lunes, 28 de septiembre de 2015

FIESTA BARRIAL EN EL PATIO MÁGICO DE MERLÍN



Una nueva fiesta barrial tendrá La Colonia el próximo sábado 3 de octubre a partir de las 18 hs, en la esquina mágica de Aristóbulo del Valle y Tucumán, a las puertas de la casa de la artista Hebe Liz Schweistein, [1] una vecina que creó en su entorno comunitario una pausa a la monotonía, al individualismo, al silencio culturoso de los exclusivos. 
A su “Rayuela”, a “El faro de los sueños”, a “La fuente de los logros”, al “Banco de las utopías”, todo parte de La plaza de los logrosque forman el conjunto concretado durante la primavera de 2013, se sumará ahora en una fiesta popular El patio mágico de Merlín con la inauguración del mural “El pescador de estrellas” y la obra "Señalada por el índice del Sol”. [2] 
Así nos convoca Hebe: 
"Te invito a compartir una noche, de esas increíbles, para pescar más que estrellas. Tener pasión, alegría para trepar al sol. Buscar la luna bajo pago de rescate, para que siendo creciente alumbre nuestra emoción. Gracias a los que custodian nuestro futuro en su sueño. 
A los que hicieran que a menudo se callase el ruido y permitieron que escucháramos la lluvia caer. 
A los que leyeron el mensaje en la botella y salieron al encuentro del náufrago. 
A todos aquellos, que en definitiva, me acompañaron en este viaje y me abrazaron para seguir soñando despierta. 
Hagamos que todo suceda. Te convoco a militar ideas, creatividad, alegría, música, charlas, en un espacio nuevo y nuestro, para vivir la tarea de ser felices.” 
El encuentro empezará con una suelta de libros por parte de la Biblioteca Popular Pedro Goyena [3] y la participación de la Agrupación Los Quilmeros a partir de las 18 a las 20 se iniciará la GRAN FIESTA INAUGURAL con imágenes barriales y un extraordnario show a cargo de Lalo Bianchi y su "Saxo solitario", el grupo folklórico "Umachaki", la murga "Espuma de Carnaval", "La Baigorria Uke Band", el grupo "Unmedio", guitarra, ukelele y flauta traversa y el cierre se hará con "Onda Verde, Candombe al Costado de la Vía". Habrá feria con puestos de artesanías, choripán y cerveza helada.
¡Una fiesta barrial de primavera abierta a todo público, el costo es la alegría!  

Crónica Chalo Agnelli
REFERENCIAS

[1] Ver en EL QUILMERO del jueves, 19 de febrero de 2015, HEBE LIZ SCHWEISTEIN – MUJER HACEDORA DE SUEÑOS 
[2] Ver LAS LETRAS DEL QUILMERO del miércoles, 28 de enero de 2015, "LA CALLE DE LOS SUEÑOS PERDIDOS" - RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN 
[3] Ver en EL QUILMERO EN LA GOYENA del domingo, 27 de septiembre de 2015, LIBROS VOLADORES - GRAN SUELTA DE LIBROS EL 3 DE OCTUBRE http://bibliogoyena.blogspot.com.ar/2015/09/libros-voladores-gran-suelta-de-libros.html/





viernes, 25 de septiembre de 2015

PROGRESIÓN HISTÓRICA DEL ALUMBRADO EN EL PUEBLO DE QUILMES


Hoy estallamos en furia al menor corte de electricidad. Quedarnos sin eléctrica nos destruye el ánimo. ¿Cómo sería aquel Quilmes nocturnos de calles oscuras, contando tan sólo, un vez al mes, con una luna auxiliadora... Salir o volver a las casas con una vela dentro de un farol o una lámpara de un aceite nauseabundo por calles barrosas, entre zanjas y veredas inexistentes? Leer por la noche resultaría un paulatino desgaste ocular, a veces irreparable a edad joven. Las velas de cera eran caras. Luego las lámparas de querosén destilaban un olor nada agradable dentro de las casas. Pero como la gente no conocía otra cosa se debía arreglar lo mejor posible ante esos percances.
DE LA VELA A LA ELECTRICIDAD
DE MANUEL ALES
Serie Archivos y Fuentes de Información Nº 3
1858, 18 de septiembre: A propuesta del municipal Dr. José Antonio Wilde se resuelve que: "todas las casas de comercio, cual­quiera sea su clase-, deberán colocar un farol con vela de sebo y encenderlo las noches que no haya luna".
1862, 20 de febrero: A moción del preceptor Robustiano Pérez se instala el alumbrado público. La municipalidad pagará $ 100.- al
encendedor y el ocupante de la propiedad donde está coloca­do el farol deberá proveer la vela. Se encenderán los dos faroles del frente de la municipalidad en las noches os­curas; se alumbrará el cuartel y se colocarán más faroles. El total actual es de 34.
1872.- Se autoriza a don Miguel Costa a instalar, por su cuenta, 100 faroles de querosene, cobrando $ 60.- (moneda anti­gua) por cada farol y por mes, durante tres años, al cabo de los cuales la municipalidad podrá quedarse con ellos, abonando el 50% de su valor, lo cual se hace el 14 de se­tiembre de 1875, abonando $ 11.555.- al Sr. Costa.
1877.- Concesionario del alumbrado, por $30.- farol-mes: Pascual Fosatti (moneda antigua).
1878.- Concesionario del alumbrado, por $28.-farol-mes: Pascual Fosatti.
1879.- Concesionario del alumbrado, por $ 24.- farol-mes: Anto­nio Silva.
1880.- Concesionario del alumbrado, por $ 18,50 farol-mes: Pas­cual Fosatti.
1881.- Concesionario del alumbrado, por $ 18.-farol-mes: José Badano. Por incumplimiento del contrato se le anula y lo toma don Marcelo Loredo por $ 16.- farol-mes.
1882.- Concesionario del alumbrado, por $ 15.- farol-mes: Marcelo Loredo.
1883.- Concesionario del alumbrado, por $ 15.- farol-mes: Marcelo Loredo.
1884.- Concesionario del alumbrado, por $   ? farol-mes: Andrés Baumgart.
1885.- Concesionario del alumbrado, por $ 0,64 farol-mes: Pascual Tangleri (moneda nueva).
1886.- Concesionario del alumbrado, la municipalidad - encarga­do del servicio: Pascual Fosatti.
1887.- Concesionario del alumbrado, por $ 0,65 farol-mes: Pascual Tangleri.
1888.- Concesionario del alumbrado, por S 0,75 farol-mes: Pascual
Manuel Ales
Tangleri. Se presentan varias ofertas para instalar servicio de gas.

