Por Chalo Agnelli
“La flor del arte prende como un milagro en
algunos espíritus selectos. Los mueve la vocación, cuya voz tiene resonancias
misterios y enlaces no previstos en los resultados. […] Una vez dado el impulso
el artista procede por descubrimientos reiterados, el intuitivo avance en un
continuado descubrimiento de sí mismo, en una renovada conquista de su mundo
interior”. Así se refirió León Pagano a la obra de García del Molino. [1]
El sur, este
sur, nuestro sur, atrapa como una mente inteligente, una cara,
un cuerpo, un lugar, seduce cuando hay mentes que los mueven... Así pasa con
este sur, nuestro sur, aparentemente tan común, tan anodino, pero que a tantos ¡a
tantos! aferró a su suelo, a su éter.
Héctor
Acosta nació el 2 de marzo de 1933, en Avellaneda, en la calle Lafayette,
donde transcurrió su niñez. Fue su madre Leonor Sánchez, gallega y su padre,
andaluz Alfonso Acosta, inmigrantes. Ella ama de casa dedicada a sus gemelos
Héctor y Néstor. Él, trabajador textil, se destacó en el fútbol, llegando a la
primera de Independiente.
Alfonso Acosta, padre de Héctor, en el equipo de Independiente de 1926
Café y Bar Álvarez, donde
Héctor transcurrió gran parte del ocio de su adolescencia y juventud… “Como una escuela
de todas las cosas"
CONTEXTUALIZANDO
Por esos
años en Europa retumban con pasos siniestros la bota nazi y la bota fascista.
En España la falange trama un complot contra la República. En Argentina - el
tercer año de la “década infame” – se inicia una creciente agitación política
con el “Pacto Roca-Ruciman”, que la oposición al presidente Justo califica como
“una manera de entregarnos atados de pies
y manos a los ingleses”. Se crea la Dirección Nacional de Vialidad.
Secuestran y asesinan la joven Abel Ayerza. Los tangos de Discépolo ganan a los
porteños con su idioma de entraña y de verdad. Miembros del radicalismo se levantan
en armas en Rosario y Santa Fe, pero son dominados. Muere don Hipólito Yrigoyen
e, insólitamente, los mismos que tres años antes destruyeron su casa, llevan ahora
a pulso el ataúd con sus restos.
CAMINO AL SUR
Héctor Acosta
tenía 11 años cuando, con su familia, fija su destino en Bernal, primero en el
barrio Los Hornos, en la calle Com. Franco 75, y luego en Villa Cramer, su
primera musa inspiradora: “… siempre me
he dedicado a pintar mi barrio, sus esquina, sus casas, la estación de tren,
las barreras, los viejos bares; porque un pintor solo puede pintar lo que ama”.
Sí, su obra expresa un intenso “color local”, evocando escenas populares de su
adolescencia, de su juventud, así como interiores que revelan verdaderos
documentos de época.
Coincidentemente
trabajó como técnico mecánico en Vialidad Nacional, en la isla Demarchi donde
funcionaba el Arsenal Naval Buenos Aires.
En Villa
Cramer, su barrio adoptivo, conoció a una joven maestra, nacida en el barrio,
Marta, hija del peluquero Ferrazzuolo, y se casaron. Tiempo después llegó su
única hija Gabriela, perdida tempranamente. Marta ejerció durante 33 años, en
el Instituto La Sagrada Familia y en el Colegio Nuestra Sra. de Lourdes de la
Av. Calchaquí, Quilmes Oeste.
EL ARTE
Héctor
Acosta hizo estudios en la Escuela de Bellas Artes Carlos Morel, cuando estaba
en la calle Alvear (donde permaneció hasta 1965), pero su verdadero inicio en la
pintura fue de la mano del maestro Virgilio Vallini y luego recibió enseñanzas
de los profesores: Orlando Pardo, Juan Calzadilla, Pedro Ricci y en escultura
del maestro Oscar Staffora.
Indecisiones,
auto exigencia y las obligaciones del diario vivir lo demoraron en dar a
conocer su arte y revelarse como artista plástico, pero no fue tiempo perdido,
lo ganó en más aprendizaje y experiencia.
Recibe su
primer premio en el Salón Municipal del Museo Roverano en 1980. Como dice esa
reiterada frase (adjudicada a varios pensadores), “Si quieres ser universal pinta tu aldea”, Acosta no solo la pinta,
sino que también la escribe, porque de Villa Cramer, de Bernal, de la gente de
Quilmes también hablan sus novelas, cuentos y poemas. Ese mismo año ganó el
concurso literario organizado por Radio Belgrano.
