Chalo Agnelli
Dice una canción “¡La vida te da sorpresas…!”, lo que
se puede completar con un axioma eslavo: “Cuando encuentres en el camino que
tomaste una bifurcación, tómala.” Esto podría aplicarse a la vida de Carlos
Enrique González Feilberg, que no fue de permanecer,
por el contrario lo suyo fue una búsqueda constante y minuciosa en todas las
cuestiones de la vida.
Nació en La Plata, el 22 de abril de 1947,
hijo de Carlos Enrique y de Dolores Formoso Beiró que murió siendo Carlos
Enrique muy pequeño. Vino con su familia a Quilmes a los 14 años. Su padre
ocupó varios cargos en la función pública; tuvo larga y fecunda actuación en la
Cooperadora Escuela de Enseñanza Secundaria Técnica Nº 4 "General
Enrique Mosconi”; fue concejal
del H.C.D. de Quilmes desde 1958 hasta 1962 y cofundador del Instituto Belgraniano
local.
Carlos estudió en “la
Mosconi” de donde egresó como Técnico Mecánico Nacional y su padre, que
trabajaba en la fábrica Ducilo lo hizo ingresar en la empresa en 1969,
iniciando su vida laboral. Se desempeñaba como asistente ingeniero. Allí ocupó
diversas funciones, incluso fue enviado en intercambio de tecnologías a Inglaterra
y Escocia por 66 días. Permaneció 23 años en la firma Dupont.
Pero su inquietud o
impaciencia lo llevaron a otras labores: maestro pastelero, camarero de
ferrocarriles, auxiliar de la estación de Hudson, vendedor e instalador de
alarmas, electricista…
EN BÚSQUEDA DEL
PERSONAJE
En noviembre de 1984, acompañando al fotógrafo Javier Livetti, quien por problemas de
salud había recibido del Dr. Carlos Pacula
la sugerencia que tomarse clases con el Dr. Florencio Amoroso, Carlos González
Feilberg se entusiasmó y resolvió iniciar él también la experiencia. Así comenzó
a desandar las “tablas” y en
abril de 1986, actuó en “Los de la
mesa 10” de Osvaldo Dragún, dirigido por
el Dr. Amoroso y puesta en escena en el Auditorio del “Circulo Médico de
Quilmes”. Al año siguiente, en noviembre, con el mismo elenco y la misma
dirección actuó en “OK. 60”, una recopilación
de escenas del teatro argentino de la década del `60, realizando distintos personajes,
como “Cacho” de la pieza “A que
jugamos” de Carlos Gorostiza. Tras esa experiencia, Amoroso lo ubicó
con el mismo papel en esa notable obra de Gorostiza que se puso en setiembre de
1988.
En octubre de 1989, Amoroso realizó una particular
experiencia con la obra “Los de la
mesa 10”, puesta en escena con seis parejas de distintas edades que
representaban a los personajes de José y María, con la intención de mostrar la
atemporalidad del amor.
En setiembre y octubre de1991, realizó el papel de “Don
Francisco”, en la obra “La Nona”,
de Roberto Cossa. Con la que se hicieron 10 funciones en el Auditorio del “Circulo
Médico de Quilmes” y una en la tradicional sala
Cristóforo Colombo de esta localidad, siempre con el elenco estable del “Círculo
Médico” y la dirección de Amoroso.
Dos años después, en junio de 1993, actuó con el personaje
de“el abuelo” en la obra “Gris
de ausencia” de Carlos Gorostiza, con el mismo grupo.
Siguió en 1994, con el rol de “Mario” en “El lugar”, también de Gorostiza
y en1995, fue “Esperando a Godot”
de Samuel Becket, con el personaje de “El
árbol”, donde alcanzó una actuación de amplio rédito emotivo, según
recuerda el mismo Dr. Amoroso. con quien Carlos González Feilberg se inició en
la teoría y la técnica teatral y con quien hizo escuela por la calidad de las
puestas de las que fue parte durante 10 años.
HACIENDO ESCUELA
Después de una participación frustrada en 1995, en marzo de
1996 su camino tomó otro rumbo con un nuevo director, nada más y nada menos que
el dramaturgo Leopoldo Russo, uno de los máximos maestros de actores que tuvo
Quilmes, quien había creado el elenco “El Partener” de la Comedia
Municipal, fue con la obra “Miembro
del Jurado” de Osvaldo Peletieri, que se puso en la sala de la Escuela
de Bellas Artes (hoy Casa de la Cultura) Integró en la misma la comparsa y tuvo
a su cargo la dirección de la escena “la pelea”. A partir de esta
experiencia prosiguió con el elenco con: “El
grito del pavo” de J. Anouilh (Titulo original “Ardele” o “La
margarita”) en el personaje de León, el General, año 1997; “El bizco” de Marta de Gracia, como “Esteban”, año
1998, y en “Cuarteto” de
Eduardo Rovner interpretó a Friedrich, también en 1998.
PAPA NÖEL
Ese año `98, el proceso de investigación personal que hace
el actor para descubrir a un futuro personaje a
representar, no ensoberbeció a Carlos y vivió una experiencia que podría
considerarse desopilante o abstrusa, pero oportuna en unir la pasión actoral
con los indispensables emolumentos parta la vida, obtuvo un contrato en “Correo
Argentino” para interpretar por 11 días, durante 8 horas diarias, el personaje
de “Papá Nöel”. La composición original de ese trabajo le valió un
distinguido reconocimiento de la empresa. El rol lo compuso a partir del “Don
Francisco” de “La Nona” y la imitación de dichos y
actitudes de quien fue su profesor de Tai Chi Chuan, a principios de la década
del 90.
