LOS CHINELLI
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Del libro "La Colonia de Valerga"
Entrevista e investigación Prof. Chalo Agnelli
Después de 1850,
aproximadamente, comenzaron a llegar diversas especies vegetales de distintos
puntos del planeta que hombres y mujeres de la época plantaron en sus campos,
parques y jardines. Por esa época llegaron los eucaliptos entregados por
Sarmiento a Leonardo Pereyra y a Andrés Baranda para sus tierras, que cultivó
el jardinero profesional, Carlos Vereecke.[1]
Según el Dr. José A. Craviotto [2] “… don Andrés Baranda, recibió personalmente de
Sarmiento las semillas necesarias para preparar un almácigo en su quinta en
Quilmes, en la media manzana comprendida entre las calles Rivadavia entre
Sarmiento y General Paz. Con las plantas que allí brotaron, ya en 1860, fueron
arboladas grandes extensiones de la Estancia Grande , antigua propiedad de don Bernabé
Giles — padre político de don Andrés —, entonces en jurisdicción del partido
de la Ensenada ,
así como en la chacra que ese año había adquirido Baranda de don Pedro Costa.”
En Quilmes el mimbre fue
un cultivo exitoso en el bañado en tierras fiscales que la municipalidad
arrendó a Guillermo Parry. Cuenta el historiador quilmeño Prof. Manuel Ales en
su libro “Síntesis Histórica de Quilmas 1856-1966”: “En 1885
Guillermo Parry compró en remate los lotes 3 y 4 del bañado municipal y,
posteriormente también los 1 y 2, […] comprendidos entre las calles
Cevallos, Alem, arroyo Manzanos (actual avenida Cervantes), Hernández, Mozart
y Olavarría hasta Cevallos. […] el objeto del establecimiento era el de
explotar leña, frutas, mimbre, etc., a cuyo efecto se formó un monte de sauces,
palmeras, mimbres, membrillos, perales, álamos, etc.
Según ‘El
Quilmero’ del 18 de octubre de 1888, entonces había: 800.000 plantas de mimbre, sauces y álamos Carolina, 200.000
casuarinas; 600.000 pinos en masetas y 300.000 frutales.”
Y los emprendimientos
arbóreos continuaron y muchos inmigrantes se plegaron a la gran tarea de
enverdecer las grandes extensiones de nuestra Argentina. Entre ellos se
destacaron, además de Andrés Baranda, Leonardo Pereyra, el Dr. José Antonio
Wilde con sus plantas de boj, Andrés Rosso y sus viñedos, don Roberto
Clark y las tres generaciones de la familia Chinelli.
PRIMERA GENERACIÓN
Bartolomeo
Chinelli vino de 16 años de la
Lombardía , al norte de Italia. Que causalmente tiene como
símbolo de la región una rosa en campo verde. Bartolomeo ya traía la impronta
vegetal en su sangre. En el censo local de 1869 figura como agricultor y su
compañera María Palma, ama de casa.
Trabajando duro, hasta 16
horas por día, el joven lombardo, peso sobre peso logra ahorrar un capital para
comprar a Juan Montes una chacra en las afueras de Quilmes donde cultiva un
viñedo, construye una importante vivienda y galpones para almacenamiento.
Extensión circundada hoy por las calles Laprida, Vicente López, Oscar Smith y
Manuel Quintana.[3]
María y Bartolomeo
resuelven casarse en 1873 y acuerdan saldar la deuda con Monte para asegurar el
futuro de la familia, para ello Bartolomeo pide un préstamo de mil pesos a
David Spinetto, paisano suyo, pero de Chivari, [4] muy cercano en el afecto;
un inmigrante que había alcanzado un nivel económico floreciente en el ramo de
la madera, artículos de construcción y aserraderos a vapor. Sin dudarlo
Spinetto le entrega el dinero y Chinelli el título de la propiedad.
