miércoles, 10 de febrero de 2010

GUIDO GIROTTO, DOCENTE SEÑERO


GUIDO GIROTTO [1]
 Investigación y entrevistas Prof. Chalo Agnelli
Reiterar los privilegios que la República Argentina recibió con la inmigración es redundar sobre temas con los que no se puede no estar de acuerdo. Y aunque esa ola de inmigración mediterránea no era la que deseaban Sarmiento y Alberdi y otros diseñadores de la acertadamente llamada - gústenos o no todos sus logros - organización nacional, que preferían otra noreuropea y anglosajona, terminaron convenciéndose de su error. Sarmiento, por ejemplo, fue un admirador de la cultura genovesa como lo describe el Dr. Craviotto en “Sarmiento, los genoveses y la navegación de los ríos” [2]
Sobre los italianos en la Argentina hay autores que se extendieron profusamente en los nombres de artistas, escritores, músicos, industriales, políticos, docentes, educadores de todos los niveles, inventores, científicos, gremialistas, luchadores sociales, filósofos, sociólogos, médicos, fundadores de pueblos e instituciones, juristas, etc. En el ensayo “Migraciones[3] se desgrana una pequeña cuota de esos apellidos ilustres e ilustrativos.
La colectividad italiana no sólo fue la primera de mayor empuje y crecimiento en Quilmes sino la de mayor arraigo, entre sus apellido resuenan en Quilmes: Cairo, Craviotto, Cristoforetti, Valerga, Badaracco, Biotti, Eusebi, Ricagno, Rocca, Pedemonte, Giussani, Fornabaio, Cotta, Cella, Roverano, Fornarolli, Borzi, Bruzzone, Di Bartolo, Scialabba, Bottaro, Cichero, Oliveri, Girotto, Rosso, Torre…
Precisamente es la figura del profesor Guido Girotto que debemos recorrer para que este estrecho espacio biográfico de Maestros Señeros conserve y acreciente la calidad de sus contenidos humanos.
El profesor Girotto fue un hombre multifacético, de un dinamismo inusitado y no sólo fue fundador de escuelas, sino que se consagró a la docencia con la pasión del conocimiento y el respeto al educando. Hombres y mujeres de todas las profesiones liberales, industriales, artistas, comerciantes de todos los ramos, generaciones de quilmeños y de los vecinos partidos de Berazategui y Florencio Varela, que fueron sus alumnos, difícilmente olvidaron su bonhomía y su sagacidad pedagógica. 
GUIDO
Hijo de Vittorio Natalio (n. 23/12/1859) y de Italia Libre Fiorín (n. 11/7/1866), Guido nació el 17 de setiembre de 1887, en Padua, ciudad italiana, situada al suroeste de la región del Véneto, a tan sólo 38 kilómetros de Venecia. Padua es una de las ciudades renacentistas más importantes de Italia; fue corte de la familia Da Carrara, habitada por Dante, Giotto, Donatello y en su Universidad, fundada en 1222, impartieron cátedra, entre otros, Galileo Galilei, Petrarca, el anatomista Girolamo Fabrizi d'Acquapendente y el hematólogo William Harvey
Apenas tenía un año Guido cuando sus padres desembarcaron en el puerto de Buenos Aires y se establecieron en la ciudad de La Plata. En la flamante capital provincial habían recalado varios paisanos del Veneto… de una ciudad milenaria a una reciente; allá estaba casi todo hecho, aquí había tanto por hacer.
La Plata estaba aún en formación, tenía tan sólo cinco años desde su fundación por Dardo Rocha, de modo que Vittorio y su mujer Italia estuvieron entre los primeros colonos de la capital en ciernes que con el empuje de la inmigración en poco tiempo adquirió una significación inesperada. Vittorio estaba relacionado a la industria del gas de origen carbónico, el "gas manufacturado " que en sus comienzos tuvo como protagonistas de la producción y el servicio al capital privado de origen extranjero.
