por Chalo Agnelli
LA REUNIÓN DEL
DOMINGO ÚLTIMO
(UNA PÁGINA DE
AYER)
Periódico “El Plata”,
Quilmes, mayo 30 de 1926
El mal tiempo se empeñó en desbaratar la
brillantez de todas las fiesta al aire libre organizadas para el domingo. A pesar de ello la reunión preparada por
la C. D. de los Bomberos Voluntarios en la rambla, tuvo la relevancia que le asignaron sus organizadores, contando además con la presencia de numeroso público.
Previa las pruebas del nuevo autobomba que
dio resultados satisfactorios se realizó en el restaurante de Antonietta en la Ribera (ver en el Blog) un almuerzo
de camaradería entre miembros de la prestigiosa institución y algunos invitados,
entre los que se contaba a los representantes da la prensa local […] Asistieron
los señores Marcos P. Pereyra, Ing. Ricardo A. González, Juan B. Gualtruzzi,
Dr. Manuel Salas, Enrique Abal, Sebastián Hadida, Miguel Elois, José A. Rossi,
Luis Moreira, Manuel Ales, Resano Castelbianco, Enrique Abal (hijo) y Aníbal
Pereyra.
"EL MARTES
ÚLTIMO SE IMPUSIERON DISTINTIVOS DE ASCENSO" Con la presencia de la totalidad de los
componentes del cuerpo, miembros de la C. Directiva y numerosos asociados, se
llevó a cabo el martes, día de la festividad patria en el local social, la imposición
de los distintivos con los ascensos efectuados en la plana mayor y bomberos del cuerpo.
La orden del día contenía los siguientes ascensos:
segundo comandante del cuerpo activo al sargento 1° Inocencio Galasqui (o Galaschi);
sargento 1° al cabo 1° José Conde; sargento al cabo Ángel Annacondia; cabo 1º a
Dante Tizón y Liberto Sánchez; cabos a: Juan Maufré, Juan Rubini Carlos Scotti.
Terminada esta ceremonia el presidente señor Pereyra, pronuncio un discurso cuyos párrafos salientes fueron aplaudidos: “En cumplimiento de una orden del día, cuya lectura acabáis de escuchar, se va a proceder a colocar los distintivos del grado, a aquellos voluntarios que en el curso del año transcurrido, han honrado al Cuerpo de Bomberos con su buen comportamiento; y con su espíritu de desinteresada abnegación. Y este acto a pesarde su sencillez y de la
modestia con que siempre la presidencia de esta Sociedad ha imprimido a todas
estas festividades, no deja de tener su parte de intensa emoción y de
justicia. Es que aquí, no se trata de acordar premios que de inmediato se conviertan
en bienestar material, con el aumento de sueldos ó prebendas; eso es demasiado
vulgar y es humano entonces el sacrificio para llegar a los puestos avanzados
que han de permitir, a quien los alcance, la mayor satisfacción de sus anhelos
materiales. Aquí nuestros bomberos son todos y cada uno de ellos hombres de un
ideal sin recompensas pecuniarias y solo bregan con su comportamiento y su
dedicación para llegar a los cargos honoríficos en virtud de un sentimiento
instintivo en los hombres nobles y altruistas, que solo ansían ser cada vez
más, para poder dar más, en beneficio de los intereses de otros hombres y de la
colectividad.
Tiene entonces
este acto toda la grata emoción de las recompensas puras a un ideal noble que
nunca fue contaminado con el pensamiento de las ambiciones materiales. Me place
dejar esta constancia para mejor mérito de la actuación de estos abnegados y
esforzados voluntarios.
Dirigentes de
la Sociedad durante las pruebas de la nueva auto bomba, realizadas el que han
luchado y se han prodigado tantas veces, para no recibir durante mucho tiempo
sino la cruel indiferencia de una gran parte de nuestro público, que hoy
felizmente ha reaccionado y empieza a considerarlos con el respeto y la
estimación que siempre merecieron, porque siempre supieron conquistarla.
Esta
presidencia se hace un deber en manifestar que si bien los puestos jerárquicos
son pocos, los bomberos todos son considerados dignos de ascender, pues
todos han sabido cumplir con su deber en la medida de sus fuerzas; de modo que
a todos ascendidos o no llega esta felicitación de la C. D. que con reconocimiento
ha contemplado la intensa labor y el constante adelanto del Cuerpo Activo en
el año transcurrido
[…]
Antes de finalizar el acto solicitó el
señor presidente a sus compañeros de comisión el ascenso a cabo honorario de
don Pedro Mesaglio, encargado del Cuartel, que se ha distinguido siempre por
sus actos de arrojo. Se aceptó la propuesta por unanimidad.
Don Luis Ronconi, joven (circa 1925) Luego, entre 1956 y 1968 fue jefe del cuerpo activo. Posa frente al cuartel de la calle Garibaldi, detrás se observa el frente de la histórica casa de don Víctor Roverano.
(Nota gentileza, Mora Camarero Deprati de Barati. Fotos, Claudio Schbib.
Compilación y compaginación Chalo Agnelli)
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