En ese campo nacen sus
hijos: Pablo, Vicente Bartolomé, Manuela, casada con Segundo Hurra - medianero
en Tristán Suárez en campos de una familia porteña – María casada con Viglietti
y Teresa casada con el Sr. Fanchi, que, durante muchos años, fue ama de llaves
de los Chavarri una familia de origen vasco de Gral. Villegas, vecinos del
establecimiento “La
Providencia ”, también de Clark que luego heredaron
sus 8 hijos.
Además de la dureza de las
labores de la tierra y la dependencia que la agricultura tiene con lo
climatológico, sobre todo en aquellas épocas donde la tecnología apenas se
asomaba con el ferrocarril, que llegó a Quilmes en 1872, Bartolomeo participó
activamente de la vida social del pueblo. Fue uno de los fundadores de la de la Sdad. Italiana de
Socorros Mutuos Cristóforo Colombo, en 1878. Dando nacimiento al
mutualismo y al cooperativismo en la zona sur. Esas instituciones eran en
aquellos años lo que hoy representan las obras sociales.
Bartolomeo Chinelli
progresa rápidamente con sus cepas, que se extienden por varias hectáreas, y
considera que es momento de devolver el dinero, pero Spinetto le sugiere que
siga disponiendo de él para mejorar su producción, que por su parte no tenía
urgencias económicas y Chinelli confiado y siempre proyectando mejoras, le hace
caso.
Pasan los años y David Spinetto
le vende el título de propiedad a su hermano Juan que, incomprensiblemente,
demanda a Chinelli por $ 100.000. Insólitamente a los 1000 se le habían
agregado dos ceros.
En 1878 se inicia un
juicio verbal viciado de nulidad y le arrebatan las tierras que había trabajado
con tanta pasión, transformado un llano de cardales, yuyales y arbustos
achaparrados en un viñedo con bodega, huerta de frutales, casa y dependencias,
barricas donde el espíritu del vino se había amalgamado con la sangre lombarda;
todos factores de envidia, sentimiento que despertó la oscura ambición y
fraguó el despojo.
Diversas circunstancias
negativas para la familia y las vinculaciones nulas que el emigrante tenía con
círculos de poder, obligaron a don Bartolomeo a resignar el pleito;
circunstancias aquellas que, luego, hasta pusieron una sombra sobre los motivos
del fallecimiento de su primogénito Pablo.
SEGUNDA GENERACIÓN
Al año siguiente, el 29 de
enero de 1879, nace en Quilmes Vicente Bartolomé, Cursa las primeras
letras en la escuela Nº 1 de Quilmes, en ese entonces sólo de varones. La
familia aún vivía en Laprida y Vicente López. Pero pronto tendrían que irse. El
remanente de la producción obtenida años anteriores les permitía sostenerse.
Bartolomeo con sus hijos Pablo y Vicente salín con un carro cargado de
damajuanas y botellones que vendían en el pueblo, las chacras próximas, los
vecinos pueblos de San Juan, San Francisco y hasta llegaban a Barracas al
Sur (Avellaneda).
En 1896, Vicente, con 17
años, comienza a trabajar en la chacra de Carlos Dorado, un vecino proveniente
de Bolivia que tuvo minas de plata en Tarija. Propiedad que, junto con la
suntuosa casona sobre la
Avda. La Plata, adquirió años después don Carlos Hillner y
Decoud. El muchacho estaba a cargo del regadío de las plantaciones y ganaba 20
centavos por día una galleta criolla y una taza de mate cocido.
