HISTORIAS DE MÁS ACÁ – 17 cuentos que recorren la historia quilmeña.
Libro publicado en marzo de 2003
Autor Chalo Agnelli
Historias de más acá” es un libro de cuentos donde se enlazan la ficción con personajes y hechos históricos del antiguo Pago de al Magdalena, del Quilmes de ayer y de recién.
Son cuentos muy viejos que corregí infinidad de veces. El primero, “La travesía”, con el que obtuve en diciembre de 2002, el 1º premio en Cuentos Mayores de la UNESCO de Mar del Plata, lo escribí en 1966, para el número especial de una revista local que así conmemoraría los 300 años de Quilmes. Finalmente no salió pues no alcanzó el espacio. Y La Travesía siguió su recorrido de 36 años dentro de un cajón de mi escritorio. En ese lapso fueron surgiendo los demás hasta sumar 17.
Son cuentos muy viejos que corregí infinidad de veces. El primero, “La travesía”, con el que obtuve en diciembre de 2002, el 1º premio en Cuentos Mayores de la UNESCO de Mar del Plata, lo escribí en 1966, para el número especial de una revista local que así conmemoraría los 300 años de Quilmes. Finalmente no salió pues no alcanzó el espacio. Y La Travesía siguió su recorrido de 36 años dentro de un cajón de mi escritorio. En ese lapso fueron surgiendo los demás hasta sumar 17.
Nunca se me ocurrió publicarlos. No me consideraba con el talento para la literatura (aún dudo que lo tenga), pero los usaba como estrategia motivadora en el bloque común que hacía de mis clases de Lengua y Ciencias Sociales, donde trabajaba la estructura gramática y narrativa del texto conjuntamente a los sucesos históricos-sociales y el ámbito geográfico que la historia reproducía.
Mucho tuvo que ver en la aparición de este libro el profesor Juan Carlos Lombán, con quien me une una larga amistad desde que siendo yo un maestro novel me tocó trabajar con la inolvidable Lucrecia Lombán y comencé a visitar su casa. En ese entonces el profesor, su esposo, era el director del departamento argentino del Colegio San Jorge y ya era un educador significativo, así como historiador y crítico de arte. Con él realice algunos trabajos culturales durante el breve tiempo que estuvo frente a la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Quilmes. Con Lucrecia colaboré activamente cuando, junto a su amiga la inspectora Angélica De Palma, emprendió la fundación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Quilmes, en 1986. A partir de estos esporádicos encuentros él fue mi numen y fue mucho lo que aprendí observando y poniendo el oído atento a Lucrecia y a Juan Carlos Lombán.
En 1984 envié el cuento LA TRAMOYA – 1622 a la localidad de Arrecifes a un concurso de narrativa y recibí el premio Atilio Giraudo de la Biblioteca. Esto fue un estímulo y, por la confianza que le tenía, le di a Juan Carlos todas las historias para que me diera su juicio y me hiciera un prólogo si consideraba que valían la pena de ser editadas. Así se hizo, pero por múltiples cuestiones, sobre todo inseguridad y pudor, volvieron al olvido.
Pero un día de noviembre del 2002, que el amigo Carlos Dentone presentó su libro en Casa de Arte Doña Rosa, entre el numeroso público me encontré con el profesor Lombán y su esposa Beatriz Pugliesi. La presentación la hicieron el periodista Eduardo Marrazzi y los actores Leopoldo Russo, Viviana Jeanneret y Jorge Godoy Zarco. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos con Juan Carlos pues por exceso de trabajo yo estaba un poco alejado del ambiente cultural de Quilmes. Bien, ese día, en un aparte en la galería del centro cultura, sentados en torno a una mesa, charlamos de cuestiones generales y Juan Carlos me preguntó que había sido de aquellos cuentos que le había dado a leer y le explique mis resquemores para publicar y él argumentó que era una lástima pues eran buenos.
