martes, 8 de mayo de 2012

MANUEL DA SILVA Y LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA CULTURA

MANUEL DA SILVA
Mientras las paredes de la Casa de la Cultura se levantaban orgullosas en Rivadavia y Sarmiento, la magnífica puerta de ingreso y los restantes diseños en madera se estaban construyendo en una de las más importantes carpinterías, que desde 1900, había sobre la calle Rivadavia, entre Lavalle y Moreno.
Uno de los operarios fue Manuel da Silva, portugués llegado a América en 1909, que con 26 jóvenes años, oficio de carpintero y deseos de trabajar llegó a nuestra ciudad. Manuel e ingresó en esa carpinteríacomo como obrero especializado.
En ese entonces se construía con pocas maquinarias y mucha mano de obra, trabajan un año en la "obra blanca", hermosas talladuras de caoba, de tres pulgadas de espesor, tres metros de altura y 1, 30 metros de ancho. Escaleras, puertas, ventanas, todo lleva el sello de un de­licado trabajo, del cual Manuel da Silva fue tenaz traba­jador y testigo.
Cuando la obra estuvo concluida el intendente Pablo Castro, y autoridades locales, invitaron al personal de obra y carpintería a la inauguración que se realizó el 25 de mayo de 1912.
Las dos hojas se abrieron y cerraron cientos de veces para dejar pasar autoridades, alumno y profesores de la Carlos Morel, visitantes de la Casa de la Cultura y, sin embargo, nada pudo deteriorar su impo­nencia, líneas y detalles.
Manuel da Silva en Lisboa había aprendido su oficio junto al maestro carpintero Jacinto de Oliveira. Des­de los 18 años se ganó el sustento con la madera. En Argentina encontró paz y felicidad, pero nunca alejó de su corazón a Portugal. Realizó varios viajes a su tierra, pero siempre volvió a Quilmes.
Adquirió un lote e hizo su casa en Vicente López y Benito Pérez Galdós, donde vivió con su esposa, María da Luz da Silva, y sus hijos Manuel y María. También trabajó en obras de carpintería en la Cervecería Quilmes. 
Manuel da Silva, hijo, aprendió el oficio de su padre. Ocupó un importante puesto en la Cervecería y enseñó la especialidad en institutos de la zona. Con su es­posa, Elia Bertoia de da Silva, atesoró los diseños y maquetas de puertas, ventanas, escaleras rampantes, muebles, que realizó su padre don Manuel, cuyos originales existenten en edificios y casas de la ciudad; testimonio de una labor de más de 50 años.
Investigación Prof. Chalo Agnelli

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