1889.- La municipalidad atiende el servicio de alumbrado.
1898, 18 de marzo: El intendente, Olegario Ponce de León, promulga la ordenanza por la cual se establece el alumbrado público a electricidad. Fue inaugurado a mediados de 1899. Los focos eran del tipo "a arco voltaico", colocados sobre postes en el centro de las bocas-calles.
Dichas lámparas fueron reemplazadas entre 1914 y  1918 por las de tipo incandescente; pues viniendo los carbones necesarios para las de arco de Alemania, no era posible obtenerlos por estar esa Nación bloqueada por la guerra.

Compilación Chalo Agnelli
Fotografías: Fernando San Martín y Sergio Gustavo D´Onofrio

viernes, 18 de septiembre de 2015

SANTIAGO GOÑI – UNA NUEVA ENTREVISTA TRANSMIGRATORIA (1936/2015)

RETROSPECTIVA AL PASADO
 por Chalo Agnelli
En mi última transmigración al pasado quilmeño en enero, cuando visité a don Francisco Soto, estuve por acercarme hasta la casa de don Santiago Goñi, pero la hora no era prudente y resolví dejar la entrevista para más adelante. [1] 
De modo que ayer, temprano en la tarde, volví a 1936, y rumbeé para la casa de don Santiago, ubicada en la esquina SO de las calles Mitre y Alem. Golpeé y me atendió una criada que me condujo al fondo de la vivienda donde el anciano nonagenario estaba punteando su quinta. Después de los saludos y las presentaciones de rigor me condujo a la galería que corría frente a las habitaciones y nos sentamos en sendos sillones de mimbre. Al momento la criada trajo una jarra de Kalimotxo [2] y algunos pintxos. [3] Encendí mi grabador que don Santiago observó con asombro sin decir palabra y comenzamos la entrevista. 
EL QUILMERO.- Muchas gracias por recibirme con tanta deferencia don Santiago, pero no sé si es prudente para el éxito de este reportaje beber vino tan temprano.
 SANTIAGO GOÑI.- No es sólo vino. Es un refresco que junto con los pintxos son dos sabores imprescindibles en la gastronomía del País Vasco ¡Pruebe amigo, vamos! 
EL Q.- Por cierto que se ve todo muy apetitoso - lo pruebo - Vayamos al tema de mi visita. Saber de usted, su historia de inmigración. 
S. G.- ¿Qué quiere saber de mi que no sepan todos en este pueblo donde todos sabemos de todos? 
EL Q.- Sí, pero yo vengo de este mismo pueblo desde una época en la que está bastante más crecido. Y estoy metido en la tarea de recuperar para la memoria a aquellos vecinos de Quilmes que trazaron una huella indeleble en esta tierra, sobre todo los inmigrantes que llegaron de tantas partes del mundo para diseñar un perfil de nuestra identidad. ¿Cuándo llegó a Quilmes don Santiago? 
S. G.- Llegué a Quilmes, hace 73 años, en 1862. Primero me
radiqué en los cuarteles de la campaña, allá por lo que hoy es Berazategui, donde residían unos parientes. Vine en carreta por el bañado porque por ese camino no eran necesarios puentes ya que los arroyos podían vadearse fácilmente. Antes del 1880 no había caminos adecuados. 
EL Q.- ¿Y esos parientes habían llegado mucho antes que usted?
S. G.- Sí, en 1858, cuando compraron tierras a un tal Magallanes. 
EL Q.- Ud. nació en el País Vasco. 
S. G.- Allí nací el 17 de marzo de 1846, día de San Patricio, cuando reinaba la jovencita Isabel II [4] y el Carlismo preocupaba a los vascos,[5] que no olvi­daban a Zumalacarregui, eltigre de las Amescoas”, [6] como lo llamaban por su fanatismo y su crueldad. 
EL Q.- ¿Y cuando se estableció en este pueblo?
S. G.- Después de una breve estadía allá en la campaña me radiqué en el pueblo. Don Augusto Otamendi era Juez de Paz y Presidente del Municipio. Un hombre muy decidido don Augusto. Trabajaba a la par que sus peones, viera usted. Y de porte imponente, como don Andrés Baranda a quien también conocí mucho pues hice trabajos para él. 
EL Q.- ¿Cómo lo recibió la Argentina, los argentinos?
S. G.- En esos años, éramos más los extranjeros que los argentinos, en esta tierra. Por acá había muchos vascos. Eso me facilitó la
adaptación hasta aprender el castellano, pues yo hablaba la lengua de mi tierra, el euskera. Lo que no me gustaba, era que algunos argentinos me dijeran “gallego”, pero luego no le di importancia. Acá le dicen a todos los que vienen de la Península, gallegos. Cuando saqué el documento argentino me pusieron “español” y aunque porfié que yo no era español, no hubo caso y ahí está. Ahora soy argentino y voto con ese documento. La Argentina es mi patria y la de mis hijos, de mis nietos y de mis bisnietos. 
EL Q.- ¿Había muchos vascos en ese entonces por estos lados?
S. G.- ¡Uy! Sí. Labourt era vasco del Iparralde, también Lassalle, Larralde, Lerdou, Ithuralde. Acá cerca estaban los Iturriaga, los Urrismendi, don Pedro Eliziri vivía aquí cerca sobre Mitre y San
