martes, 14 de diciembre de 2021

LOS PRIMEROS POBLADORES DEL PARTIDO DE FLORENCIO VARELA (1580-1859) POR ANALÍA H. FARIÑAS

 por Chalo Agnelli

La historiografía de la región que alguna vez fue el Antiguo Pago de la Magdalena, crece, en este caso la porción que hoy es Florencio Varela, sobre la que vuelve a insistir con su rigurosidad heurística y hermenéutica de la historiadora agrimensora Analía Fariña que el viernes 7 de diciembre de 2018 presentó “La estancia de la familia de Félix de la Cruz”, [1] expuesto por primera vez en el Congreso de Historia dé los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires realizado en la ciudad de Nueve de Julio en 2013;[2] origen del partido que ahora se completa con este nuevo libro de su factura “Los primeros pobladores del partido de Florencio Varela 1580-1850”, que define en la introducción:

PRÓLOGO

Poder establecer quienes fueron los primeros pobladores del partido de Florencio Varela y qué sector del territorio ocuparon, era para mí un antiguo anhelo pero que me parecía casi imposible de lograr. Debo aclarar que poblador es considerado aquel que ocupa por primera vez un sitio inhóspito y permanece en él modificándolo y mejorando su entorno. No obstante que el desafío me parecía muy difícil, comencé a recabar datos que resultaban ser sólo piezas sueltas de un rompecabezas. Pero a medida que investigaba, nuevas piezas de información se agregaban y, poco a poco, y a lo largo de más de diez años de búsqueda, logré armar con esas piezas sueltas el mosaico de los primeros pobladores de Florencio Varela que hoy les presento. Para alcanzar mi objetivo, he dividido la presentación de mi investigación en dos partes que podríamos definir una como general y la otra como particular.

En la primera parte dediqué el capítulo 1 a dar detalles muy breves de los pueblos originarios. El capítulo 2 está destinado a aclarar cómo fue el reparto de tierras y cuáles fueron las fuentes documentales de las que me valí para obtener la información.

Para ir completando el poblamiento de Florencio Varela, partí de la división más antigua que recibió nuestra provincia, que fueron las "suertes principales" entregadas por Juan de Garay y sus divisiones posteriores en el tiempo, las que desarrollé en el capítulo 3. Luego, la tierra se entregó en "suertes de cabezada". Éstas, a su vez, se fueron fraccionando y ocupando con pobladores.

Florencio Varela tuvo dentro de su territorio cuatro "suertes de cabezada": la del capitán Aspeitia, la de Juan de Umanes, la que compró Juan Bernardo Gómez y, finalmente, la de Mateo Sánchez Gatica y los sobrantes que ellas generaron que se describen en los capítulos 4, 5 y 6.

Se completa la superficie del partido con la entrega de las últimas tierras baldías que ocupa el capítulo 7. La segunda parte surgió cuando al realizar la investigación comenzaron a aparecer datos de algunos pobladores que juzgué interesante compartir, profundizando aún más en sus vidas, la de sus familias y herederos y, en algunos casos, en los sucesivos propietarios de un lugar. Por supuesto que las familias descriptas en estos capítulos no son las únicas que merecerían un estudio más profundo, pero sería imposible incluir más en un solo libro.

Así fue surgiendo la historia de los Garay descripta en el capítulo 8. La vida de un soldado y Alcalde como fue José Claudio Montes relatada en el capítulo 9. La extensa familia de los Barragán que llegaron a vivir en Florencio Varela, desarrollada en el capítulo 10. El análisis en el capítulo 11 de la formación de la estancia "Santo Domingo" y sus sucesivos propietarios.

Las vidas de dos familias escocesas, los Brown y los Robson, que originalmente formaron parte de la colonia Santa Catalina-Monte Grande y luego de su disolución se asentaron en nuestro partido formando estancias, se describen en los capítulos 12 y 13.

