DE MUJER A MUJER
Chalo Agnelli
La profesora Guillermina Sors de Tricerri fue la primera historiadora argentina que hizo
una investigación de un pueblo originario desde
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Guillermina Sors |
una perspectiva americanista de la historia con una impecable rigurosidad documental y
analítica. Todos los 14 de setiembre se recuerda a la cacica Isabel Pallmay, transcribo a continuación una compilación del pleito que esta mujer quilme siguió para que sean reconocidos su cacicazgo. El expediente original que la historiadora platense consultó se halla en
el Archivo General de la Nación, división colonial, sección gobierno;
“Tribunales”, letra F, expediente Nº 5. Con copia en su libro, “Quilmes Colonial”. Nota 60. PP 46, 47 y 48. Edición del Archivo de la Provincia de Buenos Aires. 1937.
Esta era la placa que recordaba a Isabel Pallamay. Se
hallaba en el monolito que sostiene la waca realizada por Teófilo
Yapura con una piedra de la Ciudad Sagrada del Valle del Yocavil. Hace
unos años la placa de cerámica fue destruida. En el año 2014 quienes honramos la memoria de nuestros fundadores
bregamos por su restitución. Isabel Pallamay, primera
mujer cacica de los quilmes entre 1708 y 1718.
Monolito a los quilmes
RESTITUCIÓN
“Recuperación y Respeto a la Identidad Indígena”
El 14 de septiembre de 2018 se realizó la reposición de la placa en
conmemoración a la primer cacica de Quilmes Isabel Pallamay, en la Plaza San
Martín, Mitre y Rivadavia en Quilmes Centro.
Esta actividad, se enmarcó en el ciclo
denominado “Recuperación y Respeto a la Identidad Indígena” declarada de
interés municipal; por tal motivo desde el área de Pueblos Originarios,
dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de
Quilmes, a cargo del Dr. José Estevao, en forma conjunta con la Mesa de
Coordinación Indígena de Quilmes, realizó dicho homenaje, comenzando con una
ceremonia andina (con un K´oa comunitario) en la waca (lugar sagrado de los
Quilmes), encabezado por los Amautas Kantuta y Rimarachi.
Posteriormente, la profesora Ana María
Franceschini, y alumnos de la E.E.T. Nº 2 “Paula Albarracín de Sarmiento”, de
Bernal, colocaron como es tradición, en forma de ofrenda, claveles rojos en las
rejas de la Catedral de Quilmes a quien ha sido la primera mujer en acceder a
un cacicazgo en territorio sudamericano y cuyos restos fueron sepultados en ese
sitio donde otrora estaba el cementerio indio.
Entre otras personalidades se contó
con la presencia del periodista Dardo Abbatista perteneciente a la Asociación
Civil “Maizales”, la cual estableció el 14 de setiembre, para repetir anualmente este merecido tributo; representantes de la
Asociación Historiadores Los Quilmeros, de la Junta de Estudios Históricos de
Quilmes y de la Biblioteca Popular Pedro Goyena. (Diario 5 Días, periodismo del
Sur Https://www.diario5dias.com.ar)
LA CACICA QUILME ISABEL PALLAMAY
EL PLEITO
“En
1692 se presentaba ante el Gobernador Robles el Protector de Naturales
en nombre de Agustín Filca, manifestando que recientemente había
fallecido Juan Pallamay, primo de este y heredero del cacicazgo de los
quilmes por muerte de su padre Francisco Pallamay; que Juan Pallamny, no
había ejercido el mando por ser menor de edad, razón por la cual había
sido sustituido interinamente por su tío Pedro Aquinchay; y que el
cacicazgo pertenecía a su representado, pues en su carácter de primo
hermano de Juan Pallamay tenía los mejores derechos.
Vistas
las pruebas presentadas, Robles decidió declarar a Filca cacique
principal de los quilmes. Con tal investidura fallecía en el año 1703,
siendo aún menor de edad su hijo Ignacio y en consecuencia el gobernador
Alonso Juan de Valdés entregaba el mando, interinamente, a Miguel de
Santiago.