Andrés - ahora se llama Olavarría -, don Ramón Dapena a la vuelta, tenía un almacén llamada “El Universo”, Apecechea, Iparraguirre con panadería en Brown ente Olavarría y Humberto Primo, calle que entonces se llamaba “Progreso”; los Bazterrica que eran tamberos; Arrieta, Etchevere, Etchevertz, Ourracarriet, Arriaga, Letamendi, Borro, mi primo Santiago Laurnaga que vivía en la esquina NO de Brown y Videla; en la esquina de Alem  y Sarmiento estaba la herrería de Domingo Hasperué donde trabajaban - ¡Asómbrese usted! – 20 herreros. El vasco más fuerte que he conocido fue Pierre el Grande que era capaz de trabajar tres días seguidos sin descansar ni comer, pero ¡Santo Dios! Cuando comía, calcule usted cómo lo hacía. Yo lo vi una vez cenando en lo de una parienta mía, despacharse 25 huevos fritos, como postre (Ríe con ganas don Santiago) ¡No digo más nada para que no me llamen exagerado, porque de los vascos se pueden decir muchas cosas como esa! (Vuelve a reír) 
EL Q.- Me contaba de los vascos. 
S. G.- ¡Uy! ¡Si había vascos por estos lados! Y además de los nombras estaban los Otamendi, que hacía varias décadas que
estaban por estos pagos… Sí… un montó más que no recuerdo. ¿Sabe? En 1901 participé de la fundación de la Euskal Echea, la Casa de los Vascos. [7] Hoy tenemos un hermoso local en la equina de Brown y 25 de Mayo. Le voy a mostrar una foto. (Se levanta don Santiago y entra en una habitación, sale a los pocos minutos con
una caja, vuelve a su sillón y comienza a revolver el contenido hasta que me tiende una foto) 
S.G.- Vea. Aquí estoy yo… y este si no me equivoco es su abuelo. - Sigue dando nombres e historias de vida. Lo interrumpo pues el sol cae y se me hará tare para volver al 2015.
 EL Q.- ¿Siempre se domicilió aquí don Santiago?
S. G.- Efectivamente, en el mismo barrio en que siempre he vivido, en esta esquina donde hoy me encuentra usted; con casi 90 años que todavía no llevo del todo mal… aunque pesan mucho. Este solar y la otra mitad de la manzana sobre la calle Tres de Febrero ¡No, quiero decir Alem! Siempre olvido que le cambiaron en nombre. Y como decía, este solar anteriormente había pertenecido a don Santiago Arrascaeta, vasco también, y se lo habían dado en la distribución de tierras que hizo en 1840, don José Eusebio Otamendi. Además le dieron una chacra donde instaló un tambo; por allá por el oeste. Un hijo de este vivió luego en Alem y San Martín, esquina SE.; frente a la quina de Casares y en diagonal con los solares de Benavente. 
EL Q.- En ese entonces este barrio no estaba tan poblado seguramente.
S. G.- ¡Para nada! Pero más que otros rincones del pueblo. Enfrente, donde ahora están las monjitas, vivía don Francisco Labourt. Al lado, don Pedro Giménez instaló su periódico “El Quilmero”, como su… ¿¡Eso que usted tiene con ese mismo nombre!? [8] 
EL Q.- Es un poco complicado de explicarle don Santiago. Las cosas cambiaron bastante en el año 2015. Pero siga con su relato.
S. G.- Seguía a la imprenta de Giménez, Vernieri el peluquero y en la esquina, de lo que hoy es Garibaldi, la librería “El Catalán”.
Enfrente estaba la familia Tasso y a su lado, pegado a mi propiedad, don Luis Leonardi fabricaba muebles; casi todos lo que hay en esta casa los hizo él. En diagonal con mi esquina el terreno estaba baldío. Aún no habían levantado la Biblioteca Municipal, que se construyó durante la intendencia de don José Andrés López, [9] quien murió hace pocos años. El año pasado a la Biblioteca se la bautizó “Domingo Faustino Sarmiento”. [10] Yo fui al acto. En la esquina, frente a la mía, vivía don Agustín Lavaggi, tenían un almacén, y luego sobre Mitre estaba la botica de Bernis y en la esquina de Mitre y Rivadavia una confitería; sigue sobre la calle Rivadavia la peluquería de Navarro, que también era flebótomo y el sastre Salas. Frente a la confitería, el Templo Parroquial. 
EL Q.- ¿Y sus parientes de Berazategui? 
S. G.- Allá se quedó mi sobrino Martín María Goñi. Tuvo un montón de hijos que a su vez tuvieron una numerosísima descendencia… ¡Acá, en Quilmes, hay más Goñi, que en el País Vasco! – Se ríe con ganas don Santiago. 
EL Q.- ¿A qué se dedicó usted? 
S. G.- Me considero el decano de los albañiles quilmeños pues aquí he trepado en andamios, manejando cucharas y colocando adobes y
ladri­llos desde 1865... Hace 70 años bien contados. Recuerdo haber trabajado en la construcción de la casa de don Juan Ithuralde, aquí cerca, frente a la plaza, en la calle Mitre, a metros de Alsina ¡En aquella época, para Quilmes, un palacio de dos pisos! Viera usted. Y en la Iglesia. [11] Si señor, hiciera frío o calor, lloviera o el Sol rajara la tierra trabajábamos a destajo de lunes a lunes si se prestaba. Buena parte de los mu­ros y las torres del templo son obra personal mía. 
