viernes, 20 de mayo de 2011

TOMÁS GIRÁLDEZ – JUEZ DE PAZ Y PLACERO


Investigación: Prof. Chalo Agnelli
LA ÉPOCA.
En 1869 gobernaba el país Domingo Faustino Sarmiento. Paraguay seguía desgarrado por la “Triple Infamia” que al año siguiente tendrá su triste fin. El primer censo nacional arroja una población de 1.877.490 habitantes, 200.000 extranjeros y 90.000 aborígenes; el 80% de toda esta población es analfabeta. Se inaugura el telégrafo entre Buenos Aires y Rosario. Se aprueba el Código Civil de Vélez Sarsfield y sale el primer número del periódico “La Prensa”. Del otro lado del mar se inauguraba el Canal de Suez. EEUU es atravesado por el primer ferrocarril  transcontinental y en 1870 estalla la guerra franco-prusiana.

¿Y EN QUILMES?
Mientras tanto en el pequeño, pero creciente, villorrio e inconmensurable partido que era Quilmes por esos años, Tomás Giráldez fue electo juez de paz, presidente de la municipalidad, comandante de milicias y comisario de policía. Siguió en el cargo a Patricio Fernández, luego fue reelecto en el período de 1870. Había sido municipal en 1857.
Los jueces de paz eran electos anualmente y asumían los 1º de enero de cada año. Fueron municipales (concejales) en su primer período: Andrés Baranda (autonomista), Eduardo Bernal (hijo de Félix Bernal), Francisco Casares, Manuel Fabal, Remigio González (mitrista), Orleans Larralde (vascofrancés, bisabuelo del político Crisólogo Larralde), Pablo Pardo y Martín Puig y Tomás Flores que fuera el primer intendente electo como secretario. En el segundo período a Baranda, Casares, González y Larralde, se sumó Manuel Doroteo Soto. Hombres todos junto a Giráldez que participaron directa ya activamente en la tercera fundación de Quilmes. Giráldez había y si bien Giráldez aspiró a una nueva reelección vio defraudadas sus expectativas pues lo sucedió Mariano Vega.

ORIGEN
Giráldez nació en Buenos Aires el 15 de marzo de 1824. Su familia era de origen español, de la provincia de Tuy, una de las siete en que estuvo dividida Galicia en la Edad Moderna, hasta la división provincial de 1833, en que pasó a integrar la nueva provincia de Pontevedra, como su territorio más meridional. Fue una de las últimas en ser creadas. La ciudad episcopal de Tuy era la capital. Estaba casado con Juana Martínez. Fueron sus hijos Carmen, Isabel, Eduardo y Tomás N.
Eduardo Giráldez se casó con Hersilia Josefa Otamendi, hija de Fernando Julián Otamendi (5/4/1843 – 27/7/1923) fuerte hacendado; muy joven fue municipal en 1866, juez de paz y presidente de la municipalidad en 1878 y en 1891 fue intendente a poco de crearse ese cargo. [1]

GENIO Y FIGURA
Don Tomás Giráldez fue un hombre estatura media y contextura muy fuerte, poseía una abundante cabellera negra, ligeramente ondulada, tenía ojos negros y expresivos, labios finos y apretados, frente amplia y prominente, dinámico, de carácter decidido y empeñoso. Tuvo que lidiar con las sombras de dos figuras beneméritas que habían crecido significativamente en el aprecio de los pocos pobladores de Quilmes, eran esos prohombres, don Andrés Baranda y don Augusto Otamendi, motores, como Giráldez, de lo que fue la tercera fundación de Quilmes.
No faltó quien lo señalara por su genio destemplado y violento, pues cuando se proponía un objetivo no tenía miramientos ni contemplaciones.