TRAYECTO
*1984, gana
el Salón Municipal de Pintura del Partido de Quilmes y siete partidos
limítrofes.
*1986,
obtiene una distinción en el Salón de pintura organizado por la Sociedad
Italiana Cristoforo Colombo.
*1987,
ilustra el libro de lectura para cuarto grado del Distrito Quilmes "Con
sabor a malta y río", [2]
junto a otros artistas y autores, obra coordinada por la Prof. Julieta Firpo por esos años, inspectora en Quilmes de la
Dirección de Educación No oficial, D.E.N.O. (hoy DIPREGEP, La Dirección
Provincial de Educación de Gestión Privada). [3]
*1987, se le
concede en nombre de la Nación Argentina el título de ‘Inventor’.
1988,
obtiene el primer premio del Salón de Pintura del Complejo Cultural Mariano
Moreno de Bernal.
*1989,
expone en el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires.
*1992, se le adjudica el primer
premio en el Salón de Pintura organizado por la Sociedad Argentina de Artistas
Plásticos y lo designa socio honorario por el mérito de su obra y su
trayectoria.
En el mes de
abril de ese año se inaugura su monumento a La Maestra, en la escuela primaria N°
24 de Villa Cramer, Bernal. Para la ocasión escribió el Prof. Juan Carlos
Lombán:
“…Como no soy crítico, dejo el análisis estético de esta escultura
de Héctor Acosta a los que ejercen esa necesaria tarea. Sólo diré que me
asombra el equilibrio
que ha sabido lograr el creador en tantos aspectos riesgosos, como plasmar una figura
llena de dignidad sin rozar lo solemne, un gesto expresivo sin caer en lo declamatorio, una presencia simbólica y arquetípica
sin incurrir en la generalización
fría y sin alma. Me fascina la actitud de esa
mujercita en la que se conjugan un aspecto externo dulce y delicado con una
gran fortaleza interior y que trae a mi memoria la imagen de mi bien amada señorita Teresita, mi primera maestra en la General
La Madrid de 1935. Ahora ella está aquí, frente a mí en esta estatua, con gesto
digno y contenido pero hondamente significativo, de una densidad simbólica
inequívoca pero humanizada, encamada, con una belleza que no es impactante
sino armoniosa, porque refleja la perfección de un alma.
Toda auténtica obra
de arte logra eternizar un sentimiento o una idea. Héctor Acosta nos ha permitido ser partícipes
del homenaje que él ha sabido tributarle a la maestra incorporada por todos en
lo más hondo y puro de nuestro ser, inmortalizando cuanto ella simboliza y
encama, que es, sin dudas, lo más hermoso y trascendente de la vida humana.
Celebrémoslo y agradezcámosle al admirado artista, esta excepcional síntesis
suya de generosidad y de talento.”
Era directora
del establecimiento la Sra. Marta Menéndez de Sicurello. También se dirigió al
público y alumnos la Lic. Julieta Firpo de Núñez y recitó un poema a “La
maestra” el poeta ‘Nochero” Juan Arrestía
En el frente
de la escuela primaria N° 24 hay también una mayólica con un poema de Acosta
titulado “Maestra”.
HOMENAJE A LA
MAESTRA
Retornas al recuerdo venciendo al olvido,
de la mano de un
duende por esos caminos.
Vagando en el polvo de los tiempos,
cabalgando sones de
campanas,
lo haces paciente, constante,
trasnochada de amor y desvelo,
con estrellas y rocío
por único velo.
Te cobijas en
el pecho de algún niño,
pero ya sabernos... a
veces hay olvido.
Ya estás aquí... como
antes, joven, dulce y perenne...te debemos tanto.
Con alegría
de recreo de las once, ya ves...
te ofrecemos,
humildes, este dorado corsé de bronce.
Reposa en él.
Cien corazones te
darán su calor, cien y el mío.
Porque en el desencanto, el hastío, presente, de improviso,
con hálito mágico que
el destino quiso,
tu señera figura,
desde este altar,
señalando el camino,
eterna, nos ha de iluminar.
* En 1993, una
réplica de la estatua dedicada a la “Maestra”, es emplazada en la Escuela N°
21, “Gral. José de San Martín”, de Cerrito y Dardo Rocha, el antiguo Barrio Los
Hornos, donde Héctor había concluido la enseñanza primaria, cuando estaba en la
equina de enfrente. Además donó dos
cuadros que hizo entrega a quien en ese momento era directora la docente Liliana Beatriz Weisbach, de quien guarda
entrañable afecto… En ocasión del emplazamiento de esta obra, Ernesto
Sabato, dijo “…es usted evidentemente un
artista y espíritu nobilísimo”; elogio que Héctor reconoce como uno de los más
grandes de su vida artística.
