martes, 28 de enero de 2020

MÁXIMO BARBIERI Y UN NIDO DE HORNERO CON SEIS CUERDAS


Conocí a Máximo Barbieri en las peñas folklórico-tangueras que hacían mi madre y su marido Héctor Tiscornia una vez al mes, en su casa de la calle Oliveri. No era un hombre locuaz como gran parte de los demás asistentes, de modo que se sentaba a mi lado y conversábamos entrecortadamente de las ideas, inspiradas o impuestas por el entorno, que se nos venían a la cabeza. Se interesaba mucho por mis trabajos e inquietudes y una vez, como miembro de la Sociedad de Escritores de la Provincia le presenté un libro y luego como cronista del periódico de Omar Andragñez hice una nota sobre ese libro y su figura. 
Pero para mayor rigurosidad recurro a la reseña biográfica de Néstor Pinsón en “Todo Tango”. 
EL CONSERVATORIO WILLIAMS 
Barbieri nació 18 noviembre 1914 y transcurrió su infancia y adolescencia en Quilmes. En la música fue un intuitivo, pero estudió música y composición en el Conservatorio Williams, ubicado en la esquina SO de las calles Mitre y Alsina de la ciudad de Quilmes, con el profesor Kilmer Heller, donde se recibió de profesor superior de guitarra. Sin embargo, insistía en considerarse autodidacta, pues no se quedó únicamente con lo que le dio el Conservatorio, sino que ahondó en toda la amplitud y la vasta creación musical de todos los tiempo. Él hablaba, como si los hubiera conocido o escuchado en vivo de Albinoni, como de Wagner o de Titta Ruffo, Caruso o Magaldi. 
INICIOS 
Sus primeras actuaciones fueron en los clubes tangueros por excelencia, como el Alsina del barrio La Colonia o festividades caseras.
Su carrera profesional comenzó en 1935, en la legendaria LS3 Radio Mayo (ubicada en Callao 1526) acompañando a Enrique Carbel quien luego fue el cantor de la orquesta de Juan D’Arienzo. A partir de esa primera experiencia nunca le faltó trabajo pues, en aquella época, el número de cantores era infinito y todos los días se sumaba uno nuevo. Era el tiempo en que se rezumaba tango. Y a él las notas, los sonidos se le deslizaban de los dedos como antes de apoyarlos en las cuerdas. 
EL PROFESIONAL 
A pesar de la abundancia de estas “changas”, el ‘trabajo fijo’ era importante para la subsistencia, lo demás era para mejorar la economía; de modo que en 1940, junto a otros colegas pasó a ser guitarrista estable de LR3 Radio Belgrano. Algunas notas de años posteriores, citan que también tuvo su paso por LR4 Radio Splendid, cosa posible pues esta emisora llegó a ocupar el mismo edificio de Radio Mayo. 
En 1943, integró la popular ‘orquesta característica’ de Feliciano Brunelli en la que permaneció 6 años; luego con el maestro Argentino Galván, 4 años. 
Con algunas de las orquestas que integró hizo breves giras por el país, pero las incomodidades de los viajes no era lo que más le atraía.
En 1949, llegó a Radio El Mundo de la calle Maipú 555, donde permanecería nueve espléndidos años, desde el año 1950 hasta el año 1967; sin embargo, dice Néstor Pinsón, que hay quienes exageran afirmando que permaneció en dicha emisora 20 años. 
Fueron muchos los cantores que acompañó: Charlo, Azucena Maizani, Agustín Irusta, Néstor Fería, Alberto Marino, Edmundo Rivero, Nelly Ornar, los Hermanos Ábalos, Oscar Alonso, Gerardo Mancini, Oscar Del Cerro entre otros. De todos guardaba recuerdos entrañables. 
EN TELEVISIÓN 
En 1958, Carlos Figari formó un cuarteto en el que intervino Barbieri, para actuar en varios programas en el Canal 7; la televisión surgió como un instrumento deslumbrante para el arte y la cultura. Pocos años después, su conjunto de guitarras respaldó la actuación del cantor Enrique Dumas. 
En 1967 registró 4 temas para el sello Microfón, junto a Domingo Laine, Avelino Casao y Perci. Dejó también una casette con 12 piezas. Esta producción tuvo una característica especial, 6 de los temas que integraba una de las fases, fueron doblados por él mismo, consiguiendo así un sonido más rotundo que le dio un mayor lucimiento a los solistas. Los mismos fueron: “Chiqué”, “Pa' los que sueñan” - tango que le pertenece -, “Canaro en París”, el vals “Idilio trunco”, “No atropeyen” - también de su autoría – y “Recuerdos”. En la otra faz, graba junto a Domingo Laine, Juan Carlos Gorrías, Pérsico y el contrabajista Norberto Samonta: “Nueve de Julio”, “Pa' la Colonia” - tango propio para su barrio tanguero  -, “El viejo vals”, “Con dos bemoles” - tango propio en colaboración con Roberto Grela -, la ranchera “A media rienda” y la zamba “Mujer” - también de su propia cosecha -. Otros títulos suyos fueron: la milonga “De vuelta y media”, su obra más conocida y difundida, “Caballo de noria”, “Cielo triste”, “Barriada de mis amores”. 
Barbieri fue un laburante de la música, también incursionó en otros géneros musicales, pues si bien el tango tuvo primacía, con los años incorporó exitosamente el folklore y no esquivó la música clásica. 
MIS MEMORIAS 
El viernes 20 de enero de 1978 hice una nota a Máximo Barbieri en el periódico EL PERIODISTA (página 7) en mi columna, “Quilmes, Arte y Cultura”, con motivo de la presentación de uno de sus libros que como miembro de la Sociedad de Escritores de la Provincial hice en su sede de la calle Moreno. La breve nota dice:

