“Este número de Mensaje
está dedicado a Oscar Albertazzi. No lo evocamos como un ser desaparecido al
que nos sentimos unidos por entrañable amistad, Albertazzi vive y seguiré
viviendo en las múltiples obras que modelara su enorme talento. Pasó entre
nosotros brindándose generosamente, dándonos esa lección de humildad que
únicamente es patrimonio de los elegidos. Amó lo bueno y lo bello y se entregó
– sin permitirse concesiones – al arte que, como decía Gabriela Mistral, “es
sombra de Dios sobre la tierra”...
ALBERTAZZI VISTO POR
UN ESCULTOR
Cuando Maillol comenzó a esculpir, tenía cuarenta años de
edad. Dos o tres más eran los que Albertazzi había vivo cuando falleció, vale
decir que le quedaba mucho por hacer. Ser artista significa
un modo de pensar de actuar, no basta, como muchos creen, con poder producir
algo estéticamente pasable. Quienes tuvieron la fortuna de conocerlo, saben
que Albertazzi fue un auténtico artista.
Un atractivo especial hacía que estuviera siempre rodeado de
amigos. Durante años su taller albergó la peña infaltable de todos los sábados.
Allí era el punto de reunión de mucha gente joven que sentía la necesidad de
estar junto a él. Doy fe que la amistad entre los que concurrían era cordial
pero relativo, el atractivo era Poroto quien nunca estaba muy feliz a no ser
que estas reuniones se volvieran productivas, ya sea que se dibujara o
comentara algún texto leído en alta voz sobre temas relacionados con nuestro
quehacer artístico. Todo esto, estando los presentes confortablemente
instalados para matear o entonarse con una ginebra ¡También hubo noche de
cantores!...
El taller estaba colmado de obras y de proyectos en forma de
bocetos que por su factura eran ya esculturas, aunque de reducido tamaño. Estaba
allí el “Gorrión” que marcó el punto de partida de su camino al éxito. A raíz
de esa obra el público comenzó a fijar su atención en él. Era la primea escultura
construida con miles de pedacitos de metal soldado entre sí y luego sometidos a
un baño electrolítico.
Un verdadero gorrión seco y momificado que un día encontró
por ahí, fue lo que le dio al idea de hacer la obra y la resultante tiene mucha
figuración, pues aunque la primera impresión es otra, se trata realmente de un
gorrión en esas condiciones, tanto que si se lo mira al trasluz, se verán sus
pequeñas costillas, Desde entonces Albertazzi trabajó casi exclusivamente en
metal. En raras excepciones fueron piezas de cerámica de reducido tamaño.
En el taller también estaba “La Catedral”, obra hecha con
una técnica similar y con mucho de orfebre. “El Encuentro”, “El Pescado” y
sobre todo “El Descendimiento”; mi modo de ver, el de más escultura por la solidez
de su volumen.
Este escultor había estudiado seriamente. Hay detrás de las
obras que menciono muchas que podríamos llamar “académicas”, perfectamente
modeladas en arcilla, que le allanaron el camino cuando quiso trabajar con
otros materiales.
“El Descendimiento” es un muestrea clara de lo que afirmo. Esta escultura mereció el segundo premio en el Salón Nacional del año 1965, y en realidad podía haber acercado al Gran Premio, pero influyó a edad de Albertazzi, para que su recompensa no fuera mayor. De otro modo hubiera dejado de concurrir a esa muestra anual y Albertazzi podía superarse más por lo tanto era conveniente para él y para el Salón hacerlo esperar. Él sabía que yo era el autor principal de esta maniobra - pues fui componente del jurado -, pero lo que nunca supo fue que debí arrepentirme cuando pocos años después su obra “A.T.” (A Todos) ganó el “Premio Único (1968), equivalente del Gran Premio pues, en mi opinión, esta no superaba a “El Descendimiento” que sigue deleitándome.
