miércoles, 1 de mayo de 2019

HOSPITAL DE QUILMES, RECUERDOS DE LO QUE FUE... SANTIAGO J. DEAMBROSI - POR JOSÉ GOLDAR


José Goldar
Hay memoriosos del Quilmes de ayer que hicieron posible el Quilmes de hoy. EL QUILMERO con la reproducción de esta nota se engancha como un eslabón más a la cadena que inició don Santiago J. Deambrosi y prosiguió aquel multifacético quilmero que fue don José Goldar. [1]
Este trabajo forma parte del libro sobre la Historia de la Sociedad Hospital de Quilmes, Isidoro G. Iriarte, desde 1919 hasta 1972 de José Goldar con aportes, según cuenta don José de los descendientes de Santiago J. Deambrosi vecino de nuestra ciudad y propulsor y servidor de la obra humanitaria que representa el Hospital, que tuvo su origen en la actitud solidaria y de espíritu generoso de los quilmeños de las primeras décadas del siglo XX. Porque el Hospital de Quilmes nació como obra de su pueblo.

La reseña que aquí se transcribe fue obra de don Santiago J. Deambrosi, de quien Goldar fue amigo y colegas de trabajo en el Ferrocarril del Sud.
Nadie mejor que Deambrosi para trazar esta historia pues fue presidente, secretario y administrador durante décadas de esa Institución de la Salud.


ORIGEN DE ESTE APORTE
Por Santiago J. Deambrosi 
Correspondiendo al pedido de personas amigas recopilédi­versos recuerdos relacionados con el Hospital en su origen y primeros tiempos. No pretendo hacer historia, sino
Santiago J. Deambrosi
revivir algunos datos en parte recogidas del material en mi poder o que conserva mi memoria y que podrían quedar definitivamente olvidados; se trata de sucesos vividos durante los 42 años en que estuve ligado a la Institución, es decir, desde sus primeros tiempos hasta fines de 1969, cumplido ya el primer cincuentenario de su fecunda actividad. Voy a hacerlo en forma sucinta, evocando a veces hechos intrascendentes, pero que pueden contribuir a dar una idea del ambiente en que surgió, evi­tando incursionar en lo posible en lo ya publicado en memorias, boletines, sobre todo en lo que concierne al tiempo en que el Hospi­tal estaba ya afianzado y por ello, generalmente conocido por la presente generación.
Quisiera no omitir nombres de los primeros y generosos acto­res y si ello ocurre cúlpese a mi frágil memoria”. 
LA ATENCIÓN SANITARIA EN QUILMES A PRINCIPIOS DE SIGLO 
“Aun incurriendo en repetición, no puede dejar de mencionarse el nombre de Da. Juana Gauna [2] iniciadora, secundada después por otra dama de espíritu humanitario, Da. Federica Dorman de Quijarro y otras, que con empeño, lograron montar un hospital modesto, que empezó a funcionar el 26 de agosto de 1886, en la calle Alsina, entre San Martín y Moreno, dependiente de la Sociedad Damas de Caridad de Santa Rosa, el cual alcanzó un éxito transitorio, pues por motivos extraños a su funcionamiento, se cerró en mayo de 1888. [3] En dicho nosocomio prestaron voluntarios servicios los Dres. Julio S. Fernández Villanueva y Pacífico Díaz (Se refiere luego el señor Deambrosi al accidente ferroviario sufrido por este último en la estación local, a consecuencia del mismo, perdió ambas piernas, pero continuó en el ejercicio de su profesión en la Capital Federal, en su consultorio) Cabe men­cionar las empeñosas gestiones posteriores del Intendente Municipal don José Andrés López, que no pudo cristalizar.
Es sabido que, hasta la creación de nuestro hospital, el servicio médico social consistía en una modesta Sala de Primeros Auxilios comunal instalada en un antiguo edificio existente en el mismo lugar donde hoy se eleva el palacio municipal (hoy Casa de la Cultura) No obstante la buena voluntad de los médicos que la atendían, sus servicios eran muy precarios; carecía de muchos elementos y de lugar de internación, de manera que cuando debía practicarse alguna intervención qui­rúrgica de importancia, el enfermo
debía ser trasladado al Hospital Fiorito de Avellaneda, generalmente en una Zorra del Tranvía Buenos Aires y Quilmes, que facilitaba la Cervecería y puede supo­nerse lo que esto significaba para los pacientes. A pesar del clamor público, el fracaso de las tentativas anteriores no constituía, un estímulo para quienes abrigaban la aspiración de concretar el propó­sito de tener un hospital. No obstante, al promediar 1919, un grupo de prestigiosos vecinos animados de un decidido espíritu de sacrifi­cio y sano optimismo acometió la tarea, ‘Sólo pensando en cosas grandes, se prepara el alma a ejecutarlas’ (Miguel Cané)” 
Recuadrado en rojo el Hospital Iriarte (circa 1935)
FUNCIÓN DE LA SOCIEDAD 

En el tercer capítulo se refiere el señor Deambrosi, a la funda­ción de la Sociedad y relata las gestiones previas ante los médicos, la convocatoria del 31 de julio de 1919 y detalla la primera Comi­sión Provisoria, tal como quedó integrada por un núcleo de caballeros de nuestra ciudad.
Recuerda que Allinson Bell con quien tuvo el honor de actuar en sucesivas Comisiones Directivas, hablaba con acento británico y por ello, muchos lo creían inglés, pero él aclaraba con orgullo que era argentino, a lo cual agregaba que “el hospital es mi templo”. 
Designada la comisión, como consta en acta, para crear un hospital queserá de carácter particular y no municipal, administra­do por una comisión de vecinos que proyectará la organización del mismo’, sus integrantes no desmayaron en los primeros pasos que suelen ser siempre los más difíciles, y con tesón y trabajo, fue afirmándose la obra, que ha merecido de destacadas personalidades científicas y oficiales muy justos elogios”.

Plaza Villa Armonía, en La Colonia (I. Malvinas, Blas Parera, O´Higgins, Tucumán), manzana que la inmobiliaria Fiorito Hnos & Sambrizzi ofreció para instalar en Hospital, pero en aquellos años era una zona muy despoblada y la condición de sus calles de tierra hacía inaccesible el acceso fácil al lugar. 
Alude después a la dona­ción de un terreno por la firma Fiorito Hermanos, quienes habían ofrecido a la Municipalidad donar una parcela de tierra en Quilmes Oeste (hoy plaza de Villa Armonía)  para instalar en ella un hospital y que no obstante las reite­radas gestiones para que se cambiara el destinatario del donativo ello no tuvo éxito. Después “se recurrió a industriales, comerciantes, instituciones y público en general por medio de carteles, circulares y cuanto arbitrio se consideró necesario para remover el escepticismo reinante en gran parte de la población”. La operación de compra de la propiedad fue escriturada por el escribano don Antonio Massi. La piedra fundamental se colocó en el subsuelo del pabellón 1, siendo padrinos el Dr. Marcelo T. de Alvear y la esposa del Gobernador de la Provincia Da. Josefina Achával de Cantilo.
Después menciona el señor Deambrosi al primer Cuerpo Médi­co y recuerda que: “el 6 de abril de 1925, mediante un convenio de la Comisión Directiva con el Comisionado Municipal Dr. Héctor J. Terrile, las autoridades comunales transfirieron al Hospital todos los elementos existentes en la Sala de Primeros Auxilios, incluso la ambulancia en el estado precario en que se encontraba, encargándose el Hospital de su reparación. El Hospital ratificó el convenio el 14 de junio de 1925 y por el mismo se hacía cargo de la atención de los servicios de primeros auxilios que hasta allí prestaba el Mu­nicipio que en el presupuesto incluiría la sumía necesaria.”
Detalla don Santiago minuciosamente cómo fueron instalados en el edificio de la quinta (Pabellón 1) todos los servicios y laadmi­nistración, cómo se obtuvieron y plantaron los árboles conseguidos en el vivero oficial de Melchor Romero y cómo fueron ampliadas las construcciones, la creación de nuevos servicios en constante su­cesión, la instalación del tambo, etc. Relata los esfuerzos del Dr. Isidoro G. Iriarte para conseguir radium, lo que era en él una verdadera obsesión, “lo cual se logró poco después del fallecimiento del noble fundador”.
Dr. Isidoro G. Iriarte
 EL HOSPITAL EN MARCHA: 
EL PABELLÓN DE MATERNIDAD 

“Al termi­nar su visita el Presidente de la República general Agustín P. Justo, dijo: ‘aquí no hay olores’, agregando el
El Dr. Iriarte escucha a don José Goldar en un homenaje


Gobernador Dr. Manuel A. Fresco: ‘sí; aquí huele a limpio’ y un ministro de Salud Públi­ca de la Nación, exclamó en otra ocasión: ‘ojalá merecieran el mismo juicio algunos hospitales de la Capital’. El 8 de diciembre de 1944 fue inaugurado el pabellón de Maternidad, edificado y costeado íntegramente con las donaciones de los señores Bemberg. El costo del edificio fue de $ 483.273,65, y las instalaciones, mue­bles, equipos y ropas $ 148.788,18.”
 
LAS NUEVAS Y MODERNAS AMPLIACIONES
“En diciembre de 1957, se autorizó al Dr. Agustín A. Salvati la realización de su iniciativa de erigir un pabellón para Lisiados, obra que fue dirigida y planeada por el arquitecto Homero S. Deambrosi, y los trabajos estuvieron a cargo de una comisión ‘ad hoc’ que, con gran empeño, logró reunir los fondos para costear el edificio de dos plantas y un subsuelo, dotarlo de modernos equipos para la especialidad; allí, además funciona una escuela de Diferenciados. No satisfecho con esto, el Dr. Salvati se propuso construir un edificio para el servicio de Ortopedia y Traumatología; logró que se reali­zara una cena cuyo cubierto fuese de diez mil pesos m/nacional y,, ante la incredulidad de muchos, la misma reunió 201 comensales,, entre los que se hallaba el Vicegobernador de la Provincia Dr. Ar­turo Grosetti. ‘La Nación’ comentó el hecho como caso único hasta entonces y la calificó de ‘cena millonaria’; con otras donaciones el servicio fue dotado con equipos de gran valor y de la última con­cepción en la especialidad desde el punto de vista técnico y cientí­fico para brindar a los pacientes una atención completa y eficaz en su labor reparadora.” 
EL TAMBO
“El 24 de agosto de 1929, el Intendente Municipal, Dr. Emilio Torre, cedió, a título precario, una fracción de propiedad del mu­nicipio, 22.243 m2, hoy propiedad del Club Atlético Argentino de Quilmes, para que allí fuese instalado el tambo del Hospital. Años después, en 1947, por no resultar conveniente en el aspecto económico su explotación y por proporcionar el producto, sin cargo, la Cabaña Santa Rosa de los señores Bemberg, se procedió a la venta y liquidación del tambo; se remataron los animales y quedó una pequeña casa, propiedad del Hospital, destinada para habitación del cuidador.” 
TÍTULO DE PROPIEDAD DEL PREDIO 
“El título de propiedad; se encomendó su consecución a don An­drés V. Ramella (miembro de la Comisión); realizó esta gestión sin cargo. Aparecen como compradores los señores Dr. Isidoro Iriarte y W. Allinson Bell, en comisión, para el Hospital de Quilmes.
En 1923 fue otorgado dicho título por el Juez Dr. Honorio Szelagowsky, interviniendo en el trámite el escribano don Antonio Nicora, conforme a testimonio 765. 
El 26 de octubre de 1920, se tomó posesión de la propiedad constituida por la quinta La Elisa y seis lotes contiguos, correspon­diendo el todo a la Sucesión de Antonino Cambaceres. La finca había pertenecido antes al Dr. José Evaristo Uriburu, quien en el tiempo en que fue Presidente de la República, solía ocuparla en el verano.
Tenía acceso por la calle Progreso (hoy Humberto Primo); con motivo de la presencia de tan alto magistrado, los domingos actuaba una banda de música oficial, que solía estacionarse en la citada calle y deleitaba a la población de la agreste villa.” 
LA GUARDIA SANITARIA EN EL BALNEARIO 
En la zona del balneario se estableció una guardia, atendida por personal del Hospital y no se pudo construir el edificio pro­yectado por éste debido a cuestiones de jurisdicción entre la Nación y la Provincia. Se debió levantar los materiales acumulados dentro de una empalizada, que finalmente, también fue retirada. Entonces, la Cruz Roja, filial Quilmes, tomó a su cargo dicha guardia llevando al Hospital los heridos, enfermos o contusos que necesitaran inter­nación.”
Las últimas refacciones del año 2000, fueron realizadas por el arquitecto italiano Clorindo Testa (10/12/1923 - 11/4/2013) quien diseñó la Biblioteca Nacional.
LOS ESTATUTOS SOCIALES 
Redactados por el escribano don Andrés V. Ramella e infor­mados por don Atanasio A. Lanz, recibieron aprobación oficial el 2 de agosto de 1921, expediente S 544, acordándose personería jurídica a la Institución con la firma del Gobernador de la Provin­cia, don Luis Monteverde, refrendado por el Ministro de Gobierno, Dr. Obdulio Siri.” 
Dr. Emilio Planes, vicedirector del Hospital de Quilmes y jefe de la Sala de Maternidad. Presidente del Partido Conservador local. Médico de la sala de primeros auxilios y de la Fábrica Papelera de Bernal.
LA PRIMERA COMISIÓN DIRECTIVA 
“El 16 de abril de 1922, se realizó la Asamblea General Extra­ordinaria con la concurrencia de los socios aprobados hasta el 30 de setiembre de 1920 y se eligió la Comisión Directiva que reempla­zó a la Comisión Provisoria que tan eficiente desempeño tuvo a lo largo de su brillante actuación.
Opinión del Dr. Gonzalo Bosch después de recorrer las depen­dencias del Hospital: ‘Es este un hospital hospitalario que alberga a los enfermos con verdadero espíritu de caridad’.
Don W. Allison Bell falleció el l4 de abril de 1931; el monu­mento erigido en los jardines del Hospital (un busto) fue obra del escultor Luis Brunix inaugurado el 7 de mayo de 1933”. 
CONCLUSIÓN 
Y concluye en su libro don José Goldar, refiriéndose a don Santiago J. Deambrosi - palabras que hago mías -: “Con esta transcripción de sus notas, hemos querido tributar un merecido homenaje a quien, durante 42 años, toda una vida, brindó con manifiesto cariño, gran parte de su tiempo, con una admirable dedicación que lo hacen acreedor al respeto y al amor de toda la comunidad quilmeña.”

PRIMERA COMISIÓN DIRECTIVA
Dr. Pedro Elustondo, Dr. Isidoro Iriarte, Santiago Posso, W.
Dr. P. Elustondo



Allison Bell, Ángel Levanti, Luis Alberto Meinche, Sebastián Bagú, Dr. Eduardo Cichero, Er­nesto Otamendi, Pedro Etchevertz, Rodolfo Labourt, Bernardino Laguillo, Arnoldo Broeders, Victoriano Imizcoz, Francisco Frezone, Francisco J. Tollo, Domingo Gastaldi, Lorenzo Dalla Vía, Atanasio A. Lanz, Andrés V. Ramella. 



INTEGRABAN LA COMISIÓN DIRECTIVA EN 1928 
Presidente, W. Allinson Bell; vi­cepresidente Ricardo Humbert; te­sorero Sebastián V. Bagú; protesorero Víctor P. Fornabaio; se­cretario señor Guillermo S. March; pro­secretario Carlos Merediz; voca­les: Dr. Isidoro Iriarte, Ing. Juan Jo­sé Elordi, Ing. Rafael Fernández Gonzá­lez, David Soria,
Atanasio Lanz



Manuel Rocca y Teófilo Steinhauser. Suplentes: Mario V. Rocca, David J. Cánova, Agustín R. Canessa, Daniel Olmos, Atanasio Lanz. Revisores de cuentas: Titulares Roberto Fossati, Alfredo Wirz, Abraham Barraco. Suplentes: Jalio E. Knabe y Pablo A. Médici. Jurado de honor: José A. Otamendi, Ángel A. Levanti, Rodolfo Labourt, Hernán Keller y Dr. Pedro Elustondo.
COMISIÓN DE DAMAS


Presidenta, Matilde Otamendi de So­ria; vicepresidentas, Angélica P. de Labourt y Eduarda Amoedo de Etchevertz; tesorera, Aurora Q. de Acosta; protesorera, Rosa Scardino de March; secretaria, Lola del C. de Elordi; prosecretaria, Isabel Salas Matienzo. Vocales:
Dr. Emilio Torre




Amalia Letamendi de Otamendi, Francisca A. L. de Hasperué, Sara B. de Martínez, Eduarda Amoedo de Orlando, Angela B. de Romá, Dora Barrera Nicholson de Ricagno, Rosalía Davel de Deambrosi y Srta. Evangelina Labourt.
CUERPO MÉDICO
Médico director: Dr. Isidoro J. Iriarte.
Médico subdirector: Dr. Emilio Planes. Servicio interno: Dres. Isidoro G. Iriarte, Santiago Gallo, Emilio Torre, León Sol, Eduardo Colombo, Fernando Pozzo, Ernesto Mongiardini, Emilio Planes, José U. Orengo, Pedro Dugour, José A. Craviotto Practicantes mayores: Guillermo O. Craviotto, Alfredo Berraz, Fernando Molteni y Pedro S. Migone. Menores: Juan Iribarne, Eduardo J.
Ísola, José S. Villani, Agustín Salvati.
(laboratorio) Servicio externo: Dres. I. G. Iriarte, Enrique H. Rocca, José U. Orengo, Pedro Du­gour, Eduardo Colombo, Vicente Franco, Anto­nio Di Bartolo, Emilio Planes, Alberto Salvatti, Daniel Magliocca, Juan José Elordi, Fé­lix Berraz, Leonardo Durante, Fernando Pozzo.

Si hoy olvidamos los cimientos y si se olvida a quienes hicieron los cimientos, el futuro nos lo reclamará. Mucho se habrán equivocado nuestros maestros, pero a ellos debemos que nos enseñaran a reconocer a nuestros fundadores. Un pueblo sin identidad, sin sentido de pertenecia es un pueblo sin conciencia ciudadana.
Investigación y compaginación Chalo Agnelli
Quilmes, 2009 - 2014 

FUENTES
Goldar, José. “Historia de la Sociedad Hospital de Quilmes Dr. Isidoro G. Iriarte . Desde 1919 hasta 1972” Serie archivos y fuentes documentales. Edición de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Quilmes – Bibl. Pública Municipal Domingo F. Sarmiento. San Francisco Solano, 1979.
Revista "Ciudades Argentinas" 1928.
Diario "El Sol" - "El Plata". 



REFERENCIAS

 [1] Ver EL QUILMERO del sábado, 3 de diciembre de 2011, “LOS GOLDAR”http://elquilmero.blogspot.com.ar/2011/12/los-goldar.html/

 [2] Ver EL QUILMERO del jueves, 7 de marzo de 2013, “JUANA GAUNA - FEDERICA DORMAN DE QUIJARRO - 8 DE MARZO DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER

http://elquilmero.blogspot.com.ar/2013/03/juana-gauna-federica-dorman-de-quijarro.html/

[3] Las autoridades municipales no creían que era saludable para la población vecina mantener un hospital próximo al radio urbano del pueblo, pero no ofrecieron otro espacio alternativo

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