QUILMES
El 22 de enero de 1912, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados solicita un aumento en la partida para la fundación de cuatro Escuelas Normales: en Quilmes, Lomas de Zamora, San Fernando y San Francisco, provincia de Córdoba. Por ley de Presupuesto de la Nación del año 1912, anexo E, inciso 11, ítem 34 se crea la Escuela Normal Nacional de Quilmes.
Crescencia López Olivero de Molina en la Escuela Normal entre sus colegas, la única con guardapolvo blanco, como símbolo de igualdad y humildad. |
Sigue en dicho documentos su firma: Crescencia López Oliveros de Molina y una nota (aparentemente de puño y letra de la interesada): “Omisión – Durante una licencia que obtuve desde el 1 de Abril de 1910 al 1 de septiembre del mismo año, desempeñé un puesto de maestra de grado durante 1 mes y ½ desde julio al 31 de agosto de 1910”. Continúa con su firma y un sello oval que dice: 'Escuela Normal Mixta Quilmes. Dirección'.
Ejerció como profesora de pedagogía y didáctica y la primaria como regente del Departamento de Aplicación. En ocasión de tener que tomar una nueva licencia fue suplantada por la maestra Josefa Lombán de Casado hasta el 2 de mayo de 1938.
Crescencia López Oliveros de Molina fue autora de numerosos textos de carácter educativo, entre otros, en 1934, el referido a la enseñanza global. Fue cofundadora de la primera Universidad Femenina en Quilmes en la Biblioteca Pública Manuel Belgrano de Berazategui (1). Solía dar conferencias didáctico-pedagógicas en el Ateneo de Quilmes, creando por un grupo de estudiantes secundarios el 7 de agosto de 1935. Introdujo el uso del guardapolvo blanco y fue modelo en su uso, a manera de igualar las diferencias económicas de los alumnos e incluso por consideración hacia ellos, a diferencia de otras docentes que concurrían a sus funciones notoriamente peripuestas. [2]
1932. Se hace cargo de la Escuela el Sr. Juan Manuel Cotta y se despide al Sr. Sosa del Valle, la tercera de la izquierda Crescencia López Oliveros de Molina |
(1932) Tapa del periódico "El Plata": "Crescencia López Oliveros de Molina - Distinguida dama de nuestra sociedad que integra la dirección de la Escuela Normal habiendo cumplido recientemente sus bodas de plata con el magisterio." (la publicación omite la "S" final de su segundo apellido)- Foto "Art Finino Hnos. Especial para el Plata.
La Sra. de Molina integró a partir del 17 de octubre de 1943, como supervisora el Círculo de Orientación Infantil "Víctor Mercante" |
Al acogerse a su retiro jubilatorio la profesora y
regente de la Escuela Normal Mixta de Quilmes, doña Crescencia López de Molina,
uno de sus alumnos tomaba de su cuaderno de clase una semblanza sobre su
personalidad para hacerla pública desde estas mismas columnas.
Decía en ella inicialmente: “Su
dinamismo llena toda la Escuela. Y es como si la
Escuela, toda, estuviera llena del espíritu lúcido, bondadoso y ecuánime
que supone el ejercicio de la enseñanza.
Hoy al brindarle nuestro adiós definitivo
a esta profesora, volvemos a reeditar esas líneas,
no sólo porque sabemos que ellas resultaron gratas a su espíritu,
sino porque también, se refleja en las mismas el cariño y la admiración
que le profesaran y profesan cientos de alumno que en el curso de una
larga actuación docente admiraron tanto su sólida preparación como la magia y
el brillo de su palabra. Palabra que a modo de influjo levitatorio elevaba al
alumnado sobre el plano del simple conocimiento hasta niveles superiores en
los que la gracia, el ingenio y la belleza parecían
confundidas en armoniosa conjunción. Signo revelador, por otra parte, de
aptitudes docentes que permiten revestir los conocimientos librescos de
valores humanísticos por la más rica revelación de los propios
valores espirituales…
Esta unanimidad admirativa que
acompañó sus tareas en el ámbito de la Escuela Normal de Quilmes,
volvimos a comprobarla a nuestro paso por Azul, su ciudad natal. Allí en su
Escuela Normal volvimos a reencontramos con la personalidad de
esta querida profesora cuya actuación docente juvenil perduraba no sólo
en una placa de bronce que en sala de profesores, aún envida de la
señora de Molina, recordaba su labor, sino en las impresiones que recogimos de
su personal directivo: era la proverbial admiración que rodeó su actuación
también aquí, en Quilmes.
Hoy queremos evocar su paso por el patio del
Colegio cubierta con ese blanco guardapolvo que algunas vez exaltó como
símbolo de nuestra escuela que en su ámbito, repugna las disparidades
económicas y sociales; hallarla de nuevo en el aula enmarcando su agraciado
rostro con su blanca cabellera; verlo iluminarse en su amplia sonrisa que una
única vez vimos se desdibujaba en mueca de dolor, en tanto su voz de metal
inolvidable, se quebraba en llanto al despedirse de nuestra división, que
culminaba sus estudios...
Hemos nombrado al Azul, ciudad de su juventud, en la cual conoció su esposo y fundó hogar. Con esta evocación queremos cerrar este confuso adiós que mutila gran parte de su personalidad al olvidar su obra escrita y su larga trayectoria profesional, pues en aquel lejano Azul podemos asociar su presencia y la de su esposo a la de nuestros familiares Un reencuentro en el gran hogar común cuyo rescoldo da vida y calor a nuestras almas.
Y los largos - a veces inesperados - viajes de un punto a otro de la provincia, del país con nuevos destinos. Llegar y a buscar un alojamiento, medianamente digno, pues los sueldos no eran - igual que en la actualidad - los que merecían por tanta entrega y compromiso. Es verdad que el ferrocarril era el medio de locomoción más apto y seguro, pero no todos los docentes de la educación pública podían viajar en primera, menos en pullman. Era la época de las escuelas rancho, donde en verano era más benigno dar clases bajo un árbol frondoso que bajo la chapa candente, como cuenta Jorge Ábalos en "Shunko".
Sin embargo, cuánto olvido soterró estas vidas que dieron al país: presidentes de la Nación, gobernadores de provincias, legisladores, médicos como Favaloro y Milstein, ingenieros, jueces, físicos, escritores como Cortazar, Adela García Salaberry, Leopoldo Marecha, Alfonsina Storni, historiadores como José A. Craviotto, Juan Carlos Lombán, Norberto Galasso, músicos como Martha Argerich, artistas plásticos como Pío Collivadino, Aldo Severi, Manuel Oliveira, arquitectos como Alejandro Bustillo quien terminó sus estudios secundarios en el Instituto Politécnico Superior Otto Krause, etc. etc…
Pocos recuerdan, cuando están en el pináculo de sus vidas, con varios logros alcanzados, que una vez estuvieron en un aula iniciándose en la formación integral con un maestro, una maestra, un profesor, una profesora...
Colaboración Mora Camarero Deprati de Barati
Archivo Histórico de la Escuela Normal de Quilmes "Silvia Manuela Gorleri"
http://archivo104.blogspot.com
EXANQUI. "Historia para un centenario" (2012) Ed. Jarmat. Quilmes
Biblioteca Popular Pedro Goyena
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