EL Q.- Era constructor. 
S. G.- Trabajaba con mi primo Santiago Laurnaga. Él había venido mucho antes del País Vasco. Era algo así como arquitecto, director
de la empresa constructora de la que yo era socio. En 1875 instaló la estufa para la sala de la Municipalidad, el viejo edificio, no el hermoso palacio que se ve ahora, donde también funcionaba la Biblioteca. Las obras del templo estaban paradas. Se habían empezado cuando don Andrés Baranda era juez de paz; con él hicimos un contrato de obra y lo terminamos bajo el gobierno de don Augusto Otamendi. No faltaron diferencias entre aquellos dos jueces meticulosos y exigentes. Hasta por la altura de las torres que la administración de Baranda quería de 25 varas y la de Otamendi de 35. Aún se medía todo en varas. Me costó mucho acostumbrarme al metro. 
EL Q.- ¿Estuvo en acto de inauguración del templo? 
S.G.- (Piensa don Santiago unos segundos…) La piedra fundamental se había puesto en 1863. No recuerdo la ceremonia
inaugural ni puedo citarle fechas, pero sí recuerdo que un domingo por la mañana con asistencia de algunas personas y el párroco Vadones se realizó durante la ejecución de los trabajos un pequeño acto. Creo recordar que bajo el muro lateral de la Iglesia, en su costado sur, en la parte media hoy del altar mayor, [12] si hizo una pequeña excavación, donde se colocó a guisa de recuerdo o piedra fundamental [13], algo así como un recipiente de forma redonda me parece, metálico, en cuyo interior debió encerrarse alguna cosa que no podría precisar. Dos hiladas de ladrillos cubrieron la excavación y sobre ella se elevó luego el muro. 
EL Q.- De manera, don Santiago que usted estuvo en Quilmes durante la fiebre amarilla ¿No se contagió? 
Tengo un triste recuerdo de la peste de 1971. Fue un episodio dramático en mi vida. En Quilmes como en toda esta zona el flagelo se hizo sentir con intensidad. Era tal el pavor que los enfermos morían sin asistencia pues nadie se animaba a prestarla, salvo el Dr. Wilde y a algunas mujeres como doña Juana Gauna. Era hasta difícil que los cadáveres fueran sepultados. Pero hubo una valiente en este pueblo, no recuerdo su nombre, que, quizá por buena paga – lo que no le restaba mérito – se encargaba de los difuntos que conducía amontonados en su carro hasta el cementerio de la barranca, que ya se estaba ocupando en su totalidad habiéndose abierto no hacía tantos años. Un día, estaba yo en el boliche de doña Lorenza “la vasca”, en la esquina de Moreno y Progreso (Humberto Primo) y pasó este hombre. Transportaba varios cadáveres y quizá agotado porque esa jornada había sido más dura que en otras ocasiones o por la fuerza de la costumbre, detuvo su carro en la equina y entró a tomarse un trago al boliche. 
EL Q. -¡Me imagino el alboroto!
S. G.- Todos se apartaron espantados. Pero la patrona ni lerda ni temerosa al saber de la cargo, salió con un pañuelo tapándose la nariz y la boca, para informarse quiénes eran los difuntos que
llevaba el improvisados carro fúnebre. A poco, entre ahogos, se la oyó dar voces de terror. Todos salimos a la calle y allí estaba doña Lorenza gritando en euskera, como hacía siempre que se ponía nerviosa: Hey!! Apaizaren Julian, nire herrikide da! ... Oraindik bizirik zuen ... Begira mugitzen! [14] (Imita don Santiago a la mujer) Era un cura. Julián no sé qué. Estaba de paso por el pueblo, paisano. Había caído enfermo y creyéndolo muerto lo subieron al carro. Como nadie se acercó a ayudarla, ella despreciando el peligro de contagio, trepó al carro por los ejes de una rueda, bajo al cura sola y lo metió en su casa. Julián vivió. Sí señor, tanto vivió que doce años después yo lo acompañé cuando embarcó de regreso a España. 
EL Q.- ¿Y doña Lorenza?
S. G.- Doña Lorenzo no tuvo nunca ningún achaque. Por lo menos no que yo supiera. Murió a poco de cumplir los 90. Fue una tarde siesteando en la puerta de su boliche. 
EL Q.- Bueno don Santiago, lo voy a tener que dejar pues ya se hace tarde.
… … …
Inútilmente me despido. El sol cae lento y don Santiago dormita con la cabeza caída hacia un lado. Le quito la caja de fotos de la falda para evitar que se caiga. La criada se asoma, me sonríe y me acompaña hasta la puerta, antes de llegar escucho: 
S.G.- ¡Hurrengo laguna arte, itzuli laster! [15]
Investigación y ‘reportero’ Chalo Agnelli
 Quilmes, 1936 - 1988 - 2015  
elquilmerofm@yahoo.com.ar
 chaloagnelli@yahoo.com.ar


