Al 150 aniversario del arribo de la primera formación ferroviaria a Quilmes, conducida por el Ing. William Wheelwright, transcribo este trabajo de dos de nuestros insignes investigadores José A. Craviotto y César Barrera Nicholson. Esta semblanza se publicó en el número aniversario del periódico “La Verdad” del 28 de mayo de 1935.
Encontramos en él una foto de la placa que se hallaba en el monolito a Wheelwright en la plaza que llevó su nombre (hoy Hipólito Yrigoyen)
Remontarnos a aquel festejo con el que Quilmes recibió el primer convoy ferroviario después tras de una tragicómica travesía, [1] nos pone frente a la actualidad dónde la electrificación del Roca y el emplazamiento de las estaciones de la línea se dilata de forma turbadora para los usuarios de este nuestro ‘surgranbonaerense’.
“EL CABALLERO WHEELWRIGHT” [2]
Por el Dr. José Alcides Craviotto
don César Barrera Nicholson
Los festejos oficiales que se hicieron en el viejo Quilmes el 18 de abril de 1872, con motivo de la llegada del primer tren conducido por el empresario Guillermo Wheelwright, en el cual viajaban el Gobernador de Buenos Aires, don Emilio Castro, [3] sus ministros, el obispo Aneiros [4] y una comitiva de 600 personas, han sido descriptos en parte, por Don José Andrés López, en su “Quilmes de Antaño”.
Nos ocuparemos pues, de algunos aspectos que juzgamos desconocidos, o poco conocidos hasta la fecha, obtenidos de documentación en gran parte original y en su mayoría inédita. Tienen la garantía que otorga la seriedad de la fuente originaria, pero, en cambio, carecen de la frescura del estilo, de la condición inigualable, que caracteriza al autor nombrado, de haber sido espectador de los sucesos narrados en su obra, imprescindible para interiorizar en detalle, de la vida del viejo Quilmes.
FESTEJOS OFICIALES
Una rígida sucesión de documentos, nos hace saber que los festejos oficiales insumieron los gastos siguientes: $ 890 por alquiler de sillas a Jaime Romagosa (proveedor, además, de cajones fúnebres para los pobres de solemnidad); $ 3495 a Félix Amabile por embanderar la callé Municipal (Rivadavia) y por globos, cohetes y bombas; $ 9355 por 302 ½ varas de tripe para alfombrar el templo, pagados por Elías Romero; $ 350 a Lorenzo Espinosa por tocar el piano; y $ 100 a José A. Maidana por afinarlo; Apolinario Dáez limpiar el corralón de la casa municipal, empleando dos días con su carro y cobrando en total $ 120: Domingo Carecher cobró $ 30 por “coser una alfombra” (¿algún concurrente al baile con ‘nazarenas’ arrastradas?); [5] Luis Cohart, alquilador de sillas cobró $ 502; don Juan Ithuralde proveyó artículos varios por valor de $ 916; el patio de la casa municipal fue adornado por Luciano Lira que cobró por ellos $ 700 y finalmente, Antonio Rivolta proveyó dos banderas de $ 575. [6]
RECEPCIÓN
Durante la recepción en la vieja casa municipal, que por esos días lucía su flamante revoque exterior, el Gobernador de la Provincia en su discurso dijo: “cuando la compañía del ferrocarril necesitó tierra, la compró o la obtuvo sin auxilio alguno del Estado”, refiriéndose a que, “de las muchas líneas de ferrocarriles que se habían construido en la Provincia de Buenos Aires, era ésta la primera que lo había sido sin subvención u otra clase de ayuda de Gobierno”, continuando: “lo que mostraba el espíritu de progreso que diariamente se desenvolvía y el cual tenía su más grande representante en la persona de su amigo el Sr. Guillermo Wheelwright.”
