Al hablar
sobre cómo nació Bernal lo primero que nos viene a la mente son las grandes
quintas de Barrio Parque, las casonas de la avenida San Martín y Bernal Centro,
la obra salesiana. Pero por supuesto no todo el pueblo fue creciendo de esa
forma tan “paqueta”, por decirlo con un término de la época. Las fábricas, esas
máquinas de generar empleo y barrios, jugaron una gran parte en su desarrollo.
Es que detrás de ellas llegaban los almacenes y bares para los obreros, y luego
las primeras casitas construidas con mucho esfuerzo sobre lotes comprados a
cuotas cuyos remates tenían como gran atracción la cercanía del empleo.
Un claro
ejemplo es el oeste de la hoy ciudad, la zona de la Cañada, que tuvo un gran
desarrollo durante la expansión industrial del primer peronismo en las décadas
del ‘40 y ‘50. Pero no había sido la primera vez en Bernal: la llegada de la
fábrica de papel en 1904 y la de hilados en 1925 hicieron surgir y crecer a
Villa Cramer. Y en el sur del pueblo, hacia 1936, otra gran industria fue
bastión para el desarrollo de la zona que llevó por muchos años el nombre de “La
Soledad”. Estamos hablando de “La Bernalesa”. Su establecimiento en la vieja
chacra de los “Monjes Blancos” a mediados de la década del ‘30 trajo consigo el
progreso de todo un barrio que nació y creció a su sombra. Un barrio que aún
hoy extraña a ese monstruo que cerró en la década del ‘80.
Del "Crónica" de enero de 1937
Del "Crónica" de diciembre de 1937. Nótese el error en el nombre de la fábrica, "La Bernalense"
Estos avisos clasificados con “La Bernalesa” recién instalada, son un
vivo ejemplo del desarrollo poblacional que las industrias trajeron a Bernal.
Por Alejandro
Gibaut*
En Bernal, su
historia, su gente
* Pertenece a la Asociación Historiadores Los Quilmeros y a la Junta de Estudios Históricos.
1 comentario:
Gracias, Alejandro, por iluminar zonas desconocidas y cercanas . Un pasado que hoy está pero bajo la capa de polvo del olvido
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