El 25 de mayo de 1976, fue presentado en la Sociedad de Escritores de la Provincial (filial Quilmes), el libro "Mis memorias” de Máximo Barbieri. Obra autobiográ­fica realizada en décimas octosilábicas, que muestran la precisión en la versificación y el ritmo del lenguaje poético aplicado a palabras cotidianas. 
Nombres como los de Manuel Ábalos, Víctor Prestipino, Gioconda Bertoia, Horacio Ferrer y otros, prologa­ron el libro de este músico y poeta quilmeño, compro­metido durante toda su vida con el arte. Guitarrista de tango, tocó en las grandes orquestas del país, componien­do además, más de sesenta temas musicales.
Ahora Máximo Barbieri, prepara un nuevo libro, “De vuelta y media, versos para decir y cantar” poemas de temática campera y ciudadana. Este nuevo libro está prologado por Homero Expósito y Lito Bayardo. Así, ra­tifica sus conocimientos de la poesía criolla y popular, y la visión poética que tiene del mundo y de la vida, siempre influido grandemente, por el lenguaje de la mú­sica.
Con este “introito” inicia su libro:
Pa’presentarme ante ustedes
traigo esta tropa de versos,
nacidos como el mastuerzo
y acomodaos sin enredos.
No necesitan paredes
pa 'protegerse del viento,
porque tienen sentimiento,
dolor, amor y poesía,
con algo de rebeldía,
que nació del sufrimiento. 
Barbieri, que transcribió temas de Chopin y Juan Se­bastián Bach, es un autodidacta que no se anquilosó en su creación. Hay un eterno afán de progreso en su infa­tigable obra de tantos años; siempre indagando su ser inferior y el mundo, sin perder su característica senci­llez y humildad que no se pueden dejar de vislumbrar en su persona. CHALO AGNELLI