FUENTES
Ver EL QUILMERO del sábado, 17 de enero de 2015. FRANCISCO SOTO, ENTREVISTA EN EL PASADO - 1936.
Ver EL QUILMERO del  lunes 9 de noviembre de 2009 ENTREVISTA A DON AGUSTIN GOÑI - BERAZATEGUI.
NOTAS


[1] Esta mirada retrospectiva del pasado está elaborada sobre entrevistas que el periódico La Verdad hizo a viejos vecinos de Quilmes, casi nonagenarios en 1936. Los nombres y lugares y los hechos históricos son veraces, sumé nuevos datos tomados de otros autores contemporáneos como Manuel Ales, el Dr. Craviotto y publicaciones de la época como El Plata y Norte. 
[2] Una especie de cóctel de vino tinto con azúcar, jugo de cítricos, canela, vainilla y un saborizante ácido, los cuales en su justa medida y proporción se diluyen en agua carbonatada. 
[3] Una pequeña rebanada de pan sobre la que se coloca una pequeña ración de comida 
[4] Isabel II de España, llamada «la de los Tristes Destinos» o «la Reina Castiza», era hija del Rey Fernando VII y de su cuarta esposa y sobrina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias. Fue reina de España entre 1833 y 1868, gracias a la derogación del Reglamento de sucesión de 1713 (Ley Sálica) por medio de la Pragmática Sanción de 1830. Esto provocó la insurgencia del infante Carlos María Isidro, tío de Isabel II, quien, apoyado por los grupos absolutistas o “carlistas” ya había intentado proclamarse rey durante la agonía de su hermano Fernando VII. 
[5] Al morir Fernando VII el 29 de septiembre de 1833, Carlos emitió el Manifiesto de Abrantes el 1 de octubre siguiente, en el que declaraba su ascensión al trono con el nombre de Carlos V. El 6 de octubre, el general Santos Ladrón de Cegama proclamó a Carlos como rey de España en la La Rioja, fecha en la que se determina el comienzo de la Primera Guerra Carlista. La actitud pesimista de la Corte de Carlos frente a los problemas civiles y militares causaron gran descontento, tanto entre los mandos como en la tropa, y se acrecentaron también las mutuas desconfianzas entre los batallones de las tres provincias vascas y navarras que rehusaron combatir fuera del ámbito geográfico de sus provincias. 
[6] Tomás de Zumalacárregui y de Imaz, duque de la Victoria de las Amezcoas y conde de Zumalacárregui, (29/12/1788 – 24/6/1835) gipuzcoano, militar, llegó a ser general carlista durante la Primera Guerra Carlista. Apodado el «Tigre de las Amescoas» (Navarra) asumió la organización del ejército carlista. No dudó en mostrarse cruel en la represión de los liberales ni en emplear el terror para mantener controlado el territorio, siendo el hecho que más le descalifica la orden de realizar los fusilamientos de Heredia, producidos cuando 200 hombres de las fuerzas cristinistas o liberales de Álava ofrecieron fuerte resistencia, pero, abandonados por su comandante y oficiales, quienes huyeron, y con más de treinta bajas, se rindieron bajo la promesa de que sus vidas serían respetadas. Unos 125 prisioneros fueron conducidos a Heredia en una agotadora marcha de 25 kilómetros hacia el este. Al enterarse Zumalacárregui ordenó que fuesen fusilados. El comandante alavés Bruno Villarreal trató vanamente de exponer al jefe carlista "las tristes consecuencias que ocasionaría tan terrible orden entre los vascos". Zumalacárregui se mostró inflexible. Villarreal, a espaldas de Zumalacárregui, consiguió que dos conocidos suyos fuesen ocultados y salvasen la vida, pero los restantes fueron ejecutados. El general carlista José Ignacio de Uranga anotó en su diario: "Día 17. Permanecimos en Heredia donde se fusilaron 118 peseteros (o chapelgorris boinas rojas del euskera txapel gorri), del ejército liberal.” 
[7] Ver EL QUILMERO del miércoles, 16 de mayo de 2012 CASA DE LOS VASCOS - EUSKAL ECHEA - 1901/2011.
[8] Se refiere al blog, que prefiero no explicarle pues no lo entendería. 
[9] Ver EL QUILMERO del lunes, 8 de junio de 2009 JOSE ANDRÉS LOPEZ - INTENDENTE 1904-1905 - EL QUILMES DE ANTAÑO.
[10] Ver EL QUILMERO del martes, 1 de enero de 2013

LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL "DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO"

 [11] Ver EL QUILMERO del miércoles, 1 de abril de 2015 AUGUSTO FELIPE OTAMENDI, JUEZ DE PAZ Y PRESIDENTE DE LA MUNICIPALIDAD.
[12] La entrevista se hace en 1936, de modo que del que habla no es el mismo altar mayor que posee hoy la Catedral que fue levantado en 1941 y se consagró a la Inmaculada Concepción y a la memoria de un
contribuyente don Adan Travereso, de manera que esta pidra fundamental debe estar donde se hallan los reclinatorios del crucero nuevo sobre el que se levanta la cúpula. 
[13] La piedra fundamental se colocó el 1 de noviembre de 1863, hubo misa en la mitad terminada de la nave lateral derecha y el 6 de diciembre de 1865 se ofició la primera misa. 
[14].- En castellano sería: ¡¡Oigan!! ¡Este es Julián el cura, mi paisano!… ¡Aún está vivo… miren se mueve! 
[15] ¡Hasta la próxima amigo, vuelva pronto!

martes, 15 de septiembre de 2015

“QUILMES UN PUEBLO, 348 HISTORIAS” - NUEVA COMPILACIÓN DE HISTORIAS LOCALES


Después de la pre-presentación hecha el sábado 15 de agosto en ocasión de del 56º aniversarios de la Biblioteca Goyena, aprovechamos la 14ª Jornadas Fotográfica e Histórica en Quilmes,
de la provincia y de la Ciudad de Buenos Aires, para hacer la presentación en forma de el libro "Quilmes, un pueblo, 348 historias". 
Es un compilado que reúne trabajos publicados en otros medios de prensa, revistas específicas y en el blog EL QUILMERO. También reseña los sucesos que en 2014 honraron la memoria de uno de los próceres de nuestro Quilmes que es el Dr. José Antonio Wilde al cumplirse el Bicentenario de su Nacimiento, un 6 de abril de 1814, en la ciudad de Buenos Aires.
El “Expediente sobre el Silabario Argentino” fue presentado en parte en la biografía del Dr. Wilde que se publicó en 2008 –
también por la Ed. Jarmat -, pues aquí aparece en su totalidad. Wilde en el documento explica las características que tiene su ‘libro de lecturas’ ya publicado en una primera edición en 1845, y ahora el autor solicita con este informe, a la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires, un subsidio para una nueva edición. Es un expediente que, para los que no hayan tenido acceso a dicho libro - pues sólo existe una edición en el Museo Saavedra del barrio porteño homónimo – revela el andarivel pedagógico y didáctico que se atravesaba en esos años de fines del siglo XIX en nuestro país.
A continuación se transcribe el documento “La salud pública en Quilmes” del Dr. Wilde, publicado el 7 de octubre de 1884 y presentado en totalidad por el Dr. Craviotto en su libro “Quilmes a través de los años”. Es el primer informe existente sobre el estado de salud y la higiene del partido y agrega detalles urbanos que dan una idea bastante precisa de lo que era el pueblo en esos años.
Como se mencionó se dan breves reseñas de los cuatro actos conmemorativos del Bicentenario del Natalicio del Dr. Wilde.
El caso del juez de paz Paulino Barreiro – Relectura de una Historia Oral” fue presentado en el Tercer Encuentro Bonaerense de Memoria e Historia Oral de Morón en 2010, publicado en el blog EL QUILMERO el martes 6 de diciembre de 2011 y en la revista “Todo es Historia” Nº 545 de diciembre de 2012. Es un análisis historiográfico documentado de un hecho que fluctuó entre la realidad y la interpretación parcial y ficcional de la historia.
El 5º capítulo (si valiera esta división) narra “Una excursión fluvial de Ing. William Wheelwright por el Río de la Plata hasta el puerto de La Ensenada” realizado el 25 de marzo de 1870, por dicho empresario norteamericano para demostrar al gobierno provincial la importancia que tendría para el intercambio comercial del país el puerto de la Ensenada y la necesidad de extender una vía férrea desde la ciudad de Buenos Aires hasta ese sitio, que permitió, el 18 de abril de 1872, el arribo del ferrocarril a Quilmes. Este articulo fue extraído del periódico inglés “The Standard”.
Y para completar continuamos con “La larga travesía del ferrocarril a Quilmes”. Las peripecias – entre risibles y trágicas - que se vivieron a lo largo de quince años para que Quilmes tuviera un ferrocarril que lo uniera al resto del país, logro que alcanza William Wheelwright de quien se da una breve semblanza en “El camino de hierro a Quilmes”. 
El siguiente punto fue presentado en la 8ª Jornada Histórico Social y Fotográfica de Quilmes, 2009; “Recorrido Final”, trabajo que surgió de un proyecto fortuito de establecer un recorrido histórico-turístico por el actual Cementerio de Ezpeleta, similar a los que se hacen el la necrópolis de La Recoleta y recientemente se inició en la de la ciudad de La Plata.
Y termina “Quilmes un pueblo, 348 historias”, con “El Viejo Rincón, los Sepp y un litigio cervecero”. Una historia de intereses comerciales, enfrentamientos judiciales y comerciales entre la corporación Bemberg, Carlos Sepp y Francisco Kreymborg.
Este libro fue un tributo al Bicentenario del Nacimiento del Dr. Wilde y a nuestros fundadores, pues; “Si hoy olvidamos los cimientos y si olvidamos a quienes hicieron los cimientos, el futuro nos lo reclamará, Mucho se habrán equivocado nuestros maestros, pero a ellos debemos que nos enseñaran a reconocer a nuestros fundadores. Un pueblo sin identidad, sin sentido de pertenencia es un pueblo sin conciencia ciudadana”.