Frecuentemente había mucho humor en lo que hacía. Quienes conocían su taller, recordarán aquella cabeza de bruja dentro de la fuente y a la pequeña pareja con la silla y que fue expuesta junto con otras de reducida dimensión en la biblioteca José Manuel Estrada de Bernal. A veces su humor era negro aunque de una gran sutileza como lo demostró en uno de sus últimos trabajos: “Reses para exportación”, que en realidad eran técnicos que emigran.
“El Descendimiento” es un muestrea clara de lo que afirmo. Esta escultura mereció el segundo premio en el Salón Nacional del año 1965, y en realidad podía haber acercado al Gran Premio, pero influyó a edad de Albertazzi, para que su recompensa no fuera mayor. De otro modo hubiera dejado de concurrir a esa muestra anual y Albertazzi podía superarse más por lo tanto era conveniente para él y para el Salón hacerlo esperar. Él sabía que yo era el autor principal de esta maniobra - pues fui componente del jurado -, pero lo que nunca supo fue que debí arrepentirme cuando pocos años después su obra “A.T.” (A Todos) ganó el “Premio Único (1968), equivalente del Gran Premio pues, en mi opinión, esta no superaba a “El Descendimiento” que sigue deleitándome.
Frecuentemente había mucho humor en lo que hacía. Quienes conocían su taller, recordarán aquella cabeza de bruja dentro de la fuente y a la pequeña pareja con la silla y que fue expuesta junto con otras de reducida dimensión en la biblioteca José Manuel Estrada de Bernal. A veces su humor era negro aunque de una gran sutileza como lo demostró en uno de sus últimos trabajos: “Reses para exportación”, que en realidad eran técnicos que emigran.
Albertazzi se formó artísticamente guiado, primero por
Antonio Sassone [2] y luego por Sepuccio
Tidone en la escuela taller de nuestro Juan Correa. [3]
En 1971, el Maestro Ludovico Pérez fundó en Formosa el Instituto Superior de Arte “Oscar Alberto Albertazzi”. Un proyecto que había nacido con Albertazzi como Taller de Arte que se preveía que con el tiempo y la ausencia de los promotores desaparecería, de modo que se pretendió más, que sea Escuela de Bellas Artes y así comenzó la historia de esta Institución que hoy tiene una figuración extraordinaria en los jóvenes inclinados por la artes plásticas en el noreste argentino.
En 1971, el Maestro Ludovico Pérez fundó en Formosa el Instituto Superior de Arte “Oscar Alberto Albertazzi”. Un proyecto que había nacido con Albertazzi como Taller de Arte que se preveía que con el tiempo y la ausencia de los promotores desaparecería, de modo que se pretendió más, que sea Escuela de Bellas Artes y así comenzó la historia de esta Institución que hoy tiene una figuración extraordinaria en los jóvenes inclinados por la artes plásticas en el noreste argentino.
TRAYECTORIA ARTÍSTICA
Nació en Bernal el 4 de abril de
1928. Cursó estudios de dibujo y escultura con los profesores Juan Correo y
Sepuccio Tidone.
Ejerció la Dirección de la Escuela Municipal de Artes
Plásticas “Alfredo Sturla”, en Avellaneda. Dictó asimismo cátedra de escultura. Institución donde también se desempeñó su amigo el escultor Juan Antonio Fernández Abreu autor del monumento a la Madre que se halla en la estación Wilde del FF.CC. Roca.