EL PLACERO
A su administración se debieron varias mejoras urbanas como la parquización y diseño de las plazas que eran míseros baldío intransitables cubiertos de cicutales y alimañas.
En la actual plaza San Martín, por esos años tan solo Principal, hizo colocar una fuente circundada por cuatro estatuas que representaban las cuatro estaciones del año, bancos con viseras, farolas con velas de sebo, la dividió con macizos que se convirtieron en jardines y la mandó circundar de sauces. Para el surtidor de la fuente había un molino y tanque en la esquina de Sarmiento y Alsina. La fuente hoy se halla en la plaza Aristóbulo del Valle.
Giráldez fue pionero de la “tercerización”.  [2] Pues para la conservación de las otras plazas designó a vecinos de las mismas que compartían sus objetivos urbanísticos. Para la plaza de la Libertad, hoy del Bicentenario, contó con la colaboración de Andrés Baungart, que tenía un comercio en la esquina NE de Moreno y Conesa, para la plaza principal, con la ayuda de Antonio Silva con comercio en la esquina NO de Rivadavia y Mitre “El Positivo”; el Dr. Wilde colaboró con la plaza del Regocijo, que hoy lleva su nombre; y de la perdida plaza Pinto se hizo cargo Marcelo Loredo propietario de un importante almacén de ramos general en la esquina SO de Lavalle y Olavarría, por eso también la llamaron la plaza de Loredo y se creyó que él era el propietario de esa manzana pues hacía un uso un tanto arbitrario de la misma más que disponerla para uso de la vecindad. [3]

LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL
Cuando se anunció que el ferrocarril a la Ensenada estaba por llegar a Quilmes, después de tediosos trámites y largas demoras, empujado por el ingeniero William Wheelwright, Giráldez pretendió que la estación se levantara junto a su finca en la calle Vicen­te López y Rodolfo López, con entrada en la cuadra larga que va desde R. López a Tucumán calle sobre la que había una tranquera. Esta chacra, la Nº 14, circundada por las actuales calles Vicente López, Rodolfo López, Andrés Baranda y Carlos Pellegrini, había sido concedida por el agrimensor Francisco Mesura, en 1818 a Juan Benítez, descendiente de indios quilmes. [4]
Su propósito fue combatido por otros vecinos que también querían la estación a las puertas de sus casas. [5] Ninguno fue beneficiado con esa concesión, finalmente el tren hizo una curva y la estación se ubicó en el nodo opuesto al centro urbano del pueblo, lo que se conoce como la Manzana Histórica.

DECESO
Grande fueron los dos disgustos que le produjeron a Tomás Giráldez la frustración por no ver instalada la estación a las puertas de su casa y no haber sido reelecto para un nuevo período en el ejecutivo local; más el desgaste propio de sus funciones que el 18 de enero de 1871 murió en su chacra en compañía de sus hijas, tenía 47 años. Según el “Libro de Muertos del Partido[6] su deceso, de acuerdo a los testimonios de Antonio Silva (n. 1845) y Juan Ithuralde (n.1836), dos de sus amigos más cercanos, se produjo por una fístula, “tan repentinamente que no hubo tiempo para los santos sacramentos”. Fue enterrado en el cementerio de la Recoleta.