Pero no sólo me interesaron los estancieros, sino también los pequeños chacareros que lucharon por defender y desarrollar sus establecimientos como la familia Llanos-Díaz, sus vicisitudes las encontrarán en el capítulo 14. El capítulo 15 describe la historia de una tierra ocupada por miembros de la numerosa familia de los Barragán y luego por los renombrados Otamendi de Quilmes.

Por supuesto que no podía omitir una referencia, aunque fuera breve, a uno de los hijos dilectos de Florencio Varela como lo es Guillermo Enrique Hudson, la historia de "Los Veinticinco Ombúes" ocupa el capítulo 16.

Las luchas por la independencia obligaron a muchos a emigrar, la historia de una familia uruguaya que solicitó una tierra sobrante es descripta en el capítulo 17. El desarrollo de una pequeña estancia que fue de antiguos pobladores como los Suárez-Barragán, que luego perteneció a Gartland, el primer maestro que tuvo Florencio Varela y finalmente a los Guthrie puede leerse en el capítulo 18.

Finalmente, el capítulo 19 desarrolla otra pequeña estancia entregada a Gari como recompensa a su tarea por la patria y que luego perteneció a otra familia escocesa llegada en el barco "Symmetry", los Barclay; pura ser adquirida después por los vascos Berriex.

Para facilitar el conocimiento es conveniente auxiliarse con los planos que he elaborado y forman parte de este libro. Es un trabajo ambicioso y si bien he revisado y corregido la información pueden haberse deslizado errores. De ser así, espero que futuros Investigadores puedan corregirlos. Antes de concluir debo agradecer a mi hermana Adriana Elizabet su colaboración para mejorar y corregir mi redacción.

Espero que la lectura de este libro les permita descubrir los esfuerzos y luchas de estos primeros pobladores, sacándolos así del anonimato y puedan también conocer cómo era la vida, las costumbres y las normas que regían en aquellos lejanos años. Analía Hebe Fariñas

“La familia del gaucho” Carlos Morel 1841 Litografía s/ papel 31,4 x 49 cm Colección: Museo Nac. de Bellas Artes de Buenos Aires

PRIMERA PARTE

Capítulo 1. Los pueblos originarios - Capítulo 2. El reparto y ocupación de las tierras varelenses desde 1580 hasta 1850 - Capítulo 3. Las "suertes principales" - Capítulo 4. La "suerte de cabezada" del Capitán Antonio de Aspeitia - Capítulo 5. Las "suertes de cabezadas" de Juan de Umanes, y la que compró Juan Bernardo Gómez y las tierras de "sobras" - Capítulo 6. La "suerte de cabezada" de Mateo Sánchez Gatica de Castillejo - Capítulo 7. Los compradores de las últimas tierras baldías.

SEGUNDA PARTE

Capítulo 8. Las familias de los Garay - Capítulo 9. José Claudio Montes, Sargento Mayor de Milicias y Alcalde - Capítulo 10. Los Barragán de la ensenada en Varela - Capítulo 11. La estancia "Santo Domingo" - Capítulo 12. Los Brown, los primeros escoceses en radicarse en Florencio Varela - Capítulo 13. Los Robson, otra familia escocesa - Capítulo 14. Pascual Llanos, Petrona Llanos y Sixto Díaz: chacareros tenaces - Capítulo 15. Los Barragán y los Otamendi, la estancia "Santa Clara" - Capítulo 16. Los Hudson y "Los Veinticinco Ombúes" - Capítulo 17. Las consecuencias de la lucha por la independencia, la historia de la familia Aguilera Cabezas - Capítulo 18. La estancia que fue sucesivamente de los Suárez-Barragán, Pedro Gartland y Tomas Guthrie - Capítulo 19. El campo de Gari, luego de los escoceses Barclay, y finalmente de los vascos Berriex.