Indudablemente, queda demostrado por los rumbos intelectuales que emprendieron sus hijos, los Girotto-Fiorín era una familia de la pequeña burguesía culta de esa provincia italiana. Eran seis hermanos: dos murieron jóvenes seguían: Guido, Américo, María y Rodolfo, que fue un respetado médico platense fallecido en 1987. Américo también tuvo un hijo, Carlos, que hoy es médico residente en La Plata. 
EDUCACIÓN
Como sus hermanos, Guido curso los años de las primeras letras y la educación secundaria en una escuela francesa, donde tuvo entre otros muchos compañeros que trascendieron por sus logros, a otro profesor quilmeño de renombre, Gustavo Rennes, violinista y profesor de música del Instituto Williams en su sucursal Nº 9 de Quilmes. Girotto terminó la enseñanza media y podría ser que haya comenzado su carrera docente incursionando temporalmente como maestro de grado en escuelas platenses. Simultáneamente continuó estudios superiores.
Se inclinó a las ciencias médicas y en junio de 1914, se recibió de doctor en Medicina Veterinaria en la Universidad de La Plata. Tenía 26 años.
Pero su capacidad por aprender, su necesidad de saber no se sació nunca. En 1920, obtuvo el título de profesor de italiano en la escuela Normal de Profesores Nº 2, el Mariano Acosta, [4] título con el que ejerció varios años en el Instituto Dante Alighieri. Ese mismo año comenzó la carrera de medicina que transcurrió con éxito durante 4 años, pero la responsabilidad de llevar adelante una familia, no le posibilitaron concluir la carrera, debiendo volcarse de lleno al trabajo. El 23 de julio de 1936, se graduó de profesor de Enseñanza Secundaria Normal y Especial en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de La Plata.
Su afán de conocimiento nunca se aquietó, cuando la vida adquirió cierta holgura; en 1953, obtuvo el título oficial de traductor de italiano del Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. 
MATRIMONIO
 María Sarah Gorostizo, [5] platense, nacida el 11 de enero de 1894, se había recibido de maestra muy joven. Con apenas 15 años, impelida por el inesperado fallecimiento de su padre que redujo en forma alarmante los ingresos de la familia, fue a solicitar un puesto de maestra y lo obtuvo, muy lejos de su docimilio, en la escuela Nº 18 de Bernal, fundada hacía apenas 3 años por Rosa Delia Frontini de Gerpe, el 16 de junio de 1906.
Una adolescente apenas emprendía todas las mañanas el viaje en el ferrocarril del Sud. Trayecto largo e imprevisible en vagones helados en invierno - sólo la 1º clase tenía una salamandra que no siempre el guarda recordaba alimentar –; sofocantes en verano, pues si abrían las ventanillas entraba el humo de la locomotora y el polvo del camino. Además se producían frecuentes descarrilamientos, provocados, a veces, por la irregularidad de las vías que en parte no estaba sobre balastro, dificultando el escurrido del agua y en tramos no se apoyaban en durmientes sino en discos metálicos que no mantenían el parejo espacio de los rieles; otras veces los descarrilamientos los generaban los animales que ambulaban libremente por los campos. Pero María Sarah con otras maestras mayores, llegaba a Bernal y caminando a la escuela. Los rieles estaban asentados sobre platos de hierro que hacían de durmientes; y como además las vías carecían de balastro, las locomotoras, coches y vagones, desde que salían de Quilmes. hasta que llegaban,  cuando eso era posible, iban jugando a los descarrila­mientos y no son raros los pasajeros que aun viven y recuerdan hasta tres descarrilamientos en sólo un viaje, ni pocos los que puedan contarnos cuántas ve­ces, cansados de esperar a que el tren fuera encarri­lado, o que llegara otro para trasbordar a él, se decidieron hacer a pie el resto del viaje, sin tener motivos para arrepentirse; en cambio lo tenían aquellos que no los habían querido imitar.
