Chalo Agnelli
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Nos referíamos recientemente al restaurante “El Ciervo”[2] de Vicente López entre Lamadrid y Jujuy, propiedad de la familia Lóffler que antes de este emprendimiento tuvo por años el buffet que se encontraba bien arriba de la pileta del Pejerrey Club.
El Sr. Löffler y su esposa, años después, compraron el terreno de Vicente. López, próximo a la calle Lamadrid en el linde con Bernal, vereda par y edificó una casi perfecta réplica del famoso Maxim, tanto en su frente como en la distribución interna; lo bautizaron “El Ciervo”.
Estuvieron algunos años frente al restaurante junto a su hijo, hasta que se trasladaron a la localidad de Verónica donde adquirieron una plantación de frutales y el hijo se quedó con la empresa gastronómica.
Mas no hubo suerte y a lo largo de los años “El Ciervo”, con el mismo nombre (hasta hoy) pasó de un dueño a otro.
En la Ribera había otros dos lugares trabajados por alemanes. Uno en el espigón del Pejerrey, en la última edificación, que era de la familia Tieber.
El otro recreo, como se denominaba a estos establecimientos ribereños, estaba próximo a la terminal del colectivo Nº 85 cuando esta se encontraba pasando la rotonda del pejerrey al fondo; era la familia Ehlert, cuya hija estaba casada con el Sr. de Los Santos que tenía un puesto de diarios y revistas junto al paso bajo nivel para ir de un andén a otro y a la calle Entre Ríos, que se hallaba en la estación ferroviaria.