De regreso en casa comencé a lucubrar que si, después de 17 años, el profesor Lombán, aún se acordaba de los cuentos, no debían ser tan desechables. Entonces los saqué del cajón, los leí, les hice correcciones, los pasé a la computadora y resolví publicarlos como edición de autor. No creía que a ningún editor le hubieran interesado. Dunken fue la elegida. Pero el costo no me permitía publicarlos todos, de modo que, con cierta lógica temporal elegí diez: “ANTES DEL PRINCIPIO – 1580”; “EL PRINCIPIO – 1583”; “LOS MERCADERES - 1599; LA TRAMOYA – 1622; LA TRAVESÍA - 1665; LA LIBERTAD - 1666; LAS CARTAS LOS MOTIVOS DEL SILENCIO – 1866 – 1867 – 1868 EL PASADO – 1896 y EL CENTENARIO – 1940
¿Cómo es esto del cuento histórico? Muy pocas veces los autores describen el trabajo de taller sin embargo es un momento apasionante que vale conocer, sobre todo para potenciales escritores.
Bien, después de la idea que determinó el cuento redondo tradicional (introducción, nudo y DESENLACE) se insertó la investigación histórica previa que lo motivó y, además, en estos cuentos en particular, hay un trabajo preciso sobre el lenguaje, la conformación lingüística, término por término. No uso las formas manidas del lenguaje coloquial; los hechos insignificantes de la cotidianidad se ven exagerados aquí.
Bien, después de la idea que determinó el cuento redondo tradicional (introducción, nudo y DESENLACE) se insertó la investigación histórica previa que lo motivó y, además, en estos cuentos en particular, hay un trabajo preciso sobre el lenguaje, la conformación lingüística, término por término. No uso las formas manidas del lenguaje coloquial; los hechos insignificantes de la cotidianidad se ven exagerados aquí.
Es evidente que mi fuente de inspiración fue Manuel Mujica Láinez (espero que él me perdone desde el… desde donde esté) con su “Misteriosa Buenos Aires” (Por supuesto que mi pobre producción dista kilométricamente de la genialidad de Manucho)
Nuestro Quilmes tuvo y tiene muy poco de misteriosos, pero sí pasaron cosas que llegaron a mí como cuentos de viejas: abuelas, tías abuelas, primas abuelas… Gente que está en el cuento “El Pasado” que cruza “Los motivos del silencio”, que se dinamiza en “El Centenario”. Pero siempre desde mi íntima visión cargada de subjetividad como pasa siempre en la literatura. No existe la literatura objetiva. El autor es su obra (aunque a veces, después de leer a Vagas Llosa, esa frase nos parece una exageración)
Y no hay nostalgia, es memoria, recuerdo, porque no quisiera volver al pasado y mucho menos hubiera querido quedarme en él, porque ese Quilmes de antes de los 60’, ese Quilmes de postal, todavía un pueblo de provincia, con intendentes que caminaban por las calles sin guardaspaldas que hasta era posible encontrarlos en la confitería Colón o en el café El Nacional o comprándose corbatas en El Arte, detrás de su modorra eterna, había envidias, elites cerradas, mujeres insatisfechas, hombres públicos con dobleces, putas tristes, obreros explotados, explotadores prestigiosos y… mentiras evidentes.
Próximamente se reeditarán estas “Historias de más acá” con todos sus cuentos originales y los recientes:Y no hay nostalgia, es memoria, recuerdo, porque no quisiera volver al pasado y mucho menos hubiera querido quedarme en él, porque ese Quilmes de antes de los 60’, ese Quilmes de postal, todavía un pueblo de provincia, con intendentes que caminaban por las calles sin guardaspaldas que hasta era posible encontrarlos en la confitería Colón o en el café El Nacional o comprándose corbatas en El Arte, detrás de su modorra eterna, había envidias, elites cerradas, mujeres insatisfechas, hombres públicos con dobleces, putas tristes, obreros explotados, explotadores prestigiosos y… mentiras evidentes.