Maestra María Sarah Gorostizo
En esos cruces de estaciones, andenes y vagones ferroviarios Guido Girotto puso el ojo en la joven maestra y un buen día con la pudorosa cautela que exigía la época la siguió a prudente distancia hasta que la joven entró en su domicilio. Volvió a su casa y redactó una respetuosa esquela en la que “prendado por sus encantos” solicitaba a Sara y a su familia autorización para visitarla. 
Se casaron el 20 de diciembre de 1913, y para evitar los trastornos de los viajes convinieron establecer su hogar en Bernal. En 1914, nació Beatriz Zulema y en 1916, Élida Esther. Habitaban una propiedad en Zapiola y Boedo. A partir del 16 de marzo de 1927, Sara fue directora de la escuela N° 36 “Mariano Moreno” – que se había fundado en la calle Pringles entre Guido y Solís, en la propiedad de O. Castellani. En noviembre de 1929, la escuela se muda a la calle Blas Parera entre Magallanes y Amoedo. 
ESCUELA SAN LUIS GONZAGA
El profesor Doroteo Yoldi, en 1910, fundó en Quilmes, con el apoyo del Pbro. Manuel Bruzzone, una escuela para varones primaria y secundaria llamada San Luis Gonzaga; en sus aulas comenzó Girotto a ejercer en la zona. La escuela estaba en la calle Alem (Tres de Febrero en aquellas épocas) entra Alvear y Mitre, vereda norte; donde, en los años '40 estuvo el Museo Almirante G. Brown, creado por la Junta de Estudios Históricos de Quilmes.
EL NACIONAL
El 11 de febrero 1922, tras una convocatoria del director de la Escuela Normal profesor José Sosa del Valle, se creó el Colegio Secundario de Quilmes, mixto, de segunda enseñanza, incorporado al Colegio Nacional Pueyrredón de la ciudad de Buenos Aires, que al poco tiempo devendría en el Colegio Nacional Juan Manuel Estrada. Entre los convocados estaba Guido Girotto junto a otros sonoros apellidos de educadores quilmeños: Fortunato, Cornelia y Sarah Cichero, Angélica Morales Gorleri, Ana María Borzi de Faragó, Catalina Borzi, Evaristo y Antonio Iglesias, Antonio y Eduardo Colombo y Doroteo Yoldi en cuya escuela San Luis Gonzaga comenzó a funcionar el Colegio. 
El profesor Girotto, como todos los docentes mencionados, hasta el reconocimiento oficial el 12 de octubre de 1930, ejerció “ad honorem”, restando tiempo a otras actividades remuneradas en bien de este pueblo que hacía apenas 8 años que era ciudad. En sus manuscritos, el profesor Girotto cuenta que se iniciaron las clases el 16 de marzo de 1922, a las 16.00, y que él dictó esa misma tarde Geografía de primer año. El 11 de octubre, comenzó el turno vespertino en el edificio de la Escuela Normal.
Simultáneamente, desde el 16 de mayo de 1910, se desempeñaba como veterinario en el ministerio de Agricultura de la Nación, función que alternó con trabajos para la Dirección de Remonta del Ejército Argentino y como sub inspector de frigoríficos (24/6/1919). Sus trabajos lo llevaron a recorrer el país desde la Quiaca hasta Tierra del Fuego donde estuvo 3 años consecutivos trabajando, unas veces como veterinario, otros como inspector de frigoríficos. Incluso visitó las Islas Malvinas. [6]
 