GRATITUD Y HOMENAJE
La
Biblioteca Popular Mariano Moreno, desde sus comienzos les dio la posibilidad a
muchos creadores locales de expresarse a través de todas las disciplinas, advertido
de esto, en 1993, Acosta se lanzó al desafío de pintar un retrato colectivo que
une a don Esteban Tomero, al Prof. José Pardo, a Juan Carlos Secondi y al Prof.
Juan Carlos Lombán, cuatro de los pioneros de la institución. Hizo el camino
inverso: “No podía ser que yo nunca
hubiese donado nada a la Moreno, entonces me propuse hacer un esfuerzo grande y
pintar un cuadro donde estuvieran retratados cuatro de los pioneros de la
Biblioteca, pero yo no vine a darle sino a devolverle a la Moreno”. Dijo al
periodista de “El Sol” en una nota que se le hiciera el 13 de diciembre de este
año.
ANDANDO HUELLAS
En 1995, por
encargo de la Cámara de Industria y Comercio de Bernal ejecuta el monumento al
Bombero Voluntario, emplazado frente al cuartel en la Av. Dardo Rocha.
Al año
siguiente, 1996, la municipalidad de Quilmes asigna al Centro de Difusión Cultural el nombre
de “Héctor Acosta”. A su vez, un alto relieve del más notable e influyente
compositor de ópera italiana autor de algunos de los títulos más populares del
repertorio lírico, realizado por Acosta, es emplazado en el frente de la Sociedad
Giuseppe Verdi de Bernal.
El diputado Dr.
Héctor Polino organiza el 9 de agosto de 1996 en el Salón de Pasos Perdidos de
la Cámara de Diputados de la Nación una muestra de pinturas de Acosta. La
presentación fue realizada por el Prof. Juan Carlos Lombán y actuó el Coro de
Bernal dirigido por el Prof. Roberto Cuccurullo.
En 1997, es premiado
en el concurso internacional de literatura “Jorge Luis Borges” organizado por
la “Embajada de las Letras”, lo que le permitió integrar la edición de un
libro.
En 1999, le asignan
el Segundo Premio “Salón Santa Rosa”
y Primer Premio en Pintura de Quilmes de la tercera edad y el Primer Premio en
Literatura de Quilmes, también de la tercera edad.
Inicia el nuevo milenio con la Mención de Honor del “Candil de Kilmes”.
TRABAJOS Y TRIBUTOS
En 2001, es
distinguido como “Socio Honorario” del Quilmes tango Club. Participa en el concurso internacional de Valparaíso
(Chile) representando a la academia Nacional de Tango y le entregan una Mención
en el concurso literario “Cesar Tiempo” organizado por FATSA.
Al año siguiente,
gana el concurso literario “Julio Cortazar” que organiza el Centro Cultural
Parque Lezama de Buenos Aires y el Segundo Premio en pintura de la tercera edad
en Mar del Plata.
2005, el Multimedios
“El Sol” le otorga la distinción “Sol de Oro” a su trayectoria.
2006, el Museo
Municipal de Artes Visuales de Quilmes emplaza una pieza escultórica con la
figura del maestro Víctor Roverano en cemento patinado de su ejecución.
2007, su barrio Villa
Cramer de Bernal le efectúa un homenaje público en reconocimiento a su
trayectoria.
La
Asociación de Jubilados y Pensionados Municipales de Quilmes, el viernes 4 de
octubre de 2013, inauguró su Sala de Exposiciones [4]
con una muestra exclusiva del Héctor Acosta. El profesor Héctor Viola,
también bernalense, dio una charla académica sobre el artista y su obra.
El sábado 2
de agosto de 2014, fue parte de la Muestra Pictórica Autores Costumbristas
Contemporáneos conjuntamente a Ángel Varela, Dino Pazzelli y Martín Castro se
inauguró en el Complejo Municipal “El Patio” de Berazategui [5] Organizada por la
Secretaría de Cultura y Educación de ese municipio. Costumbrismo, arte y testimonio Conocido como “pintura
de género” o “cuadro de género” constituyó esa visión
en que el presente y el pasado se unen para entablar un dialogo acerca de la
tradición, la cultura y el acontecimiento histórico.
EN EL TEMPLO PARROQUIAL DE BERNAL
En marzo de
2016, dona al Museo Histórico Regional “Almirante G. Brown” dos maquetas de
barcos que realizó su padre, con instrucciones de su abuelo y un óleo titulado “Revolución del Parque de 1890”; las obras
se exponen en sus salas. [6]
Además, entrega otra obra con el mismo título, a la dirección de dicho Museo,
para que, por su intermedio, fuera transferida en donación al Museo Histórico
Nacional. Este mismo año obsequia un
óleo a la iglesia de María Auxiliadora de Santa Coloma, Roca y La Paz.
