IDENTIDAD - PERTENENCIA - TRADICIÓN - INSTRUMENTO DE DIVULGACIÓN HISTÓRICA DEL PARTIDO DE QUILMES Y SU ZONA DE INFLUENCIA, DESDE MÁS ALLÁ DE SUS ORÍGENES EN 1666 CON LA COMPULSIVA LLEGADA DEL PUEBLO QUE NOS DIO GENTILICIO Y TOPONIMIA, LAS TRES FUNDACIONES, FRAGMENTACION POLITICA, ORIGEN Y DESARROLLO DE SUS INSTITUCIONES, BIOGRAFÍAS, COMENTARIO DE LIBROS DE AUTORES LOCALES Y TODA LA BIBLIOGRAFÍA REFERENCIAL QUE SURJA Y SE DESCUBRA... "NO SE AMA LO QUE NO SE CONOCE". CHALO AGNELLI
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lunes, 14 de junio de 2021
lunes, 7 de junio de 2021
DÍA DEL PERIODISTA, 50 AÑOS ATRÁS – ANA MARÍA DE MENA
A principio de los años ’70, el único
lugar terciario para estudiar periodismo en nuestro país estaba en la
Universidad Nacional de La Plata y era la Escuela Superior de Periodismo,
situada en calle 53 entre 9 y 10.
Allí cursamos con planes
experimentales algunas personas que estrenamos la profesión en Quilmes y
Berazategui, como Alicia Esteban, Carlos Iglesias, Fernando Pieske, Marta
Kostich, Mabel Rivero, discípulos de profesores de la talla de Silvio Frondizi,
José Panettieri, Blas Alberti y Teódulo Domínguez que nos enseñó los entretelones
prácticos del quehacer en la prensa.
Al llegar a una redacción nos
encontrábamos con experimentados cronistas iniciados como barrenderos o cadetes.
Mutuamente nos semblanteábamos hasta derretir la desconfianza inicial, y con
ellos completábamos la formación.
LA PALABRA
En Berazategui continuaba su aparición
el semanario “La Palabra”, fundado en 1925 por Braulio Echeverry.
Entre ese año y los ’70 se habían editado una veintena de números del periódico
“Berazategui”, de Julio C. Ardite Rocha en 1933 y “Energos”
de Pedro García Hueto en 1939. Eran
publicaciones de una zona que formaba parte de Quilmes. Quien residía en
Ranelagh y descollaba escribiendo y como dibujante era Jorge Barton. [1]
Volviendo a los ’70, con diez años
apenas de vida autónoma, en Berazategui vivían Antonio Garcias, con s final,
corresponsal de La Nación; Ángel Torrado que lo era de Clarín y Emilio Novas de
importantísima trayectoria nacional que escribía en La Palabra, donde también
lo hacía Fernando Veronelli, que había sido jefe de Policiales del diario El
Mundo.
DÍA DEL PERIODISTA
El 7 de junio Día del Periodista, las
autoridades municipales ofrecían un brindis a representantes de medios que
divulgaban las gacetillas y los avisos oficiales. Algunas empresas también hacían
agasajos. Llegué a participar en almuerzos convocados por Cristalerías
Rigolleau, servidos después de una recorrida por el establecimiento. A los
postres, obsequiaban productos de la fábrica: vasos decorados, platos rigopal,
fuentes pyrex, tazas durax…
En esos años la Municipalidad organizaba
el acto conmemorativo, que se hacía en proximidades del busto de Mariano Moreno
esculpido por Enrique Martinotti, emplazado en un pedestal sobre la vereda de
la calle Lisandro de la Torre, en adyacencias de la estación ferroviaria.
Los Bomberos Voluntarios participaban
formándose para el acto; y luego de colocada una ofrenda floral se oían las
palabras de un funcionario y las de un representante del Círculo de
Periodistas, una agrupación de personas vinculadas con las publicaciones
impresas de la época.
GIOCONDA BERTOIA
A continuación, nos dirigíamos a la casa de una socia: Gioconda Bertoia,[2] que vivía cerca. Íbamos caminando y apurábamos el paso por el frío. Ella nos recibía con mucha alegría. Charlábamos, le regalábamos flores, a veces compartíamos una infusión caliente y nos retirábamos viéndola contenta con esa visita, que ella esperaba entusiasmada y agradecía sonriendo. Por ser la “piba”, como me decían, yo era la encargada de entregarle el ramo.
La foto fue tomada en 1976 por
Leonardo Ledesma y en ella puedo identificar de izquierda a derecha a Enrique
Martinotti (apenas se ve); Carlos Herrera, Santiago Flamini, Egidio Fucci,
Ramón Gómez Canto, Enrique Rodríguez, Concepción Bolaños, Leopoldo Herrera y,
después de mí, José López Comendador; todos rodeando a Gioconda.
Medio siglo atrás no había virtualidad.
