"Vieja calle de mi barrio
donde he dado el primer paso;
vuelvo a vos, gastado el mazo...
Es inútil, barajar..."
por Chalo Agnelli
Quilmes abrió una impronta abisal y copiosa en la música popular. Muchos nombres se hicieron
4x4 en el tararear de sus padres. Hubo uno que, además, creció hacia todo el
ámbito del país y salto
algunos ríos y otros mares y se hizo clásico, Gorrindo.[1]
Pancho Gorrindo con su esposa Emma Lepanti, el actor Roberto Amigo y Rodolfo Zenner, figura del radioteatro "El Mundo". (Circa 1962. Foto Alcibíades. Periódico "El Periodista", 1983) |
COMIENZOS
El primer tango de Gorrindo, que llegó al público, fue Perdón de muerta, con música del guitarrista Pablo Rodríguez, esposo de Mercedes Simone. Tenía 20 años de edad. Lo grabó el 11 de febrero de 1931. Siguieron Miserere, con música de Miguel Padula y Vida perra con música de Rafael Rossi. Tales composiciones no le proporcionaron dinero ni fama; tampoco fueron sus objetivos obtener esos dos farsantes de la vida, como él los calificaba, hasta que produjo uno de los grandes clásicos de la historia del tango, Las cuarenta.
EL ÉXITO
Roberto Grela en 1936, compuso la música de Las cuarenta, sobre los versos de Gorrindo. Luego, Azucena Maizani lo lanzó a la fama a comienzos de 1937, en el teatro "Nacional", y lo llevó al disco el 8 de noviembre de ese año. En una actuación realizada en General Pico, La Pampa, fue estrenado por el chansonnier Fernando Díaz. Más tarde fue interpretado en Radio Belgrano por Azucena Maizani, Charlo, Jorge Omar, Roberto Maida con la orquesta de Francisco Canaro, Alberto Serna y casi todos los cantores más afamados de esos años. [2]
A principios de 1937, Charo le grabó Novia, con música de Francisco Rofrano; en esos versos no hay escepticismo, ni aspereza, ni rebeldía; la temática es el amor y la esperanza.
Gorrindo le entregó la letra de su tango Paciencia al Rey del Compás, D'Arienzo que le compuso la música y lo grabó el 29 de octubre de 1937, con la voz de Enrique Cabal; alcanzando extraordinario sensación.
El año 1938, fue próspero en su carrera de autor, escribió Déjame ser así, con música de Enrique Rodríguez, quien lo grabó con su orquesta y la voz de Roberto Flores. El 28 de junio de ese mismo año, Mercedes Simone le interpretó Verano con música de Joaquín Mauricio Mora. E inmediatamente, Gólgota, musicalizado por el pianista Rodolfo Biagi, con la voz de Teófilo Ibáñez; siempre en 1938, el mismo tango quedó impreso en otra placa discográfica, esta vez la de Francisco Lomuto y Jorge Omar como intérprete.
LA FAMA
Desde la década del ‘40 en adelante, trascendieron pocos títulos: La vida es corta con música de Ricardo Tanturi y la voz de Alberto Castillo; Magdala con música de Rodolfo Biagi, uno de sus más entrañables amigos.
De allí en más Gorrindo siguió escribiendo y conquistando fama y derechos de autor. Sus letras son más de setenta y entre ellas muchos clásicos, aparte de Las cuarenta: Dos guitas (Juan D'Arienzo), Magdala (Rodolfo Biagi), Mala suerte (Francisco Lomuto), Paciencia (Juan D'Arienzo). Charlo grabó Las cuarenta, además de Mala suerte y Novia; Magaldi, Paciencia, lo había estrenado con D'Arienzo; la voz de Enrique Carbéi y Julio Sosa, Mala suerte.
Orquestas e intérpretes se disputaban las letras de Gorrindo pues reflejaban realidades muy cercanas al común de la gente que se las apropiaba fácilmente y no faltaba ama de casa, obrero, transportista, todo tipo de trabajador que no versara en murmullo esas letras. Y así como se sentía en las composiciones de Discepolín tenían un transfondo ontológico, que rondaba la condición humana.
QUILMES SIEMPRE QUILMES
Gorrindo, a pesar de que su vida artística se centraba en Buenos Aires, nunca dejó Quilmes. Su vida transcurría transitando las madrugadas, en un cotidiano contacto con el ambiente tanguero y cumpliendo con su trabajo de empleado municipal.
