y segunda de Buenos Aires Books. Quilmes.

[5] Especie de terciopelo basto, de lana o esparto.

[6] Espuelas.

[7] “Exp. 1 – M – 1872. Movimiento de la Caja Municipal en el 1° y 2° semestre”, en el Archivo de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes,

[8] Emilio de Castro y Rocha (Buenos Aires, Provincias Unidas del Río de la Plata, 1821 - + 1899) Político y hacendado, gobernador de la provincia de Buenos Aires en el período de 1868 hasta 1872.

[9] William Rögind (1935) “Historia el ferrocarril Sud” Buenos Aires. Pág. 944

[10] Atanasio Antonio Lanz (4/4/1920) “Berazategui, apuntes históricos” Periódico “El Pueblo” Año Vi N° 357. Quilmes.

[11] Sors, Guillermina. (1933) “El puerto de la Ensenada e Barragán” Publicación N° VI del Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires. Las Plata. Pág. 32

[12] Ver en EL QUILMERO lunes, 17 de octubre de 2011 “William Wheelwright y una excursión fluvial por el Rio de La Plata hasta Ensenada

[13] Libro de Actas N°3 DEL Antiguo Concejo Municipal, Pág., 66. Este dato nos fue comunicado por el señor Oscar Parody, quien lo encontró a mediados del año pasado, sirviéndonos tal referencia como punto de partida para ampliar las informaciones que hemos obtenido en la citada fuente documental.

[14] Expediente 1-M-1872. Citado.

[15] Borrador de las cuentas pasadas al Gobierno en 1873, en el archivo mencionado.

[16] Desde 1858 una coalición de concejales la UCR y UCRI, cambiaron su nombre por el de Presidente Hipólito Yrigoyen.

[17] Guillermina Sors, ob. Cit. Pág. 36

viernes, 5 de noviembre de 2021

LA CASA BAGLEY, UN SAQUEO ENTRE SOMBRAS Y MEDIANOCHE

EL SAQUEO PERSISTE Y PRODUCE MEJOR QUE NUNCA... LA CASA BAGLEY YA NO EXISTE... OTRA PÉRDIDA PARA NUESTRA GRAN SUR BONAERENSE. 

por Chalo Agnelli

Esquina de Dorrego y Zapiola, Bernal, partido de Quilmes

Ya no muchas casas, casonas yacen en pleno centro de nuestras ciudades esperando el negocio inmobiliario. Algunas son propiedades privadas, otras públicas, pero los verdaderos PRIVADOS somos los ciudadanos, privados del escenario social de la vida que fue, que es y que legaremos a nuestra descendencia. La esencia del urbanismo democrático - dice el arquitecto Rodolfo Livingston - debiera ser la posesión y el goce del espacio público y del ámbito histórico que nos dice a nuestra paso: quiénes somos, quiénes fuimos, quiénes seremos y no el negocio de unos pocos. Me desperté esta mañana pensando - y quizá tenga alguna analogía - en el conquistador Pizarro, que mandó a sus huestes o saqueadores derretir los objetos artesanales de oro y plata del Cuzco, de Sacsayhuamán... y enviarlos a la "madre patria", sin respeto alguno por las culturas de esos pueblos. Ahora los saqueadores actúan con diplomas universitarios y al amparo de funcionarios inescrupulosos.

Esa casa no era una casa vieja más, no es solo una casa, sino un contenido, un significado y un significante; como decía Atahualpa Yupanqui "¡Ay!... ¡Y pensar que para muchos la tierra es tierra no más! El tema de los edificios, está basado en una posición frente a la vida. - y vuelvo a Livingston - La arquitectura es una interesante metáfora de la vida, es el cuerpo de la sociedad... Uno dice cosas con las palabras y a lo mejor el cuerpo lo desmiente con gestos opuestos. Esos gestos en la sociedad actual son los edificios.

Así y todo, hay personas que dicen: "Ud. vive en el pasado". Una de esas personas estuvo hace unos años en Europa y fotografió y se quedó maravillada con los palacios del siglo XVI, XVII, XVIII y XIX, me decía que era extraordinaria su conservación. Y yo pensaba, cuando los nazi destruyeron totalmente el palacio Hermitage, de lo que en ese momento era la ciudad de Leningrado hoy San Petersburgo, en 1940, terminada la guerra, el mismo pueblo ruso se prestó, muchos ad honorem, para su reconstrucción total y hoy es un centro indispensable del turismos...Pero para algunos siempre es más lindo lo de afuera.

El 9 de noviembre de 2021, tras la intervención de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes coordinada por la Lic. Natalia Gibaut y el Prof. Guillermo Mámorl, el municipio frenó la demolición de la histórica Casa Bagley de Bernal. La Subsecretaría de Planeamiento y Obras particulares frenó el inicio de las obras de demolición de la histórica casona ubicada sobre la calle Dorrego esquina Zapiola. Según se informó, no contaba con la correspondiente autorización municipal. Desde la municipalidad labraron las actas de infracción y ordenaron la paralización de los trabajos.

Si permitimos que invisibilicen nuestra historia, las generaciones futuras no tendrán símbolos identitarios y será más fácil la penetración colonialista.

Chalo Agnelli

Fotos: Néstor Tony Pienso

FUENTES:

Ver en este Blog: sábado, 9 de octubre de 2010 “Casas con Historia 5 - Melville Sewell Bagley”