Posta León Palliére 1864-1865 Litografía Álbum Palliére Escenas Américas


Analía Hebe Fariñas nació en Avellaneda en el año 1957, fue la segunda hija de Carlos Fariñas y Carmen García, pasó sus primeros años viviendo en Sarandí junto a sus hermanos Adriana Elizabeth y Carlos Edgardo. Al cumplir 5 años toda la familia se mudó a Quilmes Oeste, allí realizó sus estudios primarios y secundarios, para luego recibirse, en 1978, de Agrimensora en la Universidad de Buenos Aires con diploma de honor. Desde 1980, trabajó en la Municipalidad de Florencio Varela, durante quince años como directora de la oficina de Catastro Parcelario donde organizó la designación de todas las calles del partido y el cálculo de la numeración domiciliaria de cada casa y luego se desempeñó en otras ofi-cinas. En el año 2002, se recibió de Técnico en Administración Municipal, carrera de grado que se cursaba en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. A partir del año 2005, se radicó en el partido de Florencio Varela. Desde 2011, ha presentado trabajos relacionados con el partido de Florencio Varela en los Congresos de Historia de los Pueblos de la Provincia de Bue-nos Aires, organizados cada dos años por el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires, y ha escrito artículos para diversos encuentros regionales dedicados a la historia y para la revista "Palabras con Historia". Contribuyó en el libro “Un territorio Tres Historias” (2014) preparando una cronología histórica de Florencio Varela. Es autora del libro “La Estancia de la Familia de Félix de la Cruz. Origen del Partido de Florencio Varela” (2018)

Se puede decir que casi ningún partido de la provincia de Buenos Aires posee un estudio tan meticuloso y detallado de la totalidad de los primeros ocupantes de sus tierras como el que se presenta aquí. Este libro nos lleva a recorrer las "suertes principales" y las "suertes de cabezadas" que fueron los primeros repartos de tierras realizados por los gobiernos españoles en nuestro país. Luego transitaremos por las divisiones de estas "suertes", con los pormenores de quiénes fueron sus compradores y cómo estaban conformadas sus familias, ellos fueron los verdaderos primeros pobladores de lo que luego sería el partido de Florencio Varela. De algunas de estas familias la autora nos regala aun un detalle más exhaustivo de sus estancias o chacras y cómo se desarrollaron sus vidas en aquellos difíciles años. Todas estas estancias y chacras fueron ubicadas en planos, confeccionados por la autora, para que sepamos qué sector del partido de Florencio Varela ocuparon estos pioneros, lo que le permitirá a cada varelense saber a quién perteneció, originalmente, la tierra en la que hoy vive. Es un trabajo de investigación histórica seria y profunda, pero a la vez es un libro ágil y ameno, resultando su lectura fácil y enriquecedora.


Crónica Chalo Agnelli
NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del viernes, 7 de diciembre de 2018 "La Estancia de la familia de Félix de La Cruz" Por Analía H. Fariñas

[2] martes, 20 de enero de 2015 “Simple y Mínima...” era la Casa de Teja – Florencio Varela - Por Analía H. Fariñas


sábado, 11 de diciembre de 2021

BAGLEY, LA HESPERIDINA Y BERNAL (PARTE 2) POR ALEJANDRO GIBAUT

 

Bagley y Bernal, Bernal y la Hesperidina. La leyenda cuenta que esa bebida, primera patente otorgada en nuestro país, fue creada en nuestro pueblo. ¿Pero es esto real? ¿Podemos afirmarlo o desmentirlo con certeza? En esta segunda nota intentaremos esclarecer este mito.

La casa de Melville Sewell Bagley en la chacra N°17 de Quilmes, actual esquina de Zapiola y Dorrego. Se distingue claramente el torreón que se describe en el artículo de “The Standard” de abril de 1872. La casa aún se encuentra en pie, aunque en mal estado de conservación. Foto propia, año 1996.
Comencemos repasando un poco lo que sí sabemos de la actuación de Melville Bagley en nuestra zona. Bagley era principalmente un inversor, lo que hoy llamaríamos un “emprendedor”. Fue él quien en 1873 y junto a sus socios George Bate, Frank Livingston y Frederic Younger, inauguró el primer tranvía a caballos que tuvo Quilmes y que comunicaba la estación de ferrocarril con el río. El tranvía no tuvo el éxito esperado y pronto entró en franca decadencia, pero fue el primero que tuvo Quilmes y se usó como argumento de venta de varios loteos realizados en esos años…