DIJO WHEELWRIGHT
Agradeció este, haciendo a los presentes una interesante revelación; dijo: “que hacía cuarenta años naufragó en las costas de Quilmes, llegando a ese pueblo desnudo, descalzo y hambriento. Todos los vecinos se disputaron a porfía el favorecerlo. Lo vistieron, cuidaron y alimentaron. Desde ese momento decidió en su interior, recompensar aquella humana recepción. Pasaron los años, pero no olvidó jamás su promesa y cuando la ocasión llegó, le fue grato proyectar y construir el camino de hierro que hoy liga aquel pueblo con la Capital”.[7] Muchos años después, don Juan Ithuralde, precisamente uno de los miembros de la corporación municipal de 1872, y único sobreviviente en la fecha de su recuerdo, narraba a un cronista el mismo episodio. [8] Debió haber ocurrido el naufragio, en alguna de las anteriores estadas de Wheelwright en el Río de la Plata, pues consta que: “la conveniencia de centralizar el comercio rioplatense en la Ensenada, con la ayuda de un ferrocarril hasta la Capital, encontró efectividad por obra del gran empresario Guillermo Wheelwright, que conocía el puerto desde la época del ministerio de Rivadavia”, durante el gobierno de Martín Rodríguez en 1821 - 1824, agregamos. [9]
QUILMES EN EL CORAZÓN
Bien pronto se manifestó otra forma de la exteriorización de los sentimientos de Wheelwright hacia el viejo Quilmes. Pocos días después de inaugurado el ferrocarril, el 23 de abril, la corporación municipal se reunió en sesión extraordinaria: “a las 7 de la noche", con la asistencia de su presidente y juez de paz don Agustín Armesto y los municipales: doctor José A. Wilde, don Juan Ithuralde, don Juan López, don Manuel Doroteo Soto y el secretario don Tomás Flores "y se dio lectura a una carta del señor Wheelwright en la que manda veinte y cinco mil pesos m/c con destino a que sean distribuidos por esta corporación entre los pobres menesterosos del Partido”. [10]
LA PLAZA
Inmediatamente, la corporación resolvió dirigirse al donaste expresando su agradecimiento y se convino en formar una plaza frente a la estación que llevaría el nombre de Wheelwright, que en ella "se erigiese una columna donde se inscriba el nombre del señor Wheelwright”. Confiándose al Dr. Wilde la realización de las gestiones de compra del terreno necesario ante el señor Martín Cristoforetti, antiguo preceptor de la escuela de varones [11] y propietario de la chacra situada en el extremo de la calle Municipal (lib. cit. p. 67/68) Omitimos, detalles referentes a las sesiones del 30 de abril, 6 y 14 de mayo, y nos referimos a la que fue celebrada el 27 del mismo mes, en donde se concretó definitivamente, luego de aprobada la escritura de compra del terreno, la formación del la plaza y su denominación, tal como se había propuesto en la sesión del 23 de abril.
El 3 de junio, en sesión ordinaria se resolvió cercar el perímetro de la nueva plaza y su adorno con árboles, “debiéndose colocar dos líneas en su circunferencia”. Las constancias de pagos efectuados por trabajos llevados a cabo para la formación de la plaza darán una idea de las mejoras introducidas en el terreno baldío - según lo prueba una fotografía tomada en esos mismos días que alguna vez tuvimos ante nuestra vista.
Son ellas: al agrimensor D. Paulino Silva, se le abonaron $ 300 por la delineación de la plaza; a D. Mariano Otamendi, $ 750 por sesenta medios postes de ñandubay reforzados; a D. Juan San Martín, $ 620 por la escrituración del terreno adquirido. Todo ello en el primer semestre del año. Luego, en el segundo, una curiosa anotación, relacionada indirectamente con el ferrocarril: la del $ 50 por pasajes (los primeros de esa naturaleza) para dos presos y dos vigilantes; $ 70.300 a D. Martín Cristoforetti por el terreno adquirido; nuevamente a D. Mariano Otamendi, $ 16,759, por 132 postes y cuatro vigas para molinetes (aproximadamente un poste por cada cuatro varas) a D. Pedro Iturriaga, $ 320 por tornear 32 de los dichos postes. [12]
Luego, en el primer semestre de 1873,[13] existe designado un “cuidador de las plazas”, Carlos Merarda, que gana $ 320 mensuales; se compran 6 quintales de alambre para cercarla, en $ 946 y se abonan $ 2.720 a Juan Chega para alambrar el perímetro con una línea de alambre y una cadena. Se adquieren 16 molinetes a Juan Churrut, para cuatro plazas. [14]
Son estos los antecedentes conocidos sobre la plaza que lleva el nombre de Wheelwright, amigo de los humildes del viejo Quilmes y ligado al progreso de la zona cercana a la Ensenada, en particular. A este respecto juzgamos oportuno consignar varios conceptos: “Al proponer en 1882 el gobernador Dardo Rocha el engrandecimiento del histórico puerto de la Ensenada y la fundación de la actual capital de la provincia en las barrancas inmediatas, incluyó, con justicia, nombre de Wheelwright en la lista de aquellos que habían gestionado el engrandecimiento de la zona, pues debe considerársele como el más tenaz de los defensores de la rada”.