EL GALPÓN
En 1999, comenzó la irrepetible experiencia de “El galpón” en la calle Tucumán
con el mismo elenco de “El Partener” que dirigía el maestro Russo, y Carlos
participó en la obra “El herrero y el
diablo”, basada en el famoso cuento de de Ricardo Güiraldes sobre
textos de Juan Carlos Gené, Jorge Curi y Mercedes Rein, en una versión del
mismo Leopoldo Russo; Carlos hizo el papel de “El Gobernador”. Este
mismo año del fin de siglo realizó un seminario de teatro con Manuel Iedvavnik. En mayo del año
2.000, integró el elenco de la obra: “Querido Tom”. Con esta obra se
cerró la sala municipal por refacciones hasta julio 2008.
UNIPERSONALES
Simultáneamente, entre 1998 y el 2002, animó presentaciones
de muestras fotográficas de Javier
Livetti, interpretando monólogos, fragmentos de textos teatrales y poemas,
como: “Reír llorando” de Juan
de Dios Pesa; el personaje “Aquiles” de la obra de Florencio Amoroso “Aquiles y Tetis”; fragmentos de
“El canto del cisne” de Anton
Pablovic Chejov; el monologo final de “Gris
de ausencia” de Carlos Gorostiza, etc.
LOZANO DANA Y…
En julio 2003, después de dos años en que se había propuesto
dejar la escena “para siempre jamás”, el dramaturgo Carlos Lozano Dana, abrió en
Quilmes, un restaurante-teatro, bautizado con el mismo título de uno de sus
mayores éxitos, “Amo y señor”. Fue así que la actriz Viviana Jeanneret
convocó a Carlos, quien luego, además de asistente de dicho autor y director
teatral en las piezas: “Crimen en el Country” y “El novio de mi marido”,
actuó en “Algo huele a podrido en Dinamarca”; todas obras de Dana.
Luego siguieron otros directores: Patricia Fort, Alejandro
Casagrande, Sebastián Suárez, Norberto Martín, Gustavo Castignola… otras obras:
“La cantina” y “Estación Quilmes” de Gustavo
Castignola, un espectáculo musical teatralizado escrito por el mismo
Castignola; “Los compadritos”
de Carlos Gorostiza; “Justo en lo
mejor de mi vida” de Alicia Muñoz;
¡Viva el teatro! tres
obras cortas, “La marquesa de
Larkspur Lotion” de Tennesse Willams, “Justo en lo mejor de mi vida” de Alicia Muñoz, y “La plaza” de Gustavo Castignola,
etc.; realizó cursos con Alan Robinson, Luciano Suardi, el chileno Ramón
Grifero, Mónica Salerno, Analía Couceiro…
“NIEVES DE PRIMAVERA”
Ya en vertiginosos y cotidianos ensayos prepara la obra “Nieves de Primavera”, de la que González
Feilberg es autor, pero además es el régisseur
de la puesta y realiza el personaje “Abo”,
secundado por los actores: Viviana Jeanneret,
Gladys Haydée Corbeto, Rodolfo Cánepa, Oscar Ercolani y Cristian Cremonte,
con la asistencia de dirección de su propia hija Celeste González Feilberg. La pieza nació de una vivencia personal
de su juventud y es su tercera obra: “El arte de la fuga” y “Cuestión
de género”.
Si bien la primera experiencia como director y actor, simultáneamente,
fue con la obra “El Cruce de La Pampa”
de Rafael Bruza, haciendo binomio con
Jorge Graffigna, presentada en Casa de Arte Doña Rosa en 2010, con la puesta de
“Nieves de Primavera” inaugura
su trayectoria como dramaturgo. La obra se estrenará el sábado 3 de agosto en Doña
Rosa, donde tendrá 6 representaciones de 3 sábados y 3 domingos consecutivos.
CRÍTICA CERTERA
Cuando cerró el telón del libreto, Carlos, inseguro de su
valor, se lo envió al maestro Leopoldo
Russo, quien hizo una juicio enjundiosa del mismo, destacando la precisión y
la complementariedad con que se sostienen los personajes unos con otros. Carlos
había pensado en Russo para el papel de “Abo”, pero una semana después
de esa crítica telefónica, este destacado maestro de actores y director sufrió
un accidente fortuito que a los pocos meses acabó con su vida, privando a
Quilmes de una de las figuras de mayor relieve en la historia teatral quilmeña.
Así fue que Carlos tomó el riesgo de asumir el papel, destinado a Russo, además
de la dirección, con todas las dificultades que implica asegurar la calidad y
realización del producto teatral (coordinar la investigación, la tramoya, el
vestuario, el “prop”, la iluminación, la actuación, el sonido) y además integrar
el staff.
Y MÁS EN LA CULTURAL:
Pero su multiplicidad de actividades no terminan en las
tablas del teatro ni en su trabajo como mecánico: fue coreuta, profesor de
Hansayoga; escribió 6 libros de autoayuda: ”Por ejemplo” (publicado),
“Trama y escape”, “Puer Aeternus”, (tomo I) “Fundamentos Humanos”,
(tomo II) “Fundamentos Cosmologicos”, “Vuelo de Paloma” y “El
Cristo que no conocía” (publicado); resultó campeón individual de ajedrez
en los años 1989 y 1990 de los torneos ínter industriales deportivos de la zona
sur, desde Avellaneda hasta La Plata e hizo retiros espirituales en monasterios benedictinos del país.
LA BIFURCACIÓN ACTUAL
Hoy, además de mediador con empresas contratistas de aire
acondicionado y calefacción (calderas), se desempeña en la Intendencia de la Cámara
de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, del Poder Judicial de la Nación.
Tiene 3 hijos: Grisel, Pablo y Celeste, cuatro nietos y una energía inusitada
para continuar avanzando por las bifurcaciones de la vida.
Entrevista Chalo Agnelli
Julio, 2013
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