TOMAS N. GIRÁLDEZ, EL POETA
Poca es la información que se pudo obtener para adentrarnos en la vida y la historia de este antiguo vecino. No figura en los diccionarios biográficos conocidos.
Si bien, José Arturo Scotto [7] en sus “Notas Biográficas”, menciona a un Tomás N. Giráldez, en realidad hijo del juez, un disímil poeta del siglo XIX, confunde las fechas de nacimiento y muerte de estos homónimos. Dice que nació en 1824 y que en 1859, "La Tribuna", "El Nacional" y "La Nación Argentina", publicaron composiciones de Giráldez, a veces con su firma; otras con iniciales (T. N. G.)” En esa fecha el poeta tendría 35 años, una figuración tardía pues ya era un hombre maduro para la época. En realidad Scotto que no encuentra datos del natalicio y la muerte de este “Tomás N.” le adjudica la de su padre el juez de paz quilmeño.  
Agrega este biógrafo: “Con el doctor Lean­dro N. Alem fundó y redactó el periódico político ‘El Guardián’, en el cual firmaba con el seudó­nimo de Acacio.”
Leandro Nicéforo Alem nació el 11 de marzo de 1842 y murió el 1º julio de 1896. Cuando el fundador del radicalismo nació el Juez de Paz tenía 18 años y cuando se editó “El Guardián”, varios años más que Alem. De manera que es muy dudoso que el poeta y el funcionario quilmeño sean la misma persona. Tomás Giráldez no tenía el perfil de poeta, condición que José Andrés López hubiera aprovechado muy bien en los “aguafuertes quilmeños” de “Quilmes de antaño” 
Concluyendo Tomás N. Giráldez era hijo de Tomás Giráldez y Juana Martínez.
La obra poética de Tomás Giráldez, hijo, no tuvo relieve, los poemas más discretos, cargados de un romanticismo abusivo y tardío, hallados en publicaciones de la época son: “Suspiros del alba” (can­ción); Mi amor”, “El Pimpollo”, “La Violeta” y “Desen­canto”. En 1860, publicó una novela de escaso vuelo: “Vengador y Suicida”, que transcurre durante la época de Rosas, entre los años 1842 y 1850. En la misma fecha, compuso un dra­ma en dos actos y en prosa bajo el título:Garibaldi en Napoles”, que no se llegó a representar. En 1863, editóLa Guirnalda Argentina”. Recopilación de poemas de jóvenes argentinos: Juan Cruz Várela, Pastor Obligado, Leandro N. Alem, Estanislao del Campo, Amancio Alcorta, José Manuel Estrada y otros.

CONCLUSIÓN
Las distancias considerables que, muchas veces, separaba a la criatura recién nacida como al difunto de las escasas parroquias existentes, impedimento que demoraba notablemente la inscripción del niño o la muerte de algún pariente o vecino; así como la pérdida de libros parroquiales que, hasta la creación de los Registros Civiles, eran los únicos documentos que atestiguaban nacimientos, matrimonios y defunciones, y el extravío de libros de actas de los juzgados de paz o municipios, más la dificultad para interpretar algunos de esos documentos por la particularidad de la grafía, algunas estrambóticas, de vicarios y sacristanes, donde se confunden apellidos, nombres y fechas, son impedimentos que encuentran los historiadores para dar plena certeza a un hecho histórico o a una biografía. Es fructífera ayuda hallar descendientes que – pocas veces – guardan escritos, actas, documentos, fotos y memorias oídas que pueden ser pie para nuevas investigaciones. La confusión que hace el biógrafo José Arturo Scotto entre Tomás Giráldez y Tomás N. Giráldez es un ejemplo de esta aseveración.

Prof. Chalo Agnelli


[1] Otamendi, Luis E. “Una familia de arraigo en Quilmes” Serie Biográficas.  Municipalidad de Quilmes. Biblioteca Sarmiento. Quilmes agosto de 1965
[2] Ales, Manuel.
[3] López, José Andrés. “Quilmes de Antaño” Ed. de autor. Quilmes 1934.
[4] Otamendi, Luís E. “Historia de la Reducción 1666-1812”. Municipalidad de Quilmes Biblioteca Sarmiento Serie Archivos y Fuentes de Información Nº 2 Quilmes julio de 1968 Pág. 94.
[5] El historiador Guillermo Ñañez se publicado en su blog el libro “Quilmes de antaño” completo.
[6] En la Catedral de Quilmes. Foja 10.
[7] Scotto, José Arturo. Notas Biográficas. Publicadas en la Sección Efemérides Americanas de "La Nación" 1907- 1909 por Talleres Gráficos de L. J. Rosso y Cía. Buenos Aires, 1910.

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