La comunicación era personal, las novedades se recibían por teletipos, las
notas se mecanografiaban en máquinas Olivetti, las confeccionaban en plomo los
linotipistas y, luego de diseñadas a mano por un diagramador, llegaban al
público impresas en papel. Pero esos formatos ya son historia. Como esta
evocación de aquellos años.
Ana María de Mena
7 DE JUNIO DE 2021
NOTAS
miércoles, 2 de junio de 2021
CALLE GABOTO DE QUILMES
La donación hecha por la familia García a la municipalidad de la franja de tierra lindera a las vías del ferrocarril, comprendida entre la acera sur de la avenida Carlos Pellegrini y la acera norte de la calle Entre Ríos, en 1977, permitió la prolongación de la calle Gaboto Oeste, que hoy se llama Canal de Beagley, hasta el túnel peatonal subterráneo, tuvo la virtud de hacer renacer en ese vecindario de Quilmes sus antiguas esperanzas de que habría de practicarse por fin la apertura de un paso bajo nivel o construcción de un puente que uniría ambos sectores de lo que y hoy es el centro comercial de la ciudad de Quilmes.
“En la sesión del H.C.D. del 10 de diciembre de 1927 se dicta una ordenanza dirigida a empresa ferroviaria, señalando que era indispensable mantener expedito el cruce de la calle Alsina, que constituía el mayor obstáculo para el tránsito normal [1] a la ciudad desde el oeste. Al efecto el HCD solicita que se debía construir un pasaje subterráneo para vehículos y peatones.” [2]
En el número de julio de 1941, la revista “La Urraca” anunciaba que estaban en condiciones de afirmar que se concretaría a la brevedad el cruce bajo nivel destinado a unir las calles Conesa y Santa Fe (hoy Rodolfo López) atravesando las vías. El jefe del departamento de obras públicas de la municipalidad era el Ing. Carlos España secundado por el Ing. Luis A. Casabona Aranda y el arquitecto Lario A. Lagos. Por muchos años, hasta la fecha en que se inauguró el puente “14 de Agosto”, en esa fecha de 1970, y los pasos bajo a nivel de Alberdi-Int. Oliveri y Saavedra-San Luis el progreso del barrio La Colonia, fundado en 1896 por don Santiago Valerga, se vio frustrado por el insalvable impedimento que creció con la injustificada clausura del paso a nivel de las calles Alsina-Pellegrini, por donde cruzaba el tranvía 22 rumbo a la Ribera.
El tranvía cruzando el paso a nivel entre las calles Pellegrini-Alsina es de 1952. Aparece en el diario “El Sol” del lunes 21 de enero de 1952, en una nota reclamando que se incluya en el Segundo Plan Quinquenal la construcción en el lugar de un paso bajo nivel, dado lo peligroso de ese cruce para peatones y medios de locomoción. (Alcibíades Rodríguez)
EXCUSAS DE LA LÍNEA ROCA
A lo largo de las décadas, fueron incesantes las gestiones efectuadas en las más altas esferas gubernamentales nacionales y provinciales, entrevistas, reuniones, proyectos y, en una palabra, la motorización del periodismo, de las instituciones, de la industria y del comercio para conseguir ese objetivo, pero todo se vio estrellado siempre contra la negativa terminante de ¡ las autoridades de la empresa ferroviaria, que por incoherentes y ocultas razones le han negado reiteradamente a Quilmes lo que sin tantos preámbulos le autorizaron a otros peticionantes como la construcción del viaducto de Sarandí y de los pasos a bajo nivel de Lomas de Zamora, Lanús y Temperley, todos ellos de extraordinaria importancia para el progreso y para la seguridad física de los vecinos de esas ciudades. La excusas eran que el paso estaba demasiado próximo a la estación, que se habían dado algunos accidentes peatonales, cosa que se hubiera podido evitar si la empresa del Roca ponía en el cruce personal de salvaguarda y otras cuestiones por el estilo.
El auge que se dio oportunamente a la avenida 12 de Octubre, además del cruce vial de esa arteria con la calle Olavarría y luego el mencionado puente, en detrimento del incuestionable derecho de la avenida Carlos Pellegrini a comunicarse sin trabas con el casco céntrico de la ciudad por fundamentales razones como lo son su conexión directa con la estación del ferrocarril y su indiscutible condición de avenida con cuatro carriles y su vinculación con las dos grandes vías de acceso a Buenos Aires y La Plata, el camino Genera Belgrano y la avenida Calchaquí, no había decrecido el entusiasmo y las esperanzas de ese sector de población, que pensaba que se iban dando las condiciones para que las autoridades municipales intentaran obtener de la autorización de la administración del Ferrocarril General Roca para que, se construya en este punto la vía de comunicación tanto tiempo anhelada. Con la incorporación al patrimonio urbano de esa porción de calle, la oportunidad era propicia.
UN RECLAMO JUSTO, ANSIADO Y DE REAL INCLUSIÓN
Prof. Chalo Agnelli
Director del Blog EL QUILMERO
NOTAS
[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 6 de septiembre de 2012, “Nefasto Cruce Peatonal Alsina - Pellegrini y otras dificultades urbanas - La línea 278”