En 1964, "Poroto", como lo llamaban cariñósamente sus íntimos, es seleccionado para participar en el “Primer Salón
de Artistas Jóvenes de América Latina”. Invitado en 1665, a participar en la
IIIª Bienal de Escultura, Premio “Alberto Lagos”; en 1966, participa en el Salón
"Plástica con Plásticos” en el Museo Nacional; ese mismo año gana la Beca
Nacional otorgada por el Gobierno de Santa Fe en el “VII Salón Anual de
Becarios” y realiza un viajes de estudio por Francia, Suiza, Italia, España y
Portugal a Europa. En 1967, participa de la “Iª Trienal de Valores Plásticos
del Interior. En 1968, es invitado por I.P.C.L.A.R al Premio Nacional “Gobierno
de la Provincia de San Fe”.Obtuvo las siguientes recompensas: en 1956, Primer Premio
Concurso Sociedad Hebraica Argentina; 1959,
Primer Premio Escultura Salón Estímulo de la provincia de Buenos Aires;
1960, Primer Premio XXXVII Salón Anual la Mutualidad de Egresados de Bellas
Artes; 1962, Premio Estímulo XVI Salón de la Provincia de Buenos Aires; Tercer
Premio Salón Nacional, 3er Premio “ IVº Salón "José D. Rosso" de la Ciudad de
Quilmes”; 1963, Premio “Crítica de Arte” Salón Nacional, Premio Adquisición en
el “XIº Salón Rosa Galisteo de Rodríguez” (Santa Fe); Premio adquisición XXIIº
Salón de Arte de Mar del Plata; 1984, Premio en Salón de la Prov. de Bs. As.;
2º Premio Escultura Salón Manuel Belgrano de la Ciudad de Bs. As.; Primer
Premio de Escultura “IXº Salón de San Fernando”; Tercer Premio Salón Provincial
de Tucumán; 1965, 2º Premio de Escultura “LIV Salón Nacional de Arte
Plásticos”; 1967, Premio Adquisición “Salón de Arte de Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur”; 1968,
Premio Único de Escultura LVII Salón Nacional; 1969; 2º Premio Primera
Exposición de Escultura de la Ciudad de Quilmes; 1970, Premio XVº Salón Provincial
de Tucumán.
En 1968, expone sus obras, esculturas y dibujos en el Salón
de la Biblioteca Popular Manuel Estrada de Bernal junto con su maestro Sepuccio
Tidone.
Nos abandonó el 25 de enero de 1971, tenía 43 años. Sus restos descansan en
cementerio de Quilmes.
Conozcamos la repercusión que tuvo en el mundo del arte su
fallecimiento, transcribiendo algunos párrafos que se le dedicaron en medios
locales y nacionales.
DIJO EL DIARIO "ENFOQUES EN EL NÚMERO DEL 27 DE ENERO
DE 1971
"…La congoja reflejada en los rostros de muchos de los que
cultivaron la amistad del desaparecido artista dio mayor significado a lo que
esta irreparable pérdida para el arte significa la temprana muerte de este alto
valor que como escultor supo alcanzar metas que dieron no sólo a su terruño
bernalense sino en el ámbito nacional e internacional, grandes relieves donde
sus trabajos merecieron no sólo los mayores elogios sino que en toda su
trayectoria artística fue distinguido con varios premios en los salones donde
expuso sus obras. No sólo por todo ello sino por su espíritu sensible y su
hondo fervor por el arte que abrazara en profundidad, su muerte convalida una
sensible pérdida para la escultura, lo que lamentan no sólo sus colegas en el
difícil arte sino en cuantos tuvieron oportunidad de tratar su excelso
espíritu.
No hubo discursos en el piadoso acto a pedido de sus
familiares. Pero en el ámbito del sagrado recinto quedó flotando la amarga
certidumbre de que se había perdido un hombre que supo dar de sí toda la gama
de conocimientos que hace más llevadera la existencia del ser humano… "
DIJO EL DIARIO "LA NACIÓN” EN EL NÚMERO DEL
26 DE ENERO 1971
“…Hace casi una década, Albertazzi comenzó a desarrollar un
estilo personal estructurando sobre sus admirables condiciones para el trabajo
del metal. Abandona la escultura de bulto, pero sin apartarse de la figuración,
se orienta hacia la elaboración de una escultura constructiva, donde los
volúmenes, si existían, siempre estaban determinados por planos y nervaduras
elaborados con chapa y varillas metálicas que repujaba y soldaba con admirable
capacidad artesanal. Su obra, que aludía frecuentemente a lo religioso,
revelaba su actitud mística. Orientado hacia un expresionismo cada vez más
intenso, había experimentado en los últimos años una paulatina transformación
que lo había llevado a adoptar un lenguaje crítico, vigoroso e incisivo. Su
rectitud y la calidez de su espíritu sensible, sumados a la nobleza de su
oficio, le valieron la simpatía y el respeto de cuantos lo trataron…"
DIJO EL DIARIO "EL SOL"
En letras de Manuel Oliveira que lo conoció como hombre y
como artista. Texto entrañable que se reproduce, en parte, en la tarjeta
invitación de la muestra retrospectiva que se realizar en el Museo Municipal de
Artes Visuales Víctor Roverano”.