1.- ANTES DEL PRINCIPIO – 1580
2.- EL PRINCIPIO. - 1583
3.- LOS MERCADERES.- 1599
4.- LA TRAMOYA.- 1622
5.- LA TRAVESÍA.- 1665
6.- LA LIBERTAD.- 1666
7.- LAS CARTAS.- 1669
8.- LAS DUPUY.- 1843 - 1879
9.- LOS MOTIVOS DEL SILENCIO – 1866 – 1867 – 1868
10.- LOS BIENES SECRETOS. - 1885
11.- EL PASADO – 1896
12.- EL CENTENARIO – 1940
13.- MANGANGÁ.- 1945
14.- LOS CLAVELES ROJOS DE LA TÍA POLA.- 1950 –1875
15.- LA MANCHA.- 1951
16.- EL OMBÚ.- 1982
17.- EL TIEMPO – 1996 >1890
ALGUNOS COMENTARIOS DE AUTORES AMIGOS:
He aquí un libro que a mi juicio constituye una enérgica requisitoria para que perseveremos en la búsqueda de nuestra más entrañable identidad, compuesto por diez relatos ambientados en el fascínate y azaroso pasado quilmeño, por un autor al que no le interesa encasillarse en los estrechos límites de un género determinado. Pero sí parece evidente que a Chalo no ha importado – y mucho – rescatar aspectos de una historia rica y aleccionadora como es la de Quilmes, mediante una doble síntesis esencial: la amalgama en un todo inescindible de su amor al terruño con sus ideales de universalidad y, asimismo, la que combina lo real con lo imaginario. Y a fe que lo ha logrado en páginas a la vez densas y amenas, profundas y, sin embargo, de fácil y placentera lectura.
Prof. Juan Carlos Lombán
2003
2003
Estos cuentos-relatos surgidos del hondo sentido de pertenencia de Chalo Agnelli a su patria chica, se gestaron con un primer objetivo didáctico. Quizá por eso tengan más del maestro que del escritor - de aquí el vocabulario subyacente -. Como él dice "soy un maestro que escribe". Eran relatos orales, preparados para motivación del alumno. ¡Una vez llegaron a ser historietas! Y continuaron su metamorfosis incentivando clases de Ciencias Sociales, promoviendo el conocimiento de la gran historia desde la propia, la pequeña. ¿¡Qué pasaba en el pueblo natal mientras afuera transcurría la Historia Grande!? En este caso el pueblo, es Quilmes, pero puede ser cualquiera de los pueblos, principios de las grandes ciudades que crecieron en la pampa húmeda; y la Historia Grande es la de Argentina, América, el Mundo.
El libro "Nueva Historia de Quilmes" del Prof. Juan Carlos Lombán ofrece esa doble posibilidad: una visión de los hechos locales enfrentados a coyunturas mayores y más amplias. Más adelante estos cuentos asumieron el género enseñando Literatura en escuelas secundarias.
Los valores sufren constantes y vertiginosas mutaciones en lo social, científico, tecnológico, en la informática, pero hay valores que trascienden la vida humana: el Amor, la Libertad, la Justicia, la Dignidad, la Paz positiva (no la paz negativa en la que, si bien no hay guerra, hay situaciones de violencia generadas por insatisfacciones socio-económicas). Valores que se asoman en estos relatos. Y también el humor, que es un valor imprescindible para afrontar casi todas las circunstancias de la vida. El humor es un paso a la sabiduría, sobre todo el humor en el que nosotros mismos somos protagonistas.
Desde su infancia, con una abuela como genuina albacea de historias y anécdotas de su Quilmes natal, Chalo Agnelli fue un interesado escucha de los relatos de los adultos. Tuvo también la oportunidad de acceder a historiadores locales que como el Dr. Craviotto hicieron culto de la "Pequeña Historia": como don Manuel Ales, don Luis Otamendi, el Sr. Barbieri, don Felipe Firpo y el Prof. Juan Carlos Lombán, quien en 1984, tuvo la deferencia de prologar este libro. Al amor pueblerino se sumó al placer por la Historia que le infundió el Profesor Merediz y su padre.
En 1979 y en 1984 existió la oportunidad de publicar estos cuentos, pero diversas circunstancias, políticas primero y económicas después - o ambas simultáneamente -, malograron el proyecto. Pero también hubo un exceso de modestia, de drástica autocrítica y un poco de desvalorización por parte del autor. Siempre tuvo mucho pudor de su propia "letra". Le he oído repetir que ya está todo dicho y hubo y hay tantos que dicen las cosas tan bien que...