El libro se puede obtener en la Biblioteca Goyena, San Luis 948 o encargar al 4224-8162 y 4253-2116


jueves, 10 de septiembre de 2015

MAESTRAS DE AYER: LAS CATALÁ, DOROTEA K. DE RÜFER Y ANGÉLICA MENDOZA - 11 DE SETIEMBRE



LAS CATALÁ 
Dice el historiador Manuel Ales que entre las primeras maestras de Quilmes se debe recordar especialmente a Florinda Fernández de Catalá. Cuya historia docente comienza con su madre Estefanía Reibaud de Fernández. [1] 
En 1855 la Sociedad de Beneficencia creó en la Ensenada de Barragán la primera escuela para niñas, dándole la dirección  a Casimira Herrera hija del municipal Felipe Herrera. Esta escuelita muy precaria funcionó en las quintas de Lisandro Núñez y pasó luego al más acomodado  “chalet” del vecino Ugolini. El 4 de julio de 1857, ante la renuncia de la titular que acusaba un delicado estado de salud se designó a  Estefanía Reibaud de Fernández y como sub-preceptora a su hija Florinda Fernández nacida en 1841, o sea que tenía 16 años. Dice el nombramiento: “la presidenta de la Sociedad de Beneficencia doña María de las Carreras, notifica al juez de paz que ha sido designada preceptora de la escuela de la Ensenada, Estefanía Reibaud, por renuncia de la señorita Herrera, y monitora de la misma a Florinda Fernández, recomendándole a estas, dignas de toda consideración por sus méritos y su precaria situación.” O sea que estas mujeres solas estaban pasando por una situación económica precaria, quizá por la viudez de Misia Estefanía. El “misia”, con el que algunos vecinos la trataban, designaba el respeto y el afecto que esta mujer inspiraba.
La escuela de la Ensenada, funcionaba entonces, en una propiedad ubicada en el lugar donde se levantó luego la casa de la familia Malacalza. A ella concurrían más de 20 niñas. [2] 
Al casarse Florinda Fernández con el municipal suplente José Manuel Catalá, la familia se ve en la necesidad de trasladarse al pueblo de Quilmes por lo dificultoso de viajar habitualmente a la Ensenada en aquellas épocas donde los caminos eran muy precarios.
El 27 de abril de 1865, en las sesiones de la municipalidad se trató en actas: “… se realizó sesión extraordinaria, a continuación de la anterior, con la asistencia de los municipales Llanos, García, Wlaker y el suplente Catalá. Leída el acta anterior y aprobada el presidente hizo presente haber dado cuenta al municipal encargado de culto e instrucción pública hallarse en completo abandono la escuela de varones a consecuencia de haber renunciado el preceptor que la dirigía, José María González, encontrándose cerrado dicho establecimiento se dio lectura a una nota dirigida por el municipal José M. Catalá, solicitando la dirección del establecimiento como preceptor. Resolviéndose que fuese elevada a la Dirección de Escuelas."
En 1881, Estefanía Ribaud fue trasladada a Quilmes, después de permanecer en sus cargos, madre e hija, durante 24 años. En Ensenada fue sustituida por Genoveva González una de las primeras maestras normales argentinas que asumió su cargo en noviembre de 1881, permaneciendo hasta julio de 1886.
En 1883, Florinda F. de Catalá, obtiene su diploma para ejercer oficialmente,  y junto a su hija es designada en la escuela N° 3, en la chacra de Antonio Novais a 24 cuadras del pueblo.
El 19 de abril de 1885, estas mujeres se hacen cargo de una escuela en Quilmes en un amplio edificio de la esquina noreste de Rivadavia N° 74 esquina Brown, propiedad de Julián Dupuy, frente a la farmacia de Agustín Matienzo, siendo sus ayudantes Lucía y Aurora Giménez, hijas de Pedro Giménez, director-propietario del periódico “El Quilmero”.
Ese mismo año la escuela es trasladada a una zona agropecuaria próxima a Sourigues y oficializada como la N° 8 con 53 alumnas de 1° y 2° grados, con la dirección de Florinda Fernández de Catalá y sub-preceptora su hija Florinda Catalá. Luego pasó a ser escuela primaria mixta, de 1° a 4° grados.
“Misia Florinda”, dice Marcelo Traversi en su “Estampas de