NUEVA PRODUCCIÓN 
Cuando ya no se esperaban de él nuevas composiciones y grabaciones, en 1993 presenta un disco con dos temas de Abel Fleury, el gato “El desvelao” y “Te vas milonga”, uno de Agustín Irusta, su famosa zamba “Rosario de Santa Fe” y de su inspiración, “¡Ay corazón!” (zamba), “De afuera” (huella), “Sobre la marcha” (tango), “Hoy vivo entre tinieblas” (vals) y “Puerta afuera” (chacarera doble) 
POESÍA
Tuvo su propio conjunto de cuerdas y, paralelamente, una gran afición por el criollismo que cuajó en varios libros de poemas, algunos de esos títulos son: "Mis memorias" (1975), "De vuelta y media" (1978), como un homenaje a la milonga que muchas satisfacciones le había dado, "Entre tizones" (1983), "Quemando sueños" (1988) y, finalmente, ya alejándose como el cisne cuando presiente la muerte: “Chirlos: versos camperos, ciudadanos, lunfardos y humorísticos”.
"Versos para decir y cantar": 1a parte temas camperos 2a parte temas lunfardos y ciudadanos

PROLOGO

Máximo Barbieri cultiva la música de los sonidos y también la de las palabras que principalmente representan ideas. El poeta procura, como Bécquer, vocablos "que fuesen a un tiempo suspiros y risas, colores y notas". Cuando los consigue, se les revela en ellos la poesía. Barbieri, hombre de la música popular — es decir, de esa música que no puede ser juzgada; que sólo puede ser sentida —, se ha venido acercando a la poesía que, para su dicha, no se le muestra esquiva ni desdeñosa. Ya ha dado a la estampa varios versos poéticos y ha expresado en ellos no sólo sus emociones y sus fantasías, sino la peripecia de sus años, enriquecidos por el trabajo y la experiencia. En su nuevo libro, ENTRE TIZONES, Máximo Barbieri ensaya, con igual solvencia, el estilo campesino, el lunfardesco, y también el castellano incontaminado al que la Real Academia Española limpia, fija y da esplendor. Todo lo hace con inspiración y con donaire; la misma inspiración y el mismo donaire con, que ha venido tañendo su guitarra durante años. La poesía ha de haberle llegado a Barbieri por el lado de la canción y algunas de las composiciones de este libro tienen forma cancionística y están esperando, con juiciosa esperanza, al cantor que las entone. No ha de creerse empero que este volumen sea, como diría "música porque sí, música vana". Máximo Barbieri es hombre de reflexión honda y serena, un pequeño filósofo que sabe ver lo que la vida esconde y mirar con ojo agudo lo que la vida muestra. Obsérvense estos versos: "Cambia el vino de sabor / cuando no hay con quien brindar. / Es en vano atesorar / y ser opulento en bienes / si la fortuna que tienes / no la sabes disfrutar, / y aquí la vas a dejar / si el corazón se detiene." Esta sentenciosidad, profundo contenido ético, la señalo para decir que Máximo Barbieri es un poeta popular de alcurnia. El haber vivido y andado mucho, el haber escuchado mucho le permiten escribir poemas en estilo vario, siempre y en cada caso fiel al lenguaje del pueblo y, sobre todo, a los sentimientos de la gente. Que estos tizones no se apaguen; que calienten y alumbren por mucho tiempo.

