LA CONTAMINACIÓN DE AYER
En las excavaciones realizadas para utilizar la tierra
en la fabricación de ladrillos, con las persistentes lluvias, propias de esta
costa rioplatense, se formaron verdaderas lagunas, que se extendían desde la calle Corrientes
hasta Entre Ríos y desde Vicente López hasta Bernardo de Irigoyen.
Además de puntos de esparcimiento para los niños y los jóvenes y el lavado de
caballos, se emplearon en maceración de cáñamo y lino para la fabricación de
sogas y cuerdas.
“El Quilmero” del domingo 11 diciembre de 1881, informa del lino depositado en la chacra de Risso. Y transcribe la nota del juez de paz, elevada al Dr. Wilde para que haga un análisis en situ pues los vecinos se quejaban de los malos olores que llegaban al pueblo desde esas aguadas.
“El Quilmero” del domingo 11 diciembre de 1881, informa del lino depositado en la chacra de Risso. Y transcribe la nota del juez de paz, elevada al Dr. Wilde para que haga un análisis en situ pues los vecinos se quejaban de los malos olores que llegaban al pueblo desde esas aguadas.
“Quilmes diciembre 2 de 1881. Médico de
policía doctor don José Antonio Wilde. Teniendo el infrascrito el conocimiento
que en las lagunas conocidas por ‘antiguo pisadero del horno de Risso’ hay en
inmersión una cantidad considerable de lino en rama inmerjido (sic) allí para
la primera preparación exigida por la industria de cabullería [1] a que se destina y
deseando saber si esta inmersión en unas aguas estancadas como las de dichas
lagunas que es indudable han de producir la descomposición inmediata de
aquella, es una amenaza a la salud pública. Me dirijo a usted para que sin
pérdida de tiempo y trasladándose si es necesario al lugar indicado informe
según su opinión facultativa al efecto. Saluda a Ud. Ramón F. de Udaeta.”
Luego transcribe los resultados a los que llegó el Dr. Wilde como integrante del Concejo de Higiene.
Luego transcribe los resultados a los que llegó el Dr. Wilde como integrante del Concejo de Higiene.
Quilmes
diciembre 2 de 1881. Don José Antonio Wilde doctor en medicina. En virtud del
exhorto que antecede expongo que me dirijo acto continuo al punto indicado. En
dos de las lagunas se practicaba el aireamiento o maceración de una cantidad de
mazos de lino habiéndose dado principio al trabajo desde hace ocho días. El
agua en dichas lagunas se presentaba turbia y cenagosa debido al movimiento que
ha sufrido su fondo barroso, pero no despide olor alguno ofensivo que
indujese a suponer que haya adquirido
propiedades deletéreas, también era inodoro el que hice sacar en pequeña
cantidad y pude apreciar más inmediatamente, lo que indica que no había una
alteración inestable en dicho líquido. La operación de macerar el cáñamo (Cannabis sativa Anea) o el lino que
como se sabe tiene por objeto separar el ‘líber’ o la hilaza de la parte leñosa
se efectúa en ríos, estanque, albercas, balsas o acequias. La cuestión es si el
cáñamo, el lino o el agua en que se remojan estos pueden inficiar el aire […] en otros
varios pueblos donde se sembraba y maceraba el cáñamo gozan de envidiable buena
salud. A pesar de los dichos y a pesar de las aseveraciones más modernas de
Parent Lachatelet quien ha reproducido el mismo dictamen que el médico se dan
juicios todavía más recientes, de opinión mas generalizadas entre los
higienistas, induciría a creer que el enriamiento comunica al agua propiedades deletéreas
y engendran emanaciones que vician el aire y ocasionan enfermedades febriles.
Parece evidente que el aireamiento del cáñamo y del lino debe hacerse
preferentemente en aguas corrientes mejor que en aguas detenidas. […]
(Sigue con otras especificaciones higienistas y técnicas y concluye enumerando
las conclusiones) […] 1º Los beneficios
del cáñamo y del lino es nuevo en nuestro país y que si bien nada debe
sobreponerse a la salud pública, las prescripciones higiénicas no son la
suprema ley conviene aplicar todos los medios posibles que contribuyan con el
bienestar de los habitantes. 2º Que el trabajo emprendido solo durará, según el
encargado, dos semanas. 3º Que la extensión del terreno despoblado que rodea el
punto en que se encuentra la maceración y los fuertes vientos que reinan a más
de la temperatura poco elevada que hasta ahora se nota son otras tantas
garantías de seguridad. 4º Que el encargado ha ofrecido hacer el drenaje de las
lagunas servidas a la conclusión del trabajo. (Firma) José Antonio Wilde.”