En
estas circunstancias se originó el pleito, pues se presentó Isabel
Pallamay alegando que Agustín Filca había usurpado sus derechos, pues
por muerte de Juan Pallamay, debió recaer en ella el cacicazgo, como
hermana del mismo y única hija de Francisco Pallamay.
La
primera presentación de Isabel Pallamay fue en 1704, siendo sostenido
su derecho por el Protector de Naturales, quien en su segunda
presentación expuso que adjuntaba tres certificados expedidos por otros
tantos curas de la reducción (Izarra, Ladrón de Guevara y Rivadencira),
en los que constaba que Francisco Pallamay tuvo por únicos hijos a los
nombrados Juan e Isabel y que esta resultaba en consecuencia la única
heredera legítima al cacicazgo.
A
estas afirmaciones contestó el cacique interino Miguel de Santiago,
sosteniendo el mejor derecho de Ignacio Filca, a quien sustituía y
agregando que Isabel Pallamay había perdido toda posibilidad de heredar
al contraer matrimonio con el indio de mita (1) Martín Salchica.
El escribano real Juan de la Cámara fue encargado de verificar la exactitud de las aseveraciones de Isabel Pallamay.
Cumplido
su cometido, afirmó que en los padrones constaba que de 1667 a 1671 fue
empadronado como cacique de los quilmes Martín Iquín; que en los de
1672 a 1686 fue empadronado por cacique Francisco Pallamay, padre de
Juan e Isabel, únicamente; que de 1686 a 1690 fue cacique Juan Pallamay,
sin que ejerciera el cargo por ser menor de edad; y que desde 1693
hasta 1702 se em¬padronó como cacique a Agustín Filca, llamado también
Agustín de España. (2)
Ante
estas irrefutables pruebas alegó la parte de Filca que debían ampararse
los derechos de este, pues era el pariente más próximo de Juan Pallamay
por línea de varón, bajo cuyo concepto se le había reconocido cacique
en 1692.
A
esto contestó el Protector de Naturales afirmando que Isabel Pallamay
era la única heredera legítima porque en las leyes recopiladas se
ordenaba ‘que en la sucesión de los cacicazgos se debía guardar la
herencia de los hijos’; que si se había entregado el cargo a Filca en
1692, debía entenderse que fue solamente hasta que Juan o Isabel
tuvieran edad; y que era inexacto que la última hubiese perdido su
derecho al casarse con mitayo.
En
estas circunstancias se llamó a las partes a prueba, presentando la de
Isabel una información con la que quedó establecido, de acuerdo con los
padrones, que Francisco Pallamay fue cacique quilme y padre de Isabel y
Juan, muerto este último menor de edad.
En
vista de tal prueba, la parte de Filca arguyó que Francisco Pallamay
era hijo de un hijo del cacique fundador de la reducción, Martín Iquín, y
de una india común, por cuyos motivos, conforme a la ley que observaban
los quilmes desdé el tiempo de los Incas, había perdido todo derecha al
cacicazgo, pues para conservar la nobleza de su descendencia los
caciques debían casarse con mujeres nobles; y agregó que no obstante
ello se le había nombrado cacique por haber muerto todos los hijos de
Martín Iquín, y por ser aún menor de edad Agustín Filca, es decir quien
tenía
derecho al cacicazgo.(3)
Para
probar esto solicitó que se actuara una información conforme a un
interrogatorio que presentó. Las respuestas formuladas a este
interrogatorio son muy interesantes por cuanto se refieren a la dinastía
de los quilmes desde tiempo anterior a la conquista de Mercado y
Villacorta.
Según
tales respuestas, en Calchaquí gobernó a la Nación Quilme el cacique
Sacanay, padre de los indios Martín Iquín, Juan de España y Aymacha,
quien murió en Calchaquí.
LINAJE QUILME
En
el momento de rendirse a los españoles gobernaba Martín Iquín, cuyo
hijo Aychagua se casó con mujer común, naciendo de este matrimonio
Francisco Pallamay, quien no tenía derecho al cacicazgo pues era
costumbre entre los quilmes que sus caciques, para conservar nobleza,
debían casarse con mujeres nobles. A pesar de ello se le dio el cargo
por no haber dejado hijos Martín Iquín y por ser menor de edad quien
tenia derecho al mismo, o sea Agustín Filca o de España.