Los profesores Girotto y Bottaro, en el centro sentados.

En 1942, ingresó al plantel de Colegio Comercial que dirigía el benemérito Agustín Bottaro, luego Escuela Nacional de Comercio de Quilmes y en 1957, en la escuela Normal Mixta Almirante Guillermo Brown. Una de las anécdotas más repetidas de su paso por las aulas era su buena predisposición para cubrir la imprevista ausencia de algún colega. Allá corría la secretaria tras el profesor Girotto que ya había acabado su jornada y le pedía cubrir la hora de historia o la de música para que los alumnos no ambularan peligrosamente por el edificio hasta la hora siguiente; no hacía falta rogarle, don Guido siempre estaba dispuesto y hasta halagado. Sin la preparación previa de estrategias didácticas, sacaba de su cúmulo de lecturas el tema que estaba desarrollando el profesor titular y sin excepciones quedaba más que lucido ante el alumnado. A él todo le interesaba; por la amplitud de su cultura general no había tema sobre el que no pudiera verter una acertada opinión o una conexión con circunstancias relacionadas y asociaciones sorprendentes.
Además de sus memorables clases de lengua italiana, dictó, desde 1918, anatomía, fisiología e higiene, zoología, sociología, pedagogía, lógica y filosofía y desde 1930, geografía, disciplina, esta última que le apasionó hasta los últimos días de su vida, pero no sólo de una manera teórica, sino que la vivió en incontenibles viajes por todo el país y por el extangero.
Su trashumancia empezó mucho antes, pero en 1958, hizo el primero a Europa con su esposa, y el último fue en 1971, a los 84 años, siempre rigurosamente organizados previamente por él, nunca con 'tours', que según decía 'conducían al viajero como ganado'. Además de Europa, estuvo en: Uruguay, Brasil, Chile, Paraguay, el Senegal africano y las ciudades más significativas de los Estados Unidos de Norteamérica. Periplos que compartía con colaboraciones a medios gráficos quilmeños donde plasmaba sus experiencias de viajero incasable.
En 1965, después de 58 años frente a alumnos fue cesado en sus funciones por “exceso de edad”. Fue un duro golpe pues estaba en condiciones de dar mucho a la educación a pesar de sus 78 años, le costaba imaginar su vida sin un aula llena pujante de vida joven. En un primer momento se resistió y apeló ante cuanta autoridad pudiera revertir el cese, pero en febrero de 1966, le llegó el retiro definitivo.
Siguió ejerciendo la educación a través de varias conferencias que presentó en la Sociedad Española de Quilmes en cuya  Agrupación Sinfónica - que luego se llamó Maestro Leonardo J. Gay” – donde tuvo sus amigos más cercanos: Juan Pollak, excelente pianista autro-italiano, Juan José González, violinista - ambos ingenieros de profesión - y el padre de este último don Ricardo A. González, notorio escritor.
Sara y Guido hicieron correr la docencia en la sangre de sus descendientes. Sus hijas se casaron, Beatriz con Emilio Premoli y Élida con Héctor Escobar; también orientaron su vida hacia la educación. Beatriz fue maestra en la Nº 9, luego pasó como vicedirectora a la Nº 39 en la barrio San Salvador de Berazategui (hoy Nº 9) y de allí a la Nº 19, con la misma jerarquía, donde se jubiló.
Élida fue dos años maestra en la localidad de Navarro, donde viajaba semanalmente, en esos años los nombramientos no se acomodaban, como hoy, al domicilio del docente;  podía llevar años alcanzar un cargo titular de modo que un rechazo significaba dilatar una situación más acomodada en la carrera;  luego pasó a la escuela Nº  39 de Berazategui, donde estaba su hermana, y de allí a la Nº 13 de Quilmes.
Los Girotto dejaron 3 nietos y 8 bisnietos (él conoció 6) Entre sus nietos Enrique Premoli es un concertista de piano de reconocida trayectoria, recibido en el Conservatorio Superior de Música “Manuel de Falla” y uno de los fundadores, junto con su prima Haydee Trinca de Eusebi, de la Fundación Filarmónica Quilmes.
 
Prof. Girotto a los 90 años 

El benemérito profesor Guido Girotto falleció el 25 de junio de 1979, tenía casi 92 años de una vida plena y rica en conocimientos y en experiencias que supo prodigar a manos llenas.  Sara lo siguió el 5 de marzo de 1983, también, dejando a su paso por la vida una secuela de mujeres y hombres que se formaron en su magisterio.