En 2017, dona
el óleo “Noche de Teatro” al Teatro Municipal de Quilmes “Manuel Casavalle”. También
recientemente.
El 20 de
abril de 2018, presenta, en el Museo Brown, la muestra “Un mundo en un Barrio” donde reflejo momentos de la vida cotidiana
de los barrios y de una época.
La Iglesia Nuestra
Señora de la Guardia (Zapiola y Belgrano, Bernal) posee en su interior su
pintura, “Llegan los genoveses a Bernal”.
Un honor muy apreciado, pues los cánones eclesiásticos son muy rigurosos para
que la obra de un artista plástico permanezca exhibida permanentemente en un
templo católico.
Próximamente en la
secretaría de dicha Parroquia se realizará una muestra colectiva de pintores
bernalenses, durante los Fogones de Bernal, donde se expondrá una de sus obras.
LAS LETRAS
Su
particular narrativa lo ha destacado además en el ámbito literario. Como
escritor, tiene editados dos libros de cuentos. Varios de sus relatos,
narraciones costumbristas de su gente y de su barrio, se publicaron en el
periódico “BernalES” y el blog “LAS LETRAS DEL QUILMEROS”. [7]
En 2015, escribió una novela dividida en 10 títulos o capítulos, entre los cuales
hay un hilo conductor que los enlaza, como una novela en cadena “¡Alma mí! –
Sobre la vida, la reencarnación y otras calamidades”, dedicado a su única hija
Gabriela “…ángel sin alas que se nos fue antes de tiempo dejándonos un alegre
arma a santidad”. Esta descomunal pérdida, para Héctor y su esposa Marta, es el
mayor reto que deben enfrentar; con estoicismo la sobrellevan apoyados en sus nietos
Francisco y Simona, en el arte y en el entorno social.
AGALLAS
Siempre la
imagen fue un imán ineludible para Héctor Acosta. Se jubiló como
fotógrafo independiente.
Realizó en
sus años de artista más de 1500 óleos. Se considera un impresionista. Pintar un
cuadro le lleva “varios años y unas
horas…porque antes de pintarlos hay que enamorarse de lo que uno va a pintar”.
Es de los que se toma su tiempo y piensa, escribe, observa, agudiza todos sus
sentidos antes de plasmar la obra.
Durante el
verano no pinta y cuando llegan los primeros frescos otoñales rescata todas
esas anotaciones estivales y pinta los pensamientos.
Un tema
trascendental para todo artista es el ser reconocido como tal, dentro de sus
grupos más inmediatos: familia, amigos, vecinos y sin, duda Acosta lo logró.
Afirmaba años atrás a modo de consejo para quienes recién comienzan: “… para ser artista hay que tener agallas,
esa será la mejor manera de esperar hasta que llegue el reconocimiento de los
amantes de arte y alguna compensación material.”
ALTRUISMO SIN MEDIDA
Su optimismo,
descomunal generosidad y sincero desprendimiento son proverbiales, lo hacen
querido por todos los que llegan a tener trato con él.
Poseen obras
suyas el Museo de Artes Visuales Víctor Roverano, la Cámara de Industria y
Comercio de Bernal, Wolfan´s H. Miami, EE.UU., el Centro Cultural Mariano
Moreno, la Biblioteca Popular José Manuel Estrada, el Club de Leones, el Golden
Jack Quilmes, Universidad de Quilmes y diversos coleccionistas privados como la
familia Perizzini, el Sr. Dante Tortonese, Agustín Ferrero, la pinacoteca
“Julio Fernández Villanueva” de don Carlos Benavides.
Una de sus
obras adorna los salones de la Embajada de la República Oriental del Uruguay en
la Argentina y otro cuadro se colocará en el Museo de Artes Visuales de
Montevideo, el retrato de Pedro Figari [8]
de quien Acosta reconoce tener influencia y Figari, así como de Jean-Édouard
Vuillard [9] y
de Pierre Bonnard; [10]“… mis abuelos en el arte”, afirma
Acosta.
Figura en el
libro “Historia del Arte Latinoamericano” de Juan Carlos Lomban (1994)
Pedro Figari y Pierre Bonnard |
Ha recibido
numerosos premios adquiridos en salones y concursos internacionales. Fue
distinguido con el “Sol de Oro” por Multimedios El Sol en reconocimiento a su
trayectoria, y declarado “Ciudadano Ilustre” de la Ciudad de Quilmes en el año
2011 premio al que se le sumó la categoría humana de los pares que fueron distinguidos
en la ocasión: los doctores José María Labourt y Julián Blanco, el poeta Carlos
Patiño y otro grande de las artes plásticas el Maestro Ludovico Pérez.