"... Con la prematura
desaparición de Oscar Albertazzi, pierde el arte nacional una de sus figuras
mas importantes.
Escultor por
naturaleza, logro concretar una obra sólidamente respaldada por el saber y el
hondo sentir de su oficio.
De su primer viaje a Europa en 1961, parte tal vez su conciencia de auténtico creador. Su necesidad de dar al arte lo mejor de su vida. Con la imagen viva de los maestros europeos, Albertazzi comienza su tarea veloz y ascendente. Y es el espíritu de los fuertes lo que lo estimula.
Así su sagrada admiración al gran catalán Gaudí, a su obra, aquella majestuosa ‘Sagrada Familia’ de la Ciudad Condal y
De su primer viaje a Europa en 1961, parte tal vez su conciencia de auténtico creador. Su necesidad de dar al arte lo mejor de su vida. Con la imagen viva de los maestros europeos, Albertazzi comienza su tarea veloz y ascendente. Y es el espíritu de los fuertes lo que lo estimula.
Así su sagrada admiración al gran catalán Gaudí, a su obra, aquella majestuosa ‘Sagrada Familia’ de la Ciudad Condal y
¿Por qué no? a esa Barcelona toda, con sus
artistas y poetas de esta generación, su misma generación que le han despertado
esa tremenda ‘fuerza del crear’, que en el artista se hace ‘fuerza del vivir’.
Así surgen las imágenes profundamente renovadas en ese periodo de Albertazzi. Suple al barro por el hierro, al yeso patinado por la chapa y los óxidos. Con sabiduría y amor singular se mueve en la estructura metálica porque ella le es más leal a su gran fuerza expresiva, a su capacidad creativa y con ello se produce como lógica resultante, la consagración de su obra.
Así surgen las imágenes profundamente renovadas en ese periodo de Albertazzi. Suple al barro por el hierro, al yeso patinado por la chapa y los óxidos. Con sabiduría y amor singular se mueve en la estructura metálica porque ella le es más leal a su gran fuerza expresiva, a su capacidad creativa y con ello se produce como lógica resultante, la consagración de su obra.
Allí
surge aquella
estupenda serie de ‘Las Catedrales’, donde la fuerza expresiva se una a
la gran
calidad normal de toda su producción y que, como sagrado misterio del
crear, se incorpora a ello una expresión mística poco común que motivará
los más
elogiosos comentarios de críticos del país y del extranjero…"
Compilación Chalo
Agnelli
FUENTES
“Mensaje”, boletín de la Biblioteca Popular José Manuel
Estrada, Año IV Nº 8, diciembre de 1971
Publicado por Francisco Cabestany Piñol el 14 de mayo de
2015
Ver en miciudad.com; primer portal digital de
Ezpeleta al Servicio de la Comunidad "Lesner Tabares ...artista plástico"
NOTAS
[1] Año IV – Nº 8. Dirección Belgrano Esq. 25 de Mayo. Bernal. Imprenta Salaberry, Belgrano 309, Bernal.
[2] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 2 de octubre de 2013, ANTONIO SASSONE - ESCULTOR ITALO-ARGENTINO Y QUILMEÑO EN SU OBRA MÁXIMA
[3] Ver en EL QUILMERO del miércoles, 8 de septiembre de 2010, JUAN CORREA SEMANA DEL MAESTRO