En 1898 comienza a
trabajar para Roberto Nadel Clark, en el bañado, en tierras que este
tenía frente al Río de la Plata ,
próximas al chateau Parry. Clark pertenecía a una vieja familia quilmeña de
origen británico, vinculada a propietarios de saladeros que se remontaban a
siglo XVIII. [5] Don Roberto había traído
de Inglaterra y de Francia arboricultores y botánicos que enseñaron a Vicente
todo lo referente a la arboricultura: podar, injertar, desinfectar. [6]
Con su natural iniciativa
e ingenio pronto se hizo un experto y aportó innovaciones apreciables para la
producción frutícola. Entonces el 1º de enero de 1900, Clark lo traslada a la Excelsior
como capataz de 44 peones y vivienda. Este campo ocupaba más de 100 ó 120 ha, desde Calchaquí, hasta Avda. La Plata y desde la calle
Gutiérrez hasta Craviotto. El 80 % estaba ocupado por un monte de duraznos, que
en gran parte se exportaban a Inglaterra para dulce y destilería de aguardiente
y licores; en el resto del campo había diversos frutales: ciruelas, pelones,
almendros, peras, castaños, caqui. Había traído de Europa un tanque australiano
de 2 cm
de espesor, para riego de un millón de litro de agua que se llenaba bombeando
agua con un molino que tardaba 8 días y 8 noches en llenarse, siempre que
hubiera viento. Había un galpón de 8
m de ancho por 25 m de largo en cuyo altillo dormían los
peones. La parcela donde se hallaba el tanque luego fue adquirida por la firma
Rodríguez & Bonomi que la vende a Miguel Campomar y este a su vez, a su
cuñado el Dr. Echeverría (hoy dos megasupermercados y centro comercial) .
Además Roberto Clark tenía
otros campos La Materna
y La Bella Vista ,
esta última a la altura de la Avda. Calchaquí y Gutiérrez hacía el NE, que
algunos confunden con la fonda “La Bella Vista ”
de Luís Arribas, que se hallaba en Avda Calchaquí y Triunvirato, esquina NO,
uno de los edificio más viejos de Quilmes, de dos plantas asentado en paredes
de barro de 60 cm
de espesor con almacén al frente, despacho de bebidas, cocina, dependencias y 8
habitaciones en el piso superior. El vivero Excelsior y La
Materna , fueron las 41 ha originales de don
Roberto Clark, de las cuales, como se verá, 29 ha , o sea una parte, la
sucesión Clark vende a Antonio Lamolla, de origen catalán, que luego compra las
otras 12 hs., donde Vicente Bartolomé Chinelli había quedado trabajando con la
sucesión de Clark.
Pero volviendo a don Barolomeo
Chinelli, el lombardo, no salió indemne de la pérdida de su propiedad en 1878,
tierras donde hoy se extiende el parque de la Ciudad y la cancha de Quilmes, su salud fue
flaqueando y falleció el 4 de noviembre de 1899.
Vicente Bartolomé, el 25 de mayo de
1912, se casó con Rosa Bodino, también quilmeña hija de Santiago Bodino, obrero
cervecero, y Luisa Astesiano, en la parroquia de la Inmaculado Concepción.
La pareja se quedó a vivir en la casita construido para ellos en el año 1912.
Luego Clark le cede otra comodidad denominada “Del Medio” y cuando Lamolla compra los campos se mudan al caserón
donde solía residir Roberto Clark cuando visitaba sus propiedades y que
alternaba con su casona de Quilmes ubicada en las calles Conesa y Mitre.
Vicente y Rosa tuvieron
cinco hijos: Honorio Vicente (n.25/4/1913 +31/5/94), Vicente Bartolomé (1/3/17 +1973),
Roberto Santiago (12/4/23), Rosa Enriqueta (1/12/26 +2/6/95) y Rubén. Todos
nacidos en el campo que fue de Roberto Clark quien con su esposa Enriqueta
Hilliard tenía un especial afecto por Vicente y su familia.
El único teléfono del
lugar era el de la casa de los Chinelli porque cuando se instala la Unión Telefónica
en Quilmes Roberto Clark que tenían acciones en la misma obtiene una
línea con el número 11; lo que se prestaba para algunas confusiones cuando aún
había telefonistas que marcaban mal y las confusiones se producían con el
número 1 de la cochería de Escobar y el 111 del Banco Popular de Quilmes. Y
para trasladarse, estas familias utilizaban los coches y las volantas de Carlos
Gatti el primer taxímetro de Quilmes. El médico de la familia era el Dr.