En
vista de esta información el defensor de Isabel Pallamay expuso que se
probaría la ninguna razón de lo afirmado por los testigos cuando se
recorriesen los pa¬drones del pueblo hechos durante el cacicazgo de
Francisco Pallamay, pues en estos documentos se observaría que este se
hallaba empadronado como legitimo cacique y Filca como mitayo de edad
competente para el cacicazgo, lo que era muy significativo pues en los
padrones se registraba como cacique al que tuviera derecho, fuese o no
menor de edad.
Agregó
que no tenía ninguna importancia el hecho de que Francisco Pallamay
fuese hijo de india común, pues no perdía por eso el derecho que de su
padre provenía, y que no importaba tampoco que el mismo hubiese sido
mitayo, pues todos los hijos de caciques lo eran, excepto el mayor, y
muerto el mayor le sucedía el siguiente.
Habiendo
comprobado en los padrones las aseveraciones antecedentes en cuanto se
referían al hecho de que Francisco Pallamay había sido empadronado como
legítimo cacique y Agustín Filca, simultáneamente, por mitayo y teniendo
en cuenta que en la sucesión de los cacicazgos debía observarse lo
mismo que en la de los demás bienes se declaró el 27 de octubre de 1708
que debía suceder a Francisco Pallamay su hija Isabel, y que se pondría
en posesión del cargo a ella y su esposo Martín Salchicha quien
administraría el cacicazgo.
DERECHO CONSUETUDINARIO
Como
se habrá observado, el expediento que se acaba de extractar es de una
gran importancia para la historia de la reducción de los quilmes, tanto
por la información que suministra con respecto a la sucesión de los
caciques del pueblo, como para aportar datos de interés con respecta a
la debatida cuestión sobre un dominio de los Incas en las tierras del
Tucumán colonial a la época de su conquista por los españoles. En
efecto, se habla en este expediente, como se ha visto, de costumbres y
leyes observadas por los quilmes desde el tiempo de los Incas.
Estatua al Indio Quilme que se hallaba en la Ribera, Av. Augusto Otamendi y Doroteo Yoldi, destruido totalmente por un automóvil en 2017. Otro desarraigo para nuestro Pueblo Fundador
JARDÍN ISABEL PALLAMAY
El 7 de octubre de 2011 se bautizó "Isabel Pallamay"
al Jardín de Infantes Nº 922, ubicado en la calle Madame Curie 1780 de
Quilmes Oeste. Estuvieron en la ceremonia además de toda la comunidad,
alumnos, padres, su directora la señora Alicia Frodiani, el Intendente
Francisco Gutiérrez y la Inspectora Jefe de la Región Educativa, señora
Nancy Espósito.
Profesor Chalo Agnelli 31/8/2015 - 1/3/2021
NOTAS
1.-
La Mita era un servicio público obligatorio para los aborígenes
tributarios. Era agraria, minera, pastoril, de servicio doméstico o de
obrajes y consistía en el establecimiento de cuotas laborales que debían
cumplir según la asignación que hiciese el corregidor, tanto para el
servicio de los encomenderos como de los poseedores de mercedes de
tierra o hacendados. Los aborígenes de un determinado lugar se sorteaban
periódicamente para trabajar durante un tiempo determinado al servicio
de los españoles mediante el pago de un salario adecuado controlado por
las autoridades. Los propietarios de encomienda deducían de los jornales
la cantidad que los indios debían pagar por concepto de tributo y el
resto se les daba a ellos. A cambio de la fuerza de trabajo y de los
consiguientes tributos que recibía el encomendero, este tenía la
obligación de catequizar en la religión católica a los indígenas que le
habían sido encomendados.
2.-
Ya se estaba desarraigando también los nombres quilmes que designaban
su pertenencia a la tierra, a su natural origen. Otra forma de
dominación.
3.-
En toda esta disquisición legal se advierte una combinación del derecho
consuetudinario inca y las leyes del mayorazgo hispanas.
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