Héctor Acosta, poeta, narrador, pintor, fotógrafo es sobre todo un hombre del
pueblo, artista del color local y de las cosas simples. A lo largo de los años
que lleva dedicándose a la pintura ha intentado superarse constantemente porque
dice: “un pintor siempre debe estar
enamorado de su último cuadro, pero creer que la obra que lo va a ser inmortal
es la que todavía está por pintar”… Sin duda, él, ya alcanzó a sus jóvenes
86 años la inmortalidad.
Escribió
sobre él, el escritor y pensador profesor de historia del arte Juan Carlos Lomban
“… en un medio en el que generalmente tiende
a imponerse la autopromoción más audaz y descontrolada, Héctor Acosta ha
reaccionado abroquelándose en su ferviente y silencioso quehacer artístico,
ajeno por completo al fácil exitismo que hace de la exaltación de la propia
imagen, una de las bellas artes; como diría José Isaacson. Mientras que las
presuntas creaciones de esos ‘Triunfadores’ quedarán prontamente marchitas y
muertas como las flores del campo cuando llega el invierno, la obra de nuestro
pintor va a ir valorizándose sin pausas por la unidad inescindible que en ella
forman su plasticidad con su contenido emotivo y conceptual; por los mil
murmullos sugerentes que pueblan sus telas; por el rico y denso diálogo sin
palabras que establece con los buenos observadores; en suma, por su calidad tan
infrecuente".
Compilación, entrevista y compaginación Prof. Chalo
Agnelli
2017/2019
FUENTES
Diario “El Sol”, 13/12/1993
Revista del Centro Comercial e
Industrial de Bernal 1990-1991
Periódico BernaLES
NOTAS
[1] Pagano, José León. (1948) “Fernando García
del Molino – el pintor de la Federación” Secr. de Ed. Subsecr. De Cultura. Ed
Peuser. Buenos Aires.
[2] Ver en EL QUILMERO del martes, 15 de febrero de 2011”Con Sabor a Malta y Río”
[3] Ver en EL QUILMERO del martes, 15 de febrero de 2011 “Con Sabor A Malta Y Río”.
[5] Calle 149 e/15 y 15A-
[7] Ver cuento de Héctor Acosta en el sub-blog LAS LETRAS DEL QUILMERO del: domingo, 23 de septiembre de 2012 "MILAGRO EN BERNAL..."; del martes 25 de septiembre de 2012 "UTOPIA"; del lunes, 24 de septiembre de 2012 "KEKO EL VERDULERO"; del viernes, 25 de noviembre de 2016 “PASÓ EN MI BARRIO... ¡SON MENTIRAS, NO LE CREAN...!”; del viernes, 25 de noviembre de 2016 “PASÓ EN MI BARRIO… EL INCENDIO”
[8] Pedro Figari Solari. Nació en Montevideo
el 29 de junio de 1861. Fue pintor, abogado
y político. Una de las figuras más destacadas de la pintura latinoamericana. Su
obra pictórica se destaca por el predominio del color y de la figura como
mancha, frente a la línea. Sin embargo, en sus dibujos o ilustraciones su línea
es fluida y sumamente expresiva. Sus temas frecuentes son patios coloniales o
escenas cuyos protagonistas son negros. Utilizó la prensa para dar a conocer y
exponer públicamente su punto de vista sobre temas políticos, de educación y
arte. Falleció en su ciudad natal el 24 de
julio de 1938 (Zani, Giselda. (1944) Pedro Figari. Ed. Losada.
Buenos Aires)
[9] Jean-Édouard
Vuillard (Cuiseaux 1868 – La Baule 1940)pintor e ilustrador
francés. Posimpresionista. Pintó la vida cotidiana, las cosas diarias y simples
que quedarían en el olvido.
[10] Pierre Bonard (Fontenay-aux-Rose, isla de
Francia 3/10/1867 – Provenza, 23/1/1947) Pintor, ilustrador y litógrafo; dedicó
su talento a la publicidad y a la producción artística. Su pintura fue llamada «intimista».
Aunque las texturas esfumadas pueden recordar al impresionismo. No plasmó la
realidad inmediata y fugaz, sino que elaboró escenas subjetivas, con encuadres
y colorido nada casuales; eligió tonos cálidos para los fondos y fríos para los
elementos en primer término.
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