Sobrero que vivía en un chalet aún existente en la calle Hipólito Yrigoyen
entre Carlos Morel y Videla.
En 1923, después de
fallecido Clark en enero de 1920, sus descendientes venden por $ 60.000 la
propiedad de la quinta “La Materna ”, sobre Calchaquí con salida por
Avda La Plata ,
a Lamolla, que le ofrece a Vicente quedarse a trabajar para él en el vivero “Excelsior”.
Llegan a un acuerdo por el cual Chinelli queda desligado de La Materna ,
permaneciendo a cargo de 12 ha .;
circunscriptas, aproximadamente, desde la calle Constancio C. Vigil
hasta una cuadra antes de la calle Bolivia, limitando en los fondos con La Materna de
Lamolla, hoy, aproximadamente, Estanislao del Campo. Linderos estaban los
campos de las familias Sarries y Arrastúa. Con el nuevo propietario siguió para
los Chinelli la bonanza que habían gozado con don Roberto Clark.
Como era costumbre en esos
años, donde la palabra y el honor eran valores aún muy apreciados, el arreglo
con Lamolla había sido de palabra. Este empresario tenía un establecimiento frutícola
en Entre Ríos llamada “El Arenal” donde cosechaba naranjas, limones y
mandarinas y en Río Negro otra extensión en la estación Ferri (FCS),
establecimiento "La
Alianza ", cerca de Cipolletti, con plantaciones de manzanos. Todos los
almácigos se llevaban de Quilmes, de los viveros que trabajaba Vicente con sus
hijos. Por año, se enviaban a esas provincias entre 1500 y 2000 plantas de
manzanos en un 80% y el resto perales.
En un primer momento, con
Roberto Clark, Vicente estuvo a sueldo, situación que prevaleció hasta 1923 en
que, pasando las tierras a Lamolla, cambia su situación laboral a tantería del 75%,
corriendo con todos los gastos, hasta 1938 que pasa a medianería.
En Calchaquí ya se había
hecho el camino del Touring Club, de
un anchor de 6 m
a los costados un paredón de tierra colorada abovedada, este camino se extendía
desde el triángulo de Bernal hasta el cruce Varela; y cada 400 m un paso con tirantes de
lapacho o quebracho de 20 a
25 cm
colocadas a una distancia de 5
cm uno de otro para que el agua de lluvia vertiera y los
caballos u otros animales no metieran la pata; cuando llovía se cerraba la
calle en el triángulo de Bernal para que los vehículos no la estropearan. Carros
ni jinetes podían trasladarse por ese camino, era sólo para automóviles, camiones
y motos; se dejaron 8
metros de ancho para aquellos.
Muerto Vicente
Bartolomé el 11 de setiembre de 1944, el propietario les pide a los hijos las
tierras para lotearlas y venderlas, considerando que, adoquinada la Avda. Calchaquí ,
el valor había crecido considerablemente. Los Chinelli aceptan y piden la
indemnización correspondiente, dado que no tenían casa propia – habían vivido
en el lugar desde que llegó don Vicente en 1900 - y como cuentapropistas
tampoco tenían fuentes ingresos. El Sr. Lamolla se las niega e inicia una
demanda judicial. Afortunadamente, gracias a la intervención del abogado vecino
Dr. Echeverría, hacen un acuerdo para no transitar un pleito largo y
perjudicial para ambas partes. Según el convenio, los Chinelli recibirían $
50.000, por el medio siglo trabajado. El dinero se les entregaría en dos
mitades, una al firmar el acuerdo en enero de 1952 y la otra al abandonar la propiedad en el
plazo de un año en 1953.
En 1945 los hermanos
Chinelli, previsores, habían alquilado dos hectáreas a la familia Elesgaray de
Quilmes donde prosiguen con la pericia de arboricultores que les habían legado
su abuelo y su padre.
Unos años antes, en 1942,
se habían rematado los campos de la Cooperativa de Hacendados que luego fueron del Sr.
