Publicado por la profesora Raquel Gail
el jueves 8 de marzo de 2012
en el blog del Archivo Histórico de la Escuela Normal de QuilmesLa historia oral es un procedimiento de investigación histórica que tiene gran valor para el conocimiento de la vida social. A continuación, presentamos tres grandes razones para revalorarla en el contexto del desarrollo de los medios audiovisuales en la educación y en las disciplinas sociales.
En primer lugar, la historia oral es uno más de los diferentes métodos existentes para la reconstrucción de las realidades sociales de otros tiempos, que privilegia la comprensión de las motivaciones personales en determinados escenarios sociales, se expone en forma narrativa, utiliza el lenguaje natural y contribuye fuertemente tanto a la comprensión de la sociedad a través del estudio de las experiencias individuales, como al entendimiento de las vidas individuales, privadas, subjetivas, contextuadas dentro de la vida en sociedad.(1) Como afirma Paul Thompson, “cambiarse de casa o mejorarla, abandonar una comunidad y migrar a otra, dejar un trabajo que se ha vuelto intolerable o buscar otro mejor, invertir dinero en el banco, en acciones o en un negocio propio, casarse o separarse, tener hijos o no. Los patrones cambiantes de millones de decisiones conscientes de este tipo tienen tanta o más importancia para el cambio social que los actos de los políticos.(2)
En segundo lugar, como bien afirma Thompson en otro trabajo, la investigación en fuentes orales permite estudiar dimensiones de la experiencia humana difíciles de obtener de otra manera. Y no sólo hace referencia a los grupos que no han tenido voz en las historias académicas, sino que menciona objetos como las esferas ocultas de las relaciones familiares (como las experiencias infantiles de todo orden; el crimen, la violencia y las adicciones; o la cultural informal en los ámbitos laborales); los mitos y las tradiciones orales (como el folklore rural y urbano); y las influencias transgeneracionales en la vida y las decisiones de las personas.(3)
Lo anterior hace destacar el estudio de la subjetividad humana, no tan fácilmente localizable en la mayoría de las fuentes escritas conservadas en archivos de información política, económica y administrativa (aunque con muy notables ejemplos obtenidos acerca de la sexualidad y la vida familiar y cotidiana de las poblaciones de diversas épocas y lugares con base en el uso creativo de toda clase de fuentes de información) (4). Un ejemplo excelente de esta afirmación lo presenta Margaret Nelson, quien encuentra claros casos de solicitud de favores sexuales pedidos por funcionarios educativos a cambio de la obtención de trabajo en varias entrevistas hechas a maestras rurales en Vermont, Virginia, E.U., en la primera mitad del siglo XX. El tema apareció sin habérselo propuesto originalmente la investigadora que, si hubiera querido indagar sobre este tema, habría tenido que buscar en fuentes judiciales y administrativas, en el caso de que hubiera habido suficientes denuncias por ello en esa época.(5)
En tercer lugar, la historia oral fomenta fuertemente el trabajo transdisciplinario.(6) La fuerte vinculación con la antropología, la sociología, la lingüística, la psicología social y otras disciplinas humanísticas ha obligado a romper esquemas metodológicos. Entre esas rupturas creo que es importante considerar aquella con el paradigma de las ciencias naturales, en el que el estudio de las regularidades, del descubrimiento de patrones, se convierte en el principal objetivo del conocimiento científico.(7)
En los trabajos de historia oral se utiliza el análisis de regularidades, por supuesto, sobre todo si se trata de varios entrevistados, pero también se da cabida a la comprensión de lo que es único e irrepetible de cada ser humano, que se expresa de forma narrativa, que requiere de contextuación y que demanda, más que el análisis de regularidades, la comprensión de la singularidad e historicidad de la experiencia humana individual y social.
La historia oral es al mismo tiempo técnica de investigación y fuente de información histórica. Los investigadores que trabajan historia oral están actualmente generando sus propias fuentes, las cuales analizan y emplean para la generación de conocimientos. Pero en el futuro los investigadores recurrirán también a los documentos orales conservados. ¿Cómo será el futuro de la investigación histórica basada en la consulta de archivos orales, como los que hoy se construyen en todo el mundo y que en el futuro serán repositorios de documentos auditivos y audiovisuales invaluables, como los que ya se conservan y catalogan en el Archivo General de la Nación, en la Fonoteca Nacional, en la Cineteca Nacional y en la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México? Los historiadores del futuro, ¿habrán de consultar archivos audiovisuales digitales con entrevistas con diferentes actores de procesos sociales de toda índole? En fin, el futuro tecnológico también tendrá un impacto en la visión que se tendrá de la investigación acerca del pasado. http://archivo104.blogspot.com.ar/
Francisco García Mikel - 05/03/12
Jefe del Departamento de Teleformación
Centro de Entrenamiento de Televisión Educativa
NOTAS
[1] Schwartz, Howard y Jerry Jacobs, Sociología cualitativa. Método para la reconstrucción de la realidad, México, Trillas, 1984: 20-36.
[2] Thompson, Paul, “Historias de vida y análisis del cambio social”, en Aceves, Jorge (Comp), Historia oral, México, Instituto Mora-UAM, 1993: 127.
[3] Thompson, Paul, “Historia oral y contemporaneidad”, en Historia, memoria y pasado reciente. Anuario. Facultad de Humanidades y Artes, U. Nal. de Rosario, Arg., núm. 20, 2004: 15-34.
[4] Cfr. Ariés, Philippe, Historia de la vida privada, Madrid, Taurus, 1993, 10 vols. Una de las obras señeras en materia de uso creativo de fuentes de información no convencionales y que, en su momento, también sufrió diversas críticas por el carácter “no profesional” de las primeras investigaciones sobre la vida privada de los individuos a través de la historia. Esta situación quedó muy bien expuesta por el propio Ariés en Un historien du dimanche (Un historiador de fin de semana, como ha sido traducido), París, Seuil, 1980.
[5] Nelson, M., “La historia oral como forma de reconstrucción de las experiencias de las maestras en Vermont, 1900-1950”, en Goodson, Ivor (Ed), Historias de vida del profesorado, Octaedro-EUB, Barcelona, 2004: 223-245.
[6] González Alcantud, José A., “Historia y antropología. De la teoría a la metódica pasando por las fuentes”, en Gazeta de Antropología, núm. 9, U. de Granada, Esp., 1999. Consultado en http://hdl.handle.net/10481/13660 el 8 de abril de 2011.[7] Carrillo Linares, Alberto, “Yo no renuncio a mis privilegios… Historia y fuente oral”, en Navajas Zubeldia, Carlos (Ed.),Actas del IV Simposio de Historia Actual, Logroño, 17-19 de octubre de 2002, Logroño, Gobierno de La Rioja, Instituto de Estudios Riojanos, 2004: 458-61.
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