Secuencia del proceso de vandalización que sufrió el monolito hasta su total destrucción. |
Los autores cierran en texto con este entre paréntesis: (Tomado de una “Historia de Quilmes” en preparación), refiriéndose, sin duda, al libro “Historia de Quilmes” que el Archivo Histórico de la Provincia publicará al Dr. Craviotto en 1940, y que luego tuvo dos impresiones a cargo de la Municipalidad de Quilmes en agosto de 1966 y en febrero de 1969.
Compilación Prof. Chalo Agnelli
Biblioteca Popular Pedro Goyena
FUENTE
Imágenes del Libro “Historia del Ferrocarril Sud, 1861-1936” de William Rögind COD: 48071 http://infodestinos.com.ar/
ARTÍCULOS REFERENTES
Ver en el Blog EL QUILMERO del lunes, 26 de septiembre de 2011 “El ferrocarril, una larga travesía a Quilmes - Un periplo tragicómico 1857 – 1872”
Ver en EL QUILMERO del viernes, 24 de mayo de 2019 “Llegó el ferrocarril a Quilmes, The Standard” Por Alejandro Gibaut
EL QUILMERO del viernes, 12 de noviembre de 2021 “Origen de la plaza de la estación - Festejos por la llegada del tren” Por J. A. Craviotto Y A. Barrera Nicholson - 18 de abril de 1872
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del lunes, 26 de septiembre de 2011 “La larga travesía del ferrocarril a Quilmes un periplo tragicómico” 1857 – 1872 Etiquetas: Las tres fudnaciones de Quilmes - elquilmero.blogspot.com.ar/
[2] Con estas palabras fue designado Wheelwright por la Corporación Municipal de Quilmes del año 1872.
[3] Castro fue gobernador de la provincia de Buenos Aires
[4] El obispo Aneiros
[5] Se llamaba ‘nazarenas’ a las espuelas que algunos no se las quitaban y arruinaban las alfombras en las fiestas municipales. Las alfombras se colocaban sobre las tarimas donde se sentaban las señoras.
[6] Exp. 1 - M - 1872. “Movimiento de la Caja Municipal en el 1º y 2º semestre”, en el Archivo de la Junta de Estudios Históricos de Quilmes.
[7] William Rögind. “Historia del Ferrocarril Sud” Bs. As. 1935, Pág. 244.
[8] Atanasio A. Lanz. “Berazategui, apuntes históricos”. En el periódico “El Pueblo”, año IVº Nº 357, Quilmes, Junio 4 de 1920.
[9] Guillermina Sors. “El Puerto de la Ensenada de Barragán”. Publicación del Archivo Histórico de la Prov. de Bs. La Plata 1933, Pág. 32.
[10] Libro de actas Nº3 del antiguo Concejo Municipal Pág. 66. A mediados de 1934, el señor Oscar Parody lo encontró; sirviendo tal referencia como punto de partida para ampliar las informaciones obtenida por los autores en la citada fuente documental.
[11] No fue preceptor o maestro de la escuela de varones, sino que tuvo una escuela agrícola y de adultos.
[12] Expediente l-M-1872, citado.
[13] “Borrador de las cuentas pasadas al Gobierno en 1873” en el Archivo de la Junta de Estudios Históricos.
[14] Ibídem ant.
No hay comentarios:
Publicar un comentario