Se casó con Emma Lepanti con quien tuvo tres hijos: Sonia Norma, Martha Edith y Juan Carlos. En su querida ciudad donde llegó a la vida, murió el 2 de enero de 1963, pero sus versos, sus tangos y una calle de su amado Quilmes retienen su recuerdo. En su necrológica, el diado El Sol dijo que “Pancho Gorrindo, como le llamaban los amigos, fue una expresión auténtica del soñador”. Su esposa Emma Lepanti lo recordaba como “muy, pero muy desordenado con respecto a su producción; lo mismo sucedió con los discos, la mayoría de ellos regalados a sus amigos.”
Junto a la obra homenaje, la señora Emma Lepanti de Gorrindo, esposa del poeta, Domingo Andanese, fileteador, don Alcibíades Rodríguez su hijo Jorge Rodríguez Lissa y "Chato" Agrave. (Quilmes Generando Cultura, diciembre 1997)
GORRINDO ESQUINA TANGO [3] El 5 de octubre de 1997, coincidente con el día del nacimiento de Francisco Froilán Gorrindo, se realizó en la esquina de la calle que lleva su nombre y Pringles de Quilmes, un merecido homenaje a este destacado vecino. El acto consistió en la colocación de una placa fileteada, recordando una de sus sentidas letras y un sobrerelieve con el rostro del artista realizado por el maestro fileteador Domingo Andanese.
Junto a la obra homenaje la señora Emma de Gorrindo, esposa del poeta, el mencionado maestro Andanese, don Alcibíades Rodríguez, su hijo Jorge Rodríguez Lissa, "Chato" Agrave y la ex concejala Ignacia Scacchi, autora del proyecto de denominar con el nombre de Francisco Froilán Gorrindo a la citada arteria.
El cantor César Conci, Oscar González, de la comisión organizadora y el comunicador social Bruno Conti. |
A partir de este acto, la intersección de esas calles tiene una nueva denominación: "Gorrindo esquina tango", un lugar para el recuerdo, para el reconocimiento y la visita obligada de quienes admiran y difunden a este autor tanguero por excelencia.
LAS CUARENTA
Con el pucho de la vida apretado
entre los labios,
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar:
Vieja calle de mi barrio donde he dado el primor paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar,
con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.
Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.
Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!
La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron;
cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar;
la experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo...
Toda carta tiene contra y toda contra se da!
Hoy no creo ni en mí mismo. .. Todo es grupo, todo es falso,
y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho,
me vieras pasar del brazo con quien no debo pasa
la mirada turbia y fría, un poco lerdo el andar,
dobló la esquina del barrio y, curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno esto se le oyó acusar:
Vieja calle de mi barrio donde he dado el primor paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo en inútil barajar,
con una llaga en el pecho, con mi sueño hecho pedazos,
que se rompió en un abrazo que me diera la verdad.
Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra, sé del beso que se da;
del amigo que es amigo siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata uno vale mucho más.
Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!
La vez que quise ser bueno en la cara se me rieron;
cuando grité una injusticia, la fuerza me hizo callar;
la experiencia fue mi amante; el desengaño, mi amigo...
Toda carta tiene contra y toda contra se da!
Hoy no creo ni en mí mismo. .. Todo es grupo, todo es falso,
y aquél, el que está más alto, es igual a los demás...
Por eso, no has de extrañarte si, alguna noche, borracho,
me vieras pasar del brazo con quien no debo pasa
Compilación
e investigación Chalo Agnelli
Quilmes, 1998 - 2015
Quilmes, 1998 - 2015
REFERENCIAS
[1] Francisco
Gorrindo - Semblanza por Gaspar Astarita
http://www.todotango.com/creadores/ficha/46/Francisco-Gorrindo/
[2] Jorge "Jorfer” Fernández “El Tango, Tema Popular de los Argentinos en la Tarea de Froilán F. Gorrindo” Su Vida y su Obra. http://www.clubdetango.com.ar/articulos/gorrindo.htm
[2] Jorge "Jorfer” Fernández “El Tango, Tema Popular de los Argentinos en la Tarea de Froilán F. Gorrindo” Su Vida y su Obra. http://www.clubdetango.com.ar/articulos/gorrindo.htm
1 comentario:
Lamentable que nos lo haya dicho Don Francisco Gorrindo y D. Roberto Grela, allá por 1937.
Pero los soñadores no les creímos y suponíamos que el porvenir sería mejor. ¡¡¡Que fiasco!
Tango, por Héctor Mauré <=Clic
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