Melville Bagley como suscriptor del primer periódico quilmeño, “El Progreso de Quilmes”. Año 1873. Fuente: Asociación de Historiadores “Los Quilmeros”-

Tuvo tierras en el actual Bernal, para ser bien precisos en dos zonas distintas del pueblo. En la parte norte fue dueño del lote que por sucesión correspondió a los herederos de Martín Santa Coloma, coronel rosista degollado luego de la batalla de Caseros en 1852. El lote era un rectángulo delimitado por las actuales calles Avellaneda, Alem, San Martín y Chacabuco, y había sido comprado por Bagley a José Lemos el 30 de noviembre de 1871. Ahora bien, como ya explicamos en la primera parte de esta publicación, la Hesperidina fue presentada en sociedad el 24 de diciembre de 1864: claramente no fue elaborada en ese gran lote, que en ese año aún era parte de la chacra de Juan Antonio Santa Coloma. Debemos hablar entonces de las otras tierras que tenía, las de la parte sur de nuestra ciudad.

Firma autógrafa de Juan Martínez, año 1873
Fuente: Archivo General de la Nación


Firma autógrafa de Melville Sewell Bagley, año 1873
Fuente: Archivo General de la Nación

Seguramente la mayoría de ustedes conoce la antigua casona de Zapiola y Dorrego, la que es identificada como “casa Bagley”. Efectivamente, la misma fue mandada a construir por don Melville y se dice que el padre del primer párroco de nuestro pueblo, Nicolás Esandi, trabajó en la obra. Entonces, ¿fue allí donde se creó la Hesperidina? El ya citado libro oficial de la empresa, “Bagley: 150 años. Una historia de marcas imborrables”, así lo dice al incluir una foto de la vieja casona (de la autoría del amigo Diego López) con el epígrafe “La casona de Bernal donde Melville S. Bagley se inspiró para crear Hesperidina”. Pero no podemos guiarnos solo por lo que la propia empresa nos cuenta a un siglo y medio del hecho, debemos investigar hasta determinar si esas tierras ya eran de Bagley en 1864.


Extracto del plano elaborado en la mensura de 1867. Hemos marcado la chacra 17 y las calles que la limitaban. Fuente: Archivo Histórico Provincial “Ricardo Levene”

 Sabemos que la casa ya estaba en pie cuando el tren pasó por primera vez por nuestras tierras: “Un poco más allá hay un torreón donde flamean la bandera argentina y la norteamericana coronando la hermosa villa del Sr. Bagley, creador de la Hesperidina” relata el periódico en lengua inglesa “The Standard” en su nota describiendo el viaje inaugural del Ferrocarril a la Ensenada. El torreón todavía forma parte de la silueta de la vieja casona, pero el tren llegó a Quilmes el 18 de abril de 1872 y esta nota fue publicada dos días después por lo que no podemos tomarla como prueba con respecto al origen del bitter.

Extracto del plano elaborado en la mensura de 1858. Hemos marcado la chacra 17, ya propiedad de Juan Martínez. Fuente: Archivo de la Dirección Provincial de Geodesia y Catastro de Buenos Aires.

 Desde ese torreón Graciana Lagouarde Pocholou veía pasar los carros y trenes junto a Mary Bagley, ya que sus familias eran amigas. Graciana fue la tatarabuela de Mauro E. Murillo, quien rescató esta (y muchísimas otras) historia oral de su familia. Describía la casa como muy elegante, con un juego de comedor para 8 personas y en el living un juego de sillones estilo Napoléon III además de dos grandes retratos de Melville y su esposa Mary Jane. Los dormitorios tenían camas de madera de roble talladas y la cocina, muy grande, contaba con un horno a leña y una mesa donde los niños merendaban. Mauro puede dar una fecha exacta de la primera visita que su tatarabuela, aún pequeña, hizo a la casa junto a sus padres: fue el 10 de julio de 1870 para la celebración del cumpleaños de Melville. Graciana lo recordaba ya que cinco días después ella misma cumpliría sus 4 años y el tema había sido charlado por los mayores en la fiesta. Podemos entonces afirmar casi con seguridad que para mediados de 1870 la casa ya estaba en pie. Pero por supuesto debemos ir más atrás.

