En su libro “Historia de la Reducción 1666 – 1812” [1] del señero historiador quilmeño don Luis E. Otamendi, donde volcó sus rigurosas investigaciones sobre la Reducción y el pueblo cautivo, da cuenta de la nómina de descendientes de quilmes y acalianos existentes en 1812, año de la declaración de Pueblo Libre decretada por el Primer Triunvirato con la firma de su secretario Bernardino Rivadavia, el 14 agosto de 1812; produciendo la segunda expoliación de los pueblos fundadores. La segunda expoliación, primero le arrebataron sus tierras del Cerro del Cajón, junto al río Yocavil, allá en NO tucumano y ahora les arrebatan la extensión junto al Plata en las que los ubicó el gobernador José Martínez de Salazar por cesión de don Juan del Pozo y Silva (lamentablemente aún no se halló acta de esta cesión)
El cura encomendero Pbro. Santiago Rivas justifica su solicitud ante la Junta de Gobierno Patrio en agosto de 1810 manifestando que ya no quedaban herederos de aquellos quilmes y acalianos fundadores que llegaron en 1666 y 1667, que tan sólo quedaban tres familias y que de acuerdo a supuestas leyes de equidad y de igualdad entre todos los habitantes del ex virreinato, que implantaran los líderes de Mayo había que suprimir la prerrogativa que estas tierras sólo podían ser habitadas y pertenecer a descendientes de los fundadores; algo que solo existía en las leyes pues ya desde hacía décadas ya poblaban la ex Reducción "españoles", es decir blancos, personas de otras parcialidades originarias, esclavos y manumitidos, esto se puede demostrar por las partidas de bautismos y actas de defunción y enterramiento en el viejo cementerio indio (actual atrio de la Catedral)
El Protector de Naturales don Pedro José de Agrelo polemizando con el argumento de Rivas presenta un listado censal que refuta la posición del ex cura doctrinero y párroco.
Por otra parte, Agrelo contradice al sacerdote respondiendo que las Leyes de Indias ya no tenían vigencia a dos años de la Revolución de Mayo y presenta el padrón censal realizado por él.
PADRÓN DE NATURALES QUILMES Y ACALIANOS DE LA REDUCCIÓN DE LA SANTA CRUZ – 1812
El historiador Otamendi consideraba que debían ser más los descendientes de quilmes en ese entonces; pues de las actas de matrimonios celebrados entre indígenas y registrados en los libros parroquiales con un margen de 20 a 30 años antes del decreto de 1812, es imposible que los que figuran a continuación no hayan tenido descendencia.
Juan Ignacio Aricha con Gerónima; Nicolás Arresqui con María Hipólita de Grego; José Mariano Amaya con Helena Gómez; Luis Acasuso con Estanislada Azares; Pedro Alcansay con María Mauricia Navarro; Marcos Aiola con María Francisca Illesca; Pasqual Ballejos con Petrona Villalva; Miguel Flores con María Castellanos; Matheo Franco con Pascuala Flores; Felipe Santiago García con María Magdalena González; José González con Catalina Salcedo; Julián Gorosito con María Cristina Castro; José León Gómez con María Josefa Morengchi; el Corregidor Dn. Gaspar Heredia con María Dominga Gómez; Félix Herrera con Polonia Gómez; Lázaro Ibarra con Serapia Cabral; Juan León con Felipa; Pasqual Mora con Beatriz Ibarra; Bartolomé Moreyra con Juana Therán; Casimiro Navarro con María Paula Misa; Antonio Núñez con Teodora Palacios; Patricio Ñagra con Lucía Asuchú; Francisco Ortega con Francisca Santillán; Juan Quirós con Sabina; Miguel Quiñones con María Benítez; Pedro de los Santos Rivera con María Josefa Coria; Raymundo Ramos con María Anchoca; Damasio Romero con María Ramos; Juan Antonio Soto Masiel con María Islas; Juan Ambrosio Sotelo con María de la Cruz Cabrera ; Pedro Ignacio Torres con Francisca Romero; Antonio Vadiola con Juana Aragón y António Zuárez con Angela Flores. (textual)
Estos matrimonios son los que figuran en los libros parroquiales entre los naturales, no se han tenido en cuenta los concertados entre indios y españoles o sea mestizos.
El Protector de Naturales don Pedro José de Agrelo
Grabado a partir de una acuarela de C.H.Pellegrini - 1832 (AGN)
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