JOSE GOBELLO


MULTI PLAY BACK (MÚSICA MULTIPLICADA
El maestro Máximo Barbieri, después de grabar varios temas para dos sellos importantes con su conjunto de cuatro guitarras, fue contratado por el sello Magenta, para grabar cua­tro temas; "Chiqué", "Canaro en París", "No atropeyen" (sic), y "Recuerdo". La ejecución se realizó de la de la siguiente manera: Barbieri hacía la prime­ra toma él mismo, acompañado con el contrabajista Norberto Samonta, después se doblaba él mismo hasta cuatro y cinco veces, obteniendo la sensación de un conjunto de cinco instrumentos cuando en realidad es solo su guitarra, este sistema se denominó multi-Play-back, totalmente inédito  en esos años y abrió para Barbieri muchas posibilidades por los interesantes resultados alcanzados; colocándose sus propios acordes a melodías que él mismo ejecutaba agregando tercias y retruécanos musicales de expresiva calidad. Máximo Barbieri fue una de las mejores guitarras del género popu­lar, le han dado innumerables méritos revalidados en mil oportunidades, acompañando en más de tres décadas a los mejores solistas de nuestro tango y folklore. Fue el primer guita­rrista argentino que grabó con este sistema Multi-Play-back. 
LA MÚSICA TAMBIÉN ES SILENCIO 
Con ochenta y cuatro años de edad, la muerte de su esposa, que no pudo sobrellevar, un cáncer, cierta imposibilidad física que lo separaba de la guitarra - dice Pinsón -, lo habrán hecho pensar “¿Y ahora qué?”... la música también es silencio, entonces tomó su arma y el 3 julio 1999, cortó sus cuerdas. 
Es evidente, que en transcurso de tantos años, su obra no fue transmitida con la difusión que merecía, pero él, seguramente, encontró felicidad mientras la concebía, así como sus libros. Por ello, es de absoluta justicia recuperarlo en la memoria de los amantes del tango y de los vecinos de este Quilmes que nunca abandonó. 







RECUERDOS DE MIGUEL ÁNGEL MORELLI
28 DE OCTUBRE DE 2015 
Esta mañana me levanté pensando en un diálogo que tuve hace una punta de años con don Máximo Barbieri. Solía venir por las mañanas a la librería y nos quedábamos hablando de bueyes perdidos. Un día le pregunté cuántas horas practicaba: "Hasta hace poco, ocho. Pero ahora apenas tres o cuatro, porque me quedé medio sordo de este oído..." Yo intenté disimularlo: "Bueno, don Máximo, a su edad eso es normal..." Se dio vuelta y me miró fijo: "¡Ma' qué edad! Hace unos meses, para festejar el Año Nuevo, salí con mi nieto al parque y se me dio por tirar un par de tiros al aire. Se nota que puse el revólver demasiado cerca de la oreja, porque todavía estoy aturdido".
Don Máximo, que ese momento había pasado los 80, fue el autor de una punta de tangos memorables. Entre ellos, de este magnífico "De vuelta y media".
Ayer, buscando otra cosa, encontré en mi biblioteca un ejemplar de "Quemando sueños", que Máximo Barbieri me dedicó allá por el '88. Esta mañana me levanté pensando en su milonga "De vuelta y media", que acaso sea lo más conocido de su creación.
Me encantaba hablar con don Máximo. Todos los días me arrimaba una anécdota nueva, insuperable. Cuando no hablaba de Rivero, hablaba de Pichuco o del Polaco. Y siempre terminaba en Gardel, desde luego.
De su boca fue que escuché hablar por primera vez de la marcha "Adelante". Me habló de ella como quien suelta una confesión. Desde luego, yo tampoco había escuchado hablar de Emilio Iribarne y José Barros, y mucho menos de la colección de Olivieri. "Algunos dicen que se trató de un homenaje al Peludo. ¿Imagina a Gardel haciendo semejante cosa, Morelli?", me dijo una mañana. Entonces a mí se me dio por preguntarle si Gardel pudo haber llegado a escuchar "Cambalache", ya que Sofía Bozán lo estrenó en el '34 y el accidente en Medellín fue recién al año siguiente. Barbieri sonrió. "Gardel jamás podía incluir semejante letra en su repertorio - me dice -, pero algo de eso hay, algo de eso hay..."
Compilación Chalo Agnelli
FUENTE
Mundo Musical – Revista mensual ilustrada de interés general Bs. As. Año 34, julio 1973 N° 417
“Todo Tango” de Néstor Pinsón http://www.todotango.com