Antaño”:Fue rígida pero muy bondadosa. Alcanzó el cariño y respeto de todos sus alumnos”. Algunas de ellos fueron: María y Adelina Letamendi, Florencia Jordán, Fernanda Lavaggi, María Filomena Baunelle y Martel. Esta última contaba de su maestra: “...era obsesiva con la limpieza. Se plantaba en la puerta para recibir a los niños y les revisaba las orejas, las manos y la traza, si algo no era de su agrado ordenaba a su hija que recompusiera al inapropiado. Era una crítica furibunda de sus colegas que recurrían a los castigos físicos con los alumnos y por las mismas causas solía increpar a algunos padres. Si alguno faltaba por dos o tres días iba a la casa del ausente; se enojaba mucho si comprobaba que había sido conchabado en lugar de enviarlo a la escuela. Había progenitores que al verla acercarse a las casas trancaban la puerta y no salían, de todos modos Misia Florinda les decía desde afuera todo lo que no querían oír los de adentro..."
Las tres eran mujeres altas, delgadas, de rostro fino y seño severo; muy parecidas entre sí, abuela, madre e hijas... Vestían de oscuro y, como una audacia, el vestido al tobillo; que de todos modos no se veía por las botas de cañas altas.
Misia Estefanía se tocaba con un mantón, nunca sombrero, en cambio Misia Florinda y su hija llevaban sombrero alado de paja, únicamente. La abuela colgada del cuello llevaba una cadena gruesa con relicario y Misia Florinda un reloj y cadena de plata en el bolsillo de la pollera; su hija ninguna joya... 
Misia Estefanía hablaba francés y cuando mi padre venía a
buscarme lo retenía con nimiedades para practicarlo...” [3] 
El 9 de mayo de 1889, según “El Quilmero”: “La escuela de niñas de la Srta. Florinda Catalá se trasladó de frente a la botica de Matienzo a la casa de Ramón Madrid, Brown esquina Alsina”. Figuran como ayudantes en esta fecha además de las nombradas: Ángela Giménez (n.1873) y Eduvigis Graci (n.1873)
Esta mujer fue una activa asistente de enfermos indigentes desde la “Sociedad de Damas de Caridad San José”, conjuntamente con otras maestras como Petronila y Demetria Rivero, las señoras Federica Dorman de Quijarro, María de Lassalle, Vicenta Lassalle, Águeda Nicholson de Barrera, Mariana y Gregoria Lerdou y otras. Mujeres que, impulsadas por el Dr. Wilde, junto a Juana Gauna encararon la organización de un verdadero hospital, accionar que recién se pudo concretar muchos años después. Fue secretaria de la Comisión administrativa del hospital Santa Rosa.
La escuela de las tres generaciones de educadoras conocidas como las Catalá perduró hasta principios del siglo XX.
DOROTEA K. DE RÜFER 
Nació en 1836 en Alemania, maestra de la escuela N° 5 de Florencio Varela desde 1886. Fue muy querida entre sus alumnos y
vecinos. Tenía un temperamento amable y gentil. El año 1891 fue definitivo en su vida; el 21 de mayo fue trasladada a la escuela N° 11 que se  creó en junio de ese año con 53 alumnos, en la calle Mitre esquina Olavaria de Quilmes, una propiedad de Pedro Elisiri; a partir de setiembre ingresó como ayudante su hijo Ernesto E. Rüfer (nacido en 1874), que se hizo cargo de la misma al enfermar su madre el 21 de ese mismo mes. El 10 de diciembre Dorotea K. de Rüfer fallece en Quilmes, a los 55 años.
ANGÉLICA MENDOZA 
Maestra quilmeña, fue proclamada candidata a la presidencia de la
República por el Partido Comunista el 18 de marzo de 1928, como un desafío a la discriminación de género que vedaba a la mujer el voto en las elecciones tanto nacionales, como provinciales y municipales. Fue, junto con José F. Penelón la fundadora del Partido Comunista de Argentina cuando el Comité Central del Partido Socialista Internacional (PSI) de Argentina convocó a un Congreso Extraordinario en 1920.
Chalo Agnelli
NOTAS

[1] “Apuntes para la historia del partido de la Ensenada, 1821-1882”, por Francisco Cestino (1949). “Crónica retrospectiva, Ensenada, Tolosa, La Plata” 
[2] De Manuel Ales, periódico Enfoques miércoles 26 de marzo de 1969.- 
[3] Texto recogido por transmisión oral de quien fuera  alumna de Misia Florinda, María Filomena de Baunelle y Martel de Yori (1880-1962)