Chalo Agnelli 
Quilmes, agosto de 2009


NOTAS

[1] Aportes generales de su nieto el profesor Enrique Premoli.
[2] Serie Archivos y fuentes de información Biblioteca Sarmiento. Dirección de Cultura de la Municipalidad de Quilmes.
[3] Del autor de esta biografía, Ed Jarmat. 2007.
[4] En la Ciudad de Buenos Aires, en el Barrio de Monserrat, en una casa situada en Balcarse y Alsina (antes Potosí), conocida por la Casa de Cambaceres, fue fundada en 1874 la Escuela Normal de Profesores Nº 2 "Mariano Acosta" Hoy en Urquiza 277.
[5] En el libro “Maestros y Escuelas de Quilmes”, Pág. 153, 1º edición, dice erróneamente Gorostiza.
[6] Nota a dos páginas de El Sol del 6 de febrero de 1979.

MÁS SOBRE EL BAÑADO - MANUEL ALES

EL BAÑADO DE LA RIBERA
Manuel Ales un historiador quilmeño afable y subjetivo en el afecto de los años vividos por su pueblo natal, en su libro “Síntesis Histórica de Quilmas 1856-1966” de la serie archivos y fuentes de información que dirigía Carlos G. Maier; y publicado en 1968 por la Biblioteca Pública Municipal “Domingo Faustino Sarmiento”, hace una exhaustiva reseña de lo que era el bañado de la Ribera en el siglo XIX. El libro está dedicado a sus nietas María Verónica y Paula Beatriz Ales, lo que nos permite reconocer el objetivo que movió a Ales, durante tantos años a la investigación histórica de su lugar de origen, Quilmas. Y ese objetivo fue que las nuevas generaciones conocieran la historia de este pueblo para amarlo como él lo amo.
Transcribo directamente el texto pues no se puede perder ni una sola palabra:
“En 1885 Guillermo Parry compró en remate los lotes 3 y 4 del bañado municipal y, posteriormente también los 1 y 2, que hablan sido adquiridos por Juan María Gutiérrez y luego desistió, hallándose comprendidos entre las calles Cevallos, Alem, arroyo Manzanos (actual avenida Cervantes), Hernández, Mozart y Olavarría hasta Cevallos.
Fue cercado y se dejaron cuatro tranqueras, junto a las cuales se construyeron otras tantas casas para los cuidadores de las mismas. Dichas tranqueras estaban: una como a 100 m al Sur de la avenida Otamendi, en el camino que corría de Norte a Sur en el deslinde del monte y el bañado, continuando con el "camino de los eucaliptus" (actual calle Doroteo Yoldi) por el que se llegaba al llamado "chateau Parry". El cuidador de dicha tranquera se llamaba Batista Constantini.
La tranquera de Cevallos y Garibaldi estaba al cuidado de José Romero, quien además trabajaba de alfarero en el "chateau".
Las otras dos tranqueras, que se hallaban en Mozart y Guido y en Mozart y Dorrego, no se recuerda quién las cuidaba. Las casas, más o menos modificadas, aun existen (1968). De cada tranquera partía un camino que las unía al "chateau", situado en la Calle Doroteo Yoldi y Balcarce, existiendo todavía la construcción principal, pues los galpones depósitos y demás construcciones secundarias que se habían hecho, han desaparecido hace mucho.
Los tales caminos eran de tierra, abovedados, con zanjas laterales y plantas de sarandí para su reparo y conservación. Todavía pueden verse algunos trozos en el bañado. No eran rectos y, especialmente el que partía de Garibaldi, por sus muchas curvas era conocido por el "camino de las víboras". 
El objeto del establecimiento era el de explotar leña, frutas, mimbre, etc., a cuyo efecto se formó un monte de sauces, palmeras, mimbres, membrillos, perales, álamos, etc.
Según "El Quilmero" del 18 de octubre de 1888, entonces había: 800.000 plantas de mimbre, sauce y álamo Carolina 200.000 casuarinas;600.000 pinos en masetas y 300.000 frutales.
Se realizaron obras de zanjeo, relleno, abovedamiento (sic) y canalización, así como la construcción de una casa para vivienda y oficinas (que es lo que aun está), galpones y depósitos. El primer administrador fue don Roberto N. Clark. Entre el personal se recuerda a Aspitia (capataz); José Romero (alfarero); Castellanelli (canastero); Manuel Ferreyra y Joaquín Rumi (carreros y repartidores de leña).
Los actuales arroyos llamados "Verde y Colorado", se originaron en zanjas hechas por el chateau para comunicación con el río y desagotación (sic) del bañado, zanjas que al ser erosionadas por la corriente, se transformaron en los actuales arroyos. Por otra parte, los nombres de Verde y Colorado, provienen del color que tenían los puentes que los atravesaban.
El bañado tenía más o menos a media distancia entre la barranca y la ribera, una depresión longitudinal en sentido Norte-Sur, desde el arroyo Giménez al Santo Domingo, a la cual se llamaba "arroyo del Medio". Su ancho y profundidad eran variables, dependiendo de las lluvias y las crecientes del río, siendo por BernaI donde alcanzaba su mayor importancia, teniendo más el aspecto de un estero que el de arroyo. Había que ser muy "baqueano" para cruzar entonces el bañado y mucho más para hacerlo con el arroyo del Medio.
Entre sus juncos, paja brava, duraznillo y demás plantas propias del lugar, vivían gran cantidad de animales silvestres, en especial aves, como ser patos y gansos, mirasoles, gallaretas, garzas, cigüeñas, biguás, chorlos, agachonas, gaviotas, becacinas, y pájaros en general, a tal punto que había varias personas que hacían de la caza su medio de vida.
Hoy, que casi nadie podría indicar donde estaba el arroyo del Medio y tampoco se ven la casi totalidad de las aves nombradas, podría ponerse en duda que alguna vez hayan existido allí.
Otra cosa muchas veces nombrada y también desaparecida es el Arroyo Manzanos. Este corría aproximadamente por la actual avenida Cervantes, viniendo del Sur y desembocando en el río a la altura de la avenida Otamendi. Para cruzarlo había allí dos puentes y en sus proximidades tuvieron sus "boliches" Cuitiño y Risso.
En el límite sur del monte desagua el arroyo de las Cañas, que no es otra cosa que la desembocadura del arroyo Giménez.”
Pinturas. 1º Diego Miño, 2º Bonifacio Famuceno Oroquieta; 3º "Niño pensativo" de Julio Rebolé. 
Chalo Agnelli