En “El Quilmero” del 9 de diciembre de 1881 hay una nota titulada “El Pudridero”, del Sr. N. Forrester, propietario de ese lino que se estaba aireando (pudriendo) en la chacra de Risso que arrendaba con ese fin, como había hecho antes la firma Onetto para fabricar ladrillos. La nota publicada como solicitada era para justificar de un modo monetarista la existencia de ese foco de enfermedades y está dirigida a Francisco Uriburu, [2] y dice que en las trece cuadras cultivadas cerca de la estación Bernal (error geográfico) el monto de la cosecha se calcula en 80 toneladas inglesas de fibra que darán un rinde de $ 31.232. El título de la nota, sin duda es de Pedro Giménez muy agudo con sus conceptos cuando se trataba de capitales de dudoso acumulo. Historias similares se repiten hoy cuando quienes privilegian la acumulación de capitales lesiona el ecosistema, perjudicando consecuentemente la salud del ciudadano.
La fracción de la quinta de Risso circundada por las calles Vicente López, C. Pellegrini, A. Baranda y Corrientes fue adquirido por el señor Fornaroli. A fines del siglo XIX, paralela a Vicente López, desde C. Pellegrini hasta 12 de Octubre, en la vereda oeste, a unos metros de la calle había una zanja poco profunda de 8 a 10 metros de ancho bordeada de sauces que cuando tenían agua tomaba el aspecto de un arroyuelo. Aún no estaban abiertas las calles Córdoba, Corrientes y Entre Ríos, pero había algunos precarios puentes de madera instalados por Onetto y luego por los Fornaroli.
Cuando las lluvias eran abundantes, el arroyuelo desbordaba e inundaba la calle Vicente López haciéndola intransitable.
En “El Quilmero” del 9 de diciembre de 1881 hay una nota titulada “El Pudridero”, del Sr. N. Forrester, propietario de ese lino que se estaba aireando (pudriendo) en la chacra de Risso que arrendaba con ese fin, como había hecho antes la firma Onetto para fabricar ladrillos. La nota publicada como solicitada era para justificar de un modo monetarista la existencia de ese foco de enfermedades y está dirigida a Francisco Uriburu, [2] y dice que en las trece cuadras cultivadas cerca de la estación Bernal (error geográfico) el monto de la cosecha se calcula en 80 toneladas inglesas de fibra que darán un rinde de $ 31.232. El título de la nota, sin duda es de Pedro Giménez muy agudo con sus conceptos cuando se trataba de capitales de dudoso acumulo. Historias similares se repiten hoy cuando quienes privilegian la acumulación de capitales lesiona el ecosistema, perjudicando consecuentemente la salud del ciudadano.
La fracción de la quinta de Risso circundada por las calles Vicente López, C. Pellegrini, A. Baranda y Corrientes fue adquirido por el señor Fornaroli. A fines del siglo XIX, paralela a Vicente López, desde C. Pellegrini hasta 12 de Octubre, en la vereda oeste, a unos metros de la calle había una zanja poco profunda de 8 a 10 metros de ancho bordeada de sauces que cuando tenían agua tomaba el aspecto de un arroyuelo. Aún no estaban abiertas las calles Córdoba, Corrientes y Entre Ríos, pero había algunos precarios puentes de madera instalados por Onetto y luego por los Fornaroli.
Cuando las lluvias eran abundantes, el arroyuelo desbordaba e inundaba la calle Vicente López haciéndola intransitable.
Sociedad de Artesanos de La Colonia, propiedad construida y donada a la comunidad por don Santiago Valerga. En la puerta su hijo Carlos D. Valerga. (esquina de la actual calle Perón (ex Córdoba) y Vicente López)
La Soc. de Artesanos de La Colonia, hoy.
La Soc. de Artesanos de La Colonia, hoy.
LAGUNAS,
CAVAS Y AGUADAS
Continúa su relato recogido de la historia oral el Prof. Manuel Ales, refiriéndose a las lagunas o aguadas. Eran excavaciones para obtener tierra para la fabricación de ladrillos, que con las reiteradas lluvias propias de la zona, no tardaron en transformarse en verdaderas lagunas. La más renombrada era “La Laguna de Risso”, en las tierras de Celestino Risso, ubicada, aproximadamente, desde Bernardo de Irigoyen a Vicente López y de la calle Perón a Corrientes. Allí comenzaba la quinta de Fornaroli que tenía un gran depósito de agua en la esquina de Corrientes y Sáenz Peña utilizada para regar sus cultivos a través de acequias.