Los valores sufren constantes y vertiginosas mutaciones en lo social, científico, tecnológico, en la informática, pero hay valores que trascienden la vida humana: el Amor, la Libertad, la Justicia, la Dignidad, la Paz positiva (no la paz negativa en la que, si bien no hay guerra, hay situaciones de violencia generadas por insatisfacciones socio-económicas). Valores que se asoman en estos relatos. Y también el humor, que es un valor imprescindible para afrontar casi todas las circunstancias de la vida. El humor es un paso a la sabiduría, sobre todo el humor en el que nosotros mismos somos protagonistas.
Desde su infancia, con una abuela como genuina albacea de historias y anécdotas de su Quilmes natal, Chalo Agnelli fue un interesado escucha de los relatos de los adultos. Tuvo también la oportunidad de acceder a historiadores locales que como el Dr. Craviotto hicieron culto de la "Pequeña Historia": como don Manuel Ales, don Luis Otamendi, el Sr. Barbieri, don Felipe Firpo y el Prof. Juan Carlos Lombán, quien en 1984, tuvo la deferencia de prologar este libro. Al amor pueblerino se sumó al placer por la Historia que le infundió el Profesor Merediz y su padre.
En 1979 y en 1984 existió la oportunidad de publicar estos cuentos, pero diversas circunstancias, políticas primero y económicas después - o ambas simultáneamente -, malograron el proyecto. Pero también hubo un exceso de modestia, de drástica autocrítica y un poco de desvalorización por parte del autor. Siempre tuvo mucho pudor de su propia "letra". Le he oído repetir que ya está todo dicho y hubo y hay tantos que dicen las cosas tan bien que...
En estos cuentos-relatos lo histórico y lo costumbrista juegan de enlace en la ficción de la trama. Los que aquí se presentan, junto con los siglos de la historia, recorren los años de la vida de su autor, pues es su transcurrir los fue diseñando muy lentamente, con correcciones tras correcciones. No se seleccionaron los mejores de otra docena que se relegó, se eligieron los que mejor transmiten el hilo de su discurso. Dice su autor. "Siempre vislumbré mis cuentos como en una película, intentando darle vida a los personajes; los imagino así, hasta con la sonoridad de sus voces y el calor de la piel..."
Una edición casera que se hizo para el trabajo escolar, en 1995, tenía después de cada relato un vocabulario o pie de notas, con referencias históricas. De esos no quedó ningún ejemplar. El cuento "La Tramoya" en 1983 obtuvo una mención en el certamen literario "Atilio S. Giraudo" de la Biblioteca Mitre de Arrecifes. Alumnos de 3° año del Colegio Manuel Belgrano del Barrio de Cooperarios en 1993, hicieron con él una impecable pieza teatral. En el 2002 obtuvo el 1° premio en el V° Concurso Nacional de poesía y cuento del Centro UNESCO de Mar del Plata por "La Travesía".
Pero el mejor premio fue el que me dio la gente de mi pueblo con sus comentarios, su felicidad de leerme, su entusiasmo por esta segunda edición a todos ellos se debe por cierto que vuelva a estos cuentos.
El exhaustivo prólogo, escrito en 1984, interpreta con precisión las ideas, el discurso y traduce con clarividente exactitud la realidad que vivimos hoy. Esta llave pretende, sin querer ser presuntuoso, abrir el texto para instigar a lecturas "entre líneas".
Concluyo con estas palabras de Baldomero Fernández Moreno, que se me ocurren cuando leo a tantos escritores que "aún" no fueron señalados por eso que llaman la fama: "Aunque mi verso no labre un surco en las edades, que por lo menos arañe la faz del día".
Carlos L. Cordero
Una edición casera que se hizo para el trabajo escolar, en 1995, tenía después de cada relato un vocabulario o pie de notas, con referencias históricas. De esos no quedó ningún ejemplar. El cuento "La Tramoya" en 1983 obtuvo una mención en el certamen literario "Atilio S. Giraudo" de la Biblioteca Mitre de Arrecifes. Alumnos de 3° año del Colegio Manuel Belgrano del Barrio de Cooperarios en 1993, hicieron con él una impecable pieza teatral. En el 2002 obtuvo el 1° premio en el V° Concurso Nacional de poesía y cuento del Centro UNESCO de Mar del Plata por "La Travesía".