Extracto del plano elaborado para la familia Bernal en 1874. Hemos marcado las calles que limitaban a la chacra N°17, ya propiedad de Melville Bagley y con edificación. Fuente: Archivo General de la Nación.
Y es aquí donde aparece el primer indicio que nos hace sospechar de la historia oficial. Los “Handbook of the River Plate Republics” eran guías en inglés para viajeros sobre los países de la región publicadas por los editores del ya nombrado “The Standard”, Michael y Edward Mulhall. En la edición de 1875, en el apartado donde se describe la costa sur de la provincia de Buenos Aires, se enumeran varias quintas de la zona: “Las quintas de Bagley, Walker, Simpson, Bate, Casares, Bernal, Bilbao, &c., son de suntuoso gusto.” La mención a Bagley no es sorpresa, por supuesto: vimos que tres años antes la casona ya estaba construída. Sin embargo, en la edición de la guía publicada en 1869 no se habla de ella, ni de la quinta ni de Bagley. Como si don Melville no hubiera aún llegado a las tierras de nuestra zona…

Sin embargo, la ausencia de Bagley entre los propietarios de tierras de Quilmes en una guía de viajeros no constituye prueba suficiente para decir que la Hesperidina no fue creada en Bernal. Para confirmar o refutar la verdad de esta historia debemos buscar en otro tipo de documentos. Y aquí aparece uno muy interesante para verificarlo: el legajo de varios reclamos de tierra que las familias Santa Coloma y Bernal hicieron al municipio de Quilmes en el siglo XIX. Para no aburrirlos, diremos rápidamente que ambas familias fueron muy perjudicadas con la quita de tierras por el trazado del pueblo de Quilmes realizado en 1818. En otras publicaciones hemos hablado de este tema, hoy solo digamos que al ser Quilmes trazado en rumbo distinto a como se habían repartido las tierras originalmente, muchas hectáreas que originalmente pertenecían a los Santa Coloma y los Bernal terminaron siendo parte de ese pueblo. Por supuesto, ambas familias protestaron y buscaron compensación. De una forma indirecta los trámites que hicieron para lograrlo ayudan a resolver el misterio tras esta historia de Bagley, la Hesperidina y Bernal.

Cuando se realizó ese polémico trazado de Quilmes, las tierras alrededor del núcleo urbano fueron divididas en chacras de 4 x 4 manzanas. La correspondiente a la zona donde años después Bagley construiría la casona era la número 17 que abarcaba las manzanas limitadas por las actuales Zapiola, Lamadrid, Belgrano y Lavalle. La actual Zapiola era el límite entre esas chacras y la propiedad de los Bernal al norte. Luego de varios años de reclamo y juicio al estado provincial, el Tribunal Superior de Justicia determinó en julio de 1867 que el estado debía resarcir a los Bernal con tierras al sur de Quilmes en compensación por las que el pueblo les había ocupado. Para saber exactamente la superficie a compensar era necesario realizar una mensura sobre los terrenos, y así se hizo el 10 de septiembre de ese año. Y aquí comienza a resolverse el misterio de nuestra historia: el plano que la acompaña, del cual adjunto un extracto, muestra como propietario de esa chacra 17 a Juan Martinez, no a Melville Bagley. Por supuesto, podría tratarse de un error: en varias ocasiones nos hemos encontrado con que los planos incluyen nombres de propietarios que para la fecha de los mismos ya habían vendido sus tierras. Sin embargo, este no es el caso. Era costumbre que el agrimensor notificara a todas las partes involucradas en el proceso, incluyendo por supuesto a los linderos. En esta ocasión el informe lo dice muy claro: “Presenciaron la operación el Sr. Otamendi Juez de Paz de Quilmes, Dn. Francisco Marrero por sí y a nombre de los herederos de Dn. Juan A. Santa Coloma, Dn. Juan Martinez, Dn. Francisco Santa Coloma, Dn. Antonio Betancourt y otros vecinos manifestándose todos conformes con lo practicado.”. Juan Martinez era una persona real y acudió a la cita del agrimensor. Queda claro entonces: en septiembre de 1867 el dueño de la chacra N°17 era Juan Martinez y no Melville Bagley.