Otra laguna, también en los terrenos de Risso, estaba junto a la calle 12 de Octubre entre Bernardo de Irigoyen y M. Quintana, 20 metros hacia el norte. Como llegaba hasta la casa de la familia Celasco, se la conocía como “La Laguna de Celasco”.
La tercera era “La Laguna de Rivas y Montaldo” ubicada, aproximadamente, desde Baranda hasta Larrea y desde 1º de Mayo a B. Pérez Galdós.
En la manzana comprendida entre las calles Rodolfo López, Andrés Baranda, Bombero Sánchez y T. de Alvear se formaba una laguna con las aguas que, después de las lluvias, venían de la zona que hoy es Villa Armonía. Esta propiedad acuática era de la familia Giaimo, por esto la llamaban “La Laguna de Giaimo”.
Continúa su relato recogido de la historia oral el Prof. Manuel Ales, refiriéndose a las lagunas o aguadas. Eran excavaciones para obtener tierra para la fabricación de ladrillos, que con las reiteradas lluvias propias de la zona, no tardaron en transformarse en verdaderas lagunas. La más renombrada era “La Laguna de Risso”, en las tierras de Celestino Risso, ubicada, aproximadamente, desde Bernardo de Irigoyen a Vicente López y de la calle Perón a Corrientes. Allí comenzaba la quinta de Fornaroli que tenía un gran depósito de agua en la esquina de Corrientes y Sáenz Peña utilizada para regar sus cultivos a través de acequias.
Otra laguna, también en los terrenos de Risso, estaba junto a la calle 12 de Octubre entre Bernardo de Irigoyen y M. Quintana, 20 metros hacia el norte. Como llegaba hasta la casa de la familia Celasco, se la conocía como “La Laguna de Celasco”.
La tercera era “La Laguna de Rivas y Montaldo” ubicada, aproximadamente, desde Baranda hasta Larrea y desde 1º de Mayo a B. Pérez Galdós.
En la manzana comprendida entre las calles Rodolfo López, Andrés Baranda, Bombero Sánchez y T. de Alvear se formaba una laguna con las aguas que, después de las lluvias, venían de la zona que hoy es Villa Armonía. Esta propiedad acuática era de la familia Giaimo, por esto la llamaban “La Laguna de Giaimo”.
Avenida Triunvirato desde Andrés Baranda hacia el oeste (circa 1950) Dibujo de Rosa Dolabjian.
Investigación Prof. Chalo Agnelli
Docente, escritor, historiador y bibliógrafo
Autor del libro arriba mencionado de donde se tomó
este texto.
FUENTES
Agnelli, Héctor. "La Colonia de Valerga - Historia
Social del Segundo Barrio de Quilmes - 1874/1974 – Historia social del segundo
barrio de Quilmes" Ed. Tiempo Sur. Quilmes, 2010
VER
1º nota LA COLONIA. ORIGEN CATASTRAL. LOS PRIMEROS
CHACAREROS http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-origen-catastral-los.html
2º nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E INSTITUCIONALIZACIÓN http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-evolucion-catastral-e.html
3º nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE ONETTO - LOS RISSO
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-la-chacra-de-risso-y-el.html
NOTAS
[1] Cabullería es el arte de hacer y deshacer correctamente nudos, lazos, piñas, amarres y empalmes, mediante el empleado de cuerdas. El nudo es un lazo que se estrecha y cierra de tal modo, que mientras se tira de los cabos, mas se ajusta.
[2] A cargo del Ministerio de Hacienda durante el Gobierno de Miguel Juárez Celman.
2º nota LA COLONIA - EVOLUCIÓN CATASTRAL E INSTITUCIONALIZACIÓN http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-evolucion-catastral-e.html
3º nota LA COLONIA - LA CHACRA DE RISSO Y EL HORNO DE LADRILLOS DE ONETTO - LOS RISSO
http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/10/la-colonia-la-chacra-de-risso-y-el.html
NOTAS
[1] Cabullería es el arte de hacer y deshacer correctamente nudos, lazos, piñas, amarres y empalmes, mediante el empleado de cuerdas. El nudo es un lazo que se estrecha y cierra de tal modo, que mientras se tira de los cabos, mas se ajusta.
[2] A cargo del Ministerio de Hacienda durante el Gobierno de Miguel Juárez Celman.
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