Saavedra y Roberto Chinelli compra para la familia, en 1947, el terreno
de la esquina de la
Avda. Calchaquí y la calle Luisa Bertana; se construye la
vivienda y el 6 de febrero de 1953 todos se mudan a esa propiedad.
Rubén, el menor, fue el
único que no se dedicó a las plantas, se recibió de perito mercantil y trabajó
en una cooperativa y luego entró en el Banco Popular de Quilmes donde se
jubiló; se casó con Nora Trovías, tienen dos hijas Karina Luján y Adriana
casada con Carlos García con
quien tuvo dos hijas, Julieta e Ignacio Agustín García Chinelli.
Honorio, Vicente y
Roberto, como trabajadores independientes obtuvieron del Banco Hipotecario un
crédito de $ 91.000 pesos para emprender los trabajos iniciales y en abril de
1956, compraron la propiedad de los Elesgaray con un préstamo del, casi
homónimo, Dr. Julio Achinelli, emparentado con una familia de empresarios de
Quilmes. Los hermanos explotaron el propio vivero con cuatro peones y un casero
durante 50 años hasta 1995.
TERCERA GENERACIÓN
Retomando la sucesión
generacional volvemos a don Roberto Santiago Chinelli, nacido el 12 de
noviembre de 1923 cuando ya las tierras que trabajaba su padre eran de
Lamoglia, en cambio sus dos hermanos mayores habían nacido en ese mismo lugar
pero cuando aún era propietario don Roberto. Fue a la escuela Nº 3 cuando
estaba en la esquina de Gral. Acha y Amoedo frente a la Asociación Alemana
Vörwaerts, [7] fue su maestra la señorita
María Corrales y directora la señora Dora de Brandi, cuyo esposo el contador
Carlos Brandi tenían en 12 de Octubre y Acha un almacén de ramos
generales.
Se compromete con Isabel
Barni, también de vieja familia quilmeña, el 14 de febrero de 1953, con este acontecimiento
inauguran la casa de Avda. Calchaquí y Luisa Bertana.
El 1º de abril de 1954,
Isabel y Roberto se casan por civil, en Quilmes, en el viejo Registro Civil de
la calle Pellegrini entre V. López y Sáenz Peña y dos días después, se hace la
ceremonia religiosa en la iglesia Ntra. Señora de Lourdes. Tienen un hijo,
Roberto Santiago (h), nacido el 4 de noviembre de 1957, administrador de
empresas, casado con Claudia Zienka los cuales le dieron tres nietos, Federico,
Ivana y Agostina; la cuarta y quinta generación de Chinellis. Roberto Santiago
(h) de alguna manera sigue relacionado con la tierra como presidente de “Siembra
y Cosecha”, una productora y comercializadora de sembradoras con planta
industrial en Rosario; compañía que se fundó en 1998 y que en 2004 adquirió las
instalaciones, activos y marca de “Migra”, una tradicional empresa
fundada en 1949 con una amplia trayectoria y reconocimiento, una de las
pioneras la tecnología para siembra directa".
Roberto Chinelli recibió
en 1978 de la Sdad.
Italiana Cristóforo Colombo el diploma por ser, como
socio, nieto de uno de los fundadores.
Muchos fueron los vecinos
de ese extremos de Quilmes Oeste, inmigrantes que formaron familias que se
extendieron por todo el sur bonaerense y dejaron una descendencia que definió
el perfil de una clase media nacional con características muy propias.[8] [ Algunos de esos vecinos
fueron: Roberto Cerdeiro y su esposa Margarita Borro, con almacén en la esquina
de Triunvirato y Calchaquí (hoy restaurante Don Ata) luego pasó a Amoedo y
Calchaquí (hoy restaurante El Rodeo), Alberto y Esteban Borro, con
almacén y cancha de bochas cubierta, en esquina de 12 de Octubre y Calchaquí,
Benjamín Carreras, también casado con una Borro, Rodríguez, Bonomi, Miguel
Campomar, propietario de hilanderías y fábricas de tejidos de lana, [9] Echeverría, Miguel Navas,
corredor de bolsa. Próximas al Camino Gral. Belgrano estaban las quintas de la
viuda de Pradere, la de Francisco La
Pietra , el chalet de Otto Frenkel, etc.
