lunes, 16 de marzo de 2015

DESDE BERNAL A LA ETERNIDAD - 5ª NOTA (COLABORACIÓN)



"LA VIDA PASA Y SE LLEVARA PARTE DE NUESTROS RECUERDOS, PERO JAMAS SE LLEVARA NUESTRA HISTORIA" 
(Claudio Schbib)
Continuamos acompañando al periódico Perspectiva Sur en la publicación de esta reseña histórica sobre la aventura aérea en Quilmes que viene realizando el Lic. Juan C. Benavente. Esta es la 5ª nota al respecto que salió el lunes 9 de marzo.
En los comienzos de la aeronavegación en la Argentina funcionó una importante aeroestación en Bernal, en lo que hoy es la plaza Pampero II. En lo que sigue, una breve reseña de esa historia.
Por Juan C. Benavente
Jorge Newbery
"El Pampero ascendió lentamente, e impulsado por el viento se desplazó hacia el Río de la Plata cruzándolo a 2000 m. de altura, recalando dos horas más tarde en la localidad uruguaya de Conchillas".
Aarón de Anchorena y Jorge Newbery, aquella mañana del 24 de diciembre de 1907, partieron desde la Sociedad Sportiva Argentina inaugurando un ciclo de ferviente actividad aerostática (vuelo con globos) que preparó el terreno e inició en el vuelo a muchos de los pioneros de la aeronáutica nacional. Esa histórica ascensión, impulsó definitivamente la creación del Aéro Club Argentino un mes después.

Entre 1910 y 1916 el Aéro Club expidió treinta y cinco brevets de pilotos aeronautas, entre los que se encontraban el quilmeño por adopción Eduardo Bradley y el de Francisco Sánchez, de destacada actuación en el aeródromo de Quilmes.
AEROESTACIÓN BERNAL
No siempre era posible contar con la cantidad y calidad de gas de alumbrado necesario para inflar los globos en la Usina de Belgrano

(Capital Federal). Esa planta productora y de almacenamiento de gas poseía tres gasómetros.
Para la actividad aérea, había que utilizar el gas conforme a su producción, de lo contrario los costos ascenderían tanto más que los récords aéreos, a pesar de que el gas se ofrecía con importantes descuentos para alentar y apoyar a la pujante actividad aerostática.
En 1912 se inauguró la Usina de Bernal, que era productora de gas de alumbrado y tenía un solo gasómetro; allí se obtuvo una mayor purificación, más óptima para las exigencias de la actividad aérea.
No obstante ello, recién el 22 de agosto de 1916 Bernal se consagra como Parque Aerostático, utilizándose un predio del entonces Ferrocarril del Sud (hoy Plaza Pampero II, junto a las vías del FF.CC.) registrándose desde allí 24 ascensiones entre 1916 y 1919.
El predio existe actualmente y en uno de los antiguos edificios de la compañía de gas, que sobrevivió a la demolición, funciona el Centro Cultural Pampero.
Años antes, en 1910, el ingeniero Alberto Mascías descendió en Quilmes con el globo Buenos Aires; tres años después Eduardo Bradley en varias oportunidades ganó altura desde Bernal.
El 9 de noviembre bate la marca de distancia en el vuelo Bernal -Tandil (396 km); al mes siguiente hace lo propio con la marca de altura en la travesía Bernal - Dolores, en la cual alcanza los 4600 m.
Lejos de conformarse, este intrépido pionero bate la marca sudamericana de altura el 8 de marzo de 1914, al ascender nada menos que a 6050 m, en el trayecto Quilmes-Bernal, acompañado por Julio Crespo Vivot y a bordo del globo Centenario, un aeróstato de 1.600 m3 de volumen.
Años después, Bradley recordó: "Fue después de obtener ese récord de altura que concebí la idea de cruzar por sobre los Andes en globo; sirvióme de base para la proyectada ascensión la realizada en un aeróstato relativamente pequeño y con gas de alumbrado, con el cual había obtenido una buena altura, haciéndome pensar que en un globo mayor y con hidrógeno se llegaría a la realización de la tan anhelada prueba."
Coherente con su propósito, era necesario adquirir más experiencia.
Desde Bernal, Bradley llega a los 7000 m. de altura en abril de 1915 y rompe las marcas de permanencia y distancia en octubre del mismo año con el Pampero II, uniendo Bernal-Concordia y Bernal-Sao Leopoldo (Brasil).
Cuando percibió que las condiciones y el entrenamiento estaban encaminados, y que el salto a los Andes no era imposible, Bradley participó su proyecto al entonces teniente Ángel María Zuloaga: "Di a conocer mi proyecto al teniente Zuloaga, quien quiso compartir los laureles del triunfo o las consecuencias de la derrota que serían, sin duda alguna, la muerte".
EL VUELO DE LOS CABEZAS DURAS
El globo ascendía, por fin, mientras sus tripulantes eran saludados por la multitud.

"¡Adiós, cabezas duras!" fue lo último que escucharon Bradley y Zuloaga a bordo del Eduardo Newbery, en la mañana del 24 de junio de 1916, cuando iniciaron el primer cruce de los Andes por aire, desde Santiago de Chile. Luego de tres horas y media de vuelo, con un duro aterrizaje digno de Hollywood, llegaron a Uspallata.
El sueño se cumplió; la Aeroestación de Bernal fue fundamental no sólo en esta empresa, sino que gravitó en el desarrollo de toda la actividad aerostática nacional.
Juan C. Benavente es integrante de la Sala Histórica del Área de Material
Quilmes; cronista de la aviación local y co autor de la investigación junto a Italo Nonna. Para contactarse con los autores, se agradece escribir a: juantartico@gmail.com)
Compilación y compaginación Chalo Agnelli

FUENTE
Perspectiva Sur

No hay comentarios: