viernes, 15 de noviembre de 2019

“BAJO LOS PINOS” DE VÍCTOR ROVERANO – SU RESTAURACIÓN


Por Chalo Agnelli
Un pueblo sin tradición es un pueblo sin porvenirsegún Alberto Lleras Camargo, y se podría agregar que un pueblo sin porvenir se debate en un permanente remolino de desencuentros y roces sin salida
Si hay una pintura icónica en el Museo Municipal de Artes Visuales es “Bajo los pinos” de considerable tamaño, 2.45 x 2.00 metros, obra del imperecedero artista Víctor Roverano.[1] Este cuadro se expuso por primera vez en el Salón de los Espejos de la actual Casa de la Cultura, - el tercer edificio municipal que tuvo Quilmes -. [2] Representa en distintos planos a tres mujeres junto a un arroyuelo: en el fondo, de menor tamaño, una mujer de espaldas está desvistiéndose para internarse en las aguas, en segundo plano se ve a Carmen África Martínez Pirlot, esposa de Roverano, quien pareciera estar quitándose las medias y en el primer plano, posando, otra mujer – la hermana de Carmen -, con la mirada al frente y en el extremo inferior derecho el artista; una fronda verde y bucólica ronda la escena.
En 1945 la obra se expuso en el Salón de los Espejos (ex Salón Amarillo) entre otras obras. Asistieron a esa muestra las figuras prestigiosas de Quinquela Martín (Buenos Aires, 1890 - 1977) y Pío Collivadino (Barracas, 20/8/1869 – 26/8/1945) a quienes se ve en la foto junto al autor.
EL MUSEO ROVERANO
Roverano fue uno de los promotores de la refundación del Museo que se concretó el 1 de setiembre de 1965, por decreto del intendente Raúl Buján. Comenzó a funcionar en el cuarto piso del edificio municipal de la calle Sarmiento 625. Roverano fue designado director en 1967 y se abocó a la tarea de conseguir un ámbito apropiado para esa colección patrimonial que ya comenzaba a adquirir un relieve incomparable en toda la zona sur; así fue que en 1970, siendo comisionado municipal el Ing. Jorge Cichero, Roverano logró que la Municipalidad adquiriera el predio de la antigua agencia Ford de la calle Rivadavia 498, propiedad de la familia Mujica, edificio base del actual, inaugurado oficialmente el 6 de noviembre de 1981.[3] En esa oportunidad el artista Pedro Richi [4] propuso se lo bautizara ‘Víctor Roverno’, considerando el protagonismo que este tuvo para poner en valor el Museo y del que, para ese entonces, había sido director en dos oportunidades. Fue para esta ocasión que el artista y su esposa donaron al patrimonio quilmeño la pintura, “Bajo los pinos” con el mismo marco que aún la encuadra.

La obra durante muchos años se utilizó como separador de ambientes, en un sitio inadecuado pues próximo a él, había recipientes donde se depositaba desechos de todo tipo, de modo que fue afectada de manera considerable. Sobre la tela, donde se halla una margarita se había hecho un agujero, había raspones, golpes, manchas en el rostro de la mujer del primer plano, el marco tenía las molduras de base rotas, pues se habían quitado los soportes que Roverano le había colocado para que no tocara el piso. 
En 2004, el Maestro Ludovico Pérez fue durante 8 meses Director del Museo e impelido por su amor al arte, y sobre todo al arte quilmeño y a las figuras consulares de nuestro patrimonio artístico resolvió, con el imprescindible apoyo de la artista plástica, escultora Norma Cistaro, su esposa y discípula, recuperar una de las piezas de mayor envergadura simbólica y testimonial del Roverano. Para ello comenzó por examinar la pintura y el marco con el fin de identificar los elementos que entraron en su composición y determinar las diversas causas de su deterioro. Obtenidos los materiales apropiados, su genio minucioso y efectivo tras un trabajo arduo, incansable - a pesar de su avanzada edad – alcanzó, o mejor dicho, superó los objetivos propuestos.
LA RESTAURACIÓN 
La puesta en valor requirió de mucho de su ingenio y de sus conocimientos de los componentes de todas las épocas; incluso elaboró los ya inexistentes para devolverle su estado original. Además estableció recursos que apunten a reducir los posibles problemas futuros, evitar o minimizar deterioros o una nueva pérdida para el patrimonio cultural quilmeño; y, sobre todo, le dio un lugar de preeminencia en la sala grande del Museo, donde debe permanecer como prueba emblemática del arte local.
TRASCENDENCIA
 Es notorio como visitantes, no sólo de nuestro gransurbonaerense, sino también extranjeros, eligen este cuadro para que prevalezca el recuerdo de su presencia en dicho Museo. Recientemente un turista holandés, llegó a Quilmes donde habían vivido sus abuelos, recorrió el “Víctor Roverano” y se tomó una foto frente a esa obra que subió al muro de su facebook donde la halló quien suscribe. 
Quilmes tiene y tuvo en la extensión de su densa historia un extraordinario patrimonio en todas las ramas del arte, la literatura, en la cultura toda y su Capital Humano, acervo que gran parte de los quilmeños desconoce y no siempre fue apreciado y resaltado o reconocido por las autoridades de turno, pero muchas voluntades particulares lo mantienen vivo en la luz de la memoria y la energía de la creación.

Compilación, investigación y entrevistas al Maestro Ludovico Pérez y a la Prof. Norma Cistaro. Nov. 2019
 Foto Archivo 'Bucich-Otamendi' en el Museo Bibliográfico Documental 'Bibliotecario Carlos Córdoba' de la Biblioteca Popular 'Pedro Goyena'
Chalo Agnelli

NOTAS

[1] Ver en EL QUILMERO del viernes, 24 de abril de 2015, “Víctor Ernesto Roverano – Un artista, un museo, una casa…”

[2] Ver en EL QUILMERO del lunes, 14 de mayo de 2012, LA CASA DE LA CULTURA – CIEN AÑOS DE HISTORIA

[3] Castellini, Lidia y Salvanescki, Julio Daniel. (2000) “Apuntes para una historia de la Morel” Ed. Tiempo Sur.

[4] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 13 de febrero de 2019, PEDRO RICCI, ACUARELAS EN BERNAL


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