Pero el mejor premio fue el que me dio la gente de mi pueblo con sus comentarios, su felicidad de leerme, su entusiasmo por esta segunda edición a todos ellos se debe por cierto que vuelva a estos cuentos.
El exhaustivo prólogo, escrito en 1984, interpreta con precisión las ideas, el discurso y traduce con clarividente exactitud la realidad que vivimos hoy. Esta llave pretende, sin querer ser presuntuoso, abrir el texto para instigar a lecturas "entre líneas".
Concluyo con estas palabras de Baldomero Fernández Moreno, que se me ocurren cuando leo a tantos escritores que "aún" no fueron señalados por eso que llaman la fama: "Aunque mi verso no labre un surco en las edades, que por lo menos arañe la faz del día".
Carlos L. Cordero
1996
Querido Chalo: Recién terminé de leer tu libro. En primer lugar quiero agradecerte el regalo. No me refiero al libro como objeto sino al disfrute que conllevó el haberlo leído.
Fue un verdadero hallazgo. Me llevaste a una época y a un sitio con entusiasmo y erudición, sin alejarme de la ficción. Me estoy refiriendo a " HISTORIAS DE MÁS ACÁ".
Quiero felicitarte por el clima general, que se sostiene en todos los cuentos, dando la sensación de que se lee una novela. Valorizo la manera eficaz de abordar el tema en cada cuento, el primer párrafo, desvelo de muchos escritores. También el uso del lenguaje, adecuado a la época, importante para lograr la atmósfera.
En el primer cuento me sentí muy identificada con la temática del aborigen, con respecto a mi Uma.
Muy bien otorgado el premio a LA TRAMOYA, igual que el otorgado a LA TRAVESÍA. LA LIBERTAD merece otro.
LAS CARTAS me sorprendieron. Quisiera que me cuentes si existen cartas similares que te inspiraron. Muy bueno el carácter documental de esa época. Y la frutilla, EL CENTENARIO, perfecto sentido del humor, cualidad valiosa, logra que el lector termine el libro con una amplia sonrisa sin haber perdido la recreación de climas y costumbres.
2006
Ana Beatriz Romasco
Fue un verdadero hallazgo. Me llevaste a una época y a un sitio con entusiasmo y erudición, sin alejarme de la ficción. Me estoy refiriendo a " HISTORIAS DE MÁS ACÁ".
Quiero felicitarte por el clima general, que se sostiene en todos los cuentos, dando la sensación de que se lee una novela. Valorizo la manera eficaz de abordar el tema en cada cuento, el primer párrafo, desvelo de muchos escritores. También el uso del lenguaje, adecuado a la época, importante para lograr la atmósfera.
En el primer cuento me sentí muy identificada con la temática del aborigen, con respecto a mi Uma.
Muy bien otorgado el premio a LA TRAMOYA, igual que el otorgado a LA TRAVESÍA. LA LIBERTAD merece otro.
LAS CARTAS me sorprendieron. Quisiera que me cuentes si existen cartas similares que te inspiraron. Muy bueno el carácter documental de esa época. Y la frutilla, EL CENTENARIO, perfecto sentido del humor, cualidad valiosa, logra que el lector termine el libro con una amplia sonrisa sin haber perdido la recreación de climas y costumbres.
2006
Ana Beatriz Romasco
Chalo: he leído tus cuentos, y he disfrutado de la filigrana de tu prosa. La Tramoya me recuerda a la pluma de Manucho en Misteriosa Buenos.Aires, esos detalles de época, esas palabras que en su momento deben haber sido cotidianas y ahora son tan evocativas y tan poéticas. Uno ve, siente, paladea, cuando lee estos textos tuyos. Son muy buenos. (Quiero más!!!!!!)
2008
María Mercedes Di Benedetto
2008
María Mercedes Di Benedetto
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