En setiembre de 1973
fallece Vicente Bartolomé y nueve días después su madre Rosa Bodino. Honorio
fallece el 31 de mayo de 1994 y al año siguiente, el 2 de junio, muere su
hermana Rosa. Ninguno de estos tres Chinelli dejó descendencia. Pero antes que
Rosa, el 26 de enero de 1995, había fallecido la esposa de Roberto, Isabel
Barni. Pérdidas, estas, que en el plazo de dos años dejaron desmantelada la
familia.
Largo fue el camino,
fatigoso, generoso y cruel como todos los caminos, casi 140 años abriendo
surcos en el suelo argentino, fecundo a veces, árido otras, pero siempre el
mismo espíritu de progreso calificó a estos Chinelli como a tantos otros
inmigrantes que nos dieron identidad, pues somos lo que todas esas culturas más
las originarias amalgamadas alcanzaron hasta esta síntesis todavía en desarrollo.
Entrevista e
investigación Prof. Chalo Agnelli
oct/nov/diciembre de
2009 - marzo 2010
[1] V. en el blog http://elquilmero.blogspot.com/ “HISTORIAS, MISCELÁNEAS Y OTROS
CHISMES DE MÁS ACÁ”
[3] Hoy en el lugar hay: un barrio cerrado, el
polideportivo municipal, el estadio de fútbol del Club Quilmes y el Parque de la Ciudad.
[4] Ciävai en lígure es una comuna de Italia en la Provincia de Génova. V.
“Cuaderno de Identidad Nº 1” Agnelli, Ch.
Ed. Tiempo Sur, 2010.
[5] V. “Migraciones-
cuatro colectividades quilmeñas – cinco familias para una historia social”
Ed. Jarmat - 2006
[7] EL 1º de enero de 1882 a iniciativa de Carlos
Mucke se fundó el CLUB VORWAERTS, una asociación de trabajadores alemanes;
convocó a obreros de esta nacionalidad en la cervecería Bieckert; se dio
principios y objetivos socialistas, hizo contacto con trabajadores argentinos
estimulando la creación de organizaciones sindicales; en su amplio salón se
realizaron asambleas de muchas organizaciones sindicales.- Alfredo N.
Battaglia. Historia del Movimiento Obrero – Resumen. Mar del Platas 25/10/06
[9] El día 22 de julio de 1932, reunidos en la Unión Industrial
Argentina, un grupo de hombres de empresa convocaron a los industriales
textiles para agruparse en una entidad que tuviera por finalidad: “Defender los
intereses de la industria textil, fomentar su desarrollo y perfeccionamiento,
representar a sus asociados, promover el bienestar de los mismos y prestigiar
el mejoramiento económico y moral de la clase obrera ocupada por la manufactura
textil del país”. Fueron esos hombres: el Ing. Francisco PRATI y don
DESIDERO POZZI, por Hilanderías de Algodón; don Miguel Campomar y don J.
Salvador Córdoba, por Hilanderías y Fábricas de Tejidos de Lana; don RAÚL RICO
PEÑA y don LAURENCIO ADOT, por Fabricantes de Tejidos de Algodón; don ERNESTO
L. HERBIN y don ÁNGEL COLOMBO, por Fabricantes de Tejidos de Punto; don RAÚL
LAMURAGLIA y don SIMÓN MIRELMAN, por Fabricantes de Tejidos de Seda; don JOSE
ARENAS BRACERAS y don HENRI PIETTE, por Fabricantes de Tejidos de Lino y
Cáñamo; y don ROBERTO FRASER y don MANUEL FONTECHA MORALES, por Manufacturas de
Yute, Sisal y Anexos. Así nació la Confederación Argentina
de Industrias Textiles.
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