¿Puede haber sido Bagley el dueño de las tierras en 1864 y luego vendérselas a Martinez? Dos razones por las que eso no es posible: la primera es la nota que ya comentamos en “The Standard” de abril de 1872 donde se habla de la “Villa del Sr. Bagley”; la segunda es una mensura sobre los terrenos de la familia Santa Coloma que se realizó cuatro años antes de la llegada de Bagley a nuestro país, en 1858, donde claramente en el plano adjunto (del cual agrego un extracto) se determina que ya entonces el propietario de la chacra 17 era Juan Martinez. ¿Y hasta cuándo fue propietario Martinez? No lo sabemos exactamente. Volvemos a la nota de “The Standard” y a un plano de julio de 1874 (también adjunto extracto del mismo) donde ya la chacra figura a nombre de “M.S. Bagley” y con dos edificaciones. En algún momento del cual aún no tenemos fecha exacta entre 1867 y 1870 Bagley compró la propiedad a Martinez: la aparición en los archivos de la escritura de compra sería la prueba definitiva. Pero aún sin ella podemos asegurar sin temor a equivocarnos que Juan Martínez era el dueño de la chacra 17, la que luego sería de Bagley y donde hoy se encuentran en pie los restos de su vieja casona, en el momento en que el norteamericano inventaba y lanzaba al público la Hesperidina en 1864. Parecería ser que el en ese entonces villorrio de Bernal no tuvo que ver con la creación de la bebida, o así lo estarían probando los documentos hasta ahora encontrados. Por supuesto la investigación sigue abierta.

Algunos últimos apuntes para terminar este artículo:

Tenemos poca información sobre Juan Martinez: parece que había nacido en España en 1817, era agricultor y se había casado con Mariana Marrero, también española de las islas Canarias, con quien había tenido 9 hijos al menos hasta 1869. Su fallecimiento habría ocurrido entre 1885 y 1889.

Como dato anecdótico, Martinez y Bagley eran vecinos en las chacras del norte de Bernal. Fueron ellos quiénes en 1873, cediendo unos metros de propiedad cada uno, permitieron la apertura de la actual calle Alem.

Al fallecimiento de Bagley, las dos chacras que tenía en la zona de Bernal pasaron a poder de los Demarchi. Es raro lo que sucede con Bagley: según su sucesión, realizada siete años después de su fallecimiento, a su muerte solo contaba como propiedad con un 25% del tranvía a la Ribera de Quilmes, que se hallaba en ruinoso estado. Nada se habla en el expediente de la fábrica de galletitas ni de las tierras y la casona de Bernal, como si hubieran sido vendidas o entregadas antes de su muerte; sin embargo, quien vende las tierras en 1897 es su hijo Melville Jr. a los hermanos Demarchi, socios de su padre…. Mas allá de la forma en que se haya desarrollado el reparto de los bienes de la familia, tanto las tierras al sur como al norte del actual centro de Bernal fueron propiedad de los Demarchi hasta comenzado el siglo XX, cuando comenzaron a ser loteadas.

Resabio mutilado de un pasado lejano que se hizo leyenda para recuperar lo que alguna vez estuvo lleno de historias, de amores, de risas, de llantos, hasta que el desencuentro de los años arrojó al olvido y hoy solo es una ruina más entre las que el despiadado progreso va devorando. (Ch. Agnelli)

Texto y fotos Alejandro Gibaut

De su Facebook “Bernal, su historia y su gente”

Miembro de la Comisión Coordinadora de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes y de la Asociación Historiadores Los Quilmeros.