JULIO PAZ - MÁS REPERCUSIONES POR SU FALLECIMIENTO


Ha muerto en Milán el destacado dibujante y grabador argentino Julio Paz

Hoy, miércoles 10 de Febrero del corriente, acabo de recibir la noticia del fallecimiento de Julio Paz.
Mediante el correo que me enviara el siempre amigo Chalo Agnielli, me entero de esta dolorosa pérdida para el arte nacional. Julio Paz fue un auténtico artista que supo enfrentar ante el mundo su condición de tal. Asumido con suma dignidad en su hacer, dio al mundo un verdadero ejemplo de lo que es un creador. La fuerza expresiva de sus dibujos y grabados, su concepto clarificado casi desde sus comienzos sobre la creatividad, han permitido que la crítica nacional e internacional haya valorizado su obra. Sus trascendentes exposiciones en Europa, América y especialmente en nuestro país han sabido de un reconocimiento que otorgó a su obra las más destacadas distinciones.
Recuerdo siempre la imagen de sus padres acercando diariamente a la escuela de Bellas Artes de Quilmes durante años a dos muy jóvenes alumnos: Julio Paz y su pequeña hermana Hilda Paz. Ese gesto de sus padres representaba en mi el amor familiar y sobre todo el fenómeno de una rara comprensión de la vocación artística de sus hijos.
Julio, al igual que Hilda, podríamos decir que casi desde su nacimiento, jamás llegaron a apartarse del arte, de la creación. He aquí, una verdadera herencia recibida por ambos.
Como amigo de este talentoso artista, y acompañando el hondo pesar de su familia y especialmente sintiéndome abrazado en el sentimiento de su querida hermana también consagrada artista Hilda, no puedo dejar de expresar mi  profunda satisfacción de haber intervenido, tal vez, en el desarrollo artístico de ambos desde sus primeros pasos.

Con mucho pesar,

Manuel Oliveira.